MANUEL DE LA ROCHA VÁZQUEZ Y VÍCTOR ECHEVARRÍA YCAZA (*)
La economía española está saliendo de la grave crisis pasada y desde el punto de vista cíclico existen al menos tres elementos que señalarían la conveniencia de un cambio en la posición de política fiscal y presupuestaria alejándose de los enunciados más restrictivos: (i) Agotamiento de la política monetaria; (ii) Indicadores que señalan que el crecimiento actual no será duradero y presenta importantes debilidades estructurales (bajos salarios, baja productividad), y (iii) La existencia de espacio fiscal, propiciada por los actuales bajos tipos de interés.
Con todo, la puesta en marcha de una política fiscal menos restrictiva ha de conjugarse con la necesidad, a medio plazo, de reducir el déficit estructural y cumplir los objetivos marcados por Bruselas.
Evolución reciente del saldo fiscal y situación de partida para 2017
España ha logrado reducir el déficit público desde el -10,5% en 2012 hasta el -5,1% en 2015, y se espera que 2016 cierre en el 4,6% del PIB acordado con Bruselas. En 2017, un crecimiento del 2,5% reducirá el déficit, gracias fundamentalmente a la mejora de la recaudación y la caída de los gastos por desempleo y gastos financieros. Asimismo, las medidas fiscales anunciadas recientemente van en la buena dirección y aumentarán los ingresos en unos 7.000 millones de euros. Con todo ello el gobierno confía alcanzar el 3,1% de déficit en 2017, en línea con las directrices emanadas desde Bruselas.
Se trata sin embargo de medidas fiscales coyunturales que no plantean la reforma en profundidad que requiere nuestro sistema fiscal.
Esbozamos debajo las grandes líneas de un presupuesto que en nuestra opinión, sobre premisas progresistas, debería tratar de combinar una senda de ajuste fiscal creíble con la corrección de los desequilibrios económicos y sociales.
Los ingresos públicos
El sistema tributario español se caracteriza por el escaso peso de los ingresos, comparado con la media europea, por lo que es fundamental aumentar la recaudación. Hay tres elementos entorno a los cuales debería girar una reforma tributaria.
Un primer elemento tiene que ver con la imposición verde. El ritmo acelerado del cambio climático, así como las iniciativas acordadas en el marco de la Cumbre de París y nuestros compromisos ante la UE hacen que España tenga que cumplir y liderar una ambiciosa agenda para conseguir reducir las emisiones de CO2. El aumento de los impuestos debe favorecer este esfuerzo.
En segundo lugar, nuestro modelo tributario adolece de un sesgo hacia una tributación elevada de las rentas, especialmente las del trabajo, pero mucho menor de los grandes patrimonios. Una reforma de la tributación de la riqueza que elimine los actuales agujeros fiscales del Impuesto de Patrimonio (IP), establezca mínimos a nivel nacional y unifique las bases imponibles del IP y las rentas del capital en el IRPF sería un paso en la dirección adecuada. En esta línea, tal y como han pedido varios organismos internacionales, el IBI puede y debería jugar un papel más importante en nuestro sistema tributario.
Por último, se debe abordar una auténtica reforma del impuesto de sociedades, pues la reciente es insuficiente. Una reforma de calado debe ajustar las bases imponibles en el IS a los estándares europeos que se están debatiendo en Bruselas.
Por el lado del gasto
Por el lado de gasto, las nuevas iniciativas deben orientarse a impulsar una recuperación económica equilibrada e inclusiva y que siente las bases de un crecimiento sostenido y de mayor valor en el medio plazo. Hay tres partidas prioritarias que deben ser claramente reforzadas.
En primer lugar, es necesario atacar seriamente el desempleo estructural que no es únicamente un problema social, sino también económico, ya que lastra el crecimiento potencial de la economía. Teniendo una de las tasas de desempleo más elevadas de toda la UE, España gasta muy poco en políticas activas de empleo. Por tanto, una de las grandes prioridades de gasto que deben crecer son las políticas activas de empleo, convergiendo al 80% de la media de los países más avanzados de la UE hasta alcanzar los 2.700 euros por demandante de empleo, lo que supone aumentar la cuantía actual hasta los 13.000 millones de euros en cuatro años.
En segundo lugar, cobran relevancia las medidas orientadas a disminuir la pobreza, que ha crecido de forma dramática en los últimos años (según Eurostat, un 28% de la población española estaría en riesgo de pobreza, frente a un 23% de media del área euro). En este contexto es fundamental poner en marcha algún tipo de renta básica de inserción que sea un complemento a nivel estatal de las ya existentes en las CC.AA., garantizando un mínimo vital a todos.
En tercer lugar, es indispensable aumentar de forma sostenida los fondos destinados a potenciar la transformación de nuestro modelo productivo. El gasto en I+D+i en relación al PIB ha caído hasta el 1,2%, una de las tasas más bajas de los países del área euro. Se trata, obviamente, no sólo de invertir más, sino de invertir mejor con un enfoque en la obtención de resultados.
Refuerzo de la gobernanza fiscal
Los incumplimientos de los objetivos de estabilidad, junto a decisiones políticas más que cuestionables para la consolidación fiscal han endurecido el marco fiscal europeo. Por ello, es esencial, acometer cambios en el marco normativo e institucional para recuperar la credibilidad y garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas. En este sentido, se necesita reforzar la independencia y recursos de la AiREF, reformar la Ley de Estabilidad y la regla de gasto. Además, sería muy bueno dotar de un Estatuto a la Agencia Tributaria que garantice su independencia.
Conclusión
En definitiva, la situación actual de crecimiento elevado y bajos tipos de interés es propicia para acometer reformas como las aquí planteadas, que permitan abordar los desequilibrios generados en el modelo de crecimiento español, utilizando las políticas fiscales y presupuestarias como principales palancas.
(*) Manuel de la Rocha Vázquez es economista de la Fundación Alternativas y ex secretario de Economía del PSOE, y Víctor Echevarría Ycaza es economista e investigador asociado del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI)
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