Rubén Ruiz-Rufino
¿Qué implicaciones tiene que el proceso de toma de decisiones de un país sea predecible? Una respuesta muy rápida e intuitiva la ofrece el gráfico de más abajo. Cuando importantes empresas o inversores económicos perciben que la efectividad del gobierno de un país es alta, entonces también aumenta la percepción de que los episodios de corrupción en dicho país son menos frecuentes. El gráfico permite, además, comparar las democracias más industrializadas. Como se puede ver, España está en una zona intermedia tanto en niveles de gobierno efectivo como en las percepciones que existen sobre la corrupción. Según los datos del Banco Mundial, nuestro gobierno es tan efectivo como el de Alemania o Nueva Zelanda y nuestro nivel de corrupción se parece al de Francia o Portugal.
Si la manera de hacer política está relacionada con la corrupción, entonces la pregunta lógica que el lector puede hacerse es: ¿qué nos falta en España para alcanzar los niveles de efectividad de las democracias nórdicas donde la corrupción parece ser menor? Esta cuestión sirve para reflexionar sobre la idea de representación política, el principio central que articula nuestras democracias. La representación política, entendida como el mandato que los ciudadanos otorgan de forma periódica a los políticos para que actúen en su nombre, es una idea que está actualmente en crisis. En países como Grecia o Italia, los gobiernos de tecnócratas han sustituido a gobiernos elegidos en las urnas. En España, desde que estalló la crisis económica en 2008, los partidos políticos se han convertido, según las encuestas del CIS, en el tercer problema más importante. Muchos ciudadanos piensan que los políticos no les representan porque no son predecibles en sus comportamientos y, por tanto, se alejan de ellos una vez son elegidos.
Los expertos que han estudiado qué modelos de democracia generan menores niveles de corrupción suelen enfatizar la importancia de la transparencia informativa. La capacidad de los ciudadanos para estar informados sobre cómo nuestros políticos adoptan sus decisiones es clave. Si los actos de las administraciones son transparentes, los políticos tienen mayores dificultades para desviarse de su mandato, la prensa puede informar mejor y, como consecuencia, los ciudadanos pueden ejercer el control político de forma más eficaz mejorando así la representación política. El pasado verano, uno de los últimos Consejos de Minsitros del Gobierno de Zapatero aprobó un proyecto de Ley de Transparencia informativa que no llegó, sin embargo, al Congreso. Hace unas semanas, Ignacio Urquizu retaba desde aquí a los partidos socialdemócratas para que fueran más allá de su clásica defensa del Estado de bienestar. La reflexión me parece acertada pero creo que el reto de los partidos socialdemócratas debe ir incluso más allá: La desigualdad social se debe combatir con intensidad pero sin olvidar que los ciudadanos son los dueños de la soberanía popular.
Hay 6 Comentarios
Muy buenooo!!!!
Publicado por: Mario Ferreiro | 01/06/2012 17:41:01
Democracia social frente a democracia liberal.
Más calidad democrática y buen gobierno, requiere rigor en la toma de decisiones, buen soporte técnico, a los representantes de los ciudadanos, "políticos", más política. Seguimiento y evaluación de las medidas tomadas, evaluación de políticas públicas. RIGOR.
Rendición de cuentas, transparencia, explicar en que nos gastamos el dinero, tan fácil como eso y abrir los expedientes a cualquier consulta, no hay nada que ocultar. TRANSPARENCIA.
Ciudadanía responsable, procesos de participación, nuevas formas de relación entre ciudadanos y sus representantes, nuevas políticas de participación ciudadana. COMUNICACION fluida y eficaz.
Esto pueden ser notas para una nueva forma de hacer política y gestión pública, que es un todo.
La socialdemocracia debe construir sus respuestas a partir de una democracia social de más calidad “CON UNA CIUDADANÍA RESPONSABLE Y COMPROMETIDA” que de respuesta a la democracia de los mercados con ciudadanos no comprometidos políticamente que desprecian la política. MÁS POLÍTICA excelente artículo Rubén!!!!!!!!!
Publicado por: José Angel Carcelén | 26/03/2012 0:14:59
Manífico artículo, que da en el clavo. Estoy totalmente de acuerdo en que aunque la falta de transparencia no supone directamente un indicio de algo oculto o, peor aún, negativo, sí conlleva de forma irremediable un aumento proporcional de la desconfianza de los ciudadanos sobre la clase política. Parece sencillo y lógico que hay que exigir a los políticos no desviarse del mandato para el que son designados... Casi tan sencillo como el hecho de que ese mandato dura, como mucho, cuatro años.
Publicado por: mariu | 22/03/2012 18:16:45
Pues en Peru una empresa noruega contratò los servicios de un conocido lobbysta corrupto y no tuvo ningun reparo en pagar coimas para ganar una licitacion que organizaba la empresa estata PETROPERU para la exploracion de pozos petroleros. Es bueno que Noruega tenga altos estandares de transparencia, pero idealizarlos o colocarlos en un pedestal impoluto, no seamos ingenuos
Publicado por: Dario | 22/03/2012 5:42:20
Llega un momento en que "es cansino" enterarse de tanta corrupción política. Todo son marañas y entramados. El encargado de nombrar "los Casos" está agotando el repertorio de nombres aplicables.
¿Se pasó de rosca la clase política? Demasiado escurridizos. La Ley actua poco y mal. Renovación generacional del plantel político y cárcel de verdad, no de visita, si se demuestra que ha habido delito.
Publicado por: Felizísima Fortuna | 22/03/2012 1:24:12
Vivo en Noruega desde hace años. Aquí el grado de transparencia es altísimo y a todos los niveles (no sólo el político). Es algo aceptado por todos como la cosa más natural del mundo. ¿Conocen algún caso de corrupción en Noruega? Yo tampoco.
Publicado por: maxi;-) | 21/03/2012 15:53:57