Un mundo sin libros: Fahrenheit 451

Por: | 21 de octubre de 2013

"Sólo es posible afirmar en geometría" (Voltaire) 

"La lectura es para mí algo así como la barandilla en los balcones" (Núria Espert)

"El placer de leer es doble cuando se vive con otra persona con la que compartir los libros" (Katherine Mansfield)

Todos tenemos libros o películas que nos han emocionado a lo largo de nuestra vida. Obras que, por la razón que fuera, nos marcaron. No sé que edad tenía, pero era muy pequeño cuando descubrí por primera vez FAHRENHEIT 451. Subido a una silla, lo único que tuve tiempo de ver antes de que me sacaran de allí, fue a la bibliotecaria muriendo abrasada junto a un montón de libros. Aquella imagen me quedó grabada en la memoria para siempre. Muy pocas historias me han generado tanta angustía y desasosiego como aquella inolvidable película de François Truffaut. 

Bibliotecaria
Vivimos en un mundo de simulacros, donde dominan los términos excelencia y rentabilidad. Nada se mueve, nada cambia. Nos encontarmos ante un sistema en el que las apariencias y la impunidad han ganado la batalla. El mundo que imaginó Bradbury es el mismo que hoy habitamos. Como en el libro, permanecemos absortos frente a un sinfín de acontecimientos tremebundos que nos van dejando paralizados y sin capacidad de reacción. ¿Dónde está el límite a tanto  estupor? ¿en manos de quién estamos? 

Subidos a la noria, apenas encontramos el momento para detenernos y reflexionar. Como todos, formo parte de un mundo que cabalga rapidamente sobre valores tan efímeros como el éxito y el consumo. En este sueño invernal en el que vivimos, el vacío y el miedo han ido carcomiendo parte de mis fuerzas.  Siento pánico al futuro y miedo a  plantarme y decir basta. Sé que la única alternativa que me queda es  pasar a formar parte del ingente número de excluidos del sistema. Cada vez más españoles rozan hoy la pobreza severa. Con estos indicadores, ¿Quién tiene el valor de levantar la voz? ¿cómo defiendes tus derechos cuando sabes que ahí fuera no hay nada que te protega, salvo la familia? Los pensionistas son en la actualidad el principal apoyo económico familiar, ¿durante cuanto tiempo resistirán esta carga? 

Tienes miedo?
¿Quién nos iba a decir que aquella obra de Ray Bradbury que permaneció en mi imaginario durante décadas, resultaría hoy una obra plenamente actual, más incluso que en el momento en que se estrenó por primera vez?

Fahrenheit-451

 

Fahrenheit 451 es la fantasía más negra, premonitoria y apocalíptica que nos ha ofrecido la literatura de ciencia-ficción. Bradbury nos describe una sociedad en la que los libros y la lectura están proscritos, en la que impera el culto al hedonismo y en el que los poderes públicos persiguen implacablemente a todo aquel que sienta amor por  la lectura. Fahrenheit 451 es la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde. El cuerpo de bomberos con el anagrama 451 se dedica a quemarlos. Un millón de ellos han sido prohibidos. Sus textos son, en definitiva, lo que impide que la ciudadanía sea finalmente ccomplaciente y feliz. Tener conciencia supone un riesgo que no se pueden permitir. 

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La única diferencia con la actualidad es que en el universo de Bradbury-Truffaut no existen sutilezas. En nuestro país esta persecución y quema de libros se produjo durante el franquismo y la posguerra, pero ahora ya no hace falta. Ya se han encargado de idiotizar a la ciudadanía suficientemente como para que los libros no corran el peligro de convertirse en un arma de doble filo. 

Quemar libros
Los Estados deberían adoptar un papel educador. Gracias a una meditada estrategia estan consiguiendo todo lo contrario. Les viene muy bien un pueblo aborreagado. Adiestrar a la población con contenidos basura les asegura mantenerse en  el poder. Como sabía muy bien Bradbury, la televisión es su principal instrumento político, que busca adormecer la conciencia ciudadana y crea opiniones favorables a los poderes instituidos. No les hace falta quemar libros ya lo están haciéndo con nuestras neuronas. Un  pueblo complaciente y sumiso es lo que necesitan aquellos que tienen poco amor por la cultura. Sin duda alguna, nosotros tenemos parte de culpa. Se lo estamos poniendo muy fácil. Lapidamos nuestro tiempo abducidos frente a la pantalla, ordenadores, smartphones y otros artilugios. ¿representamos algún peligro? ¿en qué nos hemos convertido? ¿Qué pasará en el futuro con las relaciones humanas, y en consecuencia con el diálogo, la polémica o la discusión? Ellos conocen muy bien  los resultados  de su estrategia y estimulan sibilinamente nuestro aislamiento. Mucho mejor recluidos y desagregados con nuestros iphones, (imaginando  revoluciones que nunca llegan) que reivindicando derechos sociales por las calles. 

Redes
En el país descrito en la película hay que ser feliz por decreto, y la gran mayoría acaba por creerlo. Claro que se trata de una felicidad vacua, implantada en los débiles cerebros de las masas.  El poder siempre ha sabido que leer obliga a pensar por uno mismo, y por lo tanto, impide ser estúpidamente feliz.  O como mínimo nos impulsa a hacernos preguntas sobre nuestra vida y sobre el tipo de mundo en el que queremos vivir. Sin embargo, después de leer la fábula de Bradbury siempre me he hecho la siguiente reflexión: la cultura, el arte, la literatura y por ende la reflexión y el conocimiento ¿nos hace obligatoriamente mejores personas? 

Fahrenheit451_poster_1

¿Se puede leer a Dovstoievski, Wilde, Machado o Lorca y no comprender nada? ¿Con qué autores se identifican esta gente? Lo que más me sigue sorprendiendo es la capacidad de indolencia de aquellos que ostentan el poder. Es como si llevaran permanentemente un impermeable por el que les resbalan las emociones, sentimientos y necesidades de aquellos a los que deberían servir. ¿Qué les han enseñado en sus casas y en sus prestigiosas universidades? ¿Qué han aprendido realmente? ¿Qué han leído? ¿A quién sirven en realidad? ¿Qué les afecta? 

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Felipe González y José María Aznar frente a La Moncloa

Montag es el nombre del protagonista de la historia. Trabaja como bombero. Su función no es apagar incendios, sino provocarlos. En lugar de extintores emplean lanzallamas, porque su trabajo consiste en quemar libros, en reducir a cenizas hasta la última página impresa que caiga en sus manos. Son una nueva clase de policía política, consagrada a la destrucción del patrimonio literario de la humanidad. Los bomberos de Farenheit 451 vendrían a ser hoy nuestras estrellas mediáticas. Los voceros del sistema. Ellos, son a golpe de talón, los que se encargan de atontar a las masas. Ya no sirve la tan manida justificación de que el espectador siempre puede dejar el mando sobre la mesa y coger un libro de Proust. Con el sistema educativo que tenemos, ¿pretenden que nos creamos esta opción como alternativa posible? En alguna medida todos somos corresponsables de lo que esta ocurriendo, pero sin duda alguna los son mucho más aquellos que han tenido la oportunidad de elegir, y sin embargo, han optado por el papel de bufones del reino. Divertir y embrutecer con el fin de anular. El pan y circo de ayer son hoy la televisión y el fútbol.  

Elroto_20050527Por eso, en nuestro país no hace falta quemar libros. Tal y como profetiza Antonio Quintana Carrandi: "Nuestros futuros ciudadanos serán como los de la película,  mostrarán una aversión patológica hacia la palabra en una cadena sin fin que acabará convirtiendo nuestra sociedad en un gigantesco corral en el que pastarán, estultamente felices, millones de aborregados ciudadanos, convenientemente pastoreados por la politiquería de turno”. La mentira se ha encarnado en nuestra propia civilización. La estructura misma de la civilización es engañosa. Es ficticia. Pero nosotros ya no necesitamos bomberos con lanzallamas, tenemos a los medios de comunicación controlados por el poder para que hagan su trabajo. 

Si finalmente no despertamos, adiós a los ideales de la Ilustración: la democracia, el progreso, la igualdad y la libertad. El capitalismo productivo de los años sesenta de Bradbury se ha convertido hoy, en un capitalismo especulativo, de casino, financiero, que ha acabado por invadirlo todo. En nombre de la economía, todo vale. La realidad ha acabado por superar la  pesadilla de Bradbury.

451_thoughts
Libros-quemados

 

Hay 15 Comentarios

Pienso que es un excelente libro ya que cuando se escribió era realmente una visión fu turista de lo que el autor se imaginaba lamentablemente esa visión que tubo actualmente es una realidad viendo como la sociedad se desquebraja cada vez mas por medio de esos grandes aparatos que ocupan la pared de nuestras casas. Pienso que es un libro que cabe en diversos contextos depende la epoca en la que se lea.

Hola. Quería contarles que ya está a la venta el primer libro de Emiliano Eyl, “Gárgola y otros cuentos” Un libro cuyos inquietantes relatos nos transportan a la edad media, a nuestro tiempo y al futuro; un trabajo genial embebido de melancolía y horror, e inspirado en las obras de los maestros del terror, Poe y Lovecraft.
Puedes conseguirlo ingresando aquí: http://editorialamarante.es/ebooks/ficha/gargola-y-otros-cuentos

Coincido con Ud.
Película muy buena.
Vidas solitarias.
Frente a un televisor.
O a una computadora.
Fue de anticipación.
Obliguémonos a creer que habrá un futuro superador.

Excelente y sentida visión. Tanto la novela de Bradbury como la película de Truffaut son excelentes. Ambas me han recordado, además de a "1984", a "Alphaville" y a "Gattaca", otras 3 visiones distópicas del futuro posible.
Pero aparte de las referencias literarias, lo que me parece más destacable de su visión es que trace los paralelismos con nuestra realidad, con la pérdida de los ideales de la ilustración, la democracia, la igualdad. Lo que ocurre es que esos ideales han demostrado ser imperfectos en cuanto primaban la individualidad humana. El exceso de individualismo del siglo XX ha producido la ausencia de solidaridad. La recuperación de la solidaridad humana es la verdadera tarea del siglo XXI.

El problema no es leer o no leer. EL problema es QUE LEER??. La lectura es otra forma de manipulacion que congrega a otra clase de borregos avidos de curriculum literario sin decantar ni analizar, menos criticar lo que leen. Gente, que con la trillada e inexacta frase "la igorancia es atrevida" justifican su mediocridad, gente que a punta de verborrea inocua, se sienten, se creen, superiores a quienes sin tener el apego de la lectura, manifiestan criterios morales y eticos, hasta culturales, puros y descontaminados de tanta letra maquillada. EL problema no es leer o no leer. Ahora se lee mas que antes, solo que ya no se adquieren libros como antes, lo dice algunas estadisticas...el que quiere lee, el que no quiere...navega!!!

Sin arte y literatura no hay mundo posible. Recordemos a Horderlin cuando nos enseña que "es por la poesía que el hombre hace de esta tierra su morada". El lenguaje nos abre el mundo, lo funda. Lo terrible es que la inquisición actual, económica -en sus formas más sutiles de ejercer el poder: consumo, virtualidad, planas imágenes de reconocimiento, manipulación publicitaria del deseo-, es la muerte del alma interiorizada. Hay que romper el espejo que devuelve falsas imágenes de identidad, hay que hacer que los libros, el de nuestras vidas, los que han alimentado nuestra ansia de libertad, tengan su lugar en nuestra cabeza, sean el suelo que soporte nuestro andar ante tanta miserable barbarie económica.

Una canción de Manic Street Preachers comienza con un texto cogido de una pintada en una pared:
"Librarys gave us power, then work came and made us free, what prize now, for a small piece of dignity..."
Utiliza como símbolo a las bibliotecas, y la estrofa viene a decir que trabajo, cultura y educación deben ir de la mano para evitar lo que estamos viendo que esta pasando hoy en día, que es la perdida de dignidad humana de la gente por no trabajar o trabajar en condiciones de semi-exclavitud... Que pasaría si todo el mundo se parase y decidiese pararse a la vez???

donde yo vivo, es mas facil que vean a uno en la calle con una escopeta antes que con un libro.

...está bien Josep. Quizás deberíamos recordar que antes de las quemas de libros en la guerra del 36, se quemaron tantos otros también, esa vez Coranes y "derivados" en árabe en la Plaza de BIb-rambla, Granada.
Para conservar en la memoria, y este es el milagro de El Corán, desde los primeros días de la Revelación se recita y se memoriza, se llaman Hafids a toda persona que lo sabe de memoria y son miles en el mundo que lo tienen donde no se pueden quemar... como en la película, pero real...

No vivimos en el mundo de F º451 ni en el de Orwell. Que España es un país de ignorantes, de fracasados, gobernado por corruptos impunes y sin vergüenza y habitado por masas de mansuetos y arbañiles no tiene comparación ni puede extenderse al resto de la humanidad. Incluso en EEUU la mayor parte de la población COMPRA libros y lee. En UK la gente COMPRA libros y lee, las bibliotecas están llenas, lo mismo en Europa, le digo más, lo mismo en Latinoamérica. De padres zoquetes hijos mendrugos, y el reciente estudio demuestra que la población JOVEN española es bastante más culta que sus padres -siempre dentro de ser el último orejón del tarro.
En UK ocurre al contrario, ante su sorpresa e indignación el estudio demostró que la generación joven británica es más ignorante que sus mayores -estaban en la cúspide de la humanidad.
En España la generación "vieja" no sabe leer ( o sólo cosas muy simples en Marca), ni sabe de cuentas, ni sabe para qué sirve el cero
No le pidan a los jóvenes que lean, en su casa no hay ni un sólo libro ni nadie les obliga a la lectura.
Para ser lector en España hay que tener madera de héroe, todo lo tienen en contra, empezando por el gobierno y la iglesia.

Pero aunque no lean igual pueden salir en procesión a la Santa Faz, o al fútbol vio
¿Qué tiene que ver esta intelectualidad de leer a Bradbury, con la birria española, se cree que no leen a este ni a nadie por mala modernidad? No han leído nada nunca.
Vive Ud en una nube alejado de la birria secarral española.
Anda, dile a un manchego de Cospedal que lea. Ya verás a donde te manda, por comunista.

Sí, pero no olvidemos que lo que llaman "la muerte de la literatura, las ideologías", etc., 1º) no es tal muerte (desde luego no en el caso de la ideología dominante: esa está más viva e interiorizada que nunca: de ahí que la literatura -el inconsciente ideológico que produce toda la literatura moderna (ya desde los siglos XV-XVI ), esto es, la idea del sujeto o la subjetividad libre- hoy (en el XXI) ya no nos haga ninguna falta: nos creemos todos infinitamente libres, interior y exteriormente, pero sobre todo interiormente) y 2º) pensar en la Ilustración como en el ideal que hemos perdido de vista es ignorar el origen -o la etapa clásica- de nuestra ideología. Y sí, digo "nuestra" porque hoy se nace capitalista, igual que antes se nacía esclavista o feudal. Otra cosa es darse cuenta de lo que significa nacer en el tiempo en que se nace.

Recomiendo, para entender todo esto que digo y mucho más: "Tras la muerte del aura. En contra y a favor de la Ilustración", de Juan Carlos Rodríguez. Es un libro clave.

Recomiendo leer "Para qué han servido los libros" de Ignacio Domingo. Editorial Prensas Universitarias de Zaragoza.

He aplaudido hasta que me han sangrado las manos. Yo me siento cómplice de muchas cosas y cuando uno piensa como dejar de serlo, parece que la sociedad le ponga todas las barreras posibles...

Dort, wo man Bücher verbrennt, verbrennt man am Ende auch Menschen (Heine)

El día en que la lectura prenda, el poder arderá.
¿Llegará ese día alguna vez?
Sí, coincido con el autor en que hoy parece un poco más lejos.
¿Se habrá hecho ya una distancia insalvable?

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Amores Imaginarios

Sobre el blog

El componente humano primordial debería ser el del reconocimiento del otro. Sin los demás no podríamos existir. Por lo tanto, disfrutemos de “otros mundos” y que esa diferencia –en vez de aislarnos- sea el camino para conseguir un mundo más justo, menos convencional y más libre. En este blog rendimos homenaje a algunas de las más significativas creaciones humanas que han marcado nuestra existencia: libros, películas, autores, canciones, etc. y que han estimulado nuestra (mi) necesidad de pensar, sentir y gozar. Al mismo tiempo, es un espacio que indaga sobre la realidad humana e intenta contribuir a la reflexión y al aprendizaje.

Sobre el autor

Josep Giralt Josep Giralt. Trabajó en Canal Plus, en el Congreso de los Diputados y como fotoperiodista en América Latina, África y Asia. Coautor del libro Sentir Etiopía, (RBA), compatibiliza su trabajo como periodista en una Fundación con el de colaborador en tertulias de actualidad en Ràdio Barcelona-Cadena Ser. Anteriormente dirigió durante cuatro años el espacio Películas incómodas en Com Ràdio. Ha publicado artículos y entrevistas en El País, Avui, y El Mundo, entre otros. Su frase: "No sirvo ni para seguir ni para conducir", de Nietzsche; su película: Rocco y sus hermanos, de Visconti. Sus libros: Los ensayos, de Montaigne y Conversaciones, de Cioran.

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