MIGUEL SÁNCHEZ CALLE.
Se cumplen ahora casi dos años desde que, en el marco de la Presidencia española de la UE, el Consejo acordara impulsar "la relación evidente entre cultura, creatividad e innovación como elementos que contribuyen al progreso económico y social" (según las Conclusiones del Consejo sobre la Contribución de la Cultura al desarrollo regional y local, mayo de 2010). Dos años después, el comportamiento de los gobiernos europeos en periodo de crisis está siendo muy desigual en este campo. La financiación pública en cultura está sufriendo severos recortes en Holanda de un 25%, Reino Unido 30%, Grecia 35%, o Italia del 25%. Por el contrario, países como Suecia, Alemania o Francia atienden a los beneficios que aporta la cultura al ciudadano, a la economía y al imaginario colectivo, y apuestan por mantener al menos la misma aportación presupuestaria, sin reducciones.
Así pues, y con estos datos, ¿de qué manera están afectando estos recortes al entramado cultural? En el Reino Unido, la encuesta realizada por el periódico Stage, de las 206 organizaciones que han perdido la financiación por parte del Arts Council, un 22% han cerrado o están en riesgo de cerrar y el 46% declaran que "simplemente intentarán sobrevivir el año en curso".
En España debemos lidiar con una desmantelación de las estructuras y algunas campañas de descrédito en algunos sectores, incluso avaladas por declaraciones como las de Cristóbal Montoro, reconvertido a crítico televisivo, -téngase en cuenta que será el responsable de determinar las reducciones fiscales que articulen la futura Ley de Mecenazgo-.
Se anuncia que "nada volverá a ser como antes". Aún sin conocer un avance de esta Ley, podemos sospechar que, en un país como el nuestro, sin cultura del mecenazgo en las artes, su efectividad será poco alentadora y más en un contexto de crisis que afecta incluso a los modelos con más recorrido y más consolidados, como es el caso del Reino Unido donde las donaciones individuales cayeron de un 17% a un 13% entre 2007 y 2010.
Ante esta situación y ante la ausencia de una estrategia de política para la cultura alternativa al "ajuste ponderado", algunos creadores y agentes culturales han decidido dar un paso adelante para autogestionar desde la independencia su capital creativo, y reagruparse al margen del apoyo de las estructuras oficiales, a través de redes multidisciplinares que no sólo funcionan como lugar de encuentro, sino con proyectos compartidos que buscan el compromiso, la colaboración y la participación de la sociedad civil.
El futuro de estas redes pasa por seguir sumando esfuerzos compartidos, pero a la vez deben articular y consolidar modelos que fomenten las relaciones entre las artes, la investigación y el tejido de las industrias culturales y creativas. En este proceso es especialmente importante el desarrollo de alianzas con redes internacionales que permitan crecer, innovar y obtener recursos estables en el tiempo.
Una vez que la "excepción cultural" agoniza, se abre camino, de momento desconocido, pero al menos es un punto de partida desde donde empezar la reconstrucción.
Hay 2 Comentarios
Gracias por este artículo que deja entrever un futuro inmediato y devastador dentro del mundo de la cultura con una protagonista incapacidad de la Administración en buscar alternativas creativas fuera del modelo europeo.
Publicado por: Olivia | 24/04/2012 14:22:54
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Publicado por: asd197315 | 23/04/2012 22:39:08