Por María Hidalgo y Cristina Palacios de Fairchanges
Cada año tenemos el mismo dilema: Dejarnos seducir por la magia consumista de la Navidad o apostar por un consumo más responsable. Hacerlo te puede convertir en ese bicho raro de la oficina que no quiere participar en el amigo invisible. O en ese familiar tacaño que no participa del reparto de regalos. Por suerte, formar parte de las tradiciones y ser un consumidor responsable cada vez es más fácil.
Ahora tenemos más acceso a esa información que antes escapaba a los reportajes y noticias tradicionales. La publicidad ya no es la única información que obtenemos sobre un producto. Y nos enfada muchísimo saber que detrás de nuestras marcas favoritas hay una industria injusta, esclavista o contaminante. Antes era muy complicado pasar de la indignación a la acción si buscabas un producto con buena relación calidad/precio o con una estética cuidada. Y esa excusa nos ha servido durante años para evadir nuestra responsabilidad. Pero ahora…
Ahora ya no es obligatorio recurrir a los productos de comercio justo con estética “étnica” o “hippie”. Los productos de consumo responsable están experimentando una gran revolución de la mano de emprendedores sociales cada vez más formados. La metamorfosis de este sector parece haberse completado. Y a la propuesta inicial de ética y sostenibilidad se ha sumado una apuesta firme por la calidad y el diseño de los productos y servicios.
¿Demasiado bonito para ser ético?
Cada día son más las iniciativas que se unen para trabajar desde el respeto y el cuidado al Planeta. No sólo por ética empresarial. También por respeto a la propia calidad de los acabados y la materia prima de sus productos. No es una tendencia de futuro, es el futuro de las tendencias. Empieza a surgir una oferta muy amplia, una nueva tendencia estética y con sentido, donde se está llegando a un nivel muy alto en el desarrollo de productos y atención al cliente. Las iniciativas brotan en internet y en las calles.Tanto es así, que ya tienen sus propios marketplaces, mercadillos y webs de referencia.
Para intentar poner un poco de orden, iniciativas como FairChanges buscan facilitar el acceso al consumo sostenible reuniendo en una plataforma global a creadores y productores responsables. Antes, los consumidores se dividían en causas. Buscaban propuestas de consumo responsable que creasen impactos reales en la preservación de la biodiversidad, el comercio justo o la integración de colectivos vulnerables. Ahora, el cliente puede encontrar varias marcas que cumplan esos requisitos por lo que se ha vuelto más exigente y reclama, además, productos realmente competitivos en calidad y diseño. FairChanges le ayuda a encontrarlos. Fairchanges es el marketplace verde pro derechos humanos reconocido con una veintena de premios. Estas Navidades pueden ser un buen momento para iniciar un punto de inflexión en muchos consumidores que quieren apostar por proyectos de ecodiseño, innovación social, producción local, artesanía y reciclaje entre otros.
Alargascencia
Un concepto que está surgiendo con energías renovadas es el de la alargascencia. En contraposición a la obsolescencia programada, la alargascencia intenta romper el ciclo de comprar-tirar-comprar.
Sabiendo que se necesitan 2700 litros de agua para confeccionar una camiseta, la camiseta más sostenible es la que ya fue fabricada. Iniciativas como La Canalla buscan dar vida a textiles reciclados. Julietta and You crea complementos residuo cero a partir de alfombras recuperadas. Estudio Varali, colgantes de trozos de sarees de la India. Y Vaho producen bolsos a partir de banderolas recicladas y cámaras de neumático.
La estética es importante. La ética, imprescindible.
El upcycling, o mejorar reciclando, alcanza no solo a la moda sostenible: Las propuestas para el hogar en vidrio reciclado de 2ndChance, Lucirmás, o Verde Botella encandilan a los amantes del diseño por su originalidad, funcionalidad y cuidada estética. Destacables en el campo del reciclaje son los bolsos con historia de Numon, confeccionados a partir de toldos recuperados.
Las bicicletas BeCiclos que, reparadas, y con una historia real o inventada a sus espaldas, pueden vivir una segunda vida. Las pequeñas joyas realizadas con componentes informáticos de ReComputing. Las creaciones de cestería con materiales recuperados. De Cesteando. O los muebles revividos de As+Mo y Pétula Plas, todo un homenaje al oficio de la artesanía.
Para Paletos, la auténtica materia prima es la madera con curriculum, con historia, con arrugas. Así convierten palets y cajas de fruta en muebles bellos, funcionales y sostenibles. Latonta y Larubia crean alianzas personalizadas con oro reciclado: "Los novios recopilan de los cajones de la casa familiar pendientes desemparejados o cadenas de comunión rotas, que nosotros fundimos para darles una nueva vida y crear sus anillos de boda, obteniendo unas alianzas únicas llenas de una carga sentimental añadida."
Tras la resaca de días negros para los recursos naturales como el Black Friday o el Cibermonday, Ecologistas en Acción promovían el Día sin Compras como alternativa. Sin embargo, en sus palabras: “Mucho más importante que el Día Sin Compras es el resto del año: 364 días de consumo consciente”.
¿Conoces otras marcas sostenibles?
La convocatoria de Navidad para marcas y diseñadores sostenibles de FairChanges está abierta un año más para reunir las mejores propuestas con impacto positivo para unas Navidades diferentes.
Hay 2 Comentarios
Me alegra que haya tantas alternativas. Ojala tengan un rápido ascenso
Un saludo
Publicado por: Juliana Luisa | 10/12/2016 20:30:02
Hay nuevas iniciativas que enriquecen las alternativas consumistas como la economía colaborativa, en la que compartir es la base, o la Economía del Bien Común, que traza unas reglas económicas que ponen el beneficio social en el foco. A esto tenemos que unirle por supuesto el consumo local y lo próximo también se ha convertido en uno de los principales criterios del ocio y del consumo responsable.
Aplicar criterios como cercanía, pequeña escala, tiendas de barrio, durabilidad, fácil reparación, segunda mano, alimentos ecológicos y de temporada, cooperativas de empleo, finanzas éticas. En definitiva, no comprar ciertas marcas, ciertos productos. Consumir menos; consumir mejor.
Publicado por: María Hidalgo (Diseño Social) | 10/12/2016 13:53:14