PALOMA ROMÁN MARUGÁN (*)
Pablo Iglesias lidera Podemos, una de las formaciones emergentes para el 20-D
Dentro de pocos días se celebrarán elecciones generales en España. Llevamos más de año y medio, saltando en una especie de juego de la oca, de unos comicios a otros desde las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014 a las elecciones al Parlamento Andaluz, desde las autonómicas y municipales de mayo a la convocatoria al Parlamento Catalán, todas ellas en 2015, para llegar al colofón del 20 D.
Desde luego que no es que no estemos acostumbrados a concurrir a las urnas, pero es cierto que en estos últimos dieciocho meses, sentimos que no pisamos el terreno habitual. Sabemos reconocer el calificativo de elecciones críticas, o bien de cambio de ciclo, para identificar cuando hay elementos que estimulan una mayor participación, bien sea por preocupación o por la existencia de una perspectiva de cambio. Pero esta etapa es algo distinta; algo se mueve.
En las elecciones del 25 de mayo de 2014, diseñadas para elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo, las siempre denominadas de segundo orden porque concitan menor interés, ya se notó más movimiento. El resultado fundamental fue la aparición en escena de Podemos, hoy conocido como integrante del bloque de las fuerzas emergentes. Su irrupción con 5 diputados significó que algo nuevo aparecía en el horizonte. La formación política recién creada empezó a atesorar votos de distintos sectores desde el desmovilizado de hace tiempo, o del movilizado desencantado. A partir de ese momento, y aunque oscilasen, no se movieron de escena tanto en el ámbito de la predicción demoscópica como del terreno real.
El 22 de marzo de 2015 se celebran elecciones anticipadas en Andalucía. La Presidenta las convoca tras la ruptura del pacto de gobierno con IU. Algo se mueve también en el sur de España. Es una jugada arriesgada, pero que intenta conjurar la debilidad de estar en minoría, con un panorama complicado por la remontada socialista que no llega, y el ascenso de la fuerzas emergentes, ahora ya con Ciudadanos en liza. A la vista de los resultados, Andalucía se convierte en el primer gran laboratorio de lo que nos puede esperar dentro de unos días. El resultado desde la perspectiva del algo se mueve, es sobre todo la ausencia de un pacto de gobierno antes de la siguiente gran convocatoria electoral: el 24 de mayo. Más de dos meses tuvieron a Susana Diaz en funciones, mientras sus posibles socios se atildaban para salir bien parados en autonómicas y municipales.
La menor cultura de pactos y coaliciones en el sistema político español (y sus distintos subsistemas) fue asomando su cara, y componiendo un mapa institucional distinto al de 2011 gracias a este efecto. En el capítulo de las novedades, están sin duda la irrupción en la escena institucional de los emergentes y sus alianzas de cartel: de entrada consiguen las alcaldías de Madrid y Barcelona, increíble un año antes, y el apoyo pactado a los partidos mayoritarios para gobernar en el ámbito autonómico, incluido por fin el semáforo en verde al gobierno andaluz. El fin del bipartidismo, coreado como una meta utópica, se ve venir.
A todo este panorama, va unido sin remedio el escenario catalán, revuelto a más no poder y donde no solo existe una dinámica propia en torno al procès, sino que es una pieza fundamental del argumentario político del país en su conjunto. Para conseguir una vuelta de tuerca más en estos tiempos de “novedades”, el President Mas convoca elecciones anticipadas al Parlamento de Cataluña. Lleva haciéndolo recurrentemente, ya no es novedad, pero sí que son elecciones “plebiscitarias”. Concepto que hay que ir explicando recurrentemente con distintos resultados porque no es fácil. Se trata de una fusión de conceptos con variadas lecturas e interpretaciones. Los resultados del 27 de septiembre, en términos absolutos, son los propios de un escenario de fragmentación similar a lo ya esbozado, pero donde las fuerzas antaño hegemónicas en Cataluña, no son tales (el PSC no es quien era, y CiU, ya no es siquiera). Hay mezclas que cuesta entender; y en un terreno donde unos emergentes lo tenían más sencillo (C’s), mientras que otros se han sostenido el voto “a medias” (C. Sí que es pots). Y tampoco generan un gobierno al día de hoy, prolongando una situación de “gobierno en funciones”, como ya ocurriera en Andalucía. Y como no, la gran novedad es el distinto conteo de votos/escaños en esa pugna por que cada quien deje claro cuál ha sido el resultado del plebiscito.
Apuntemos las novedades de la campaña. Los debates políticos como entretenimiento. Del pugilístico formato de dos, pasamos al de tres más una (que es la dos), al de nueve, o al lamento de los que siendo aun fuerzas parlamentarias no están, porque son todos los que están, pero no están todos los que son. La participación de los líderes en los programas más populares para demostrar su vertiente más cercana: frente al fenómeno de la personalización el de la personificación. Puesta en marcha de estrategias de ataque duro o ataque blando a los demás contendientes en la medida que convenga. Esto no carece de importancia, ya que el número de indecisos es altísimo, como es lógico ante tanta novedad. Pero en términos estrictos los líneas fundamentales de los programas se basan en dos /tres ejes, y hay muchos temas que no se manejan en los debates, salvo el tropiezo inadmisible de Ciudadanos con el tema capital de la violencia de género.
Y así llegamos a la antesala de las elecciones generales que han abierto una mayor expectación en función de su perspectiva de cambio –la palabra más repetida a lo largo de las campañas electorales de la democracia española-. Ahora parece que ese cambio va a ser más notorio, pero sobre todo porque el cambio supone tantas novedades. Del recambio al cambio; nos acercamos con curiosidad de la monotonía a la expectación. No se puede negar: está animado el cotarro.
(*) Paloma Román Marugán es profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid
Hay 2 Comentarios
Muy buen articulo.Hoy en dia tenemos un panorama electoral
muy enredado y bastante incierto, esto es lo fabuloso de la democracia
Publicado por: Ramon | 16/12/2015 19:11:02
Estupendo articulo, muy desgranado, matizado, una muy buena " fotografía" de la realidad política de nuestro país.
Vamos a esperar como termina la configuración de los grupos parlamentarios;el voto indeciso _mas que nunca_nos tendrá en vilo, hasta la noche del 20D.
Deseo,el fin del bipartidismo, pero , eso si, que dicha transición a " mas contendientes", se haga con altura de miras.
Apertas agarimosas
http://intentadolo.blogspot.com.es/
Publicado por: Soto | 16/12/2015 18:27:30