Por Pilar Sampietro
El barrio se hizo a él mismo y nació de las barracas en los años 60, cuando cuatro paredes debían construirse con lo que se encontraba para sobrevivir cerca de un lugar en el que hubiera comida y un trabajo. Fueron las mujeres las que levantaron Sant Cosme, en El Prat de Llobregat (Barcelona) y lo dignificaron y son ahora ellas, las que tienen entre 60 y 85 años, las que vuelven a levantar la voz para explicar que no les gusta lo que ven y lo que escuchan. Son las Dones Sàvies (Mujeres Sabias) y cuando hablan todos callan y reflexionan. Así ha pasado con la carta que han decidido mandar a las personalidades más influyentes del mundo: François Hollande, Ángela Merkel, Barack Obama, entre muchos otros.
Yo me encontré con una de ellas, con Adoración López. Llevaba una caja de cartón y dentro una piedra de Belchite. Porque con la carta, las Dones Sàvies de Sant Cosme mandaron piedras de ese pueblo, que es símbolo de destrucción, la misma que ahora se repite en otros lugares. Ellas nos recuerdan cómo las piedras pueden servir para hacer daño, pero también para construir nuevos puentes y hacer renacer una esperanza compartida por ese otro mundo posible que tanto queremos y necesitamos.
Adoración me habla de la impresión que tuvo al visitar Belchite y cómo con cuidado cada una de ellas seleccionó algunas piedras de las casas destruidas. Y me cuenta Adoración: «nosotras queríamos explicarles a los mandatarios que tenemos la sensación de que muchas cosas siguen estando igual que hace 40 años. Nos preocupa escuchar en la televisión o en la radio que el cambio climático hará subir el nivel del mar, nos preocupa sentir que el invierno ya no es invierno y que el verano cada año es más caluroso. Nos preocupa que haya gente que no tenga para comer, nos preocupa porque lo hemos vivido. Nos preocupa ver en pleno siglo XXI a la gente que tiene que huir de la guerra, nos horroriza tener que volver a ver imágenes de niños muertos bajo las balas. Si nosotras, mujeres de un barrio, fuimos capaces de construir de la nada, ¿qué no van a ser capaces de hacer ustedes? Queremos trasladarles toda nuestra energía para poder hacer de este mundo un lugar mejor»
Y mientras en Sant Cosme la vida de las Dones Sàvies sigue entre la ayuda mutua o el trabajo en los pequeños huertos comunitarios, que hace un tiempo nacieron gracias al impulso de colectivos como GATS, comienzan a llegar las repuestas a las cartas. Buena parte de ellas son protocolarias, las notas de rigor, pero el Gobierno de Corea del Sur escribió una respuesta más cercana, agradeciendo a las mujeres su gesto para parar por un momento y reflexionar. Adoración ha sido campesina, ha vivido en barracas y ahora tiene un piso y un pequeño jardín desde el que mirar al mundo y no le gusta lo que ve. Además es una Dona Sàvia que con la pequeña piedra de Belchite traída en una caja nos pregunta « ¿Qué hacemos?, nos tiramos de nuevo piedras unos a otros o construimos entre todos». Mientras encontráis la respuesta abrid también esta ventana a las Dones Sàvies de Sant Cosme para descubrir su mensaje y la Primera Piedra.
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