VICENTE PALACIO
Ha sonado una voz de alarma en Alemania: el partido anti-euro del AfD planea sobre el Bundestag, mientras se hunden los Liberales. La cosa tiene su valor simbólico: los eurófobos todavía son pocos y de especie muy heterogénea. Pero esto inevitablemente agitará viejos fantasmas germanos: ¿y si la economía alemana empeora en los próximos años, en una Europa esclerotizada?
Tras el aplastante triunfo de Merkel en las elecciones, para los europeístas solo queda la esperanza de una gran coalición de último minuto entre democristianos y socialdemócratas. Algo que al menos no cierre con llave la puerta de un cambio de rumbo alemán y de la Unión Europea.
Durante los últimos cuatro años Merkel ha gestionado a su manera la crisis del euro. La crisis presionaba a Alemania a liderar la reactivación económica y política del continente; pero, como sabemos, hasta ayer Mutti (Mami, apodo de Merkel) mandó a la Historia a tomar vientos.
Hoy a Merkel hay que reconocerle la gran habilidad de conseguir que los alemanes y el resto de ciudadanos europeos se creyeran dos cosas: La primera es que el problema son los demás o lo tienen los demás: Grecia, Portugal, o la misma Europa, pero no Alemania. Claro que los demás tienen problemas: el desempleo español, la amenaza de colapso griego, o la desastrosa política italiana. Y claro que en la Alemania de hoy hay múltiples motivos de inspiración para planificar y construir un país. Pero si los vecinos del sur se estancan en la recesión, ¿qué sentido tiene para el “corazón de Europa” hablar de una “Alemania fuerte”? Pero una mayoría de alemanes se lo ha creído.
La segunda cosa que todos creyeron es que nada iba a cambiar sustancialmente después de las elecciones. Por razones de táctica electoral, durante la campaña ni democristianos ni socialdemócratas han querido revelar contenidos de un posible pacto. Pero ello no cerraba necesariamente las puertas a un cambio. Al igual que ocurre a menudo con las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se repitió que nada cambiaría; que los dos candidatos eran iguales; que nada podía hacerse desde fuera. Merkel ha ganado en volandas de la auto-profecía.
Curiosamente, también en España (con nuestro Gobierno a la cabeza), un gran número parece haber claudicado ante la causa calvinista (¡nada distinto puede hacerse!), mientras bajo la mesa hacen vudú con una muñeca de Mutti. Pero esta actitud es insostenible para nuestro país y para el conjunto de Europa. Sería bueno si, por un momento, podemos abstraernos del resultado, y de nuestras propias miserias, y mostrar, sin maniqueísmos pero a las claras, que Alemania tiene un gran problema de ensimismamiento y de pérdida de la brújula europea, que le acabará pasando factura.
Afuera de su pequeño paraíso, Alemania tiene una larga tarea para lavar su imagen entre los ciudadanos del sur. ¿Hasta cuándo será soportable para el resto el éxito alemán y el fracaso propio?. Alemania lleva gastados más de 150 billones de euros en rescates; un gran esfuerzo que sin embargo no lo ha rentabilizado políticamente. Ha sido un tiempo de contener la crisis y las enormes turbulencias del euro. Sólo si Merkel aprovecha su segundo mandato para completar la tarea con políticas de crecimiento y una mayor flexibilidad, hay futuro para Alemania y para Europa.
¿Pero cuál es el futuro? ¿Va a ser el prometido por la Canciller en campaña electoral? No a los eurobonos (¿qué se han creído?); reformas (aunque destrocen los pactos sociales y políticos de un país); respeto a los Tratados (mejor si como el Pacto Fiscal se negocian a espuertas del Tratado de la Unión). ¿Mamá para los alemanes; madrastra para los europeos? Alemania tendrá un problema si continúa por esa vía.
Más allá de la euforia merkeliana de hoy, el fondo de la cuestión es adónde quiere llegar Alemania con Europa, y a responder esa pregunta tienen que contribuir el resto de los europeos. Nadie va a pedir cuentas a Merkel por el incremento de los euroescépticos. A nadie se le pide un gran relato. Pero sí son necesarias grandes acciones. Si eres la cuarta economía mundial y la primera europea estás obligado a liderar. Pero hoy lo que se nos ofrece es solo un crecimiento raquítico y un despego de la escena internacional.
Sea cual sea el Gobierno resultante, la política existe. Es hora de que España y los principales socios europeos renegocien de una manera más inteligente las bases de la recuperación. Mutti no tiene precisamente un camino de rosas. Le toca aplacar en casa los peores fantasmas de la anti-Europa, y fuera los fantasmas de la anti-Alemania. Queda por ver qué podrá más en ella y en la política alemana: si el miedo a los eurófobos, o el miedo a una gran política europea. Habría, en fin, otra vía para un giro hacia una política más expansiva: la de una recaída de la economía germana que obligara a un cambio. Pero la vía del cataclismo es de imprevisibles consecuencias. Eso nos dice la Historia europea.
Artículo publicado en El País Digital
Hay 5 Comentarios
Me gustaria aportar algo de mi experiencia personal como residente en Alemania desde hace mas de 5 años. El partido de Merkel estaba perdiendo todas las elecciones de los estados federales (las ultimas en Baja Sajonia a principios de este mismo año). Desde entonces la maquinaria mediatica se puso a trabajar de forma implacable para convencer a la opinion publica de lo bien que va Alemania, y por lo que se ve lo han hecho muy bien.
El SPD por su parte tambien ha puesto su granito de arena eligiendo como candidato a un exministro de la gran coalicion con Merkel, de modo que no tenga ninguna legitimidad moral para pedir politicas diferentes a las que el mismo aplico en su momento.
Si a esta situacion sumamos que no ha habido debate mas que de tonterias (los temas mas candentes han sido la propuesta de los Verdes de prohibir la carne una vez a la semana en los comedores de organismos publicos y la de los socios bavaros de Merkel de que los extranjeros paguen un peaje para circular por las Autobahnen) y que en todo momento se han enfocado las elecciones como un bipartidismo de facto (esto tambien nos suena, verdad?) creo que no se podian esperar otros resultados que los obtenidos.
Eso por no hablar de los rescates: en Alemania se achacan todos los recortes (si, aqui tambien hay recortes, aunque todavia son pequeños) a los rescates dados a los paises del sur, y en estos se les echa la culpa a los perfidos alemanes. Ejemplo de libro del "divide et impera", divide y venceras.
No existe la opinion publica, sino adoctrinamiento por parte de los mass media.
Publicado por: Javier | 24/09/2013 9:34:00
Fue el premio Nóbel François Mauriac quien dijo que "Me gusta tanto Alemania que prefiero que haya dos". No sé si la memoria nos llega a Tratado de Maastricht, de 1991. La Alemania reunificada renunció a su querida moneda, el Deutsche Mark , para reforzar la integración europea, pero también para calmar los temores franceses de que Alemania estaba lista para imponer una hegemonía monetaria sobre el continente. Bueno, pues ese temor se ha hecho realidad. No va a haber más Charles de Gaulle y Konrad Adenauer, ni Giscard d'Estaing y Helmut Schmidt, ni François Mitterrand y Helmut Kohl. El divorcio está a falta de una chispa, qué sé yo, que los alemanes recorten los beneficios que Francia saca de la PAC, por ejemplo. La Unión Europea se acabó.
Publicado por: Jose | 24/09/2013 8:18:25
No acabo de ver qué problema puede tener Alemania. Pocos países europeos tenían aprecio a los alemanes hace unos años y ahora yo creo que son odiados ya por todos menos por los austriacos. Eso les da igual porque ya están acostumbrados. No me extrañaría que la Historia se volviese a repetir a si misma y Alemania de nuevo consiga unir a Europa como acostumbra: unidos contra Alemania. Vamos, que ya le tenemos ganas.
Publicado por: Jose | 24/09/2013 7:59:33
Vamos a ver: ¿A quién ha rescatado Alemania con todo ese dinero? ¿A los ciudadanos de los países en problemas? ¡¡¡Una leche!!! Rescató a los bancos a los que se les debía pasta, una pasta muy discutible porque la razón última de la deuda pública está en los propios excesos de la banca, y de la falsificación de cuentas de Grecia por Goldman Sachs, por cierto, sin que al banco se le haya pedido ningún tipo de cuentas. Mas bien se colocan a sus hombres en puestos importantes en Europa. Y otra cosa: habrá antieuropeístas de extrema derecha, pero también hay mucha gente que quiere evitar que nos cuelen el modelo neocon sin que sea posible un control democrático. La gente no va a votar a las europeas, con la enorme importancia que tienen, porque saben que no sirven para nada. Los lobbies van a seguir gobernando Europa. No hay un demos europeo, los medios como hasta Der Spiegel difunden en el norte visiones falsas de los de abajo con lo que cuando las élites alemanas o demás países de ahí les colocan a sus conciudadanos paro y/o minijobs, dicen que la culpa es nuestra. Y cuela.
Publicado por: nessie | 23/09/2013 16:45:59
Vamos a ver: ¿A quién ha rescatado Alemania con todo ese dinero? ¿A los ciudadanos de los países en problemas? ¡¡¡Una leche!!! Rescató a los bancos a los que se les debía pasta, una pasta muy discutible porque la razón última de la deuda pública está en los propios excesos de la banca, y de la falsificación de cuentas de Grecia por Goldman Sachs, por cierto, sin que al banco se le haya pedido ningún tipo de cuentas. Mas bien se colocan a sus hombres en puestos importantes en Europa. Y otra cosa: habrá antieuropeístas de extrema derecha, pero también hay mucha gente que quiere evitar que nos cuelen el modelo neocon sin que sea posible un control democrático. La gente no va a votar a las europeas, con la enorme importancia que tienen, porque saben que no sirven para nada. Los lobbies van a seguir gobernando Europa. No hay un demos europeo, los medios como hasta Der Spiegel difunden en el norte visiones falsas de los de abajo con lo que cuando las élites alemanas o demás países de ahí les colocan a sus conciudadanos paro y/o minijobs, dicen que la culpa es nuestra. Y cuela.
Publicado por: nessie | 23/09/2013 16:45:59