Alternativas

Sobre el blog

Crisis de la política, la economía, la sociedad y la cultura. Hacen falta alternativas de progreso para superarla. Desde el encuentro y la reflexión en España y en Europa. Para interpretar la realidad y transformarla. Ese es el objetivo de la Fundación Alternativas, desde su independencia, y de este blog que nace en su XV Aniversario.

Sobre los autores

Nicolás SartoriusNicolás Sartorius. Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Alternativas (FA), abogado y periodista, ha sido diputado al Congreso.

Carlos CarneroCarlos Carnero. Director Gerente de FA, ha sido Embajador de España en Misión Especial para Proyectos en el Marco de la Integración Europea y eurodiputado.

Vicente PalacioVicente Palacio. Director del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas, Doctor en Filosofía, Visiting Fellow y Visiting Researcher en Harvard.

Sandra LeónSandra León. Profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de York (Reino Unido) y responsable de la colección Zoom Político de la Fundación Alternativas.

Carlos MaravallCarlos Maravall. Doctor en Macroeconomía y Finanzas Internacionales por la Universidad de Nueva York. Ha trabajado como asesor en Presidencia del Gobierno en temas financieros.

Erika RodriguezErika Rodriguez Pinzón. Doctora en relaciones internacionales por la Universidad Autónoma de Madrid y coordinadora de América Latina en la Fundación Alternativas.

Ana Belén SánchezAna Belén Sánchez, coordinadora de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Fundación Alternativas.

Jose Luis EscarioJose Luis Escario. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y Master de Derecho Internacional y Comunitario por la Universidad de Lovaina. Coordinador del Área Unión Europea de FA.

Kattya CascanteKattya Cascante coordina el área de Cooperación al Desarrollo del Observatorio de Política Exterior de la Fundación.

Enrique BustamanteEnrique Bustamante. Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la UCM. Es un experto de la economía y sociología de la televisión y de las industrias culturales en España.

Alfons MartinellAlfons Martinell. Director de la Cátedra Unesco en la Universidad de Girona y profesor titular en esa misma institución. Codirige el Laboratorio Iberoamericano de Investigación e Innovación en Cultura y Desarrollo.

Carles ManeraCarles Manera. Catedrático de Historia e Instituciones Económicas en la Universitat de les Illes Balears. Es Premio Catalunya de Economía (Societat Catalana d’Economia, 2003).

Stuart MedinaStuart Medina Miltimore. Economista y MBA por la Darden School de la Universidad de Virginia. Es presidente de la Red MMT y fundador de la consultora MetasBio.

Luis Fernando MedinaLuis Fernando Medina. Profesor de ciencia política en la Universidad Carlos III de Madrid. Es autor de 'A Unified Theory of Collective Action and Social Change' (University of Michigan Press) y de "El Fénix Rojo" (Editorial Catarata).

José María Pérez MedinaJosé María Pérez Medina. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología y en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Funcionario del Estado. Ha sido Asesor en el Gabinete del Presidente del Gobierno entre 2008 y 2011.

José Antonio NogueraJosé Antonio Noguera. Profesor Titular de Sociología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y director del grupo de investigación GSADI (Grupo de Sociología Analítica y Diseño Institucional).

Antonio QueroAntonio Quero. Experto en instrumentos financieros de la Comisión Europea y coordinador de Factoría Democrática. Es autor de "La reforma progresista del sistema financiero" (Ed. Catarata).

Paloma Román MarugánPaloma Román Marugán. Profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid. Autora y coordinadora de distintos libros, artículos en revistas especializadas, artículos divulgativos y artículos de prensa.

Jesús Prieto de PedroJesús Prieto de Pedro. Doctor en Derecho, Catedrático de Derecho Administrativo en la UNED y titular de la Cátedra Andrés Bello de Derechos Culturales.

Santiago Díaz de Sarralde MiguezSantiago Díaz de Sarralde Miguez. Profesor de la URJC y coordinador de Economía en OPEX de la Fundación Alternativas.

Javier ReyJavier Rey. Doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Cardiología. Secretario de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida.

La Eurozona por fin en la dirección correcta

Por: | 30 de junio de 2012

MANUEL DE LA ROCHA VÁZQUEZ

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Tras una noche larga e intensa, el órdago a la grande lanzado por España e Italia en la Cumbre del Eurogrupo tuvo éxito, forzando a Merkel a ceder en cuestiones que parecían impensables hasta hace unos pocos días. La ruptura del eje franco-alemán tras la victoria de Hollande, sin duda ha cambiado la dinámica europeoa; Alemania ya no puede imponer su visión al resto de socios sin contrapartidas, abriendo así negociaciones en las que todos tienen que ceder algo. Así ha sido siempre la construcción europea.

La Cumbre expuso de forma dramática la división entre los países del norte, con Alemania a la cabeza, que consideran que la salida de la crisis pasa únicamente por la amarga medicina de la austeridad y las reformas estructurales. En frente los países del sur, encabezados esta vez por Italia y España, en situación límite ante los ataques de los mercados y que ya no estaban dispuestos a aceptar más buenas palabras para el futuro, reclamando acuerdos concretos y rápidos para los problemas del corto plazo.

Sin duda Rajoy sale reforzado de esta Cumbre. Su estrategia inteligente de coaligarse a Hollande y sobre todo con Monti, con quienes mantiene una confluencia de intereses, le ha dado resultados. Y ello sin confrontar o enemistar a Merkel, en esta especie de partida de poker de intereses cruzados.

En cuanto a los resultados, el acuerdo para que los bancos españoles puedan ser recapitalizados por el fondo de rescate europeo sin pasar por los estados es crucial para nuestro país, pues permite sanear el sistema bancario sin impacto en las arcas públicas, evitando así el riesgo de un escenario a la irlandesa, en el que la deuda privada acabe convirtiéndose en deuda pública. Además, Rajoy logra también su otro gran objetivo, que los fondos del mecanismo temporal de rescate, el EFSF, no tengan prelación frente a los acreedores privados, lo que aumenta el riesgo para estos y estaba siendo uno de los factores de incremento de la prima del bono español.

Italia también ha obtenido el principal de sus objetivos, permitir que el fondo de rescate pueda comprar deuda pública en los mercados secundarios de una manera ágil y sin ninguna condicionalidad macroeconómica. Es decir, se da así un paso importante en la creación de un verdadero fondo monetario europeo, con más y mejores instrumentos para socorrer a los países de la eurozona y defender la moneda única. Sin duda, Mario Monti se habrá ido parcialmente aliviado, pues esta decisión aligerará la presión sobre el BCE, para intervenciones masivas en los mercados de bonos, como ha hecho en el pasado, llevando al límite la prohibición del Banco Central para rescatar a los países.

Como en todo acuerdo, uno no obtiene nada sin dar nada a cambio. Para España, la inyección directa de fondos europeos en los bancos españoles está condicionada al establecimiento de un auténtico supervisor bancario a nivel europeo con poderes reales para sancionar e imponer disciplina. Este papel lo jugará el Banco Central Europeo, que con su sede en Frankfurt, garantiza a Merkel un estrecho control sobre el supervisor, lo que a la larga puede ser un regalo envenenado. El acuerdo deja en la incertidumbre el futuro papel de la Autoridad Bancaria Europea de reciente creación.

El Consejo Europeo aprobó el ya adelantado Pacto por el Crecimiento y el Empleo, que por primera vez junto a la retórica habitual fija un monto concreto de 120.000 millones de Euros, o el 1% del PIB de la UE que deberá ser movilizado por las instituciones comunitarias de forma rápida. Aunque largamente esperado, no deja de ser una buena noticia que Bruselas y Berlín caigan finalmente en la cuenta de que sólo a base de austeridad y reformas estructurales no se sale de la recesión en mucho tiempo, y que sin crecimiento no se reducen los déficits o los niveles de endeudamiento. Todos saben que buena parte de los fondos prometidos no es más que un reempaquetado de viejos dineros; la clave estará en acelerar su ejecución y sobre todo su enfoque hacia sectores y proyectos con altos retornos en términos de crecimiento. Si la experiencia pasada sirve de algo, uno tiene derecho a dudar que Bruselas vaya a desembolsar tan rápidamente como se anuncia. Ojalá me equivoque. El Consejo también deja claro que la tasa sobre transacciones financieras no será adoptada a nivel de la UE, y se pondrá en marcha mediante el procedimiento de cooperación reforzada antes de fin de año.

Los resultados son importantes y positivos, como lo refleja la euforia de los mercados de hoy, que sienten que por primera vez hay acuerdos sólidos, con cifras concretas y fechas claras. En definitiva, las Cumbres del Eurogrupo y del Consejo Europeo recién concluidas dan lugar para el optimismo, pues por primera vez en mucho tiempo han forzado a la gran potencia alemana a ceder en aspectos clave, modificando el rumbo de la política económica europea a favor del crecimiento y el empleo, y dando pasos firmes en la creación de una gobernanza económica europea, basada en una unión bancaria, fiscal y económica. Lo de menos es si se han impuesto Monti, Rajoy u Hollande frente a Merkel, lo realmente importante es que quien gana es Europa.

Una democracia intervenida

Por: | 27 de junio de 2012

JOSÉ FERNÁNDEZ-ALBERTOS

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Casi todas las propuestas concretas que se discuten como posibles soluciones a la crisis actual (devaluación interna, consolidación fiscal, creación de una unión bancaria o incluso fiscal europea) exigen, de manera más o menos explícita, un aislamiento de la política económica respecto de las demandas de la ciudadanía: Las reformas y recortes necesarios habrán de imponerse por muy impopulares que estos sean, y las decisiones de los gobiernos nacionales deberán ser supervisadas de manera más estricta por instituciones supranacionales sobre las que los ciudadanos apenas tienen capacidad de influencia.

Este progresivo aislamiento de la política económica respecto del control democrático ya lo llevamos practicando algún tiempo, y conocemos algunas de sus consecuencias: desafección de los ciudadanos, crisis de gobernabilidad asociadas al declive de los principales partidos, y aparición de tendencias populistas y extremistas. Como recientemente señalaba el politólogo James Alt parece que estemos siguiendo una versión adaptada del famoso consejo de los hermanos Marx: "si tienes un problema, contrata a un experto; esto hará que el problema se haga más grande, pero al menos tendrás experto".

Algunos argumentan que esta crisis política es pasajera. En el momento en que las políticas impopulares empiecen a dar sus frutos en términos de crecimiento, la gente olvidará que los gobernantes las adoptaron de espaldas a ellos. A la población, se dice, le importan los fines, no los medios.

Este razonamiento parte, como mínimo, de una premisa errónea: pensar que hay "una" forma óptima de resolver la crisis y para dar con ella lo mejor es "aislar" a los políticos de la influencia de los votantes. Es esta una visión ingenua que ignora el hecho de que cualquier resolución de la crisis actual pasa por un reparto determinado de los costes del inevitable ajuste al que se enfrentan nuestras economías.

Dicho de otra forma, el hecho de que toda solución a la crisis implique una distribución determinada de sacrificios entre países, entre grupos sociales, y entre individuos nos obliga como sociedad a responder preguntas de naturales puramente política: ¿Qué grupos han de ser los más castigados por los ajustes y qué grupos han de ser protegidos? ¿Deben pagar más los contribuyentes o los beneficiarios del Estado del bienestar? ¿Qué tipos de contribuyentes y qué tipos de beneficiarios?

Desengañémonos: no existen respuestas "técnicas" a estas preguntas, sino únicamente políticas. Y la mejor forma que tenemos para resolver los debates distributivos que subyacen a todas estas cuestiones es mediante métodos democráticos.

Usurpar al debate público estas cuestiones y obligar a los políticos a seguir los dictados de expertos o agencias supranacionales no sometidas al control democrático tiene, además, la indeseable consecuencia de hacer estas políticas más frágiles e inestables en el tiempo. Este es uno de los argumentos que defiendo en el libro "Democracia Intervenida": es precisamente el hecho de que los políticos tengan que someterse periódicamente al escrutinio ciudadano lo que hace que las políticas impopulares que adoptan sean inestables y generen incertidumbres en la economía.

Tengamos pues menor miedo a la democracia. Sólo adoptando políticas que gocen de amplio respaldo social lograremos que éstas sean percibidas como creíbles y sostenibles en el tiempo.

José Fernández-Albertos (twitter: @jfalbertos) es investigador en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC. Acaba de publicar "Democracia Intervenida. Políticas Económicas en la Gran Recesión" (Alternativas - La Catarata), que presenta este próximo miércoles 27 de junio a las 19:00 en el Centro Cultural Blanquerna (c/ Alcalá, 44).

Qué somos y qué queremos ser

Por: | 25 de junio de 2012

FERNANDO RUEDA

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La imagen de España en el mundo sigue la estela de los mercados y cotiza a la baja. El número de informaciones sobre nuestro país en los medios de comunicación internacional crece en la misma proporción que la prima de riesgo y la deuda externa. La sensación de improvisación, falta de transparencia y ausencia de un mensaje claro en nuestro gobierno frente a la crisis ocupa grandes titulares. La percepción sobre España sigue siendo acorde con los tópicos de siempre: alegre país de fiesta al que le falta seriedad, que improvisa y que ahora le toca vivir la cura de una "gran resaca".

En el análisis de nuestras miserias y accidentes buscamos respuestas generalmente fuera de nuestro alcance y seguimos encontrando las responsabilidades al margen de nuestra capacidad de decisión: O bien nos disculpamos, hasta en el tono, como niños pequeños (lo siento mucho, no volverá a ocurrir) o bien tomamos decisiones "rotundas y contundentes" (no he hecho nada) y cesamos de nuestros cargos públicos debido a crueles campañas de desprestigio ante la opinión pública.

La inhabilitación de jueces que investigan delitos contra los derechos humanos, la declaración de beneficios de 300 millones de euros y meses después, el reconocimiento de pérdidas por 19.000 millones de euros, o la urgente necesidad de dejarlo todo resuelto para presenciar un partido de fútbol, son algunas otras perlas que estamos exportando al mundo.

Ante la urgencia de resolver la situación de crisis y deterioro surge con fuerza un interesante debate sobre cómo queremos ser y cómo queremos proyectarnos hacia el exterior. Ante esta percepción de derrumbe, es preciso encontrar ideas para combinar y concertar estrategias de diplomacia empresarial, diplomacia pública y diplomacia cultural.

No vamos solos en este viaje ya que contamos con dos elementos claves de nuestra identidad para una imagen y proyección en el mundo. Por una parte tenemos una identidad de proyecto - lo que queremos ser- y por otra una identidad cultural- lo que somos-. La combinación de ambos nos sitúa en un cruce de caminos en el que podemos encontrar la marca que nos reconozca.

Queremos ser Europa y formar parte de una identidad de proyecto. También somos culturalmente latinos e hispanos, lo que nos aproxima a América Latina, con quien compartimos muchos elementos, entre ellos la lengua, la tradición del derecho o la idiosincrasia.

Las instituciones europeas llevan un tiempo trabajando sobre la imagen de Europa y para ello promueve debates sobre el papel de la cultura en las relaciones exteriores. Europa como potencia económica y actor clave en las relaciones internacionales, busca una proyección cultural común para situarse en el mundo.

América Latina, partiendo de una identidad cultural común, pretende encontrar su lugar en el mundo para ser económicamente pujante y un actor central en el contexto global.

España tiene la suerte de estar situada en estos dos espacios. Es ahora una ocasión excelente para regenerar las alianzas estratégicas con nuestros espacios culturales de referencia y proyectar una imagen que nos fortalezca y nos enriquezca.

 

 

Mubarak sigue vivo en Egipto

Por: | 22 de junio de 2012

MARCOS SUÁREZ SIPMANN

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Se vuelve a utilizar en Egipto el conocido argumento de "un gobierno fuerte es necesario para proteger la libertad". Se perpetúa así la dictadura militar. Se ha prescindido de la figura de Hosni Mubarak aunque el entramado militar y judicial sigue intacto. Políticamente el candidato militar Ahmed Shafiq, último primer ministro de Mubarak, ha logrado reactivar las redes clientelares del Partido Demócrata Nacional, el antiguo partido del régimen.

Seguiremos aceptando la propaganda utilizada por Mubarak durante décadas: "unas elecciones justas y libres llevarán a los islamistas al poder". Por ello -se argumenta- hay que limitar, contener la democracia. La tiranía laica debe mantenerse para impedir una "posible" tiranía islamista. Se ha dado origen así a ese círculo vicioso tan útil para los militares -y, hay que reconocerlo, a Occidente- por el que la exclusión permanente de los islamistas ha llevado a su radicalización. Hasta la importante comunidad copta debe comprender que pese a las promesas de defender su libertad, la dictadura los ha condenado al ostracismo.

En efecto, la fuerza mayoritaria del disuelto Parlamento, los Hermanos Musulmanes, ha cometido errores. El más grave: presentar un candidato propio -Mohamed Mursi- rompiendo su promesa de no concurrir a los comicios presidenciales. Querer acaparar todo el poder ha hecho saltar las alarmas y ha causado estupefacción incluso entre sus seguidores.

Pero si los islamistas ganan las elecciones -y es lo que parece- se les debe permitir gobernar. La responsabilidad de gobierno es lo que les hará más moderados y pragmáticos. Es importante dejar de utilizar la fácil y simplista etiqueta general de "islamistas" sin distinguir entre moderados y radicales.

Querer ir directamente desde la dictadura militar a una democracia laica es ilusorio. El islam juega un papel fundamental en los países árabes y nada mas normal que juegue un papel político importante que se relativizará con los años. El modelo turco es seguido de cerca por los islamistas árabes más moderados.

La democracia no funciona a partir de lo que "debe ser" según una visión extraña, impuesta desde fuera, sino que se desarrolla a partir de lo realmente existente en una sociedad dada. La Unión Europea debe aceptarlo y mostrarse dispuesta al pacto. Sin un protagonismo de los islamistas simplemente no habrá transición y arquitectura institucional democráticas. Sólo entonces la democracia puede arraigar en Egipto.

Cumbres borrascosas

Por: | 21 de junio de 2012

PERE PORTABELLA

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Más de veinte cumbres son muchas cumbres para celebrarlas una y otra vez al borde del abismo, con el pobre resultado de discursos, comparecencias y declaraciones cruzadas para encubrir la evidencia de los intereses antagónicos entre los miembros de la Unión, la Comisión y el BCE, más preocupados por ocultar cualquier asomo de transparencia, provocando un enrocamiento de posturas irreconciliables hasta extremos delirantes. Sin tener en cuenta el riesgo de que siempre hay un suceso que está esperando para suceder sin previo aviso ni control y que cuando ocurre lo imprevisto, lo hace en el peor de los supuestos y tiene consecuencias, quizás, irreversibles: la quiebra de la zona euro y la explosión social.

No han sido especialmente afortunados en el uso de eufemismos, para no llamar las cosas por su nombre en un minucioso proceso de ocultación, valga el ejemplo: A la voz "rescate" se le podría atribuir la acción de salvar a alguien o algo. Hoy ha hundido un país y ha dejado alguno más en "capilla". Estos rescates punitivos, sin circunloquios economicistas son directamente inasumibles por amplias capas de ciudadanos empujados a la pobreza y al paro y a la pérdida de valores que hasta hace relativamente poco tiempo se creían inseparables de un crecimiento progresivo del conjunto de la sociedad con garantías de una mínima equidad en un estado democrático y social.

Ante esta tensión insostenible hoy, mañana insoportable si seguimos así, el desconcierto y las tribulaciones de los habitantes de las cúpulas de poder, generan un espacio de confusión irrespirable donde caben los peores augurios. Ante este escenario los ciudadanos se mueven y resuelven entre el estupor, la desconfianza, el sinsentido y la indignación, presos del miedo que transpira el pánico de nuestros representantes políticos. Se trata de una situación límite que requiere decisiones contundentes y creíbles que nos ayuden a emprender el rumbo correcto de la salida del túnel.

En el mundo del arte, de la ciencia y de la política el uso de las metáforas, paradojas y alegorías, es habitual para abrirnos paso en el ámbito del conocimiento y la investigación. Son instrumentos motivadores que acercan al ciudadano a la comprensión del alcance de las ideas y las estrategias en el horizonte de las expectativas del futuro. Crean confianza y adhesiones para recorrer trayectos por largos y difíciles que sean. Hoy, el sujeto político capaz de sostener una salida del macro conflicto son los ciudadanos, los habitantes de la red que al ocupar masivamente los espacio públicos, se convierten en referentes políticos de primera magnitud sin convocantes institucionales en base a la creatividad asamblearia transversal y expansiva (inteligencia colectiva).

Sirvámonos pues de una paradoja para salir del atolladero, no es ninguna novedad ni sería tampoco la primera vez. Ante un problema de extrema gravedad crear otro problema para solucionar el problema original. Recurrir a la inflación para salir de la recesión. Darle atribuciones al BCE (modificar los estatutos de BCE) para que se mutualizaran, o algo similar, las deudas externas para rescatarlas de las garras de los especuladores (prima de riesgo). Dar tiempo: modificar los plazos inasumibles actualmente para pagar y reducir la deuda y el déficit, teniendo en cuenta la política de quitas en aras del saneamiento de las cuentas públicas y privadas. Inyectar liquidez con garantías para que fluyan a través de los bancos a las empresas y familias, etc. De entrada, gracias a la inflación, se procedería a la devaluación del euro en relación al dólar, en beneficio de la UE. De aquí se desprenden multitud de iniciativas de acuerdo con la complejidad de la diversidad de los estado de la Unión.

Encarrilar una hoja de ruta para el futuro deseable de la Unión Europea, creíble y viable para que genere adhesiones y apoyo de los ciudadanos, acuerdos para trabajar en la coordinación económica y regulación financiera, la armonización fiscal, etc. Todo esto y mucho más para lo que es imprescindible la participación de los ciudadanos devolviendo a la política el poder de las decisiones en base de la legitimidad del sufragio universal con la exigencias implícitas, éticas y morales a cambio de transparencia, credibilidad y viabilidad de un auténtico proyecto asumido con garantías de un futuro de la Europa de los europeos.

La financiación sanitaria y la crisis del sistema

Por: | 20 de junio de 2012

JAVIER REY

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A estas alturas de la crisis económica es importante destacar dos ideas sobre la relación entre aquélla y el Estado de Bienestar: la primera, que el desarrollo de éste en los países europeos que la están sufriendo de manera más intensa no fue la razón de la crisis, pese a lo que se ha sugerido desde sectores neoliberales desde su inicio; la segunda, que, pese a ello, las medidas que se están adoptando para afrontarla suponen en todos esos países el recorte de los distintos componentes que conforman su Estado de Bienestar, poniendo en cuestión el desarrollo alcanzado en cada uno y, con ello, su cohesión social.

Ambas observaciones generales son aplicables de manera específica a los servicios sanitarios de nuestro país. El gasto sanitario per capita en España se adecua desde hace años de manera rigurosa al patrón de gasto de todos los países desarrollados (a excepción de los Estados Unidos): cada país gasta en sanidad en proporción a su nivel riqueza, medida en términos de PIB per cápita, como puede verse en el siguiente gráfico tomado de la OCDE con datos de 2002. Esta tendencia ha sido estable en el tiempo hasta la actualidad para todos los países citados, incluído el nuestro, que en el gráfico está representado con el número 23.

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Por otra parte, y a falta de consideraciones más amplias, con ese nivel de gasto ajustado a nuestro nivel de renta nuestro país ha venido consiguiendo resultados en salud comparables, si no mejores, a los de otros países más ricos con mayores niveles de gasto, y ha venido ofreciendo prestaciones y servicios también comparables en términos de amplitud y calidad a los de cualquiera de esos países.

Frente a esa valoración, que sirve para justificar globalmente la eficiencia de nuestro sistema sanitario, e incluso su sostenibilidad financiera en tanto el país no sufra una quiebra global, se alza, sin embargo, otra realidad contradictoria: el gasto sanitario real de algunas CCAA ha sido un responsable parcial importante del déficit y la deuda en los que ha incurrido una parte de aquéllas (lo que no es de extrañar: los presupuestos sanitarios suponen en promedio el 40% del presupuesto de cada CA).

Con ello, es innegable que ese gasto ha contribuído de manera significativa al problema global de desequilibrio en las cuentas públicas en el que, al margen del origen de la crisis vinculado a los sectores financieros e inmobiliario, estamos sumidos.

Tratar de comprender las razones de esa doble realidad contradictoria tiene importancia teórica, pero también para valorar qué medidas se deben adoptar con el fin de evitar que el déficit y las deudas autonómicas de ese origen sigan hipotecando en el  futuro nuestra capacidad de desarrollo y crecimiento económico global.

Hay que subrayar aquí que la causa de esa situación no está en los excesos en términos de servicios prestados o prestaciones cubiertas en los que haya incurrido nuestro sistema sanitario, esa hipótesis no se sostiene a la luz de la comparación con los patrones de gasto que se han seguido en España en comparación con otros países. Por ello el recorte de los servicios prestados, como el que efectúa el reciente Decreto-Ley 16/2012, al margen de su injusticia social, no es la solución adecuada.

La única causa que permite justificar las desviaciones en el gasto sanitario en las que han incurrido algunas CCAA tiene raíces financieras, no en términos de financiación insuficiente, como reclaman algunos aludiendo a los promedios europeos, sino en razón de las propias características del sistema de financiación sanitaria. Y ello, tanto durante el período, hasta 2001, en el que ésta tuvo carácter independiente y finalista ( y restringido a las 7 CCAA que habían recibido hasta entonces el traspaso del INSALUD), como cuando, a partir de esa fecha, la financiación sanitaria de 15 de las 17 CCAA (menos Navarra y País Vasco) se incluyó en la financiación autónomica general.

Durante ambos períodos el sistema de financiación de la sanidad gestionada por las CCAA ha incluído dos características peculiares: 1) la Administración General del Estado (AGE) ha permanecido siempre ignorante y al margen de la gestión económico-sanitaria de las CCAA; una situación generada no sólo por la resistencia de las CCAA a proporcionar esa información por razones competenciales, sino también por el desinterés y la dejación en la obtención de esa información por parte de la AGE, preocupada sobre todo, con gobiernos socialistas y populares, por liberarse de las responsabilidades sanitarias, un área de gasto creciente y difícil de controlar; 2) la financiación sanitaria de las CCAA recibida en función de la distribución presupuestaria ordinaria ha sido suplida por la aportación de cantidades adicionales fuera de presupuesto, por procedimientos diferentes en cada período ( las "operaciones de saneamiento" del INSALUD en el primero de esos períodos; las cantidades adicionales obtenidas cada vez que se aprueba un nuevo sistema de financiación autonómica en el segundo). Esto las ha permitido incurrir en desviaciones del gasto no controladas, que la AGE fingía desconocer, pero que eran de conocimiento general a través de las reclamaciones de los proveedores, que venían sufriendo demoras progresivas en los pagos, solucionadas ocasionalmente con motivo de algunas de las operaciones citadas.

Por eso, y ante la evidencia de que la participación del Mº de Sanidad en las medidas originales de recorte sanitario fue escasa aunque ahora se tenga que encargar de aplicarlas, conceder a los sectores económicos del Gobierno, responsables de todos los modelos de financiación autonómica y sanitaria que se han venido aplicando, la iniciativa del desarrollo de las medidas para solucionar  los problemas  de los déficit y deudas autónomicas de origen (financiero) sanitario supone algo así como encomendar a la zorra la vigilancia del gallinero. Esos sectores han derivado lógicamente la supuesta solución del problema a los recortes en servicios y prestaciones, obviando cualquier modificación del sistema de financiación sanitaria, que es su causa principal.

El diseño de la financiación de nuestro sistema sanitario, cuyas características lo aproximan a los modelos federales, dista mucho además del que disponen los países con esa forma de Estado. En éstos, singularmente en Canadá, existen mecanismos de financiación condicionada que convierten a la financiación en un instrumento esencial de funcionamiento coordinado del conjunto del sistema y de mantenimiento de las condiciones universales de la cobertura sanitaria. Acercar nuestra finaciación sanitaria a la de esos países podría ser, por eso, el mejor instrumento para resolver los problemas organizativos y financieros de que adolece nuestra sanidad.

 

 

 

 

Duración media del llanto, tres minutos

Por: | 18 de junio de 2012

MIGUEL SÁNCHEZ CALLE

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Europa se juega su supervivencia. Las páginas de información se cargan de noticias desalentadoras, opiniones y lamentos sobre fondos de rescate y contrapartidas, ajustes fiscales, bancos, deuda y primas de riesgo. Cortázar en sus instrucciones para llorar describía el llanto medio como "contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente...".

Uno de los sectores sobre los que recae el imaginario del lamento y el pesimismo es el de la cultura, sin embargo ha llegado a éste el tiempo de "sonarse enérgicamente". Conviene quizá comenzar a hablar de medidas de estímulo concretas. Una de ellas tiene que ver con el aporte de la cultura a la salida de la crisis de Europa.

El pasado 10 de mayo se celebró en Bruselas la reunión de ministros de cultura de la UE, para acordar la posición sobre el programa Creative Europe. En dicha reunión, a pesar de que se escenificaron las diferencias y reticencias al uso en torno a una de las novedades y apartados claves del programa, el de las facilidades financieras, por parte de países del norte como Alemania, Austria, Reino Unido u Holanda, hubo acuerdo en lo que respecta a la importancia de la cultura como instrumento clave de crecimiento y empleo y a la necesidad de fomentar las empresas culturales, sobre todo a las pequeñas y medianas.

Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil coordinadas bajo la campaña We Are More -Act for culture in Europe- han seguido trabajando para reivindicar el papel que debe jugar el programa Creative Europe en la configuración de Europa, y en la necesidad del aumento del presupuesto propuesto (1.800 millones de Euros en un aumneto del 37% más, respecto al periodo presupuestario actual). La campaña representa el apoyo de 80.000 operadores culturales de toda Europa y así se lo hicieron saber el día antes de la reunión de ministros con la entrega de dicho acta a un alto representante del ministerio danés encargado de presidir la reunión.

Cabe destacar el esfuerzo y la labor que se está llevando a cabo desde la presidencia danesa de la UE, liderada por el ministro de cultura danés Uffe Elbaek. El pasado 6 de marzo se celebró en Bruselas el seminario "El papel de la cultura en tiempos de crisis". En este encuentro el Team Culture 2012, propuesta por la Presidencia danesa por la cual 12 personalidades del mundo de la cultura han debatido sobre el papel de la cultura en el actual contexto de crisis durante estos seis meses, presentaron el manifiesto que parte de la premisa de que "la crisis actual que atraviesa Europa va más allá de la economía, las finanzas o la deuda. Es en realidad una crisis mucho más profunda que concierne a los valores europeos".

El manifiesto impulsa tres ideas interesantes acerca de cual es el aporte que el arte y la cultura pueden hacer para estimular nuevos escenarios de salida de la crisis. La primera se refiere a la importancia del intercambio y la cooperación cultural, como estrategia inspiradora para reducir los desequilibrios en las comunidades europeas. La segunda tiene que ver con la participación de creadores y artistas en la formulación de procesos más democráticos. La tercera pasa por potenciar el sector de las industrias creativas y la innovación cultural, como fuente inspiradora de pensamiento creativo para una nueva Europa.

En este contexto de pesimismo económico y una Europa dividida, es hora de impulsar el debate de qué Europa somos, pero, sobre todo, qué Europa queremos. El papel que debe jugar los actores de la cultura, su capacidad de innovación, creatividad y su impulso a la hora de establecer estrategias de cohesión social, deben ser áreas claves en el entramado de intangibles que han de conformar el futuro de Europa.

Tenemos mucho que decir, pero necesitamos las herramientas para llevarlo a cabo.

1. Un lugar para ser escuchados a través de un proceso de consultas útil: las recomendaciones que se solicitan por parte de la UE a través de plataformas que conforman organizaciones de la sociedad civil, llegan a los centros decisores diluidas y cuentan con muy poco impacto en la toma real de decisiones.

2. Capacidad financiera que lo posibilite y sustente. Tengamos en cuenta que es fundamental para el desarrollo estable de nuevas organizaciones el nuevo instrumento de facilidades financieras, además del incremento presupuestario propuesto -cabe recordar que actualmente las ayudas directas a cultura sólo representan el 0,05% del presupuesto total de la UE-.

Es por tanto el momento de ponerse en acción y, volviendo a Cortázar, recordar que "la duración media del llanto es de sólo tres minutos".


¿Nos vamos a suicidar?

Por: | 15 de junio de 2012

NICOLÁS SARTORIUS

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No se preocupen, no estoy hablando en nadie en particular, ni tampoco de esas sectas que, de vez en cuando, deciden suicidarse colectivamente lideradas por un "gurú" enloquecido que decide que ha llegado el momento del fin del mundo. Me refiero, por el contrario, a esa bella historia a la que hace referencia Javier Solana en su artículo de ayer mismo en El País y que no es otra cosa que la construcción europea. En efecto, el final del euro sería el suicidio de esa bella historia. Son conocidas las consecuencias que tendría retroceder a las monedas nacionales en términos de riqueza, volumen de deuda, inflación, dificultades enormes para financiarse etc. Pero no sólo esto. Sin la moneda única sería prácticamente imposible el mantenimiento del mercado único y, en las condiciones de la crisis económica, a los "nacionalismos" del sálvese quien pueda, a las "devaluaciones competitivas". No tendría sentido, a partir de aquí, mantener el entramado institucional que, con tanto esfuerzo, hemos construido los europeos durante más de 50 años. No se trata de amenazar con todos los males del mundo si dejamos caer al euro. Es la realidad y sostener lo contrario creo que es un tanto frívolo.

Pero ¿realmente estamos tan mal? Yo creo que sí. Grecia puede empeorar la situación general; el rescate a una parte de las finanzas españolas no está dando resultado, con la prima de riesgo a niveles insostenibles, pues las incertidumbres siguen siendo grandes. El anuncio del rescate, este fin de semana, sin especificar ni la cuantía, ni las condiciones, ni los instrumentos, junto a las imprudentes declaraciones del Gobierno cantando victoria, ha sido un error. Estas cosas hay que dejarlas claras desde el principio. La discusión sobre si este préstamo genera o no déficit, si es deuda o lo contrario, es de grima. A nadie le prestan dinero gratis y sin condiciones. Nadie garantiza que España no necesite un segundo rescate si las cosas siguen así, esta vez con otras características peores. Y ahora Italia pasa a estar en el ojo del huracán, con una deuda de las más grandes de Europa, la prima de riesgo muy alta y en recesión. ¿Cree alguien que si la situación no se endereza en España e Italia, en un plazo útil, el euro puede sobrevivir? Mi opinión es que no. Mientras tanto, los gobiernos europeos siguen mareando la perdiz, sin tomar las decisiones rápidas y decisivas que el momento requiere. El Banco Central Europeo tiene que intervenir, introduciendo la liquidez necesaria con el fin de relajar la insoportable presión sobre la deuda de ciertos países. Por muy autónomo que sea tiene que estar al servicio de los intereses de los ciudadanos europeos y no puede hacer como Don Tancredo, mientras el toro nos embiste a todos los demás. No podemos aguantar más tiempo haciéndonos cargo de las deudas de los bancos, pues cuando estos obtienen beneficios los reparten entre los accionistas y los directivos, y cuando entran en pérdidas nos las endosan a los ciudadanos. Tiene que existir un sistema financiero europeo, con una autoridad común y un fondo de garantía de depósitos para situaciones de crisis, surtido por los propios bancos. Tenemos que acabar con que las crisis bancarias terminen en crisis estatales. Pero no resolveremos el problema de verdad mientras no mutualicemos la deuda a nivel del euro por medio de los eurobonos y esto, como dice con razón Merkel, no se puede hacer sin mutualizar el control del gasto o, lo que es igual, los Presupuestos de cada país. Nadie puede asumir las deudas de otro si no se controlan mutuamente cuando se gasta. Y controlar los Presupuestos presupone la Unión Política, pues no hay nada más político que las decisiones que cada Estado toma sobre los ingresos y gastos de las cuentas públicas, de dónde se sacan los ingresos y adónde van dirigidos los gastos. Esta es la gran encrucijada ante la que estamos: si queremos salvar el euro y, con él, toda la construcción europea tenemos que avanzar sin vacilación hacia la Unión Política. Y hacerlo no dentro de unos años sino ya, con un sistema financiero europeo, los eurobonos, el control de los presupuestos estatales, un auténtico gobierno de la economía y, consecuentemente, de la política. ¿Una bella utopía? Creo que no, la propia lógica del proceso.

Pero tampoco está descartado que nos deslicemos hacia el suicidio, por estupidez, por incompetencia, por frivolidad o, como otras veces, por errores de cálculo. La Iª Guerra Mundial, el primer suicidio del siglo XX, se precipitó por un error de cálculo de los imperios Centrales -Austria, Alemania-; la IIª Guerra Mundial, el segundo suicidio, probablemente también, cuando Hitler pensó que al atacar Polonia no le iban a responder. Ahora no se trata de guerras, pero el desastre puede ser monumental si nuestros gobernantes cometen errores de cálculo. Y el peor de ellos sería no calcular bien los tiempos, es decir, no tomar las decisiones en tiempo útil o lo que es igual en la Cumbre de este mes de junio.

RUBÉN RUIZ-RUFINO

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Cuando se habla de los sistemas electorales se suele hacer sobre todo valorando su capacidad para convertir las preferencias agregadas de los ciudadanos en representación política. El resultado de esta transformación de votos en escaños articula las discusiones sobre la mayor o menor proporcionalidad de los sistemas electorales. En España este debate ha sido intenso en los últimos años y, cuando empezaba a languidecer volvió a situarse en el centro de las demandas ciudadanas con el movimiento del 15-M.

En un Zoom Político publicado por el Laboratorio de la Fundación Alternativas, analizaba las consecuencias de la ausencia de proporcionalidad en nuestro país, una de las principales deficiencias señaladas por los defensores de reformar el sistema electoral. Con respecto a la proporcionalidad, defendía que si bien las reglas electorales más permisivas favorecían una mayor pluralidad de voces en el Parlamento también conllevaba algunas consecuencias negativas. En primer lugar, los sistemas muy proporcionales están asociados a una mayor inestabilidad de los gobiernos. En democracias jóvenes esto puede ser un problema, pues la escasa duración de los gobiernos impide desarrollar proyectos políticos ambiciosos que modernicen las estructuras del país. Pensar en términos de proporcionalidad, por tanto, implica analizar de forma cuidadosa si se está dispuesto a ceder en gobernabilidad para aumentar la pluralidad.

Post 13 junio
De este trabajo se podía inferir que, teniendo en cuenta solamente las consecuencias políticas de las reglas electorales, los sistemas de corte mayoritario podrían tener efectos más positivos que los sistemas muy proporcionales. Sin embargo, en este análisis no se tenían en cuenta otras cuestiones relevantes como las consecuencias económicas de la representación política. La literatura académica que ha analizado esta relación establece que bajo sistemas mayoritarios es más probable encontrar gobiernos conservadores que bajo sistemas proporcionales. O dicho de otra manera, con sistemas proporcionales es más probable que aparezcan gobiernos socialdemócratas y, por tanto, más redistributivos que bajo sistemas mayoritarios. El gráfico que muestro aquí también va en esa dirección. En el eje vertical he medido las variaciones en los niveles de desigualdad utilizando el indicador de Gini, donde 1 indica la mayor desigualdad y 0 la menor; en el eje vertical he colocado el tamaño (mediano) del distrito que es un predictor de la proporcionalidad del sistema electoral -a mayor distrito, mayor proporcionalidad-. Teniendo en cuenta, además, factores que pueden explicar la reducción de la desigualdad como la apertura económica o el tamaño del país, lo que el gráfico muestra es que la reducción de la desigualdad en 17 países de la OCDE entre 1945 y 2004 se produce en aquellos sistemas electorales donde la proporcionalidad es mayor.

Los países donde la reducción de la desigualdad ha sido mayor -Noruega, Suecia y Finlandia- además de proporcionales tienen listas abiertas y duras leyes de transparencia que facilitan el control ciudadano en sistemas donde los gobiernos de coalición son frecuentes. Si el debate sobre el sistema electoral continúa, quizás se interesante fijarse no sólo en cómo convertir votos en escaños sino también bajo qué condiciones la representación política genera, además, resultados económicos más igualitarios.

Demoledor informe, preocupación creciente

Por: | 12 de junio de 2012

JORGE FERNÁNDEZ LEÓN

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El pasado mes de marzo, veinte organizaciones españolas del tercer sector hacían entrega al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas de un documento sobre el estado de los derechos económicos, sociales y culturales en España. Este informe, preparado durante el pasado mes de mayo al Comité, es el quinto estudio periódico elaborado para tratar de elucidar el estado de la cuestión en nuestro país. Los resultados son cuando menos demoledores. Y la ausencia del sector cultural en el análisis a través de alguna de sus organizaciones representativas, es, como mínimo, preocupante.

Las recomendaciones ejecutivas del informe fueron realizadas con posterioridad al cambio de Gobierno de España y teniendo ya presentes los cambios normativos y presupuestarios, aunque aún sin poder calibrar el impacto y primeros efectos de los mismos en las garantías y derechos efectivos de la ciudadanía. Algunas de sus conclusiones no obstante merecen comentario y reflexión.

La primera de las propuestas hace mención al debilitamiento creciente de las garantías personales en cuanto a los derechos en la totalidad del territorio, ante cualquier administración y tribunales y con la preservación de los derechos legales de acceso a la justicia, mientras que la segunda nos recuerda que seguimos ¡desde 1996! pendientes de firmar la ratificación de la Carta Social Europea y el protocolo que permite la presentación de reclamaciones colectivas. Estos días estamos viendo como numerosas iniciativas ciudadanas de reclamación, ante la previsible vulneración de derechos (como en el caso de Bankia) vienen encontrando dificultades reales para su puesta en marcha precisamente por este incumplimiento.

Le recuerdan además al Gobierno, como primer representante del Estado, su obligación de mantener sus compromisos con los Derechos Humanos, a través de la aprobación del segundo Plan de Derechos Humanos que se traduzca en medidas concretas, tanto de política exterior como de política interior con indicadores y plazos medibles y razonables. La escabechina presupuestaria en nuestros programas de Cooperación Internacional deja poco espacio para la duda en cuanto al exterior. Y la acción represora que en los crecientes conflictos sociales provocados por los recortes está teniendo lugar, es motivo de una preocupación cada vez mayor entre muchos ciudadanos que, habiendo votado al actual partido en el Gobierno o formando parte de él, no comprenden su actitud, incluso la censuran sin medida.

Los datos incluidos en el informe son, en general y en detalle, enormemente preocupantes por la profundidad de los daños que la crisis ha llevado a las vidas de millones de familias en España. Y más por la densidad de daño creciente que, cada día, vemos en nuestro entorno, combinado con la inexistente respuesta y la aparente o real insensibilidad de la administración actual ante todos ellos.

Pero también es reseñable el hecho de que entre la veinte organizaciones que participan en la elaboración de este informe no haya ni una sola que pertenezca al mundo de la cultura. Mientras nos llenamos la boca con el crecimiento de las Fundaciones y sociedades del tercer sector cultural, resulta que no se ha encontrado ninguna con suficiente capacidad como para aportar datos respecto a los daños en el campo de los derechos culturales, casi inéditos por cierto en el informe. Un dato preocupante y significativo.

El País

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