“Yo he ido comprendiendo que hay dos formas básicas de envejecer: una es volverse más rígido, petrificarse, hacerse más dogmático. La opuesta, consiste en ir aceptándose, haciéndose más libre, buscando sin miedo nuevos caminos. Cada día me siento más fronterizo, más comprensivo y sin embargo más ajeno a quienes, en su fortaleza ensimismada del centro, creen que poseen la única verdad” (J.L. Borges)
“La burguesía no es una clase social, es una enfermedad peligrosa". (Pier Paolo Pasolini)
"La memoria es lo más cruel que hay en el mundo" dice Michi Panero al inicio del filme. Sin embargo, yo también añadiría que no hay nada más doloroso que la conciencia. Y de eso trata esta obra maestra que nos habla de la vida. De cómo una familia se sienta frente a una cámara para hablar –sin ficciones- sobre ellos mismos y sobre el patriarca de su estirpe. Leopoldo Panero fue uno de los poetas más importantes del periodo franquista y figura indiscutible de poder con sus altos y bajos- hasta el mismo día de su muerte el 27 de agosto de 1962.
Familia Panero
Jorge Semprún hablaba de El desencanto como uno de los retratos más terribles, amargos y despiadados contra la familia española: católica, patriarcal y autoritaria. Llevo muchos años pensado que podría ser una buena idea escribir un guión para un documental, una crónica familiar sobre la familia Aznar o la familia Pujol: algo parecido a Celebración, de Thomas Vintenberg, en versión glorificación de los mercados.
Por supuesto, no existe en ninguna de ambas familias nada que pueda acercarse al talento y carácter de los Panero, pero no por ello dejaría de ser revelador. ¿Sería capaz Ana Botella o la Señora Marta Ferrusola de expresarse con la lucidez que lo hizó Felicidad Blanc? ¿Podrían sentarse ante una cámara para hablar de las grandezas y miserias de sus vástagos? ¿Conseguiríamos que cayeran sus máscaras? ¿Tendríamos la suerte -a través de la exposición profunda de sus pensamientos- de ver qué se esconde en su interior? ¿Existe interior?
¿Quisiera yo saber de qué le ha servido al mundo esta nueva ristra de nuevo ricos? ¿Cuál ha sido su contribución? Podríamos establecer paralelismos (ya sabemos que las comparaciones son odiosas) -pero no me importa- entre la aportación que nos han regalado los hermanos Panero (derecha decimonónica, austera, religiosa pero autocrítica y cultivada) con las que nos dejarán el día de mañana la tropas familiares modelo Aznar-Botella o Pujol-Ferrusola.
Insisto, ¿de qué le ha servido a la sociedad que estos excelsos señores se hayan pasado la vida dando clases de economía, conquistando cimas, inaugurando bibliotecas o revelándonos el camino para ser buenos patriotas? ¿Ya nadie recuerda las imágenes de ambos políticos en el fragor de la batalla mostrándose afecto mutuo?
A los veinticinco años conocí a una mujer en Canterbury de la que me enamoré. Al terminar el verano nos fuímos a Madrid. Como no podíamos vivir juntos sin haber pasado por capilla (su família amenazaba con desheredarla sin vivía en pecado) y ella no había terminado la facultad, la solución fue buscarme un piso en Algete cerca de la urbanización donde ella residía con su egregios progenitores. Las vistas de mi nueva habitación daban a un cementerio de coches y las del salón a un campamento gitano. Recuerdo mi primer fin de semana en la capital como una aterradora zambullida en una piscina de agua fría.
Su padre ejercía de banquero y cazador (como los de la Escopeta Nacional) y la madre de ama de casa- devota de la Virgen de Covadonga. Eran como la familia prototipo del Hola, que solo parecen felices cuando su ficción se convierte en portada. Se guiaban por un supuesto orden natural y divino, sus métodos pedagógicos eran parecidos a los de Bernarda Alba y Carmen Polo y sus referentes fundamentales, ideólogos de la talla de Girón de Velasco, Ramón Mendoza y Álvarez del Manzano. Al padre también le caía simpático Felipe González. Siempre repetía lo mismo que el ex ministro Solchaga: “España es uno de los países en donde mas fácil es hacerse rico”.
De saber lo que me esperaba, hubiese preferido ser jardinero en casa del maestro Fernando Fernán Goméz (residían en la misma calle) que de mercachifle en casa del banquero. Sin saberlo, me convertí en Julian Sorel, esperando que Madame de Renal tuviese el valor para abandonar su mundo. Jamás conseguí cambiar nada, pero en la derrota más absoluta aprendí dos de las mayores lecciones de mi vida: “No pierdas el tiempo hablando con aquellos que jamás serán capaces de comprenderte” y "El problema del mundo es que los estúpidos están completamente seguros y los inteligentes están llenos de dudas".
Vázquez Montalbán definía a la derecha como una actitud psicológica que se manifiesta en un repertorio de afirmaciones y negaciones instintivas, que aspiran a definir la realidad en su totalidad y, de modo especial, en su aspecto humano y social. Es por todo ello por lo que resulta tan difícil no dejarse influir por dichos conceptos. Por consiguiente, ¿tenemos todos algo de conservadores? ¿Qué conforma nuestra forma de pensar y de hacer? ¿Seríamos diferentes a Aznar y Pujol de haber crecido en los mismos círculos y con los mismos valores?
Formar parte de esta tipología de familias o conocerlas desde dentro viene a ser lo mismo que tener el primer contacto con el vientre del animal, el interior de la máquina. Es como obtener un Máster sobre lo que uno no quiere llegar a ser en la vida. Una lección magistral sobre el poder, los miedos y las infinitas sombras de la naturaleza humana. Aquel infierno me sirvió para huir de aquello que, de cerca o de lejos, pudiera parecérsele. No quisiera volver a sentirme como un animal aleccionado con el único fín de ser un buen depredador. Yo no soy así. No quiero vivir agazapado en la espesura en busca de la presa más débil. Si la vida no fuese tan contradictoria y compleja, ahora podría sentarme y decir: ¿Cuántos hombres pueden jactarse de haber hecho un camino inverso, no hacia las tinieblas sino hacia la luz?
Pese a todo ello, ¿quién puede negar que siempre hemos sido gobernados por los mismos amos? La mayoría posee un carácter tradicionalista e inmovilista, fundamentado por una posición que les ha favorecido a lo largo de los tiempos. ¿Cómo van a cambiar si el sistema induce muy inteligentemente a que parezca que su modelo de vida es el que deseamos todos?
Una cosa es poder pagar las facturas con tranquilidad (no podemos obviar que genera una enorme serenidad) y otra es creer que el éxito sólo puede medirse en términos económicos. El triunfo del modelo capitalista ha acabado por determinar la muerte de lo político y de la política. Los hermanos Panero aspiraban a otro mundo, otro modelo de sociedad. Ahora permanecemos atónitos ante una clase dirigente que considera a los seres humanos como simples bienes. Hemos llegado a una situación, en que todo todo lo que no sea ejemplo de excelencia y pertinencia del modelo conduce inexorablemente a la exclusión y al fracaso.
Esta ilustración fue portada reciente de la revista 'The Economist'.
El documental sobre los Panero trata de significar algo más que lo meramente observable en los superficial. Se mete de pleno en la cabeza de los personajes sin realmente entender lo que hay dentro.Todos los protagonistas se muestran tal y como realmente son. No hay ficción en este film imprescindible, intemporal que nos habla de la familia, la política y de toda la sordidez asociada. La película retrata una forma de vida en decadencia, pero que sin embargo ha conformado el mundo que hoy conocemos y que en algunos aspectos todavía perdura. Todo es dolor y verdad en esta gran historia.
- Versión española - El desencanto. (TV2) con Cayetana Guillén Cuervo, el director de la película Jaime Chavarrí y Juan José Millás
Hay 3 Comentarios
el desarrollo del individuo y de sus relaciones personales está aún profundamente ligado a la función reproductiva y al sometimiento de la mujer.
No tenemos familias, sino redes jerárquicas de opresión entre individuos que buscan a tientas encontrarse en el afecto que los separa.
http://www.contraelamor.com/2013/03/sexo-el-fondo-i-funcion-reproductiva.html
Publicado por: contra el amor | 26/05/2013 20:39:30
No puedo estar más de acuerdo con tus apreciaciones. Yo creo que “El Desencanto” muestra con crudeza las lacras de una mentalidad que, desafortunadamente, es muy corriente tanto en la familia de hoy como en la de los años 70. Puede que la forma de despotismo que subyace a esa mentalidad sea diferente en ambas épocas: ayer, la autoridad del poder, hoy, el éxito como máximo baremo de la valoración de las personas. Sin embargo, las lacras que deja lo mismo en las personas de ayer que en las de hoy son comunes: delirios de grandeza, incapacidad para aprender de la vida y de sus experiencias, ausencia total de autoanálisis y autocrítica… En definitiva, una mentalidad que contribuye a crear personas que viven sin comprender nada de lo esencial, sumidos como están en esa amalgama de mentiras y omisiones con las que quieren ser juzgados.
Qué importante es crecer en el seno de una familia que te transmita el mensaje correcto: que hay que ser uno mismo, que cada uno somos insustituibles y magníficos en nuestra frágil humanidad, que todo lo demás es secundario. Realmente creo que es lo único importante que los padres pueden transmitir a sus hijos. Y tu y yo lo sabemos bien porque en el seno de nuestras familias es el mensaje que hemos recibido…
Publicado por: Rocío R. | 23/05/2013 18:13:35
Llegan las noticias que te sacan una sonrisa. A continuación las noticias falsas más importantes del día. http://noticiasgold.wordpress.com/
Publicado por: constantin | 21/05/2013 18:00:00