Con el cierre de la campaña electoral, se constata que los principales partidos han vuelto a hacer lo mismo de siempre cuando de elecciones a la Eurocámara se trata: hablando poco de Europa. Constatación acompañada de la satisfacción que proporciona que al menos la sociedad civil organizada comprometida con la UE representa, lo que podríamos denominar el pueblo europeísta, haya intentado por todas las vías a su alcance lo contrario.
Ni la existencia de una crisis económica de dimensiones desconocidas en cuya gestión la UE ha tenido y tiene mucho que ver de forma protagonista (en opinión de algunos, para bien, en la de otros, para mal) POR PRIMERA VEZ DESDE QUE EXISTE (y hay que ponerlo en mayúsculas para que no pase desapercibido); ni el establecimiento de un lazo constitucional más directo que nunca entre el voto en las urnas y la elección del Presidente de la Comisión Europea; ni el sensible aumento de competencias y democracia de la Unión con el Tratado de Lisboa, que en los comicios de 2009 todavía no estaba en vigor; ni el hecho de que en esta ocasión todos los partidos europeos tuvieran un candidato o una candidata de carne y hueso a encabezar el Ejecutivo comunitario; ni la amenaza de un crecimiento de los populistas, racistas y xenófobos en los escaños de Estrasburgo como un mal augurio para la convivencia y los valores; pues bien, nada de todo eso ha conseguido que los partidos se hayan centrado en presentar sus propuestas para la UE.
Lo curioso del caso es que las tienen, las han elaborado de forma minuciosa, son serias, permiten diferenciar derecha e izquierda, identificar quien apoya la austeridad a palo seco y quien la suma austeridad+crecimiento, quien cree en la Europa federal y quien no, incluso quien piensa que el independentismo es un despropósito y es imposible en la UE y quien dice lo opuesto, por si faltaba alguna salsa nacional para animar el debate europeo. Pero incomprensiblemente las han guardado en el cajón. Si al menos hubiéramos visto algún cartel de los que cuelgan de las farolas con la cara de Junker, de Schulz, de Tsipras… Tampoco en eso ha habido un intento de actuar en modo europeo.
El resultado, seguramente, es que quienes podían ser potencialmente animados a votar el 25 de mayo se hayan visto tan decepcionados como acudir a las urnas y que, de nuevo, la abstención pasiva siga ganando por mayoría absoluta, no en perjuicio de los partidos –que se adjudicarían de igual manera los escaños aunque solo votara el 1 % del cuerpo electoral-, sino de la UE como construcción política, la primera democracia supranacional existente en la historia, nuestro impresionante invento colectivo.
Y no ha sido así en toda la Unión, sino todo lo contrario: quienes hemos seguido la campaña en el Reino Unido, Portugal, Irlanda, Francia, Italia, entre otros países, sabemos que ahí se ha hablado de Europa más que en España.
Pero no todos han actuado de igual manera: las miles de mesas redondas o actos informativos, los cientos de publicaciones impresas y digitales, las decenas de llamamientos de la sociedad civil sobre y por Europa, en un desesperado intento para que se hablara de ella en la campaña, merecen un aplauso cerrado. Por ejemplo, la Fundación Alternativas ha estado en eso, publicando y presentando con éxito el Informe sobre el estado de la UE 2014: la ciudadanía europea en tiempos de crisis, junto con la alemana Friedrich Ebert Stiftung.
Así que a ese pueblo europeísta le corresponde la Copa de Europa. Los partidos, lamentablemente, la han perdido.
Aunque, a pesar de todo, los partidos son la columna vertebral de la democracia europea y a ellos les corresponde representarnos y adoptar las decisiones que afectarán la vida cotidiana de la ciudadanía de la Unión. Así que lo único inteligente sigue siendo ir a las urnas el 25 de mayo y votar por partidos europeístas con capacidad de gobierno.
* Carlos Carnero, director gerente de la Fundación Alternativas, ha sido embajador de España en Misión Especial para Proyectos en el Marco de la Integración Europea y eurodiputado.
Hay 3 Comentarios
En España los dos grandes partidos, por ahora, no quieren hablar ni de fuera ni de dentro de las fronteras, ya que lo único que pueden hacer, a falta de soluciones creibles, es tirarse estadísticas a la cabeza sobre quien ha sido más corrupto y más torpe. Pero mientras continúan dando fiel servicio a sus corporativos jefes.
http://casaquerida.com/2014/05/22/una-pista-de-hielo-armado/
Publicado por: Tinejo | 23/05/2014 23:02:06
En España los dos grandes partidos, por ahora, no quieren hablar ni de fuera ni de dentro de las fronteras, ya que lo único que pueden hacer, a falta de soluciones creibles, es tirarse estadísticas a la cabeza sobre quien ha sido más corrupto y más torpe. Pero mientras continúan dando fiel servicio a sus corporativos jefes.
http://casaquerida.com/2014/05/22/una-pista-de-hielo-armado/
Publicado por: Tinejo | 23/05/2014 23:01:53
En España los dos grandes partidos, por ahora, no quieren hablar ni de fuera ni de dentro de las fronteras, ya que lo único que pueden hacer, a falta de soluciones creibles, es tirarse estadísticas a la cabeza sobre quien ha sido más corrupto y más torpe. Pero mientras continúan dando fiel servicio a sus corporativos jefes.
http://casaquerida.com/2014/05/22/una-pista-de-hielo-armado/
Publicado por: Tinejo | 23/05/2014 23:01:04