(*) MELISSA CONLEY TYLER Y JULIA BERGIN
El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, en una rueda de prensa.
En la misma semana en que la UE anunció una mejora en sus relaciones comerciales con México, que un primer ministro australiano visite Europa para hablar de las perspectivas de un acuerdo comercial entre la UE y Australia es una medida valiente. Vale la pena promocionarse pensando en los beneficios.
¿Por qué un Tratado de Libre Comercio con Australia?
Como destacó el primer ministro Malcolm Turnbull durante su visita, la UE tiene importantes relaciones comerciales y de inversión con Australia. El comercio bidireccional de bienes y servicios suma más de 95 mil millones de dólares, lo que convierte a Australia en el segundo socio comercial más importante de la UE, detrás de China y por delante de Estados Unidos y Japón.
Australia y la UE comparten muchos puntos de vista sobre política comercial y el sistema de comercio multilateral. Tienen muy buenas relaciones basadas en valores compartidos de democracia y derechos humanos, con el Acuerdo de Asociación UE-Australia recientemente ratificado. La integración económica de Australia con Asia, la región de más rápido crecimiento en el mundo, lo convierte en un socio estratégico fundamental para Europa.
Sin embargo, la UE todavía no tiene un acuerdo de libre comercio con Australia y, como resultado, la economía de la UE se ve perjudicada por condiciones menos favorables para el comercio y la inversión, incluidos los servicios. A menudo se pasa por alto, pero la UE es, con mucho, el mayor exportador mundial de comercio de servicios: representa más del 25% de las exportaciones mundiales. Por lo tanto, asuntos como el reconocimiento mutuo en calificaciones profesionales y la movilidad laboral para trabajadores calificados pueden tener un impacto significativo.
Además de beneficiar a las empresas europeas, se prevé que el acuerdo de libre comercio beneficie también a los consumidores. El mercado europeo, con 500 millones de consumidores, presenta enormes oportunidades para que las empresas australianas exporten bienes y servicios de alta calidad. Esto aumenta la gama de productos para la UE y reduce el costo de esos bienes a través de una mayor competencia, y también permite a las industrias nacionales enviar sus productos al exterior.
En septiembre de 2017, la UE publicó los resultados de un estudio de alcance sobre el acuerdo de libre comercio UE-Australia con resultados que demuestran que podría haber grandes ventajas bilaterales. Posteriormente, en su discurso más reciente sobre el Estado de la Unión Europea, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció que Australia será uno de los primeros objetivos de la UE en lo que se refiere a acuerdos comerciales. Si las negociaciones continúan según lo previsto, el comercio se desligará de los asuntos de inversión, lo que significa que se podrá llegar a acuerdos más rápidamente.
En el lado australiano, los principales partidos políticos apoyan firmemente un acuerdo de libre comercio. En un momento en que un ex campeón del libre comercio, Estados Unidos, amenaza con guerras comerciales, es una gran oportunidad para que Australia y Europa busquen la apertura comercial.
Oportunidades para España
El acuerdo de libre comercio propuesto abrirá oportunidades comerciales entre Australia y España, dos países que ya disfrutan de una relación comercial saludable. Es comprensible que el comercio de España se centre en Europa, pero también existe un gran potencial para expandirse a los mercados de Asia-Pacífico. Australia puede ser un socio comercial y de inversión atractivo para las empresas españolas.
Un área donde los vínculos comerciales crecen rápidamente es en la industria de la defensa. España ya ha construido una parte importante de la flota naval australiana. El buque de guerra más sofisticado de Australia, el HMAS Hobart, recibió el encargo en septiembre de proporcionar defensa aérea a la flota naval australiana tanto desde aeronaves como desde misiles. El barco, junto con dos destructores, fue diseñado por la empresa española Navantia.
Navantia también ha construido los dos buques más grandes con los que Australia haya operado jamás -equipados con helipuerto y con capacidad para 1000 soldados-, y ya han sido utilizados para misiones de ayuda en desastres en el Pacífico. La compañía construirá dos buques auxiliares de engrasado y reabastecimiento para la Armada australiana inspirados en el SPS Cantabria de 19.800 toneladas de la Armada española. Asimismo, Navantia ha sido preseleccionada para diseñar y ayudar a construir nueve fragatas para Australia, un proyecto de 30 mil millones de dólares.
Pero las oportunidades comerciales españolas no se limitan a la defensa. España ya tiene una gran influencia en la construcción y las energías renovables en Australia. Sorrovial y Acciona dominan el desarrollo de las infraestructuras viales y ferroviarias. El compromiso de España con las energías renovables ofrece experiencia en energía solar, térmica y eólica. Australia tiene un gran interés en desarrollar fuentes de energía alternativas y España puede contribuir notablemente en el proceso. Se trata de inversiones significativas para la economía de Australia y muy importantes para el desarrollo de la inversión española en el país. Y no olvidemos que los primeros tranvías que circularán por la capital australiana serán de fabricación española.
En el pasado, los vínculos comerciales entre Australia y España pudieron haber pasado desapercibidos: existía una brecha de conocimiento entre ambos países. Pero los tiempos están cambiando rápidamente. Aprovechar nuevas oportunidades nos ayudará a darnos cuenta del potencial que existe en la relación España-Australia. Hasta dónde se extenderá la colaboración dependerá de las ambiciones en ambos lados.
(*) Melissa Conley Tyler es directora ejecutiva del Instituto Australiano de Asuntos Internacionales y líder del equipo del Foro de Liderazgo UE-Australia, y Julia Bergin es ex investigadora del Instituto Australiano de Asuntos Internacionales
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