DIEGO BEAS
Desde el punto de vista de las encuestas, la campaña presidencial de 2012 en Estados Unidos ha sido sorprendente por un factor: su estabilidad. Es decir, su falta de movimiento a lo largo de los meses en los que todo tipo de encuestas (diarias, mensuales, conservadoras, progresistas) arrojaban esencialmente el mismo resultado: Obama adelantaba a Mitt Romney (incluso desde antes de ganar la interna de su partido) por entre dos y tres puntos porcentuales. Si miramos la encuesta más exhaustiva de todas, la que realiza Gallup diariamente, comprobamos que su tendencia es más plana que las llanuras del Medio Oeste.
Elección de vicepresidente, viajes al extranjero, atentados terroristas, nada, parecía, alteraba la obstinada tendencia. Esto es, hasta los últimos días. Además de la ligera subida en las encuestas producto del llamado bounce de la Convención Demócrata -Romney no acortó la desventaja en Tampa-, el giro más revelador se ha dado en ese otro consenso de Washington: el mediático. A lo largo de los últimos días ha sido sorprendente ver cómo medios de todo el espectro ideológico comienzan a caracterizar la campaña de Mitt Romney como un fracaso. En el mejor de los casos, el consenso apunta hacia la pérdida de fuelle del candidato; en el peor, a dar la campaña por muerta señalando que será prácticamente imposible darle la vuelta a siete semanas de los comicios.
Sí, por una parte, se trata de la retahíla de errores del contendiente Republicano: desde su negativa a presentar sus declaraciones de impuestos a sus impopulares comentarios en su primera gira internacional como candidato; desde su elección de vicepresidente -claramente defensiva, apelando al ala más conservadora del partido- a su incapacidad para conectar con el 50% de los electores: las mujeres. Las políticas Republicanas no sólo no distinguen género, en muchos casos, van claramente en contra del empoderamiento femenino. Uno de los eslóganes que más circulan estos días dice: Romney, en contra de la desregulación de Wall Street; a favor de la regulación de las mujeres y los homosexuales.
Pero, el fondo del problema no sólo está en los errores del rival de Obama. Quizá más importante es el desfondamiento ideológico de una campaña que intenta presentar las mismas ideas económicas aplicadas durante los últimos 30 años como única e inequívoca receta para sacar al país de la crisis. En su insistencia en concentrar todos los esfuerzos económicos del Gobierno en la reducción del déficit al tiempo que se reducen impuestos y competencias de las administraciones -mientras el desempleo no baja del 8% y el país se rezaga en temas de inversión en investigación y desarrollo-. En presentar la fórmula de la supply-side economics (rebajas de impuestos en lo más alto para estimular la oferta y, en teoría, acelerar el consumo y crecimiento) como la esencia del credo conservador, sin atender al desarrollo de la propia disciplina económica y la evidencia empírica apuntando en la dirección contraria.
El lunes, el ideólogo y asesor Republicano David Frum, tuiteaba un decálogo explicando los fracasos de la campaña que resumen bien la encrucijada del partido: 1) La campaña tiene un problema de mensaje porque tiene un problema de plataforma; 2) el problema de plataforma consiste en que Romney no hace otra cosa que presentar malas noticias a la clase media americana; 3) ¿cómo vendes el mensaje de recortar la seguridad social para bajar los impuestos del 1% con más renta al nivel más bajo en muchas décadas?; y así hasta el número 10. En suma, si algo ha quedado claro después de más de tres meses de campaña es que ese discurso simplemente no cuaja entre el electorado estadounidense.
Así, nos enfrentamos a la recta final de la contienda con un Obama claramente en el liderato. Arriba en el voto popular por un margen que oscila entre el 3% y 5% y, mucho más importante, con un margen aún más amplio en el Colegio Electoral -la vía por la cual se elige en realidad al presidente-. Según el análisis más reciente de Nate Silver, el especialista en encuestas del New York Times, las probabilidades de triunfo de Obama en el voto electoral han rebasado por primera vez el umbral del 70%. La posibilidad de que Mitt Romney alcance los 270 votos electorales necesarios para ser proclamado presidente, es más baja que nunca.
Hay 1 Comentarios
solo proponer bajarle los impuestos a los mas ricos es delirio, por el simple hecho que si de verdad quisieran crear empleo y todas esas maravillas tienen dinero de sobra para hacerlo.
Publicado por: army | 22/09/2012 18:14:20