KIKO LLANERAS y JORGE GALINDO
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Uno de los efectos perniciosos de la crisis económica está siendo el aumento de la desigualdad. La recesión no solo ha contraído la renta media de los españoles, también ha aumentado las diferencias entre ricos y pobres.
Una forma de estimar la desigualdad es calcular la relación entre la renta de los hogares con más y menos recursos (percentiles 80 y 20). Ese ratio era del 5.3 en 2006 —los hogares ricos disfrutaban de cinco veces más riqueza que los pobres—, pero durante la crisis las diferencias se han ensanchado hasta llevar el ratio al 6.8 en 2011. Otra métrica para cuantificar las diferencias en renta, el índice Gini, ha pasado del 31% al 33,4% en ese mismo periodo.
Estas cifras evidencian un aumento de la desigualdad en nuestro país, pero es difícil juzgar su magnitud sin más contexto: ¿el aumento supone retroceder diez años o no tiene precedentes? ¿cuál es la situación en otros países? Para responder esas preguntas usaremos los datos de la Standardized World Income Inequality Database, que acaba de actualizarse. El siguiente gráfico muestra la evolución de la renta y la desigualdad desde 1976.
El gráfico muestra parte del salto enorme que dio la renta española desde los sesenta. Entre 1970 y 2007 la renta media se triplicó, pasando de 9.500$ a 28.000$ (ambas cifras ajustadas por inflación y poder adquisitivo). Ahora España enfrenta la peor recesión desde la guerra civil y es posible que nuestra economía vaya a retrotraerse diez años. Un retroceso que está teniendo consecuencias graves, que debemos combatir y atenuar en lo posible, pero sin olvidar que aunque regresemos al nivel de 2003, nuestra renta sería aún superior a la de cualquier momento anterior.
Mientras tanto la desigualdad ha fluctuado, pero sin abandonar nunca la horquilla entre el 30% y el 35%. En términos históricos son buenas noticias: la renta se multiplicó y la desigualdad se mantuvo constante. El crecimiento español no parece haber generado una mayor inequidad en el largo plazo. Aún más, las épocas de mayor aumento en la renta per cápita son también los momentos de reducción de la desigualdad. Sin embargo, esto no permite afirmar que el modelo de crecimiento español favorezca a todos por igual. Al contrario, la dinámica de nuestra desigualdad es considerablemente procíclica: es evidente que los dos periodos de recesión dispararon la desigualdad. Ocurrió en los noventa y está ocurriendo ahora. La recesión de 1993 llevó la desigualdad desde su mínimo (30%) hasta su máximo (35%). Un daño que tardó una década en revertirse. Ahora la desigualdad vuelve a aumentar, alcanzando el 33,4% en 2011, sin que sepamos el nivel exacto hoy.
Cabe preguntarse por qué sucede esto, qué aspectos de nuestro modelo productivo o de nuestro sistema institucional favorecen tal dinámica, y si ésta es una característica propia o algo típico de las recesiones. También cabe analizar si efectivamente todo lo perdido es recuperado después. O, aún más importante, si los perdedores de las crisis coinciden con los ganadores de las recesiones. Es posible que cada pico de desigualdad deje en la cuneta a una parte de la sociedad y que la recuperación posterior se centre en la incorporación de nuevos individuos al mercado, reduciendo la desigualdad en agregado pero dejando atrás a un colectivo que nunca podrá reincorporarse. Esta hipótesis es más plausible en crisis como la actual, de tipo estructural y que cuestionan un modelo de crecimiento.
Otro aspecto a tener en cuenta para evitar el optimismo excesivo es, por supuesto, la comparación con nuestro entorno. Nuestras cifras de desigualdad nos sitúan junto a países como Grecia, Italia o Portugal (en torno al 33%), y nos alejan de Francia (30%), Alemania (29%), Suecia (26%) o Noruega (22%), el país más igualitario. Además, si la escalada actual se mantiene nos llevará hacía los países occidentales más desiguales, como Reino Unido (35%) o Estados Unidos (37%).
Por último, hay dos razones que aumentan la preocupación por la desigualdad. Por un lado está la tendencia: la crisis está haciendo que las diferencias en España crezcan más que en la mayoría de países. Además a eso se suma un elemento a largo plazo. Desde los años ochenta existe una tendencia global al aumento de la desigualdad que afecta a muchos países occidentales, como Estados Unidos, Suecia o Alemania (ver gráfico, o leer pdf, pdf, pdf). Los factores detrás de esa tendencia aún se discuten, pero la mayoría de académicos apunta a una carrera entre educación y tecnología y a la globalización como factores importantes, sin olvidar otros como el papel de la instituciones laborales o la habilidad de los ejecutivos para fijar sus propios salarios (astronómicos). En España esa tendencia no domina, pero es razonable pensar que las fuerzas que la motivan ya actúan o puedan hacerlo pronto. La combinación de ese fenómeno con los posibles problemas propios que ya apuntamos puede resultar en una mezcla peligrosa para nuestra sociedad y su sistema de bienestar.
En resumen, la crisis económica está haciendo aumentar la desigualdad. El aumento es todavía moderado y nos mantiene en terreno conocido: no hemos superado el máximo de 1995 y seguimos en cifras semejantes a las de países afines. Sin embargo, nos alejamos de los países de referencia y nos acercamos a los peores. Esa dinámica de crisis a corto plazo, unida a la tendencia global que se observa en otros países, hacen de la desigualdad un problema de especial importancia para el futuro de nuestro país.
Hay 2 Comentarios
"Los hogares ricos disfrutaban de cinco veces más riqueza que los pobres". No, disfrutaban de cinco veces más renta. Datos de desigauldad en riqueza no dais.
"la dinámica de nuestra desigualdad es considerablemente procíclica". Al revés, es anticíclica. Cuando aumenta la desigualdad se reduce el PIB. Lo que es procíclico es la igualdad.
"si los perdedores de las crisis coinciden con los ganadores de las recesiones". ¿Queréis decir si los perdedores en las crisis coinciden con los ganadores de las EXPANSIONES?
Las dinámicas de precios de vivienda, así como los activos y pasivos que poseen los españoles son fundamentales para comprender vuestro análisis. Sin esos datos, vuestro análisis tampoco dice demasiado.
Publicado por: Paco | 12/12/2013 2:20:27
Donde realmente se ve la desigualdad es en la puerta del colegio, donde a cada día que pasa se puede comprobar cómo baja la calidad de las indumentarias, los complementos, la angustia de los padres. Personas que nunca tenían tiempo para recoger a los niños ahora acuden a diario, porque están en el paro. Me figuro que los ricos no sufrirán las consecuencias de esta crisis, pero la clase media y baja, es probable que nunca más salgan de la pobreza.
http://interesproductivo.blogspot.com.es/
Publicado por: Interés | 09/10/2013 14:45:40