Por Ernest Cañada
Coordinador de Alba Sud
Hay otras formas de viajar, conocer y compartir experiencias. Cada vez somos más los que queremos hacer turismo de otro modo, lejos de las fórmulas estandarizadas del “todo incluido” de las grandes cadenas hoteleras que, además, dejan muy poco beneficio para las poblaciones locales. Muchos apostamos por conocer los lugares que visitamos de la mano de la gente de lugar, compartiendo vivencias que nos enriquezcan. Nos interesa la gente sencilla, sus recursos naturales, su cultura, sus historias, sus trabajos, sus comidas, cosas propias y particulares de cada lugar, gente común como nosotros, gente que se organiza colectivamente para mejorar sus condiciones de vida.
En los últimos años en América Latina cada vez son más las comunidades que han creado una oferta turística propia, controlada por ellos, con calidad y muy atractiva para quien les visite. En el Turismo Rural Comunitario son las organizaciones comunitarias las que deciden cómo debe llevarse a cabo la actividad turística y cómo se distribuyen sus beneficios.Un turismo que ayuda a diversificar y complementar las economías rurales,sin dejar de lado otras actividades tradicionales, como la agricultura, la ganadería, la pesca, la artesanía o la gestión forestal.