Paso a paso, la UE va convirtiéndose en una unión económica digna de tal nombre.
A los instrumentos y procedimientos puestos en marcha a lo largo de la crisis (desde la Unión Bancaria al Mecanismo Europeo de Estabilidad, pasando por muchos otros), que han mostrado su eficacia con motivo de las elecciones griegas –ningún seísmo de intensidad relevante se ha registrado tras la formación del nuevo gobierno de Atenas-, se ha sumado la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de comprar deuda pública a razón de 60.000 millones de euros al mes al menos hasta septiembre de 2016.
Con ello, el BCE muestra una capacidad de actuación similar a la de la Reserva Federal de los Estados Unidos o a la del Banco de Inglaterra y sitúa en su diana varios objetivos claves: la destrucción de la prima de riesgo como problema, la superación de la deflación, el apoyo al crecimiento del mercado bursátil y, al fin, la generación de crecimiento y empleo.
Una decisión de tal calibre y características era sencillamente inconcebible al comienzo de la crisis, cuando el más mínimo intento del BCE de actuar más allá de lo estrictamente necesario era torpedeado como algo contrario a los Tratados de la UE por los más celosos guardianes de la ortodoxia.
Pero el acuerdo del Banco presidido por Mario Draghi no es algo aislado, sino que está en relación con otras dos decisiones recientes: el Plan Europeo de Inversiones Estratégicas promovido por la Comisión Juncker -que pretende generar 315.000 millones de euros para impulsar el crecimiento y empleo- y la flexibilidad mostrada con Francia e Italia a la hora de reducir su déficit público, que no solo beneficiará a esos dos países, sino al conjunto de la Unión, pues el PIB de ambos representa el 40 % del comunitario.
Vistos como un conjunto articulado, los tres acuerdos devuelven en buena medida a la UE a una concepción keynesiana de la gestión de la crisis, enfocando su política a incidir en el ciclo para favorecer la creación de puestos de trabajo a través del incremento de la actividad económica.
Posiblemente, estemos en el inicio de la superación de la austeridad a ultranza aplicada hasta la fecha. Algunos dirán que lo que ahora quiere hacerse necesitaba antes de una cura como la llevada a cabo en los presupuestos públicos. Poco importa: lo fundamental es corregir el tiro haciendo compatible austeridad y crecimiento, como venían defendiendo varios gobiernos y fuerzas políticas, empezando por los socialistas (algo en han subrayado en su reciente Cumbre de Líderes en Madrid).
Los efectos de este nuevo ciclo político (abierto en las urnas el pasado 24 de mayo, cuando se eligió al nuevo Parlamento Europeo) serán positivos para la gran mayoría de los ciudadanos de la Unión y demuestran dos cosas esenciales.
La primera, que en la UE no todo lo decide alguien en solitario, por muy importante que sea. Alemania lo es y, sin embargo, las decisiones citadas se han adoptado gracias a que la negociación y el acuerdo siguen siendo la divisa de la Unión y a que las instituciones comunitarias (Comisión, BCE) funcionan de verdad de forma independiente en defensa del interés de todos.
La segunda, que el discurso populista que trata de situar a la UE como enemiga de la soberanía nacional y culpable de la crisis es insostenible a poco que la Unión funcione como debe. Tsipras debería haberlo aprendido tras haber renunciado a buena parte de su programa, suscrito el rescate en los términos pactados antes de su llegada al Gobierno, presentado un calendario de reformas cuyo cumplimiento es condicional para recibir nuevos fondos y convocado a negociar un tercer rescate en parámetros realistas. En la UE uno está obligado a llegar a compromisos. Cualquier otra cosa –incluidas la denuncias de supuestas conspiraciones- sobra.
Todo lo cual indica que harían bien los europeístas en recuperar el liderazgo del debate, unidos como están en lo esencial y en su diversidad. Porque el antieuropeísmo y el populismo no aguantan ni un asalto las explicaciones convincentes y convencidas cuando los hechos las avalan. Es el caso en estos momentos.
Sin duda, de todo ello se hablará en el debate Grecia: del precipicio a la negociación, organizado por la Fundación Alternativas, El País, Cadena SER, Cinco Días y el Círculo de Bellas Artes el 11 de marzo a las 19’30 h. en el Teatro Fernando de Rojas (Calle Marqués de Casa Riera) de Madrid.
* Carlos Carnero es director gerente de la Fundación Alternativas, ha sido embajador de España en Misión Especial para Proyectos en el Marco de la Integración Europea y eurodiputado.
Hay 5 Comentarios
El problema es que la UE no funciona y desde hace tiempo.
Publicado por: Vilma | 09/03/2015 17:43:10
Lo que dice ECO es lo que muchos vemos.
Estamos tocados económicamente pero políticamente es aun peor, por eso florecen los partidos alternativos.
Mucha gente piensa que la casta que nos ha llevado al marasmo no nos puede sacar de ahí.
No hay política europea clara para frenar la inmigración salvaje utilizada como "arma de guerra" por las mafias, que trafican con los esclavos del siglo XXI. No hay líneas rojas que protejan los derechos de los ciudadanos europeos ante los que se ciscan en nuestros derechos y libertades y se atreven a decir abiertamente que quieren acabar con ellos.
La casta gobernante en la EU está a lo suyo y no se encarga de atender los problemas reales de la ciudadanía y de enfrentar las amenazas reales que nos abobian, por eso, cada vez más, los ciudadanos europeos buscan soluciones en otro sitio.
Está muy bien despotricar de los populismos de derecha o de izquierda pero si eso pasa es porque hay causas objetivas para ello y porque la gente ya está más que harta de promesas huecas y de deterioro en todos los órdenes.
Publicado por: Un ciudadano europeo | 09/03/2015 12:48:24
Las instituciones de la UE siguen sin considerar las opiniones socialmente mayoritarias dentro de los Estados miembros. La UE no funciona,.........…………….
Además, la UE está hoy peor que en el 2008 para aguantar algún tipo de convulsión internacional. Incrementar el gasto, crecer, pero sin ser capaz de disminuir el déficit, es decir la deuda pública, es evidente, sin ser economista, que no sirve para nada. Por ejemplo, si de hoy para mañana subiera el precio del dinero, España, con una deuda pública de un billón tendría graves problemas, estando hoy en una situación mucho peor a la del 2008.
El ministro de Economía de Grecia acaba de amenazar a la UE con la convocatoria de nuevas elecciones o un referéndum sobre la permanencia de Grecia en la zona euro, es evidente que las negociaciones entre la UE y el Gobierno griego no van tan bien como nos cuentan desde la UE.
Publicado por: ECO | 09/03/2015 12:02:39
1."Si la UE funciona, el populismo retrocede". Dicho así, estoy de acuerdo pero primero tendremos que ponernos de acuerdo sobre que entendemos cuando hablamos de que la UE funcione...
2.La UE tiene un problema económico, el estancamiento, que está provocando "movimientos telúricos" en muchas sociedades europeas.
3.Además la UE se enfrenta a serios problemas que ponen en cuestión, incluso, su propia supervivencia.
4.Tenemos problemas de secesión en algunos de los estados que forman la Unión.
5.Tenemos a un país muy importante de la Unión, Gran Bretaña, que va a celebrar un referéndum para salir de la UE que es muy probable que logre el objetivo... Al mismo tiempo ese mismo país está protagonizando iniciativas, que afectan y afectarán al resto de la Unión, en cuanto a las relaciones con Ucrania y con Rusia.
6.Tenemos un desafío existencial en el seno de nuestras propias sociedades con buena parte de la emigración musulmana que no solo no se integra, ni acepta, ni respeta, ni tiene ninguna intención de hacerlo en el futuro, nuestros derechos, libertades, valores y modo de vida, sino que además, los desafía abiertamente, los persigue, los ataca causando cada vez más víctimas...
7.Por si fuera poco con esto, tenemos a tiro de piedra de Italia a una gente que nos ha declarado la guerra y que habla, abiertamente, de atacar a Italia y al vaticano... para empezar "la conquista".
8.Como remate tenemos el conflicto en Ucrania y una pelea con Rusia.
En Ucrania hemos arruinado su sistema político apoyando un golpe de estado, hemos destruido su economía que está en caída libre, y además los hemos metido, a ellos también, en una guerra civil, semejante a las de Libia e Irak-Siria, con el agravante de que aquí uno de los bandos tiene detrás a Rusia, uno de nuestros principales proveedores y clientes.
Repito que es verdad que si "Si la UE funciona, el populismo retrocede" pero el problema es que estamos viendo exactamente lo contrario, ni la UE funciona ni el populismo retrocede...
Como alguien apuntaba sagazmente el otro día, si resulta que China crece al 7,5% y se preocupa por ello, EEUU crece al 4% y bate récords en empleo y la UE se pone contenta porque este año creció cerca del 1% y el año que viene a lo mejor crece un 1,7%, la cosa no tiene buena pinta.
Para que la UE funcione, lo primero es que haya crecimiento robusto y fuerte creación de empleo, y no parece que las cosas vayan a ir por ahí en el próximo futuro.
Publicado por: Casla | 07/03/2015 13:56:21
Aqui se habla solo de crisis y no de estafa, con lo que lo que sigue después no sirve. No es pues cosa de economistas ni de politicos corruptos, y los parches no sirven mas que para mantener la mafia y la estafa. ¿Esto es populismo? pues a lo mejor soy del Partido Popular.
Publicado por: Carlos | 07/03/2015 9:08:42