Sobre el autor

, Buenos Aires, 1949. Ha trabajado, por este orden, en redacciones de televisión, revistas semanales y diarios en Argentina; trabaja, desde hace 36 años en Madrid, en diarios, revistas, radio y televisión. Ha escrito ocho libros.

Las materias de Analítica son
las de un viejo proverbio latino:
"Nada humano me es ajeno"...

Sobre el blog

El periodismo para seguir siéndolo debe ser Periodismo Analítico... O no será. El viejo adagio según el cual los periodistas son como mínimo tan buenos como sus fuentes requiere una actualización. Necesitamos, según dice el profesor norteamericano Mitchell Stephens, periodistas con cinco cualidades: Informados, Inteligentes, Interesantes, Industriosos, y, sobre todo, Perspicaces.

Periodismo analítico

Libros

Queríamos tanto a Luis
Terminada la investigación judicial, el relato más completo de la relación entre Luis Bárcenas y el presidente del PP y del Gobierno de España, Mariano Rajoy.

El caso Bárcenas (Editorial Espasa, 2013)
El autor sigue los rastros del tesorero nacional del Partido Popular desde su imputación en la trama corrupta de Francisco Correa.

Sed de Poder .La verdadera historia de Mario Conde (Espasa, 2012)
La crisis de Bankia y del sistema financiero español es una ocasión para revisitar la historia del ex presidente del Banco Español de Crédito (Banesto), destituido junto con su consejo de administración a finales de noviembre de 1993.

Indecentes. Crónica de un atraco perfecto (Espasa, 2012)
El relato, a partir de entrevistas e información inédita, hace un viaje hacia la gestación y estallido de una crisis que dará lugar a la Gran Depresión que afecta a la economía y la sociedad española.

Yo, Augusto (Aguilar, 2003)
Tras obtener, en abril de 2000, el Premio Ortega y Gasset de periodismo por su cobertura del caso Pinochet en las páginas de EL PAÍS, el autor publica este libro en coincidencia con el XXX aniversario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

El Farol. La primera condena de Mario Conde (Temas de Hoy, 1997)
El 20 de marzo de 1997, la Audiencia Nacional condena a Mario Conde a seis años por los delitos de apropiación indebida y falsedad en documento mercantil. El delito: el pago de una factura de 600 millones de pesetas (3,07 millones de euros) en 1990 a una sociedad domiciliada en Antillas Holandesas.

Vendetta (Plaza & Janés, 1996)
He aquí la violenta historia de dos financieros: Mario Conde y Javier de la Rosa. Practican el chantaje con un doble objetivo: añadir dinero a sus capitales fuera de España y neutralizar la acción de la justicia mediante presión sobre las instituciones.

Banqueros de rapiña. Crónica secreta de Mario Conde (Plaza & Janés, 1994)
Título premonitorio. La rapiña. Este libro analiza la crisis de Banesto, las maniobras para conseguir salvar la entidad mediante un acuerdo de ampliación de capital, la mayor de la banca española hasta entonces.

José María Ruiz-Mateos. El último magnate (Plaza & Janés, 1985)
Una radiografía del imperio oficial y clandestino, del magnate de Jerez.

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Viera y el Supremo como mal menor

Por: Ernesto Ekaizer | 26 jun 2015

     

 

 

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   El juez Alberto Jorge Barreiro no puede ser más elocuente: Manuel Chaves, José Antonio Griñán, José Antonio Viera y Gaspar Zarrías han tenido una “participación activa” en un esquema fraudulento de subvenciones a sabiendas. Era, sostiene, “el instrumento principal de materialización de los planes políticos del Gobierno”.

   El escrito parte de una cifra de 854,8 millones de euros canalizados, pero aclara que, una parte ha sido legal y otra ilegal, aun cuando no se puede cuantificar.

  No les imputa a los dirigentes de la Junta de Andalucía por llevarse dinero ni por fallar in vigilando ni por autoría mediata: les imputa por lanzar y mantener durante diez años un sistema de subvenciones disfrazado de transferencias de financiación para eludir controles y beneficiar a terceros.

  Aunque no define quién es el autor intelectual, por así decir, del tinglado iniciado en el año 2000 y vigente hasta 2010, el que ha ideado el esquema, según el magistrado, es el maestro. Mientras a Chaves, Griñán, y Zarrías les imputa un presunto delito de prevaricación administrativa, a José Antonio Viera le atribuye la citada prevaricación pero, también, un presunto delito de malversación de caudales públicos.

 Alberto Jorge Barreiro se refiere a Viera, consejero de Empleo entre 2000 y 2004, cuando fue sustituido por Griñán, en varias ocasiones y recuerda que durante su declaración se amparó en su “desconocimiento de las distintas materias dada su condición de maestro”.

 Pues, el maestro es quien, según el relato, creó un sistema que, a diferencia de lo que pasa con el huevo de la serpiente, ya en su gestación podía anticiparse, a través de la cáscara de las “transferencias de financiación”, su carácter presuntamente ilegal.

 La exposición es devastadora y refuerza la investigación, confirmando los elementos indiciarios presentados en el verano de 2014, de la juez instructora Mercedes Alaya. No hay en el relato de los hechos ningún resquicio. Todo tiene, según la versión provisional e indiciaria del magistrado, los rasgos de una conspiración para prevaricar (el magistrado da esto a entender cuando habla de "coautoría"). Cada personaje parece encajar en el puzle.

  Los imputados han hecho saber enseguida que dejarán sus escaños. Menos Viera. La exposición razonada que pide los suplicatorios no admite recurso pero los afectados pueden presentar alegaciones ante la sala de admisión. Es esta quien tendrá que asumir o no la propuesta del magistrado.

   Pero da la impresión de que casi todos los aforados o no confían en derrotar su propuesta o simplemente renuncian por imperativo político, léase los pactos que llevaron a la investidura de Susana Díaz en la Junta de Andalucía. Con todo, ese imperativo podía aplicarse una vez que la sala de admisión resuelva la propuesta del juez Alberto Jorge Barreiro. 

 El magistrado ha dedicado un auto a Griñán precisamente porque no hay suplicatorio que pedir, habida cuenta de que ya no es aforado. Por tanto, es una resolución recurrible. Mientras las alegaciones deben dirigirse a la sala de admisión, que preside Manuel Marchena, el recurso contra el auto debe ir a la sala de recursos, presidida por Julián Sánchez Melgar.

 En el auto de imputación de Griñán, el magistrado Jorge Barreiro deja constancia de la situación kafkiana que tiene lugar en el plano procesal.

 Hombre contrario a los aforamientos, el magistrado señala que “en el caso que decidieran renunciar al escaño todos los aforados este instructor habría estado investigando durante seis meses para la Audiencia de Sevilla, cuyo tribunal podría dejar perfectamente sin efecto las resoluciones procesales este instructor y la sala de apelaciones del Tribunal Supremo, tribunal que además quedaría contaminado en un número muy importante de componentes en el caso de que la causa regrese en su día a su conocimiento a través de un recurso de casación. Las disfunciones e incoherencias resultan, pues, evidentes”.

   Claro que si Viera mantiene su escaño, como ha anunciado, la causa seguirá instruyéndose en el Tribunal Supremo. La defensa del "maestro" podría, empero, alegar ante la sala de admisión y una vez que ésta resuelva Viera podría reconsiderar. Si como parece previsible la sala acoge favorablemente la propuesta al Congreso de los Diputados de enviar el suplicatorio para quitar el fuero de los diputados, Viera podría entregar en ese momento su escaño.

   También podría ser que Viera y sus letrados hayan decidido escoger el mal menor. Es decir: entre la instrucción en el Tribunal Supremo y la de la juez Alaya, ahora que la magistrada vuelve a instruir la causa en el juzgado número 6 de Sevilla.

    El problema de contaminación de los magistrados - es decir el número importante de ellos en la Sala Segunda que debería pronunciarse, si se presentan, sobre alegaciones y recursos - que plantea el magistrado es real. Pero si la causa sale del Supremo caso de que Viera finalmente así lo resuelva y se termina de instruir en Sevilla habrá que celebrar el juicio oral. Al ritmo que lleva la justicia española, Alberto Jorge Barreiro puede estar tranquilo: la mayoría de los magistrados que han tenido algo que ver con la causa en el Supremo ya se habrán acogido a la jubilación cuando los eventuales condenados presenten sus recursos de casación. 

Carta abierta al magistrado Enrique López

Por: Ernesto Ekaizer | 24 jun 2015

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       Sr. Magistrado Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional, don Enrique López

     Ha sido usted designado, conforme al sistema de turnos, como magistrado ponente en el tribunal que enjuiciará el caso Gürtel 1999-2005 en fecha a fijar en 2016. Dicho tribunal será presidido por la presidenta de la sección segunda de lo Penal, Concepción Espejel.

   No es usual que un periodista considere necesario dirigirse a un magistrado por esta vía. He reflexionado, créame, antes de tomar la decisión. Hemos coincidido en debates cuando ejercía usted, si mal no recuerdo, como portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

  Pero, en todo caso, quería trasladarle algunas reflexiones sobre la polémica que ha creado la noticia apuntada.

   Era, ciertamente, una posibilidad que fuese usted nombrado ponente ya que correspondía a la sección segunda de lo Penal de la cual forma parte la tarea de integrar el tribunal del juicio oral de Gürtel 1999-2005. La sección segunda también tendrá que formar tribunal en el caso de los papeles de Bárcenas o contabilidad B del PP.

  Y tal cual yo lo entiendo, de usted depende, exclusivamente de usted, que la tarea que le ha sido asignada se lleve a cabo. Quiero con ello decir que no veo, modestamente, materia para que una recusación presentada contra usted pueda progresar. Las causas de las recusaciones están perfectamente tasadas en nuestro ordenamiento legal y entre ellas no parecen entrar las afinidades, preferencias o relaciones, más o menos estrechas, de un magistrado con un partido político, como podrían ser las suyas.

  Quiero, por ello, compartir con usted una experiencia. En los años 1998, 1999 y 2000 me trasladé durante meses a Londres para informar sobre el debate de la solicitud de extradición del dictador Augusto Pinochet a España en el comité de apelaciones de la Cámara de los Lores, cuya función es la de Tribunal Supremo de Apelaciones.

  El primer fallo, después de largos meses de debate entre las partes y el tribunal, consistió  en una sentencia, el 25 de noviembre de 1998, favorable a considerar válidas las bases legales de la petición de España.

  Fue considerada una decisión histórica, no menos que la impensable anulación de dicha resolución que tuvo lugar a continuación, ordenando la repetición del juicio. Aunque siempre hay una primera vez, se da la circunstancia de que no había ocurrido en doscientos años.

  La razón de la anulación no fue, por ejemplo, la conducta parcial de ninguno de los cinco magistrados presentes en el tribunal. Uno de ellos, Lord Hoffmann, no había informado al resto del tribunal ni a su presidente Lord Browne-Wilkinson, que era miembro ad honórem de una fundación vinculada a uno de los “intervinientes” en el debate del caso en el comité de apelación de los lores, es decir, a la organización de derechos humanos Amnistía Internacional.

  Esta organización no era parte del procedimiento pero colaboraba en calidad de "interviniendo" con la presentación del caso ante el tribunal a través de dos prestigiosos juristas del Reino Unido. Anulada la decisión del 25 de noviembre de 1998 se nombró a otro tribunal para considerar la petición de España. Su  sentencia, el 24 de marzo de 1999, resultó también favorable a estimar legales las bases legales de la entrega de Pinochet a las autoridades españolas.

  La sentencia que perfiló el caso Hoffmann, es decir, la anulación de la primera sentencia, es de enseñanza básica en las universidades de Derecho del Reino Unido. Es de 1924. Y sus fundamentos surgen de una apelación contra una sentencia de los jueces de Sussex.

  En 1923, un motociclista llamado McCarthy protagonizó un accidente de tráfico que dio lugar a un juicio por conducción peligrosa. Tras sesionar, los magistrados se retiraron a deliberar en compañía del secretario del juzgado. McCarthy fue condenado. Pero el acusado y su abogado averiguaron después que el secretario del juzgado era socio de la firma de abogados que actuaba en una demanda civil contra el acusado en nombre de una persona lesionada en el accidente.

  Ninguna prueba apoyaba la hipótesis de que el secretario hubiese influenciado a los magistrados al decidir su sentencia condenatoria. Pero la defensa y el acusado presentaron el caso a un tribunal de apelaciones, a cargo del uno de los magistrados más importantes de Inglaterra, el Lord Chief Justice Gordon Hewart.

  Los jueces de Sussex alegaron durante lo que se llama la revisión judicial del caso que su decisión había sido adoptada sin consultar al secretario del juzgado. Pero Lord Hewart y los otros dos magistrados del tribunal de apelación anularon la sentencia. Uno de los argumentos utilizados fue el de la apariencia de parcialidad.

  “No solo se debe impartir justicia; también se debe ver que se imparte justicia. (“Not only must Justice be done; it must also be seen to be done”), escribieron en su fallo. Este es uno de los aforismos más conocidos no solo en el Reino Unido sino en todo el mundo al hablar de parcialidad e imparcialidad en las decisiones de jueces y tribunales.

  Fue este el criterio, mira por dónde, invocado casi setenta y cinco años después en el caso Hoffman. El 17 de diciembre de 1998, el presidente del tribunal del comité de apelación  de la Cámara de los Lores, Lord Browne-Wilkinson, explicó que Hoffmann no había puesto en conocimiento del comité su relación con una fundación relacionada con Amnistía Internacional, lo que le descalificaba para formar parte del comité de apelación.

  No pretendo con esta narración ni descubrir la pólvora ni el Mediterráneo. Creo, señor magistrado, que conoce usted suficientemente, mucho más que yo, de lo que estoy hablando.

  Tampoco entraré en las interioridades, polémicas o discutibles, de sus relaciones con el Partido Popular. O de ciertas actuaciones desde la sección segunda de lo Penal sobre las que ya he escrito en  este periódico en marzo de 2013.

   Lo importante es que la única persona que puede adoptar la conducta correcta de inhibirse en función de prevenir cualquier sombra de duda sobre la parcialidad del tribunal y de la ponencia es usted. Si estudia el caso en profundidad podrá resolver, en consecuencia, la inhibición en base a fundamentos que estoy seguro podrá elaborar.

   Atentamente

Rajoy, de árbitro a capitán

Por: Ernesto Ekaizer | 21 jun 2015

 

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   Sería injusto, muy injusto, culpar a Mariano Rajoy de haber frustrado a la afición. Porque él ha obrado conforme al guión que básicamente se había trazado. Y, para bien o para mal, ha persistido en lo que cree. No ha habido, pues, bandazo. Otra cosa son los sentimientos de defraudación en el PP, que haberlos, como las meigas, haylos, en función de las expectativas acumuladas.

   Los cambios que ha introducido deben considerarse en el contexto de grave crisis de un partido que con 186 escaños en el Congreso de los Diputados pierde, entre las elecciones europeas y municipales, más de cinco millones de votos. En el que casi millón y medio de votantes del partido se queda en casa en los últimos comicios.

  Rajoy advirtió la mañana siguiente al 24-M que no creía en la necesidad de cambios de Gobierno. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, se larga ya a París y hay que sustituirle. Otro tanto podía ocurrir este mes de junio con el ministro de Economía, Luis de Guindos. Wert ha dejado la vacante en Educación. Y ahora la sustitución de Guindos, de ocurrir, se desplaza, hasta julio, al posponerse la votación sobre el nuevo presidente del Eurogrupo.

  Por tanto, el centro de la gravedad de la crisis era y es el partido. Y aquí es donde Rajoy ha concentrado su apuesta. Los cambios no son cosméticos entendiendo por cosmética los llamados retoques Max Factor donde todo queda en un nuevo maquillaje.

¿Por qué?

  Porque el presidente del Gobierno considera una prioridad para ganar las elecciones generales ser más presidente del partido. Ha asumido que él no ejerce la dirección política en el PP y que para intentar ganar tiene que hacerlo. Eso es evidente cuando afirma que presidirá las reuniones del comité de dirección del PP como lo hace con los cónclaves del consejo de ministros en el Palacio de la Moncloa.

 Pero, además, ha nombrado un propio en este nueva orientación. Se trata de Jorge Moragas, su máximo asesor en todo, que pasa a dirigir la campaña de las elecciones generales.

  Rajoy, como le ha recomendado Juan Vicente Herrera el 26 de mayo, se ha mirado al espejo y ha decidido dejar de ser árbitro en el PP para ejercer como capitán del equipo que se presenta al partido de las generales. El presidente se lo plantea como el partido que define la copa. Y va junto a su alter ego, Jorge Moragas.

  Esto pone de relieve que Rajoy parece creer que solo puede acometer la victoria con su gente. Y, en cierto modo, es una confesión del aislamiento que soporta su visión de la realidad en los círculos de poder de su propio partido. En este sentido Rajoy le dice a su partido: "Si, se puede".

  Para demostrar que es posible ejercer su liderazgo en esta nueva etapa hasta las elecciones generales no ha querido Rajoy hacer destrozos en la cúpula. Es la idea de que estos cambios se hacen por adición. 

  ¿Para qué cambiar a María Dolores de Cospedal en la secretaría general del partido si ahora mismo se ha abierto la campaña electoral y todo va sobre esta campaña? ¿Para que desplazar a Cospedal si será Rajoy quién va a dirigir el equipo en el campo de juego, lo que supone abandonar el papel fundamental de árbitro dentro del PP? ¿Para que meterse en el lío, una de sus pensamientos y frases favoritas, de defenestrar más allá de lo estrictamente necesario (Floriano, González Pons) si lo que busca puede hacerse sin ello?

    

 

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   Rajoy quiere ganar al PP a su idea de que si se persiste en el mensaje de la recuperación económica se ganan las elecciones en noviembre. Los dirigentes son escépticos. Por ello en lugar de hacerlo desde Moncloa, por control remoto, por delegación, Rajoy baja al campo de juego. Va a intentar demostrar que su diagnóstico es el correcto.

El diagnóstico de Pedro Arriola

  En primer lugar, no hay mal que por bien no venga. La izquierda ha arrebatado parcelas de poder fundamentales para acudir a la batalla de noviembre. Pero la izquierda es una jaula de grillos y va a cometer errores que van a llevar a millones de electores en un movimiento pendular a saltar en brazos del PP dentro de seis meses.

  En segundo término, la recuperación de la economía permitirá reducir el paro elevadísimo desde los actuales 5.444.600 parados, EPA del primer trimestre de 2015, por debajo de la cifra mágica de los 5 millones. Y junto con ello proseguirá la lluvia fina del aligeramiento de la austeridad (demanda del sector público), la tendencia hacia mayor consumo privado y las promesas de más reducciones de impuestos.

  Y, por último y no menos importante, la corrupción.

  Los juicios de Gürtel, Papeles de Bárcenas y Púnica no se van a celebrar en 2015 sino a partir de 2016. Rajoy confía en que lo que él llama el "martilleo de las teles" y las "hemerotecas" con asuntos de corrupción afecten menos al PP en los próximos meses de lo que lo han hecho hasta ahora.

 El diagnóstico puede estar equivocado. De hecho, en los tres puntos describe una realidad superficial,

 La izquierda en los ayuntamientos, empezando por Madrid, puede no ser el ejército de Pancho Villa que se suele mentar, cuando, por cierto, el ejército del revolucionario mexicano era, según los historiadores militares, una maquinaria eficaz y no una banda de atolondrados. Es decir, los nuevos gobiernos municipales pueden adoptar medidas que no solo no debiliten sino incluso arraiguen las expectativas de los ciudadanos contra el pensamiento único del bipartidismo. Si esta posibilidad se materializa, la campaña de acoso y derribo que ha iniciado el PP (acompañado del PSOE en el caso de Rita Maestre en Madrid) se volvería como un bumerán contra sus instigadores y disiparía todavía más los temores de los electores.

  La recuperación económica continuará en la zona euro, no hay duda, porque entre otras cosas el Banco Central Europeo (BCE) vela por ella con su programa de relajación cuantitativa de compra de bonos públicos. Solo un desenlace de salida de Grecia del euro con una crisis en los mercados financieros podría cambiar la tendencia. Incluso una desaceleración o suave recesión en Estados Unidos difícilmente cambie radicalmente el escenario.

  Pero la estructura de esta recuperación en España no variará sustancialmente. Es decir: la ampliación de las desigualdades seguirá. Porque es esta, reformas estructurales mediante, la que alimenta nuestra particular recuperación. Es su raíz, que diría Rajoy cuando habla de raíces sólidas.

  Y, finalmente, la corrupción. Los escándalos a partir de noticias judiciales seguirán siendo objeto de martilleo y hemerotecas. Porque faltan piezas para instruir en Gürtel 2 - Boadilla del Monte, Arganda del Rey, Majadahonda, Alcalá de Henares – además de AENA y otras; porque Púnica, también en la Comunidad de Madrid, tiene un largo recorrido; y porque el juicio de la pieza primera de Gürtel Valencia, la de Fitur, una de las más grotescas y menos sofisticadas, posee  capacidad de daño todavía en una comunidad autónoma en la que el PP ya ha pagado facturas considerables, aun sin dejar de ser la primera fuerza política. Pero Fitur continuará, si nada ni nadie lo impide, y los valencianos, sobre todo ellos, convivirán con las imágenes del juicio oral en sus salones día tras día hasta pasadas las elecciones generales.

  Y en materia de corrupción también está lo imponderable, lo inesperado. Como, por ejemplo, ¿qué hará Luis Bárcenas, si es que hace algo, de aquí a los juicios orales en 2016?

Waterloo, en noviembre

   Pero Rajoy cree en el diagnóstico que le ha llevado a saltar al campo como capitán y compartir la batalla principalmente con Moragas, su hombre de confianza.

  Y, probablemente, con Alfonso Alonso y funciones reforzadas en el Gobierno.

  Por tanto, una vez ha seguido el consejo de su amigo Juanvi Herrera. Se ha mirado al espejo y ha llegado a la conclusión de que él es el hombre para jugar el partido. Rajoy, pues, tiene cinco meses, día más día menos, para llegar al campo de Waterloo.

 

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    Ahora bien, a la luz de lo que ha ocurrido el pasado martes con Pedro Sanz, presidente saliente de la Comunidad Autónoma de La Rioja, Rajoy sabe que la situación ha cambiado sustancialmente tras el 24-M.

      http://blogs.elpais.com/analitica/2015/06/rajo-y-el-precedente-sanz.html

 Sanz, que obtuvo la mayoría, ha tenido que dimitir por exigencia de Ciudadanos. Otro candidato del PP -renovación generacional- ha sido el precio a pagar para que el PP siga gobernando. Ganar las elecciones generales de noviembre, por tanto, no es todo.

 Rajoy sabe, pues, que ganar las elecciones generales ya no es suficiente. Porque para formar gobierno, su comensal en Moncloa el pasado 2 de junio, es decir, Albert Rivera, y flamante cabeza de lista de la formación en las próximas generales difícilmente resista la tentación de pedir, como ha sucedido en el caso de Sanz, una condición como la que se materializó en La Rioja: la jubilación de Rajoy para apoyar al PP.

Rajoy y el `precedente Sanz´

Por: Ernesto Ekaizer | 18 jun 2015

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   Ignoro si Pedro Arriola ha facturado aparte o entra dentro de sus emolumentos el informe sociológico, por así decir, que ha resumido Mariano Rajoy en la primera parte de su discurso ante el Comité Ejecutivo del Partido Popular. Pero, en todo caso, es más de lo mismo. Las ideas forman parte de lo que ya le viene explicando a Rajoy desde las elecciones europeas de 2014. En tiempos de crisis económica y social se produce un aumento de los votos de la izquierda en sus diferentes versiones.

   No pasa nada. Es lo normal.

   Problema: los españoles abandonaron al PSOE y le castigaron el 20 de noviembre de 2011 de una manera despiadada prestando su voto al Partido Popular con la ilusión de acabar con la crisis. Confiaron en el producto que siempre vende el PP: la profesionalidad.

   Y en las europeas de 2014 y en las municipales y autonómicas de 2015 unos 5 millones de electores que habían votado al PP, quizá a pesar de Rajoy, decidieron darle la espalda. Y eso cuando el PP, según ha dicho y redicho el presidente del Gobierno y del partido, habría acertado en su gestión económica y social.

  La interpretación de Arriola verbalizada por Rajoy es que se les ha pedido muchos sacrificios a los ciudadanos y los efectos positivos no terminan de llegar a ellos.

    ¿No es posible otra interpretación? ¿Una diferente del pensamiento único al que se aferra Rajoy?

   Siempre es posible interpretar las cosas de otra manera. 

  La respuesta está al alcance de cualquiera, a condición de quitarse las orejeras. Como la crisis que estamos sufriendo no es una crisis al uso, la salida de la misma, o lo que vulgarmente llamamos salida, tampoco es al uso.

  Rajoy ha estallado, por ejemplo, en la sesión de control del miércoles al hablar de lo que esperan los españoles. Y ha vuelto a decir que toda la culpa es del PSOE. Los socialistas provocaron la crisis. El presidente que en su investidura prometió no mentar la herencia porque, como dijo, ya sabemos que en política no existe la herencia a beneficio de inventario, es el que en la recta final de su legislatura no deja de invocar esa herencia. 

  Pero, a diferencia de Rajoy, su ministro de Economía saliente - hacia Bruselas o a su casa al término de la legislatura- acaba de escribir al Eurogrupo una carta en la que presenta una versión diferente al cómic semanal que recita Rajoy sobre la crisis.

   Dice Luis de Guindos que "durante estos años la zona euro ha sufrido la peor crisis económica y financiera desde su creación". Añade que ha habido "que abordar las deficiencias de la constitución original de la Unión Monetaria". Por supuesto, describe también la crisis en 2011 y 2012. 

   En otros términos, venimos de una crisis histórica donde por primera vez España formaba parte de una Unión Monetaria defectuosa en origen. Los defectos y el mal diseño agravaron la crisis, originada al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos. y transmitida después a todo el planeta.

   Pero la salida ya no puede ser la misma que en las recesiones del pasado. Porque estamos en el euro. 

   Lo que Rajoy suele repetir sobre las reformas estructurales sirve para entender el perfil de la supuesta salida de la crisis. Pero no parece que él haya captado la paradoja. Los cambios estructurales quieren decir que ya nada volverá a ser igual. Porque la desigualdad ha sido la respuesta a la crisis. Dentro y fuera. Un incremento de la desigualdad en España; un aumento de la desigualdad entre países del Norte y del Sur. Eso es la refundación germana del euro.

   Y es porque ocurre esto precisamente por lo que los ciudadanos se apartan por millones del PP.

  ¿Cómo no lo iban a hacer si estamos en una sociedad que se depaupera? La pauperización de los que menos tienen es la base de esta recuperación. En la economía capitalista las crisis no son una excepción, sino, cada vez más, la norma. La tendencia natural hacia la recuperación ha sido acompañada por las reformas estructurales. Te cambian la estructura, es decir, te desestructuran, y quieres que te sigan votando. Y cuando lo hacen cada vez menos, haces tronar el escarmiento contra tus adversarios, como volvió a hacer Rajoy. Se puede entender que en las Cortes dramatices, pero, ¿despotricar contra los PSOEs, Podemos, Ciudadanos en tu propia casa, en la calle de Génova?

   Si el PSOE es el demonio que provocó la quiebra de España, Rajoy dixit, ¿no es un oxímoron denunciarle al mismo tiempo por abandonar al PP como columna vertebral del bipartidismo de este país?

    Y junto con la crisis hay una aleación que no se puede pasar por alto: la que surge de la crisis, el paro  (23,78% según la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2015 o 5.444.600 personas), la remodelación del estado de bienestar, el agotamiento de las prestaciones por desempleo... y la corrupción. Los ciudadanos no han olvidado Gürtel, Púnica, Luis Bárcenas & Álvaro Lapuerta y la Contabilidad B, los sms de Rajoy a Bárcenas y del ex tesorero a Rajoy.

   El presidente del Gobierno y del partido dijo ayer que la bajada de intención de voto del PP había sido fortísima en octubre de 2014 y recomendó que nos mirásemos las hemerotecas. Otra vez, pues, con la historieta de Sitges de finales de mayo pasado, cuando culpó de los males del PP al martilleo de las teles con los casos de corrupción.

   Que Rajoy ha perdido los papeles se advierte por algunos síntomas que todo presidente de Gobierno debe cuidar. El miércoles pasado al atacar al PSOE en la sesión de control del Congreso dijo que los socialistas y todos estos grupos extremistas radicales están dirigidos desde Venezuela. Ignora lo que son las relaciones internacionales. Lo que es América Latina. Pero es más: ¡ignora que España y Venezuela son miembros desde fechas muy recientes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas!

   Pero a lo que vamos. El fantasma de Don Pedro Sanz. El presidente de La Rioja, Pedro Sanz, anunció el pasado martes, día 16 de junio, que a pesar de haber ganado las elecciones no será el candidato a la presidencia del Gobierno autonómico. Su renuncia ha sido exigida por Ciudadanos, que tenía la llave en la región. Y, ¿por qué? Porque a los partidarios de Albert Rivera, a quien Rajoy invitó a almorzar en La Moncloa   después de la catástrofe del 24-M, les parecía que era un escollo en las negociaciones. Querían el relevo como parte de lo que llaman regeneración.

   Bien.

  Y si en noviembre próximo fracasa su estrategia consagrada ayer - el PP o el caos -, Rajoy puede encaminarse hacia su Waterloo. Bajo la siguiente forma: si en el caso de Pedro Sanz Ciudadanos ha considerado que debía dar un paso al costado para la regeneración democrática, podría ocurrir otro tanto con el candidato del PP.

  Rajoy se aproxima más a Sanz que a...Cifuentes la nueva.

 

"¡Usted traiciona a los muertos!"

Por: Ernesto Ekaizer | 16 jun 2015

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  El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, impulsa con el caso Zapata la revisión de mensajes y frases que pudieran constituir delito. Este ministro, uno de los más próximos a Mariano Rajoy,  ya es experto en criminalizar conductas políticas. Generalmente lo hace a través de puntuales filtraciones camufladas incluso con desgana, como si fueran baratijas de segunda mano. Les llaman informes policiales. O mejor borradores pseudopoliciales. Su experiencia personal ha sido Cataluña.

  Pero ahora pretende extender esa práctica al caso Zapata para aprovechar sus potencialidades, a saber, la desestabilización en la cuna del gobierno municipal de Manuela Carmena.

  Pero como se ha lanzado a la cruzada, de hoz y coz, sería interesante coger su iniciativa y exigir que su labor de Santo Oficio sea generalizada. Podría empezar, por ejemplo, con el Mariano Rajoy en la oposición de 2005. En el debate del estado de la nación, el entonces líder de la oposición, le espetó a Zapatero con la cara que usted querido lector puede ver arriba: "Es usted quien se ha propuesto cambiar de dirección, traicionar a los muertos y permitir que ETA recupere las posiciones que ocupaba antes de su arrinconamiento".

http://elpais.com/diario/2005/05/12/espana/1115848804_850215.html

   Traicionar a los muertos después de que el gobierno de Aznar reivindicara a los muertos, está claro. Si menciono a Rajoy es por la fama de moderado con la que suele presentarse incluso por referencia a sus propias huestes a las que varias veces se ha referido con la frase de Romanones: "¡Joder, qué tropa!"

    Llegará algún día, lo sabemos, en el que se dirá que no, que Zapatero no traicionó a los muertos, que fue una barbaridad lanzada al calor de la contienda política. Llegará un día que se dirá lo que cualquier notario confirmaría: durante su mandato, la banda terrorista ETA dejó de matar.

    No evocaré ahora la larga lista de frases y mensajes pensados y espetados -es decir, producto de una estrategia política, no de la improvisación- a los medios de comunicación por dirigentes del Partido Popular sobre los asuntos más variados, mensajes que violan los consensos constitucionales. Porque es una práctica permanente. Aznar marcó el camino en 1979.

   Pero si Fernández Díaz se pone manos a la obra, la revisión puede ser muy prometedora.

   El caso Zapata excita pasiones. Es muy mediático. Y está claro por qué. Porque, ante todo, el propio Zapata se define a sí mismo del siguiente modo: "Soy un usuario apasionado de las redes sociales, especialmente de Twitter, en la medida que me permite una interacción ágil y constante con decenas de miles de personas. El saber colectivo, el intercambio de información de manera directa y sin intermediarios y la posibilidad de mantener contactos a distancia siempre me han parecido una oportunidad para aprender, debatir y compartir".

    Bien.

    Y a continuación, añade: "Pero también soy consciente, y hoy más que nunca, de que ese medio es propicio a las descontextualizaciones, los ataques desproporcionados, y la generación de polémicas que corren como la pólvora. La brevedad de los mensajes, la rapidez con la que se generan, potencia que esto ocurra". http://guillezapata.tumblr.com/post/121494668305/sobre-polemicas-y-contextos

   No sé yo desde cuando es "consciente" Zapata sobre lo que llama "descontextualizaciones" y sobre la "generación de polémicas que corren como la pólvora".

    Pero no nos pisemos el poncho entre nosotros. Si Zapata ha escrito lo que ha escrito en twitter es porque algún placer le reportaba "la generación de polémicas que corren como la pólvora".

    Vamos, que ahora disfrazamos con cándidez el narcisismo que anima eso que el ex concejal de Cultura llama "el saber colectivo, el intercambio de información de manera directa y sin intermediarios y la posibilidad de mantener contactos a distancia siempre me han parecido una oportunidad para aprender, debatir y compartir".

  Y si puede saberse, ¿en qué consistiría el pretendido "saber colectivo" de los chistes aberrantes difundidos? ¿En qué podría materializarse esa "oportunidad para aprender, debatir y compartir"?

  Zapata, como muchos otros, actuaba como provocador. La Real Academia Española incorpora esa magnífica palabra francesa a nuestro lenguaje: epatar. A Zapata le gusta epatar. Pretende asombrar o producir asombro o admiración. Y admiradores vaya si los tiene, incluso después de lo que acaba de ocurrir. 

   Aprendiz de brujo de la epistemología o teoría del conocimiento, Zapata ha descubierto ahora la descontextualización. Pero, ¡si el medio es el mensaje! Y en twitter lo que ha quedado es su rastro biográfico, es decir, el del "usuario apasionado de las redes sociales".

   Nada humano me es ajeno dice el proverbio latino. Pertenezco a una familia judía emigrada de Europa Central en los años treinta del siglo pasado. He vivido, finalizada la guerra de 1948, desde los nueve meses en Ramat Gan, hoy un barrio residencial de Tel Aviv, hasta pasados los seis años. Mi lengua materna es el hebreo.

   Y, apuntado esto, no creo que Zapata sea antisemita. Pero estimo que su narcisismo no le ha impedido o, mejor dicho, le ha conducido a frivolizar con aquello que, simplemente, no se debe.  Su inmadurez es, por tanto, digna de mejor causa.

   No hay que acusar a un rival político de traicionar a los muertos a sabiendas de que no es cierto y a sabiendas de que se están usando los sentimientos y las emociones para captar la adhesión del distrito electoral imaginario que forman las víctimas del terrorismo.

  No hay que continuar con la utilización de lenguaje guerracivilista en el debate político cotidiano ( "Los de izquierdas son unos carcas, todo el día con la fosa de no sé quién", Pablo Casado dixit. O "algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle", Rafael Hernando dixit....).

   Y no hay que aprovechar el error para criminalizar.

   Zapata debió saber o intuir el riesgo que corría. Pero si su inmadurez le llevó tan lejos en twitter, ¿cómo iba a ser consciente y advertir de ello a Manuela Carmena? ¿O lo era y pensó que el asunto estaba enterrado?

   Tampoco sus compañeros le ayudaron y colaboraron con Carmena. Porque ella no tenía todas las cartas en la mano a la hora de decidir sobre su nombramiento. Le hurtaron los datos.

  Probablemente porque eran tan inconscientes como Zapata. Tan aprendices de brujo de la epistemología como él.

   

    

  

Teoría del diferido

Por: Ernesto Ekaizer | 03 jun 2015

 

 

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    Cospedal o no, esa es la cuestión.

  Hay un juego que todos los presidentes de Gobierno practican como norma: el del gato y el ratón. Lo hacen con los medios de comunicación y con los ciudadanos.

  Mariano Rajoy estaba en ello incluso antes de conocerse los resultados de las elecciones del 24-M. El gato, Rajoy, esperaba coger con el pie cambiado a los ratones, los medios de comunicación y los ciudadanos, con una remodelación del Gobierno. Un cambio que suponía al tiempo introducir modificaciones en la cúpula del Partido Popular.

  La idea de Rajoy era esta: evitar que estos cambios fueran el colofón o la admisión de crisis tras los resultados del domingo 24-M.

  Pero su disposición a hacer este juego hizo aguas porque las pérdidas de votos en general y el desalojo del poder en ayuntamientos y comunidades autónomas ha sido imponente. Y mientras Rajoy mantuvo su cara de póquer ante los dirigentes, éstos reaccionaron con el estómago. Y expresaron directamente y en voz alta su desesperación ante el estilo de su doble presidente, el del PP y el del Gobierno.

  Las bases del cambio que diseñaba Rajoy estaban formadas por la salida segura, en junio, de un ministro, José Ignacio Wert, y la salida posible de otro, Luis de Guindos. Wert se marcha a la OCDE porque París, como se dice, bien vale una misa, tanto para su vida profesional como personal, ya que su compañera sentimental, Montse Gomendio, ya está en su nuevo puesto de la OCDE allí.

  El caso de Luis de Guindos también debería despejarse hacia el 21 de junio, fecha en que vence el mandato de dos años y medio de Jeroen Dijsselbloem, el ministro de Finanzas holandés que ejerce de presidente del Eurogrupo, el cónclave informal de ministros de la Eurozona. Rajoy ha propuesto como candidato para ese puesto a Guindos.

  En todo caso, si ya la salida de Wert era una razón para pensar en una remodelación, el nombramiento de Guindos, de producirse, permitiría un cambio de mayor amplitud.

 Por tanto, junio era el mes para dar la sorpresa, unas semanas después del 24-M. Pero la crisis de los resultados electorales ha chafado el calendario y Rajoy ya no podía, tras intentarlo, seguir jugando al gato y al ratón.

 El cambio de Gobierno permite matar varios pájaros al mismo tiempo. Por ejemplo: como ya hiciera con la renuncia de Ana Mato tras el auto del juez Ruz en noviembre pasado y la incorporación de Alfonso Alonso, Rajoy prevé integrar en sustitución de Wert a María Dolores de Cospedal.

Este paso plantea la necesidad de nombrar una nueva secretaria general o secretario general del PP. Rajoy piensa aquí en la renovación generacional. ¿Un perfil a lo Pablo Casado? ¿Y por qué no Pablo Casado? Rajoy busca un golpe de efecto.

   Porque Cospedal tiene ahora mismo dos problemas. El primero es que el juez Ruz se inhibió y envió a los juzgados de Toledo el tema de la presunta mordida de 200.000 euros por contratas de basura denunciada por el extesorero Luis Bárcenas.

   Y el segundo es que en la sección cuarta de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional hay un recurso contra el auto de conclusión del juez Ruz sobre los Papeles de Bárcenas o contabilidad B del PP, en el que una acusación popular, la del PSOE valenciano, solicita imputar a María Dolores de Cospedal y a Ángel Acebes por delitos contra la Hacienda Pública en calidad de administradores con los poderes del partido. Ahora están acusados Luis Bárcenas, Álvaro Lapuerta y Cristóbal Páez, al que el propio juez ha calificado como "empleados". Aun cuando fuesen representantes ante la Hacienda o tuvieran poderes delegados, los estatutos describen a los presidentes y secretarios generales del PP como aquellos que poseen los poderes más amplios.

  Ahora vayamos al tema de la jubilación política que algunos dirigentes del propio PP insinúan.

 Recordemos: de los líderes políticos solo quedan de la vieja guardia Rajoy y Rosa Díez. Juan Carlos I abdicó en Felipe; José Antonio Griñán delegó en Susana Díaz; Alfredo Pérez Rubalcaba cedió la batuta a Pedro Sánchez; Cayo Lara en Alberto Garzón; todo ello con el ascenso de Pablo Iglesias y Albert Rivera. Y si se quiere, esta jubilación se extiende al sector privado. Al fallecido Emilio Botín le ha sucedido Ana Botín, en el Banco Santander; y a Isidoro Álvarez, en El Corte Inglés, Dimas Gimeno.

  He aquí pues la crónica de una crisis en diferido, la que va a acometer Rajoy, ante la vista del respetable público.

  No podía saber Cospedal, ni nadie, qué recorrido tendría su comparecencia del 2 de febrero de 2013 cuando explicó el acuerdo simulado y en diferido presuntamente pactado entre el PP y su extesorero Luis Bárcenas.

  El diferido va camino de convertirse en toda una teoría política.

El País

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