Hoy se ha conocido la composición del nuevo gobierno alemán de coalición CDU/CSU-SPD, del que forma parte el socialdemócrata Michael Roth como Ministro para Europa. Roth visitó la Fundación Alternativas en junio de 2012, de lo que dió cuenta José Luis Escario en un post sobre la política europea del SPD publicado en este blog. Reproducimos a continuación, por su interés y actualidad, dicho post).
JOSÉ LUIS ESCARIO
La reciente victoria de Hollande en las presidenciales francesas ha dado un vuelco a la dinámica que se había instalado en la construcción europea, dominada por el directorio "Merkozy" y por una ideología que consagraba la austeridad y la consolidación fiscal como valores supremos. Una parte del binomio ha cambiado y parece abrirse camino la idea de que los objetivos de crecimiento y empleo adquieran el mismo rango que los de la estabilidad presupuestaria. Ahora está por ver si esto es suficiente para vencer las resistencias al cambio que, muy probablemente, presente la poderosa Alemania de Merkel.
Un elemento importante para ello podría ser la irrupción del partido socialdemócrata alemán (SPD) en la escena europea. El SPD, fuertemente derrotado en las últimas elecciones generales de 2009 (obtuvo el 23% de los votos), ha cosechado últimamente importantes victorias en las regionales de su país. La reciente visita (30 de mayo) del portavoz del SPD para Asuntos europeos, Michael Roth, a la Fundación Alternativas, nos ha permitido conocer, de primera mano, la posición de su partido en algunos temas candentes, así como calibrar si el acceso del SPD al poder podría contribuir a un cambio de rumbo de la política europea.
El compromiso del SPD con las prioridades de crecimiento parece inequívoco, como lo demuestra el hecho de que hayan condicionado la ratificación del pacto fiscal firmado el pasado marzo (Merkel necesita sus votos para tal ratificación) a la inclusión en el mismo de un protocolo que contenga un pacto por el crecimiento.
El principal problema estriba en cómo financiar las medidas en favor del crecimiento y del empleo. Los países en dificultades, como España, tienen poco margen para aplicar políticas públicas de estímulo a sus economías, tan acuciados como están con el problema del déficit. Parece razonable que dicho estímulo provenga de los países con superávit, como Alemania, y de la propia UE, sobre todo si tenemos en cuenta los enormes esfuerzos de austeridad (muchas veces contraproducentes para el propio crecimiento) que están realizando los países periféricos.
Sin embargo, en este punto, tanto la CDU de Merkel como el SPD han establecido varias líneas rojas. Una de ellas es que las medidas para fomentar el crecimiento no deben suponer un aumento de las aportaciones nacionales al exiguo presupuesto comunitario (1% del PIB global de la UE). Se trataría más bien de buscar nuevas fuentes de financiación mediante el establecimiento de impuestos europeos y de re-programar o re-direccionar los fondos europeos existentes hacia los países con mayores problemas a proyectos transnacionales de eficiencia energética, I+D+i, infraestructura y de lucha contra el desempleo. Se baraja incluso la iniciativa de reagrupar dichos fondos en un fondo de inversión y reconstrucción único.
Donde la postura del SPD parece más clara e inequívoca es en el establecimiento inmediato de un impuesto sobre las transacciones financieras (ITF), que serviría para nutrir directamente el presupuesto comunitario. En caso de no ser posible su implantación a nivel de toda la UE, el ITF debería empezar por aplicarse en la zona euro.
El ITF tendría también un efecto disuasorio de las prácticas especulativas más nocivas. La imposición al sector financiero ha de verse además acompañada de una mayor regulación del mismo, que impida que los desmanes se vuelvan a producir. Este parece ser uno de los puntos esenciales del ideario del SPD, con propuestas bastante decididas, como el establecimiento de una supervisión financiera a nivel europeo o la clara separación entre banca comercial y banca de inversión. El SPD se hace eco aquí de una opinión pública alemana que considera inaceptable que los bancos sean rescatados a costa de los Estados y de los ciudadanos, sin que se hayan adoptado medidas efectivas para evitar futuras crisis.
Más divergente de las ideas de otros socios comunitarios es la postura del SPD en dos cuestiones fundamentales: la función del Banco Central Europeo y los Eurobonos. No hay que olvidar que el BCE es una réplica del Bundesbank, inspirado en un papel de mero garante de la estabilidad de la moneda. Un cambio de mandato del BCE para convertirle en prestamista de última instancia (que resolvería de inmediato gran parte de los problemas de financiación de nuestra deuda), a la manera de la Reserva Federal de EEUU, no cuenta con muchos apoyos por el momento en el seno del partido socialdemócrata.
Hay aquí un temor a que Merkel monopolice la muy "rentable" postura de defensora de los sacrificados contribuyentes alemanes frente a unos supuestos derrochadores países del Sur que ahora quieren compartir con el resto las consecuencias de sus supuestas imprudencias.
Esta ha sido también la razón de una marcha atrás del SPD en la defensa de los Eurobonos, conducentes a una mutualización de la deuda entre los países de la UE. Habrá que ver si este recelo es algo coyuntural o se mantiene en el tiempo, pues estamos ante un tema absolutamente esencial de la construcción europea.
Lo que parece claro es que los resultados de las elecciones alemanas que tendrán lugar en el otoño de 2013 determinarán una actitud más o menos europeísta del SPD. Todo dependerá de qué partidos necesite para formar gobierno o de si tendrá que integrar una gran coalición liderada por Merkel, como aquella que se dio en el 2005 con tan fatídico final para el partido socialdemócrata alemán.
En cualquier caso, la dramática situación en la que se encuentra España, y la UE en general, no puede esperar al resultado de las elecciones alemanas para que se tomen una serie de medidas urgentes, alguna de las cuales deberían ser decididas en el próximo Consejo Europeo del 30 de junio, a más tardar (ver conclusiones del documento "Las consecuencias del cambio político en Francia para la UE y para España"). La reducción de los costes de financiación de la deuda, las antes mencionadas medidas de estímulo de la economía y la recapitalización de los bancos con fondos europeos deberían encontrarse entre las prioridades de la agenda europea.
Hay 2 Comentarios
El título también podría ser: El SPD una nueva marioneta de la señora Merkel.
UCRANIA: DE ENCRUCIJADAS Y MANIPULACIONES: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2013/12/ucrania-de-encrucijadas-y-manipulaciones.html
Publicado por: Marat | 17/12/2013 9:36:59
Pareciera que en esta entrada se estuviera hablando de qué debería hacer "el gobierno" (entendido como el gobierno alemán que es quien nos gobierna). Esto es asumir que nada puede hacerse en España para influir en el proceso de renacionalización que está acabando con las esperanzas europeas. Mientras tanto el PSOE sigue en coma, hablando de quién estará en tales o cuales listas o cuándo habrá primarias - todos asuntos internos que nada nos interesan -, y se inhibe de decirnos qué piensa hacer. Y esperar no es la respuesta, la situación en la calle es desesperante y de los ciudadanos españoles nadie se acuerda. Al menos podrían repetir párrafos del documento del PSD que sí tiene algún proyecto: http://www.fes-madrid.org/media/1271_Alternativas_German%20Politics%20and%20European%20Integration/SPD_%20GabrielSteinmeierSteinbrueck_El%20camino%20para%20salir%20de%20la%20crisis_mayo2
Publicado por: frydman | 16/12/2013 19:26:11