JAVIER VALLS PRIETO. Prof. Contratado Doctor. Universidad de Granada
El caso de espionaje por parte de EE.UU. ha vuelto a saltar todas las alarmas con respecto a la intromisión por parte del Estado en la vida de los ciudadanos. La justificación como está empezando a ser recurrente cada vez que el Estado quiere limitar los derechos de los ciudadanos es la seguridad. O como diría el Presidente “no se puede tener 100% de intimidad y 100% de seguridad”. Esto nos plantea dos dudas: ¿La seguridad es un medio o es un fin? y ¿Realmente tenemos un 100% de intimidad?
La respuesta a la primera pregunta es sencilla dentro de un Estado de democrático de Derecho, la seguridad es un medio para mantener los Derechos de los ciudadanos en el Estado. Pero nunca debe ser considerado como un fin. Sin embargo tras los atentados del 11 de septiembre la obsesión por la seguridad nos ha decantado por ceder (por no decir que los gobernantes nos los han quitado) parte de nuestros derechos con el fin de conseguir mayor seguridad. Las amenazas que surgen en la globalización ponen en serio peligro el sistema democrático y el terrorismo no es la principal. La criminalidad organizada con utilización de Internet ya sea para perpetrar crímenes o como forma de comunicación ha conseguido un poder tan fuerte que sin duda es la mayor amenaza del Siglo XXI a los Estados Democráticos siendo necesario combatirla para conseguir asegurar nuestros derechos como ciudadanos, pero nunca sobreponerlos a estos. Por tanto, el espionaje por parte de los Estados debe tener el límite de mantener efectivos los Derechos individuales.
Hasta aquí no hay nada nuevo en esta materia puesto que la vida en sociedad implica la cesión de parte de nuestra libertad para conseguir convivir en sociedad y permitir que ese control de la misma se lleve a cabo por una estructura como el Estado. Por eso mismo la necesidad de que haya un control del Estado por el poder judicial y por los ciudadanos con sus derechos políticos. Aún así el Estado ya posee muchos datos personales de los ciudadanos. Por tanto, no vamos a tener un 100% de intimidad y podemos aceptarlo.
El problema surge cuando se aplica las nuevas formas de procesamiento de datos en la información que se encuentra en Internet, dando como resultado la desaparición de la intimidad tal y como la tenemos concebida. El debate no es si se tiene el 100% de intimidad sino si entre la posibilidad de no poder borrar la información sobre un individuo y el cruzar los datos con las diferentes fuentes el paradigma de la privacidad se desvanece. Y más si nos encontramos con que los recolectores de dicha información son empresas privadas a escala mundial. Esta situación deja la magnífica frase de Obama en un 0% de intimidad, pero tampoco conseguimos un 100% de seguridad, como se pudo observar en el atentado de Boston en la que la información que tenían los servicios secretos podían haber evitado el atentado.
La situación en la que nos encontramos es que existe una gran indefensión de los ciudadanos ante las grandes potencias del ciberespionaje. La única posibilidad es que mediante normativa supraestatal se pueda controlar este tipo de situaciones. Aquí la UE tiene mucho que decir y que proteger, principalmente porque tiene un poder internacional mucho más fuerte que el de los Estados nación. Además en la propuesta de Directiva sobre procesamiento de datos por las autoridades competentes con fines de prevención, investigación, detección o persecución de crímines o de ejecución de penas y de movimiento libre de esos datos pone uno límites que pueden servir para poder realizar las investigaciones protegiendo los derechos de intimidad de las personas poniendo el límite de los datos que puedan producir una discriminación por raza, origen étnico, características genéticas, religión o creencias, opiniones políticas, orientación sexual o discapacidades, atenten contra los derechos del niño o afecten a la posibilidad de que el ciudadano tenga la posibilidad de defenderse ante un Tribunal.
La necesidad de una protección real junto con la necesidad de combatir la ciberdelincuencia es hoy día vital para la protección de nuestro sistema democrático. Como ha señalado Juli Zeh en su artículo en The Guardian “La protección de datos es a la era de la comunicación lo que la protección medio ambiental a la era de la industrialización”.
Hay 3 Comentarios
Comparto un navegador que no te espia como Google. http://zibertronicos.blogspot.com/2013/06/duckduckgo-el-buscador-anonimo.html
Publicado por: Juan Hernandez | 27/06/2013 4:54:12
Los derechos fundamentales son parecidos a los derechos humanos, todo el mundo habla de ellos pero nadie los ha visto. Brillan por su ausencia. Me resulta más tranquilizador reconocerlo que obsesionarme con el pecado original. La violación sistemática de los derechos es atribuida por defecto a ciertos países "bárbaros". Pero cuando esta violación se produce en el paradigma de la civilización, las llamadas naciones democráticas, los golpes en el pecho resuenan en China. Si Edward Snowden fuera chino y hubiese descubierto una trama china de piratería, conspiración y prácticas criminales a nivel planetario, y a la vez hubiese hecho la denuncia en New York, hoy estaría siendo promovido para el premio nobel de la paz, habría adquirido la nacionalidad norteamericana ipso facto y el periodismo sin fronteras estaría escribiendo ríos de tinta sobre el maligno. Pero no ha habido suerte, Edward Snowden no es chino, hoy es un blanco móvil. Otra falta de respeto (yo a esto lo llamo simplemente racismo), es considerar que la neurosis usa por la seguridad es lo que ha provocado el celo del ciberespionaje. Esto quiere decir que los demás países no deben preocuparse por su seguridad, cuando es exactamente todo lo contrario. Los países "no democráticos" deben preocuparse muy mucho por su seguridad. La realidad demuestra que las bombas caen siempre del mismo lado, y los muertos los ponen otros. Si EE UU debe preocuparse por su seguridad después del 11S ¿no debe preocuparse acaso Irak, o Irán, o cualquier país del Oriente Próximo susceptible de ser liberado de las garras de algún régimen, cualquier país de América Latina o Asia...? Los requiebros para no llamar a las cosas por su nombre son de campeonato. Hay que recordar al periodismo sin fronteras que justificar el crimen te convierte en cómplice del criminal. Como dije me tranquiliza verificar que puesto que no existen los derechos fundamentales estos no pueden ser violados. Nos pasamos el tiempo hablando de cosas que no existen, los derechos humanos no existen. Son parte de una construcción artificial sobre el comportamiento humano.
Publicado por: orin | 27/06/2013 2:51:29
MANIFIESTO: PAREMOS LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL POR VÍA DE CÓDIGO PENAL: http://libertadesdemocraticas.org/manifiesto_protesta_social/ Lee, firma, apoya, difunde.
Publicado por: PDLD | 26/06/2013 19:16:02