No sé por qué extraña razón nos pasamos la vida elogiando aquellos que se consideran “normales”. Tanto en la vida pública como en la privada. Es como si con dicho adjetivo hubiéramos resumido lo mejor que puede decirse de una persona. Sin embargo, la historia de la humanidad nos confirma todo lo contrario. ¿De qué nos ha servido la “normalidad” de aquellos que se consideran defensores de la patria y sin embargo no han dudado en dejar a sus ciudadanos sumidos en la pobreza? ¿De qué ha valido la “normalidad” de algunos políticos que, colmados de premios y honores han bombardeado al prójimo hasta la extenuación? ¿De qué sirve la “normalidad” de aquellos que dan clases de moral en público y en privado hacen todo lo contrario?
"Anímese a ser resultamente anormal, un poco raro, hágame el favor. Le bastará con ser usted mismo". Aurelio Arteta-Jude Law
Tendríamos que hacer un poco de memoria. ¿Aprenderemos algún día de nuestros errores? No lo creo, de lo contrario, tendríamos otro modelo de sociedad; más equitativa, libre y solidaria. ¿Por qué el establishment cuenta en sus filas, con tantos mandatarios perturbados y sin embargo se les sigue considerando “normales”? ¿De qué le ha servido al mundo tanto discurso propagandístico apelando a la “normalidad”?
Estoy hasta el gorro de la supuesta “normalidad”. Si creemos que la indolencia, la falta de empatía o la insensibilidad son atributos indispensables para alcanzar el éxito, vamos por mal camino. Más que una condición imprescindible para alcanzarlo, deberíamos considerarlo una maldición de nuestro tiempo.