Las elecciones legislativas en Israel han deparado no pocas sorpresas. La primera, y también la más significativa, ha sido la abrumadora victoria del Likud. La segunda, la derrota de la Unión Sionista, una alianza formada por elPartido Laborista y el centrista Hatnuah con el propósito de reconstruir el campo de la paz. La tercera, el retroceso experimentado por los partidos ultranacionalistas Casa Judía e Israel Nuestra Casa, que han perdido la mitad de sus escaños. La cuarta, la emergencia deKulanu, una fuerza que se convierte en un elemento clave a la hora de garantizar la gobernabilidad del país, al igual que el laico Yesh Atid, que sin embargo cede posiciones. La quinta, el importante avance de las formaciones árabes, que concurrían bajo el paraguas de una Lista Unida, que cosechan los mejores resultados en la historia. La sexta y última es la supervivencia del izquierdista Meretz, que ha superado, a duras penas y por unas pocas décimas, el umbral necesario para obtener representación parlamentaria.
El Likud ha conseguido dar la vuelta a las encuestas y consolidarse como la fuerza política hegemónica en Israel. Los 30 escaños obtenidos (de los 120 que tiene la Knesset, el Parlamento israelí) dan a Benjamin Netanyahu un espaldarazo para proseguir sus políticas, neoliberales en economía y ‘halcones’ en lo que se refiere a la cuestión palestina e Irán. La victoria de Likud es, esencialmente, un éxito de Netanyahu, quien planteó las elecciones como un referéndum a su labor de gobierno. Su liderazgo sale, por lo tanto, extraordinariamente reforzado, sobre todo si tenemos en cuenta que casi ha duplicado los resultados del Likud (de 18 a 30 escaños) y que, además, podría sumar a su coalición de gobierno a Kulanu (Todos Nosotros), una formación de nuevo cuño creada por el antiguo dirigente del Likud Moshe Kahlon, que ha obtenido 10 escaños.
Si en el campo likudista predomina la euforia, el laborismo está en estado de shock. La contundente derrota de la Unión Sionista (24 escaños) se ve agravada por el hecho de que las encuestas le otorgaban una sensible ventaja sobre su tradicional rival. Si bien es cierto que el dueto Herzog-Livni ha conseguido frenar la sangría de votos experimentada por el campo laborista en pasadas elecciones, también lo es que el denominado ‘campo de la paz’ parece incapaz de superar techo y convertirse en alternativa de gobierno. Sus intentos de focalizar la campaña en el alza del coste de la vida y soslayar el proceso de paz, un asunto en el que existe una evidente polarización social, han sido insuficientes para atraer a sus antiguas votantes desencantados, que han preferido inclinarse por otras opciones, como el laico Yesh Atid (Hay Futuro) de Yair Lapid que ha obtenido 11 escaños.
Los partidos ultranacionalistas Casa Judía e Israel Nuestra Casa han sido los más perjudicados por el avance del Likud, ya que han visto como una parte significativa de su electorado (los colonos y los inmigrantes rusos, respectivamente) se han movilizado a última hora para evitar una eventual derrota de Netanyahu. Este trasvase de votos explica que hayan pasado de 25 a 14 escaños, siendo el más perjudicado el partido de Avigdor Lieberman que el de Neftali Bennett. En los últimos días de campaña, Netanyahu prodigó los gestos hacia los colonos mostrándose en contra de las concesiones territoriales y del establecimiento de un Estado palestino, lo que a luz de los resultados ha sido un acierto.
Dos partidos centristas, Kulanu y Yesh Atid, serán claves a la hora de formar gobierno y dar estabilidad a la futura coalición gubernamental. Tampoco debe descartarse la participación de los partidos ultraortodoxos, en su vertiente ashkenazí representada por la Judaísmo Unido de la Torá o en su versión sefardí por el Shas, que han captado un 15% de los votos, pero que han perdido posiciones pasando de 18 a 13 escaños debido sobre todo a la escisión registrada en el seno de este último. En el pasado, dichos partidos se han mostrado extraordinariamente flexibles a la hora de formar alianzas, siempre que se respeten sus exigencias religiosas. Los únicos partidos que no se integrarán en ningún caso en la futura coalición de gobierno son el izquierdista Meretz, una fuerza residual al pasar de 6 a 4 escaños, y la Lista Árabe Unida, que se ha convertido en la tercera fuerza política con 14 escaños. A pesar de ello, su papel en la nueva Knesset será nulo, puesto que las formaciones árabes son un mero elemento decorativo y nunca en los 67 años de historia de Israel han sido invitados a formar parte de ninguna coalición de gobierno.
Lo más probable es que el nuevo ejecutivo israelí, bajo la batuta de Netanyahu, siga una política continuista en lo que respecta a la cuestión palestina basada en la colonización intensiva del territorio ocupado, en la creación de nuevos obstáculos para el establecimiento de un Estado palestino y en el lanzamiento de esporádicas campañas punitivas contra la Franja de Gaza. Su máxima prioridad es, como ya ha quedado de manifiesto, enterrar de manera definitiva la solución de los dos estados y anexionar la mayor cantidad de territorios posible con la menor cantidad de población.
* Ignacio Álvarez-Ossorio es coordinador de Oriente Medio y Magreb del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas y profesor de Estudios Árabes en la Universidad de Alicante
Hay 9 Comentarios
A mas Netaniahu, menos paz... para Hamas, Hezbollá, Yihad Islámica y demás cucarachas terroristas.
Publicado por: Lieberman 3 | 21/03/2015 19:39:19
A mas Netaniahu, menos paz... para Hamas, Hezbollá, Yihad Islámica y demás cucarachas terroristas.
Publicado por: Lieberman 3 | 21/03/2015 19:39:18
Si. Se puede. Es cuestion de intereses. Iran con su petroleo, mercado, etc y la posibilidad de hacer poner en funcionamiento la maquinaria industrial Europea son mucho mas "importantes" que toda otra cosa.
No es que son " cretinos, necios e ignorantes". Es que se venden al mejor postor...
Publicado por: haim barzel barzel | 21/03/2015 8:26:47
LA Yihad avanza en M. Oriente, África y Europa. Deguellan y queman vivos a los ''infieles''. Los palestinos no condenan el atentado de Tunez, pero a este cretino solo se le ocurre criticar a Netaniahu. ¿Se puede ser mas cretino, necio e ignorante?
Publicado por: Lieberman 2 | 21/03/2015 1:31:44
Veinte gobiernos israelíes, Palestina una única elección y ¿el problema es Israel? Hacerle el juego a los islamistas y al Movimiento palestino Anti Normalización como hacen varios periodista españoles, es de náusea. Podrán triunfar con su boicot internacional a Israel pero la paz se alejará cada vez más. Mientras no haya interlocutores palestinos legítimos y elegidos democráticamente, no hay posibilidad de avanzar en el proceso de paz. La injerencia extranjera -Irán, Liga Árabe, EE.UU - crea falsas expectativas a ambas partes. Una negociación directa Israel -Palestina, con representantes legítimos salidos de las urnas y dispuestos ambos a hacer concesiones dolorosas, podría llevar a la solución de dos Estados. Antes, imposible.
Publicado por: María | 20/03/2015 1:19:54
Srs: Solamente Netaniahu puede acercar la Paz en condiciones que la opinion publica Israeli las acepte.
Hertzog-Livni no hubieran "resistido"a la presion de EEUU y Europa, lo que hubiera rapidamente creado una crisis Gubernamental y la caida del Gobierno, sin firmar ningun Acuerdo.
Publicado por: haim barzel barzel | 19/03/2015 5:37:21
Lieberman, aqui en Brasil, los periodistas estan hablando que Israel se quedará aun más isolado. És verdad? Por que?
Publicado por: Sherazade | 19/03/2015 0:15:03
MAS NETANIHU, MAS PAZ!! Así lo creen al menos los israelies que lo votaron, la gran mayoria. ¿Quien es ud. para cuestionar el voto judío? ...ademas de antijudío, claro?
Publicado por: Lieberman | 18/03/2015 23:27:10
MAS NETANIHU, MAS PAZ!! Así lo creen al menos los israelies que lo votaron, la gran mayoria. ¿Quien es ud. para cuestionar el voto judío? ...ademas de antijudío, claro?
Publicado por: Lieberman | 18/03/2015 23:27:10