CARLOS CARNERO (*)
Días antes de que el Fondo Monetario Internacional advirtiera de que la crisis puede provocar una ola de populismo en todo el Planeta, 85 Think Tanks de todo el mundo, reunidos en Montreal en su III Cumbre Global, abordaron cómo responder a la globalización y a sus descontentos.
Teniendo como anfitriones al Programa de Think Tanks y Sociedad Civil de la Universidad de Pensilvania (TTCSP), que lidera Jim McGann, y al Centro por la Innovación en la Gobernanza Internacional (CIGI) de Canadá, representantes de centros de pensamiento venidos de todos los continentes (España estuvo representada por la Fundación Alternativas y el Real Instituto Elcano) coincidieron en constatar que el populismo, el nacionalismo y el proteccionismo son hoy una amenaza global.
Amenaza a la que es preciso responder con ideas y argumentos, porque las fuerzas representativas de esas corrientes utilizan precisamente eslóganes y verdades a medias que tratan de evitar la reflexión serena sobre los problemas y la búsqueda racional y consensuada de soluciones a los mismos.
La falta de respuesta de los gobiernos, las instituciones y los partidos hunde sus raíces en la incapacidad para comprender las consecuencias de la globalización y empeñarse en recetas que no son ni eficaces ni justas, como por ejemplo la austeridad a ultranza en los países desarrollados, que tiene consecuencias catastróficas en términos de ausencia de crecimiento, desempleo y desigualdad en el Norte pero también en el Sur del mundo.
Diversas investigaciones manejadas durante la Cumbre afirman científicamente que la desigualdad se ha multiplicado por decenas de dígitos en muchos países desde el inicio de la crisis, con la consiguiente desesperación ciudadana, caldo de cultivo imprescindible para el populismo.
En ese marco, se comprenden resultados como el del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE, el crecimiento de las fuerzas xenófobas y racistas en Europa, el auge electoral de Donald Trump o la victoria electoral de candidatos como el actual presidente filipino.
La peor reacción posible ante esos avances del populismo es la asunción de parte de sus postulados por parte de los partidos y los gobiernos democráticos. Por el contrario, deberían centrarse en la puesta en marcha de políticas económicas centradas en la cohesión social, la creación de empleo y la reducción de la desigualdad, en las que lo público debe jugar un papel esencial. Como señaló el Ministro de Asuntos Exteriores de Canadá al dirigirse a los participantes en la Cumbre de Montreal, la clave es la INCLUSIÓN. Su país, con Justin Trudeau como primer ministro, es un buen ejemplo de ello.
La difícil coyuntura por la que atraviesan las democracias frente a la amenaza populista requiere de un pensamiento fuerte, que los Think Tanks pueden contribuir a definir junto a otros actores. Su papel, por tanto, es clave en la confrontación ideológica que se está librando entre quienes consideran que la apertura y la inclusión son positivas y quienes propugnan el cierre de fronteras, la exclusión y la demagogia. Seguramente, porque los centros de pensamiento representan la palabra frente al grito.
(*) Carlos Carnero es director gerente de la Fundación Alternativas
Hay 3 Comentarios
Estoy de acuerdo con ECO. El populismo es una reacción frente a la falta de democracia, justicia social, separación entre economía y política (intromisión de "los mercados en la política), ausencia de ética... La globalización no está funcionando como debería. Hay que eliminar la "mercantilización de la realidad"; No olvidar Declaración Universal de los Derechos Humanos,
Un saludo
Publicado por: Juliana Luisa | 07/10/2016 20:05:21
Evidentemente, el populismo no es la solución a los problemas que padecen las sociedades occidentales sino simplemente una reacción frente a ellos. El populismo es como la fiebre que puede producir una enfermedad importante. Cero que antes de debatir sobre este asunto es importante comprender que es imposible hacer desaparecer la fiebre sin eliminar la enfermedad, es imposible hacer desaparecer el populismo político sin hacer desaparecer sus causas, sin hacer desparecer las causas que hacen que los ciudadanos, los votantes, opten por alternativas populistas.
Publicado por: ECO | 07/10/2016 18:42:30
Excelente comentario y buen trabajo el de los Think Tank en Montreal. Nos hacen falta ese tipo de reflexiones.
Publicado por: Observador | 06/10/2016 18:44:25