IRAXIS BELLO
Comunicadora social y periodista, investigadora UAM, colaboradora OPEX
La consolidación del Estado presidencialista, el descrédito de las instituciones públicas, la exacerbación de la polarización política y la vulnerabilidad del hilo constitucional son algunas de las causas estructurales que explican la situación actual de Venezuela agravada, en las últimas semanas, por la incertidumbre que genera la información (a veces escasa o contradictoria) sobre la salud del presidente, Hugo Chávez, y las interpretaciones de la Ley ante una situación sobrevenida, incluso para el sector oficial. Es importante revisar la cadena de acontecimientos a lo largo de la cual la situación se ha hecho cada vez más compleja tanto para la oposición como para el oficialismo.
Apenas dos meses después de haber ganado las elecciones, el presidente Chávez anunció el pasado 08 de diciembre, que viajaría a Cuba para someterse a una cuarta operación debido a la reaparición de células cancerígenas. Nombró al vicepresidente, Nicolás Maduro, como su “sucesor político”. La Constitución de Venezuela establece que ante la ausencia del primer mandatario, asume el vicepresidente.
Causó cierta conmoción, en la opinión pública, que el presidente llamara a votar por Maduro de producirse su ausencia absoluta. Por primera vez en Venezuela, se comenzó a hablar de un chavismo sin Chávez. Conmoción que se traslada a la arena internacional ante la incertidumbre sobre la continuidad del Socialismo del Siglo XXI en América Latina y del ALBA en ausencia del carismático y personalista líder.
Ante la emergencia médica, la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, concedió el permiso de viaje al presidente pero, y he aquí el mayor problema, no especificó el tipo de ausencia (temporal o absoluta) lo que ha impedido a la clase política (la opositora y la chavista) seguir una línea constitucional de actuación coherente, según hubiese sido el caso.
A más de un mes de ausencia, se presentó otro escollo: La toma de posesión del cargo prevista constitucionalmente para el 10 de enero. El artículo 231 de la Constitución demanda que el candidato elegido tome posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia. Ante la ausencia física del presidente, algunos sectores pidieron a la máxima corte que interpretara el espíritu del Constituyente, en cuanto a la ausencia del presidente que en el caso actual aparece indefinida. Tanto el Tribunal como la AN dieron permiso indefinido al primer mandatario para ausentarse del cargo sin que ello constituya falta alguna.
Amparado en esas decisiones, el oficialismo realizó un acto público en el que legitimó al pueblo como garante del poder popular y aseguró la presidencia a Chávez hasta 2019, situación que supone una ruptura del hilo constitucional por parte de la oposición y otros sectores sociales. Y que supone –además. una situación sin parangón en la región latinoamericana.
El oficialismo se enfrenta al reto de mantener la continuidad de la revolución bolivariana incluso ante la posibilidad de la ausencia de Chávez, en medio de la cuestionada interpretación de la Ley, pero con una base popular significativa, que probablemente le daría de nuevo la victoria en unas elecciones; mientras que la oposición no logra articular un discurso que sea descifrado por los sectores populares comprometidos con el gobierno, luce desarticulada en sus acciones y agotada.
De concretarse un escenario sin Chávez, el vicepresidente Nicolás Maduro enfrentará varios retos: mantener el imaginario chavista, en la población, a través de la capitalización de la figura del ausente líder; evitar la fractura de la cohesión política oficialista (Maduro representa el ala civil del gobierno central mientras que el presidente de la Asambla Nacional, Diosdado Cabello, más 90% de los gobernadores, electos en diciembre pasado, son ex militares); fortalecer las redes neopatrimoniales en función de evitar deslealtades al proceso revolucionario y garantizar su continuidad; apaciguar el descontento social ante problemas como la violencia y la inflación e intentar llenar el vacío del Presidente en el escenario internacional, a través de la instrumentalización de la retórica chavista y de mantener las bondades de la diplomacia petrolera.
Una situación como la acontecida en Venezuela es difícil para cualquier democracia, siempre hay un dilema en la interpretación de la ley ante una casuística compleja. Pero, en el reseñado marco de presidencialismo extremo y polarización política se convierte en una situación en la que es imposible saber que ocurrirá en el futuro más cercano. Lo cierto es que tanto oposición como oficialismo se juegan su futuro, bien la conversión de Chávez en un mito que de larga vida a un oficialismo que consiga mantenerse unido y alejado de tentaciones militaristas; bien para la oposición, la oportunidad de mostrar que hay una alternativa no chavista para Venezuela en un nuevo proyecto en el que los sectores populares se sientan representados.
Más que nunca, en este caso cabe afirmar: Amanecerá y veremos.
Hay 4 Comentarios
Fantástico análisis de la situación venezolana.
Publicado por: Pete Taylor | 21/01/2013 9:25:04
Excelente Análisis , no se sabe quien Gobierna. No se sabe a donde vamos , Venezuela un Barco sin rumbo. Amanecerá y veremos.
Publicado por: Zulamith | 18/01/2013 20:34:19
La visiòn de esta periodista constituye una enumeraciòn de todos los eventos vividos en Venezuela en los últimos meses y plantea abiertamente lo que muchos, con conciencia crìtica, nos preguntamos...hacia dónde vamos???? Más allá de hacerlo una discusiòn acerca de la legitimidad o no...vivimos una incertidumbre absoluta, en lo polìtico, en lo social y en lo económico. Coincido: amanecerá y veremos!!!
Publicado por: Iris Castillo D. | 18/01/2013 16:39:03
Nada objetivo este análisis. Lo que califica de "oficialismo" para intentar hablar de "Gobierno legítimo" no se encuentra en ninguna encrucijada: ganó ampliamente, por once puntos de diferencia, unos comicios sin el menor atisbo de irregularidades, y ratificó su simpatía popular en los sufragios de los diferentes Estados en recientes fechas. Que el candidato a la Presidencia se encuentre enfermo no resta legitimidad democrática a la victoria del PSUV.
http://casaquerida.com/2013/01/16/descongestion-violenta/
Publicado por: Tinejo | 18/01/2013 12:36:31