NICOLÁS SARTORIUS (*)
El presidente estadounidense, Donald Trump.
Hace 4 años escribí, en este mismo blog, un artículo que se titulaba ¿y si ganase Rick Santorum? Seguro que a la inmensa mayoría de ustedes no les dice nada este nombre y, sin embargo, pudo haber sido presidente de los EE.UU. Se presentó a las primarias del Partido Republicano frente a Romney y estuvo a punto de ganar la nominación y enfrentarse al candidato del Partido Demócrata, Barak Obama, que fue el que a la postre ganó la presidencia. Lo escribí porque todo el discurso de Santorum estaba impregnado de religiosidad alucinada, como la de los talibanes pero en versión, según él, “católica”. Llegó a decir que “Satán tiene puesta su mirada en EE.UU... y está atacando a las grandes instituciones de América, utilizando esos grandes vicios de la codicia, la vanidad y la sensualidad”. Ante tamaño disparate yo me preguntaba qué pasaría si una persona con estas ideas llegase a ser presidente de los EE.UU. En aquel entonces no nos quedaba otra opción que confiar en el buen sentido de la mayoría de los ciudadanos americanos y que, en realidad, Satán no existiese. En efecto, el Maligno no existía y ganó las elecciones Obama.
Ahora, unos años después, ha ganado las primarias del partido Republicano -¡el de Lincoln, hay que fastidiarse!- un personaje atrabiliario, bufonesco y lenguaraz que se llama Donald Trump y que puede llegar a ser el próximo presidente de los EE.UU. Este individuo no sé si cree en Satán, pero parece que no cree, en serio, en la democracia, lo que es mucho más grave. Todo lo que dice es como para que se le pongan a uno los pelos como escarpias, solo de pensar que puede llegar a liderar a la primera potencia -también nuclear- del mundo. A su machismo y xenofobia inaceptables, se le suma ahora lo que le descalifica absolutamente para tan importante responsabilidad cuando declara, sin ambages, que solo aceptará el resultado electoral... si gana, pues en el caso de perder pensará que ha sido amañado el resultado, no lo aceptará y lo impugnará, se supone que ante los tribunales. Nunca se ha conocido similar ataque al principio democrático en un país que no fuese una dictadura.
Ya sabemos que han existido presidentes, en diferentes países y épocas, estúpidos, medio delincuentes y hasta criminales enteros. Generalmente en países no democráticos, aunque de todo ha habido en la viña del Señor. Mas la cuestión inquietante es que mientras la mayoría de los líderes, en la actualidad, pueden hacer un daño limitado, el estropicio que puede provocar un presidente de los EE.UU. es casi ilimitado. ¿Ustedes se imaginan a Donald Trump manejando las múltiples guerras de Oriente Medio, el cambio climático, la lucha contra el terrorismo o el drama de los refugiados? Todo el mundo piensa, quizá con razón, que lo más probable es que gane Hilary Clinton; pero cuidado, porque en los últimos tiempos, el resultado de estas consultas suele ser el contrario del que todo el mundo piensa. Véase, sin ir más lejos, lo ocurrido con el ‘Brexit’ en Gran Bretaña o con el referendo sobre la paz en Colombia.
Moraleja: Haría bien la Unión Europea en unirse al máximo posible y lo antes que pueda para no tener que depender de líderes disparatados con confusas ideas sobre la democracia, y así servir de contención o contrapeso a los desaguisados que puedan venir de uno u otro lado. Siempre, claro está, que impidamos que en nuestros países lleguen al poder personas que crean en Satán o no crean en la democracia.
(*) Nicolás Sartorius es vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas
Hay 1 Comentarios
Pues en breve lo vamos a descubrir.
Publicado por: Haz El Amor y No la Guerra | 11/11/2016 18:02:57