VICENTE PALACIO (*)
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, al salir de la Quinta de Olivo
Y entonces llegó Macri. El terremoto en Argentina ha coincidido con un cambio de tendencia en Latinoamérica. Hay varios epicentros simultáneos. Brasil: en recesión, al pie de los caballos financieros, con la espada del impeachment sobre la cabeza de Dilma. En Venezuela: lo que es seguro es que pase lo que pase en las elecciones, mucho va a cambiar, porque hay marejada de fondo. En México: el Presidente Peña Nieto no consigue desatascar las cañerías de un sistema obturado por el narco. Y en el Caribe, Cuba avanza por un camino desconocido, de pragmatismo puro, dejando fuera de juego a sus socios bolivarianos.
En este nuevo momento político, ¿hacia dónde apunta la integración regional en Latinoamérica?
Creo que el punto de partida debería el siguiente: por más que se empeñen ideólogos de uno y otro signo, lo que está pasando no necesariamente refleja solo un giro a la derecha o al neoliberalismo. En lo básico el consenso permanecerá: las clases medias están para quedarse, no se las puede dejar caer, y el reparto de la riqueza y las conquistas sociales no deberían revertirse. El asunto central es más bien cómo crecer más y mejor. Pero junto a ello se trata también de cambiar las formas de hacer política: en acabar con las corruptelas y el clientelismo, dando paso a nuevos actores en el escenario.
A partir de ahí, los caminos de la integración pueden tomar un nuevo sesgo. Nos habían contado el cuento de que que Latinoamérica iba a fracturarse entre el Pacífico y el Atlántico; los liberales y los proteccionistas; los buenos y los malos. Por un lado la Alianza del Pacífico que despegaba mirando a Asia y a EEUU: México, Colombia, Perú y Chile. Por otro lado, el imposible Mercosur, con Brasil negándose a pagar las facturas del liderazgo; una Argentina indolente; Uruguay y Paraguay como socios diminutos, y una Venezuela como elefante en la cacharrería. ¿La UNASUR se rompería por la mitad? Cundió el nerviosismo, y en su día Lula y Bachelet lanzaron mensajes de calma. Siempre nos quedaría la gran familia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).
Pero ese relato ha saltado por los aires. Las piezas del puzzle latinoamericano van cambiando de forma, y con ellas cambia el dibujo entero. Primero, todos han perdido bastante por el bajonazo en la demanda china de materias primas (salvo México, que ya tiene bastante con el narco). El 5% de media de crecimiento del PIB entre 2003 y 2013 se sostuvo por ese tirón; ahora la CEPAL pronostica un crecimiento de la región del 0.5%. Por lo tanto, hay que plantearse cómo unirse más para afrontar un reto común.
De otro lado, la Alianza nunca supuso un juego de suma cero. Una cooperación reforzada entre los cuatro del Pacífico - en visados, mercados de valores, o eliminación de burocracias en el comercio - es una buena noticia que no va contra nadie. En realidad, ni siquiera supone una integración, pues los cuatro países presentan situaciones tremendamente dispares, especialmente el gigante mexicano, muy dependiente de EEUU en inversión y comercio.
De hecho, la mala coyuntura general, junto al éxito relativo de la Alianza, podría llevar a argentinos y brasileños a ponerse las pilas. La situación de emergencia pide más pragmatismo, y ello podría incentivar más integración, no menos. Brasil coquetea con asociarse a la Alianza, y de ahí acceder a los asiáticos por la vía del Acuerdo Transpacífico (TPP). Macri posiblemente ha visto la jugada; es un momento para la gran política, y se ha ido a visitar a empresarios y políticos brasileños, porque quiere ir de la mano con el Mercosur. En este momento, cuando todo se tambalea, es muy importante que nadie se quede descolgado. Brasilia y Buenos Aires deberían emplearse a fondo para ayudar a re-conducir la situación y evitar que degenere en el caos y la violencia, con el imán de Mercosur para aprovechar su potencial.
La idea de la integración está en vilo. Inesperadamente, Macri ha resucitado la idea de Mercosur, quizá bajo una nueva forma más flexible. Eso es una gran noticia que pondrá a prueba la creatividad y el liderazgo de ambos lados. Al final, todo depende de si en las cancillerías se tiene o no la visión La formulación es fácil: avanzar hacia un sistema basado en articulación de cadenas de valor, con compensaciones de distinto tipo a los perdedores (claramente inspirados en los fondos estructurales y de cohesión de Europa). La práctica es otra cosa.
Este cuento suena más bonito: abrirse a Europa y a Estados Unidos, abrir puentes hacia el Pacífico mediante infraestructuras con sus vecinos. Más que una integración de naturaleza supra-nacional (mercado único, instituciones comunes, moneda), se trata de algo flexible. América Latina avanzaría hacia plataformas de negociación donde se concretan cooperaciones reforzadas en políticas concretas.
La integración no es una foto fija; es un proceso, y más en este continente donde los liderazgos personales y las constelaciones ideológicas de cada momento pesan muchísimo. UNASUR el ALBA o la Alianza tienen mucho de ello. En este momento, la integración es una idea difícil, arriesgada, pero es una opción entre otras aún peores que llevan al ombliguismo y al proteccionismo.
Bajo una fuerte presión interna, Macri posiblemente tratará de ganar apoyos fuera, en sus socios regionales, en Washington, y en Europa, a la que tiende la mano para cerrar un acuerdo. No sabemos si cumplirá lo que ha anunciado, si lo hará bien o mal, o si le dejarán hacerlo. Lo tiene casi todo y a casi todos en su contra. ¿Será Macri el Neoliberal o Macri El Pragmático? Su llegada no solo altera el equilibrio de poder en Argentina; también nos trae un nuevo relato sobre la integración latinoamericana.
(*) Vicente Palacio es director de OPEX en la Fundación Alternativas
Hay 4 Comentarios
Los mismos que votaron a Macri se encargaran de echarlo. Sugiero tener el helipcotero listo...
Publicado por: Reynovio | 06/12/2015 15:44:29
Los mismos que votaron a Macri seran los mismos que lo echaran. La peli Macri ya la vimos varias veces : el final de la peli fue terrible.Sugiero tener listo el helicoptero listo...
Publicado por: Reynovio | 06/12/2015 15:39:51
Mauricio Macri, tiene 214 denuncias en su contra en la justicia. Desde que asumió en la Ciudad, en 2007 hasta hoy, acumula acusaciones como "estafa y asociación ilícita", "abuso de autoridad y violación de deberes de funcionario público", "enriquecimiento ilícito", "falsificación de documentos públicos", "amenazas y abandono de personas", entre otras.
Publicado por: Jorge Sánchez | 06/12/2015 12:17:42
En Argentina la gente no ha votado derecha ni neoliberaismo. Ha votado sentido común, programa de desarrollo de un país estancado en el pasado que hace 4 años tiene crecimiento cero y un déficit fiscal escandaloso, al punto que el gobierno de CFK deja al Banco Central sin reservas, y la famosa provincia gobernada por el ex candidato oficialista - Scioli - carece de fondos para pagar sueldos y aguinaldo de mes de Diciembre. Lo bueno de este nuevo comienzo es que buena parte de la oposición está dispuesta a apoyar a Macri.
Publicado por: bergante | 05/12/2015 14:12:45