Como todos los conceptos, cuando se utilizan fuera del contexto académico, se acaban desvirtuando. Esto es lo que está ocurriendo con la utilización del término casta por parte de los políticos y periodistas, siendo utilizado más como insulto que como concepto.
Veamos cómo se ha definido el mismo. El término viene de la ciencia política italiana. Básicamente consiste en “una manera de hacer y comprender la política que pone las instituciones de todos al servicio de unos pocos”, según citan Cano/Maura. Dicho de otra forma, un conjunto de personas que dedicándose a la política benefician a los poderosos, olvidándose del resto de la ciudadanía, con el fin de que luego le beneficien a él. Con la vulgarización del concepto se ha tenido dos extensiones:
a) utilizándose contra la gente que gana determinadas cantidades de dinero o tiene determinadas prebendas (entorno al minuto 5)
b) ampliándose de la esfera individual a la esfera colectiva, los partidos de la casta.
Respecto de la primera concepción hay que señalar que es un error incluir en la idea de casta a las personas que tienen unos ingresos por encima de la media. Los dirigentes de Podemos consideran que ganar X dinero al mes es ser parte de esa casta, en particular cuando son representantes políticos. Creo que un representante político tiene que ganar un sueldo alto. Por dos motivos principales: no desincentivar a determinados ciudadanos a ejercer la representación política y evitar tentaciones de corruptelas (en un mundo ideal el representante político será bueno y altruista por naturaleza, pero como no hay país libre de corrupción al 100% no es creíble).
En relación a la segunda implicación del concepto, solo señalar que no es neutra. Tiene la finalidad de buscar la confrontación frente a los partidos políticos de la casta (PP y PSOE) consiguiendo delimitar contra quien se lucha y generalizando al problema en un colectivo que tiene que pagar por los errores de los individuos. Esto me recuerda al concepto de enemigo, que se ha utilizado en varias épocas de la historia. La idea detrás de esta definición es la de personas individuales que tienen unas características que las hacen ser un peligro para la vida en sociedad. Esto hace que se tomen medidas extraordinarias para evitar que puedan actuar. Un ejemplo claro sería el terrorismo. Para la lucha contra el terrorismo se alteran las normas para aplicar un derecho a la medida contra el sujeto terrorista. Sin embargo, el concepto se amplia y terrorista no es sólo la persona que comete el atentado sino todo un pueblo, toda una religión o toda una ideología política. Así, los vascos son terroristas, los musulmanes son terroristas y hasta los ecologistas son terroristas. Esto es lo que está haciendo Podemos con el concepto casta. Para poder resolver los problemas que tiene la sociedad (corrupción y aprovechamiento del sistema para beneficiar a los poderosos) hay que determinar qué sujetos son los que son casta y tomar las medidas necesarias para neutralizarlos, echadlos de la política y que actúe la justicia. Como la justicia es lenta, pasamos a la primera medida: expulsarlos. Y en este punto es donde se manipula el concepto para atacar a la colectividad, los partidos de la casta. Este salto es el realmente peligroso y el que se está utilizando para dañar al contrario.
Podemos sabe esto, así como es consciente de que el electorado de estos partidos es necesario para que ellos ganen. Por ello se deja claro que no todos los militantes o cargos de estos partidos son casta (minuto 5:40). Sin embargo, el mantra sigue siendo los partidos de la casta para conseguir desgastar a los dos grandes partidos. Esta dualidad del concepto, personal y colectiva, es un juego muy arriesgado en que la ciudadanía no puede caer. Precedentes desastrosos de esta utilización de los conceptos se han producido en el siglo XX con resultados espeluznantes.
Si se quiere resolver el problema que tiene el sistema se ponen medidas para resolverlo, pero sólo el cambio de los gestores del poder no es suficiente. Como hemos podido comprobar en todos los partidos políticos, existen sujetos cuyo comportamiento ético es reprochable.
P.D. Me parece vergonzoso que, al igual que no se debe extender la responsabilidad de determinados miembros de partidos políticos a todos sus afiliados, se esté catalogando de casta a determinados ciudadanos por lo que han hecho o sido sus padres. La transmisión de la responsabilidad por las acciones de otros a sus familiares hace tiempo que se descartó como sistema sancionador.
* Javier Valls es profesor de la Universidad de Granada.
Hay 1 Comentarios
Como dice el titulo de un buen articulo, el problema no son las manzanas sino el cesto. Que esta podrido con lo cual da igual que si alguna manzana es buena, cosa harto dudosa, sino que todas vienen a desprender cierto tufillo que de tanto en tanto, se confirma con un escandalo un dia si y otro tambien. No, la casta no existe.
(y pensando en Platon, no seria mas practico que en vez de que los politicos tengan buenos salarios, simplemente ganaran el sueldo minimo? para evitar precisamente la tentacion de la corrupcion y la seleccion negativa que se da cuando hay dinero de por medio?
Publicado por: Israel | 10/12/2014 16:52:38