Amores Imaginarios

Sobre el blog

El componente humano primordial debería ser el del reconocimiento del otro. Sin los demás no podríamos existir. Por lo tanto, disfrutemos de “otros mundos” y que esa diferencia –en vez de aislarnos- sea el camino para conseguir un mundo más justo, menos convencional y más libre. En este blog rendimos homenaje a algunas de las más significativas creaciones humanas que han marcado nuestra existencia: libros, películas, autores, canciones, etc. y que han estimulado nuestra (mi) necesidad de pensar, sentir y gozar. Al mismo tiempo, es un espacio que indaga sobre la realidad humana e intenta contribuir a la reflexión y al aprendizaje.

Sobre el autor

Josep Giralt Josep Giralt. Trabajó en Canal Plus, en el Congreso de los Diputados y como fotoperiodista en América Latina, África y Asia. Coautor del libro Sentir Etiopía, (RBA), compatibiliza su trabajo como periodista en una Fundación con el de colaborador en tertulias de actualidad en Ràdio Barcelona-Cadena Ser. Anteriormente dirigió durante cuatro años el espacio Películas incómodas en Com Ràdio. Ha publicado artículos y entrevistas en El País, Avui, y El Mundo, entre otros. Su frase: "No sirvo ni para seguir ni para conducir", de Nietzsche; su película: Rocco y sus hermanos, de Visconti. Sus libros: Los ensayos, de Montaigne y Conversaciones, de Cioran.

Delitos y omisiones: el poder de la censura

Por: | 26 de noviembre de 2013

Cuando era muy joven no tenía ni idea de lo que significaba “el grito animal” al que se refería Diderot cuando hablaba de sexo. Sin embargo, había escuchado que la pasión puede asfixiar el entendimiento y la razón. Y que gracias a su fogosidad se sufre una transformación a todas luces reveladora. Yo quería experimentar las mismas sensaciones, pero estaba paralizado por el miedo. Si a esto añadimos la falta de naturalidad a la hora de hablar del tema, nos encontramos ante un problema que sólo podía solucionarse por cuenta propia. Todos sabemos muy bien que no se puede impedir que la naturaleza siga su curso. A los que nacimos en los años sesenta, nos educó una generación sometida, desbordada de miedos y de incertidumbres. A pesar de no haber padecido los peores años del franquismo, sí heredamos la mayoría de sus prejuicios. Crecimos en un país donde sólo podían satisfacer sus sueños más húmedos los gerifaltes del régimen y los cómicos. Por cierto, a estos últimos no se les permitía enterrar en sagrado por rojos, promiscuos y degenerados. Al resto los sepultaban bajo palio y con todos los honores.

"Cuando era muy joven no tenía ni idea de lo que significaba “el grito animal” al que se refería Diderot cuando hablaba de sexo".

Mi entrada en el universo de los adultos estuvo muy influenciada por el mundo del cine. Podríamos decir que mi primer momento de conciencia lo tuve frente a una pantalla. Pronto tuve la impresión de que el cine era más que un mero entretenimiento. Para mí fue el descubrimiento de toda una poderosa forma artística. Sin embargo, aquellas películas que descubrí en las salas de barrio con butacas insufribles y con un cierto olor a moho tenían mucho más que ver con la España gris del franquismo de lo que yo imaginaba. Sin saberlo aquellas películas que tanto admiraba habían pasado en su conjunto por una censura igual de perversa que la que sufrimos en nuestro país durante cuarenta años.

 

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Primera versión de la censurada película del director William Wyler

 

 

 

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De náufragos a piratas

Por: | 16 de noviembre de 2013

El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria. Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse”. (Ernesto Sábato)

El arte de la guerra es el arte del engaño; si adoptamos siempre una apariencia contraria a lo que somos, aumentamos nuestras oportunidades de victoria”. (Marie France-Hirigoyen)

  

  LOS LUNES AL SOL

Hay experiencias dolorosas que intentamos evitar. Me ha pasado con algún libro, con ciertas canciones y con muy pocas películas. La música posee el prodigioso don de elevarte hasta la cima más alta y al mismo tiempo penetrar en las profundidades más recónditas del alma. Es lo que me ocurrió con la película de Fernando León de Aranoa, Los lunes al sol. Una de las muchas singularidades del film, es que no otorga espacio para las medias tintas, ni permite mirar a otro lado o esconder la cabeza bajo el ala. No da respiro, ni tregua. Te sumerge de golpe en la realidad más hiriente sin ninguna protección. Desgraciadamente esta historia sobre exclusión y falta de oportunidades resulta cada vez más cercana. A medida que va pasando el tiempo y la crisis arraiga, (a pesar de lo que nos digan los Rajoys y Montoros de turno), nos vamos dando cuenta de lo poco que les importamos. Al contrario de lo que ocurre con otras producciones de contenido social, Los lunes al sol es hoy más actual que nunca.

  Loslunesalsol

La historia esta inspirada en el cierre del astillero de Gijón. Este hecho llevó a la calle a centenares de trabajadores, conviertiéndolos sin piedad en náufragos del sistema. Funambulistas sin publico y sin red. No hay aplausos ni titulares, viven permanentemente en la incertidumbre de la cuerda floja. Sobreviven imaginando que llegará un lunes en el que el tedio no caerá sobre ellos como una losa de granito. Son los mismos parias de los que Sábato habló en su extraordinario libro Antes del fin: “Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano”.

 

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