Alternativas

Sobre el blog

Crisis de la política, la economía, la sociedad y la cultura. Hacen falta alternativas de progreso para superarla. Desde el encuentro y la reflexión en España y en Europa. Para interpretar la realidad y transformarla. Ese es el objetivo de la Fundación Alternativas, desde su independencia, y de este blog que nace en su XV Aniversario.

Sobre los autores

Nicolás SartoriusNicolás Sartorius. Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Alternativas (FA), abogado y periodista, ha sido diputado al Congreso.

Carlos CarneroCarlos Carnero. Director Gerente de FA, ha sido Embajador de España en Misión Especial para Proyectos en el Marco de la Integración Europea y eurodiputado.

Vicente PalacioVicente Palacio. Director del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas, Doctor en Filosofía, Visiting Fellow y Visiting Researcher en Harvard.

Sandra LeónSandra León. Profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de York (Reino Unido) y responsable de la colección Zoom Político de la Fundación Alternativas.

Carlos MaravallCarlos Maravall. Doctor en Macroeconomía y Finanzas Internacionales por la Universidad de Nueva York. Ha trabajado como asesor en Presidencia del Gobierno en temas financieros.

Erika RodriguezErika Rodriguez Pinzón. Doctora en relaciones internacionales por la Universidad Autónoma de Madrid y coordinadora de América Latina en la Fundación Alternativas.

Ana Belén SánchezAna Belén Sánchez, coordinadora de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Fundación Alternativas.

Jose Luis EscarioJose Luis Escario. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y Master de Derecho Internacional y Comunitario por la Universidad de Lovaina. Coordinador del Área Unión Europea de FA.

Kattya CascanteKattya Cascante coordina el área de Cooperación al Desarrollo del Observatorio de Política Exterior de la Fundación.

Enrique BustamanteEnrique Bustamante. Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la UCM. Es un experto de la economía y sociología de la televisión y de las industrias culturales en España.

Alfons MartinellAlfons Martinell. Director de la Cátedra Unesco en la Universidad de Girona y profesor titular en esa misma institución. Codirige el Laboratorio Iberoamericano de Investigación e Innovación en Cultura y Desarrollo.

Carles ManeraCarles Manera. Catedrático de Historia e Instituciones Económicas en la Universitat de les Illes Balears. Es Premio Catalunya de Economía (Societat Catalana d’Economia, 2003).

Stuart MedinaStuart Medina Miltimore. Economista y MBA por la Darden School de la Universidad de Virginia. Es presidente de la Red MMT y fundador de la consultora MetasBio.

Luis Fernando MedinaLuis Fernando Medina. Profesor de ciencia política en la Universidad Carlos III de Madrid. Es autor de 'A Unified Theory of Collective Action and Social Change' (University of Michigan Press) y de "El Fénix Rojo" (Editorial Catarata).

José María Pérez MedinaJosé María Pérez Medina. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología y en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Funcionario del Estado. Ha sido Asesor en el Gabinete del Presidente del Gobierno entre 2008 y 2011.

José Antonio NogueraJosé Antonio Noguera. Profesor Titular de Sociología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y director del grupo de investigación GSADI (Grupo de Sociología Analítica y Diseño Institucional).

Antonio QueroAntonio Quero. Experto en instrumentos financieros de la Comisión Europea y coordinador de Factoría Democrática. Es autor de "La reforma progresista del sistema financiero" (Ed. Catarata).

Paloma Román MarugánPaloma Román Marugán. Profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid. Autora y coordinadora de distintos libros, artículos en revistas especializadas, artículos divulgativos y artículos de prensa.

Jesús Prieto de PedroJesús Prieto de Pedro. Doctor en Derecho, Catedrático de Derecho Administrativo en la UNED y titular de la Cátedra Andrés Bello de Derechos Culturales.

Santiago Díaz de Sarralde MiguezSantiago Díaz de Sarralde Miguez. Profesor de la URJC y coordinador de Economía en OPEX de la Fundación Alternativas.

Javier ReyJavier Rey. Doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Cardiología. Secretario de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida.

Por qué la corrupción política pasará factura esta vez

Por: | 06 de febrero de 2013

PABLO SIMÓN

Sobres

La corrupción política tiene efectos perversos conocidos. Erosiona el capital político de los gobernantes, quiebra el funcionamiento de las instituciones, corrompe los lazos de interacción social y acarrea ineficiencias para el funcionamiento de la economía. Aunque el tema puede abordarse desde muchos ángulos, a mi me gustaría centrarme en uno concreto; el rol que juegan los votantes en el castigo de los corruptos.

Si miramos al caso español, tanto los estudios especializados como los sonados casos de  reelección de corruptos indican que los votantes no sancionan demasiado estos comportamientos. ¿Por qué es esto así? Expertos en este campo han sugerido tres posibles explicaciones. 

La primera es la teoría del intercambio implícito. A veces se asume que toda la corrupción es igual, pero no tiene por qué: Es posible que haya un beneficio (económico) implícito que llegue a los votantes cuando el político hace cosas ilegales. Frases como “será corrupto pero hace cosas”, o “al menos contrata a los de aquí” de tiempos de la burbuja inmobiliaria representan el llamado patronazgo político, una vía que justificaría que no hubiese castigo electoral.

Una segunda explicación se relaciona con el rol de la ideología y los medios de comunicación. Es conocido que la ideología puede exonerar los casos de corrupción del partido cercano a nuestras posiciones. En el caso español, esto se combina con un sistema de medios muy polarizado que reproducen casi perfectamente alineamientos partidistas y que hacen que si la denuncia de corrupción la hace un medio “contrario”, no se le de credibilidad.

La última explicación es la del cinismo político. La idea es que si todos los partidos políticos son percibidos como corruptos, los ciudadanos no verán razones para cambiar su voto. El predominio de sentimientos de anti-política o desafección ciudadana harían que el castigo sea menor y de ahí la clásica estrategia de acusar a los demás partidos de corrupción cuando uno es acusado. Si todos son igual de corruptos, al menos me quedo con los míos. 

Creo que en el caso de la trama de financiación ilegal del Partido Popular hay razones para esperar un castigo electoral. Primero, porque no es una corrupción clientelar ya que solo beneficia a la cúpula. Segundo, porque se da en un contexto económico desfavorable, justo cuando la corrupción es más castigada ante la falta de rentas a otros actores. Tercero, porque en este caso medios de todas las tendencias dan veracidad a las informaciones sobre financiación ilegal. Y finalmente, porque hay una oferta creciente de partidos extramuros ajenos a escándalos que pueden quitarles votos.

Por lo tanto a menos que el Partido Popular tome medidas importantes de transparencia, con una investigación independiente y una importante depuración de responsabilidades, es muy probable que siga perdiendo la confianza de los ciudadanos. Y es algo urgente porque sin unas instituciones creíbles y transparentes será imposible superar la difícil situación política y económica por la que atraviesa España.

¿Por qué peligra la transición egipcia?

Por: | 01 de febrero de 2013

NICOLÁS SARTORIUS

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    Dentro de las llamadas “primaveras árabes” la que tiene mayor trascendencia es la egipcia. El país de los faraones es por su historia, situación geográfica, población e influencia cultural un actor decisivo no solo en el Mediterráneo sino en todo Oriente Medio, en el conflicto Israel-Palestina, en el de Siria, en las relaciones con Irán y, más allá, en la estabilidad de un  comercio marítimo que afecta a todo Occidente. Es por ello, por lo que despertó en todo el mundo grandes esperanzas la caída de la dictadura de Mubarak y el inicio de un proceso que debía conducir a la democracia, cuyo éxito repercutiría en el norte de Africa y, en general, en todo el mundo islámico. Sin embargo, desde las grandes manifestaciones de la plaza de Tahrir y los posteriores procesos electorales, el gran país del Nilo no ha encontrado la estabilidad sino todo lo contrario. Las protestas se extienden por todo el país, los muertos se cuentan por decenas, los enfrentamientos entre los partidarios del presidente Mohammed Morsi y la oposición no cesan y el toque de queda ha sido decretado en una serie de ciudades del norte. La situación ha llegado a tal punto de deterioro que el jefe de las Fuerzas Armadas ha declarado que o la situación se recompone o el Estado egipcio está en peligro de colapsarse. Todo ello indicaría que la transición a la democracia, que tantas esperanzas había despertado, estaría fracasando. Me he preguntado muchas veces el por qué de este fracaso y me ha venido a la memoria una experiencia que viví en El Cairo hace poco más de un año y que tiene alguna relación con lo que está sucediendo. Tuve ocasión de asistir, en nombre de la Fundación Alternativas, a un encuentro patrocinado por la Unión Europea sobre las experiencias de las transiciones de las dictaduras a las democracias que  habían tenido lugar en Europa Occidental en los años 70. Pude comprobar entre los asistentes, académicos, políticos, activistas sociales, empresarios, sindicalistas, militares, todos egipcios, un evidente interés por la experiencia española,que explicamos desde diferentes enfoques los que habíamos acudido desde España. Tanto es así, que poco después, y por iniciativa de la embajada de España en El Cairo, se editaron en lengua árabe los Pactos de la Moncloa, con un prólogo del que esto escribe.

    Pues bien, nada de lo que explicamos como elementos fundamentales de la experiencia española y de otros países, y que han estado en la base del éxito de estas transiciones, se han dado en el caso egipcio y el resultado está a la vista. Es evidente que no se trataba de copiar  experiencias que se dieron en contextos y épocas diferentes. Sin embargo, hay lecciones básicas que son válidas en cualquier circunstancia y que si no se tienen en cuenta el riesgo de fracasar es grande. La primera lección es que cuando se sale de una dictadura por medio de una revolución -en este caso pacífica- lo primero que hay que hacer es estabilizar la economía y la situación social, lo que exige una acuerdo entre las fuerzas políticas, económicas y sociales con el fin de evitar que la economía se deslice en caída libre, que es lo que está sucediendo en Egipto, con el consiguiente malestar social -¿ para qué sirve la democracia?. Luego, es esencial que el nuevo marco político -la Constitución- sea el resultado de una pacto entre todas las fuerzas políticas y no un arma arrojadiza de unos contra otros. En Egipto, la nueva Constitución refleja la mayoría obtenida por los Hermanos Musulmanes y sus aliados y está impregnada de elementos religiosos y partidistas que no son aceptados por los amplios sectores laicos, femeninos, juveniles y de partidos democráticos que se han agrupado en el Frente de Salvación Nacional y que fueron los que más se movilizaron para acabar con el régimen de Mubarak. Ambos errores, junto a otros, cometidos por los Hermanos y su líder, como pretender asumir demasiado poder, quedar al margen del control judicial, de que la “sharía” inspire las leyes etc ha conducido a la actual situación de enfrentamiento que puede hacer fracasar todo el proceso de Transición.  Llegados a este punto,el acuerdo se impone y debería ser recomendado desde todas las instancia europeas junto a planes de cooperación que ayuden a levantar la economía y mejorar las condiciones sociales. El futuro de Egipto está en manos, por supuesto, de los egipcios, pero merecería la pena hacer un esfuerzo para cooperar a que el proceso acabe en éxito y no en fracaso.

El País

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