CONSULTORIO ANTIGURÚ: ¿Sabe exactamente cuántas cervezas bebió en 2012??

Por: | 26 de abril de 2013

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Los obsesos del autocontrol y amantes de paranoias varias nunca han estado mejor. En el mundo se impone con fuerza, se considera cool y está de moda ser un selftracker. Es decir, rastrear nuestros hábitos y comportamientos, desde el pulso cardíaco y resto de constantes vitales hasta en qué nos gastamos el dinero, para analizar la vida desde el punto de vista matemático, y hacerla un poco mejor, al menos desde el punto de vista matemático. 

Si usted fuera un selftracker en ejercicio podría, en una típica charla de pretensiones filosóficas sobre su vida, sacar su teléfono o su pulsera Nike+ Fuel Band (geeks de España, paciencia que este año la tendremos en nuestras tiendas, dicen) y refutar con datos objetivos todo aquello de que se le acuse y no se avenga con su verdadero estilo de vida.

Será el fin de los juicios basados en falsas percepciones ajenas. Dispondrá de cifras exactas sobre toda su vida: cuántas vueltas da en la cama antes de despertar, cuántos pasos da cada día, cuándo se acelera su pulso cardíaco (por ejemplo, ante la presencia de quién, cuántos emails ha enviado en una semana, ¡Atención!, el número exacto de  palabras que ha intercambiado con su pareja en un año y, efectivamente, cuántas cervezas se ha bebido en la última semana. 

El selftracker estrella es Nicholas Feltron que es además uno de los 50 diseñadores más influyentes de Estados Unidos y publica los gráficos de las cifras anuales de su vida en The New York Times y The Wired. Así supimos que en 2008 bebió 408 cervezas con sus amigos. Y, francamente nos parecen pocas

Si usted quiere saber cuántas veces su corazón se contrae y cuántas vuelve a su sitio, su lugar en el mundo es la web Quantified Self, allí encontrará casi 8000 de los suyos, habitantes de 50 ciudades del mundo. Gente que se autocontrola y comparte sin pudor los datos de su vida con la humanidad. Allí donde antes se fardaba de cosas intangibles (alguna conquista dudosa, un éxito profesional difícil de verificar) en esta web podrá hacerlo con datos objetivos y sobre asuntos en los que realmente le va la vida: la mejora de sus pulsaciones cardíacas, la reducción del tiempo que necesita para solucionar un problema más o menos complejo o la reducción drástica de las horas que pasa enredando en Internet sin hacer nada concreto.

"Conózcase a sí mismo a través de los números" es su máxima, y su líder espiritual es el profesor Larry Smarr, director del Calit (California Institute for Telecommunication Technology). A los 63 años, este señor se autodiagnosticó la enfermedad de Crohn, gracias a las mediciones que llevaba haciendo durante años de su propio intestino. Cuando vio que las cifras se alteraban consiguió detectar la enfermedad antes de que aparecieran los síntomas. Los que asistieron a la reunión The Uploaded Life celebrada en la Universidad de Stanford, pudieron apreciar las vísceras del profesor en una proyección en 3D y en tiempo real, mientras él mismo señalaba con un puntero la zona inflamada de su colon. 

Es el sueño de todo hipocondríaco.

Pero no se sienta aliviado ni alejado de estas prácticas. El razonamiento del profesor Smarr es tan pragmático que mañana usted y yo podríamos convertirnos a esta corriente. Lo que dice el profesor es que "es absurdo que estemos recopiando datos sobre cualquier cosa, menos de nuestra salud". Y tiene razón, lo es. Además, sepa que en España el 51% de los propietarios de un smartphone lo usa mientras practica ejercicio físico, y de ellos, el 43% está rastreando su ritmo cardíaco, las calorías consumidas y los pasos andados. Así que nunca diga de esta agua no beberé, sobre todo no lo haga en materia de tendencias y tecnología. 

Para la mayoría de los selftrackers, el teléfono es la gran herramienta de autorrastreo,  pero existe una constelación de start ups en California, como Fitbit, Zeo y Basis, que se dedican a fabricar dispositivos para medirlo todo, con tres condiciones: que sean wireless, cada vez más pequeños y livianos,  y que puedan adherirse al cuerpo como si fueran un órgano más, con bandas ligeras pero seguras que se ajusten alrededor del brazo, la muñeca, el pecho o el abdomen. Leves pero eficaces

El profesor Larry Smarr representa la vanguardia más radical de los primeros selftrackers que se vieron en este mundo. A saber: geeks, tecnoadictos, fanáticos del fitness y enfermos crónicos que vivían con un un chip adosado a su cuerpo para medir sus constantes vitales. La democratización de los smartphones y las aplicaciones de autorrastreo están a punto de convertir la otrora extravagancia en un acto cotidiano.

El éxito en Estados Unidos de la pulsera Nike+ Fuelband, que registra todos los movimientos del día y los resume en una barra de leds que marca el estado energético de cada quien, es un buen ejemplo de lo predispuestos que estamos a empezarnos a medir.  Cuenta nuestra mente cartesiana, el ingeniero Juan Pablo Puerta que en los bares de San Francisco todo el mundo usa la pulsera de silicona. “Es difícil hablar con alguien que la lleve y resistir la tentación de mirar la barra para comprobar qué día ha tenido, desde el punto de vista energético”. 

Animales de datos. Eso somos y seremos. Cada día más. Algunas revistas de tendencias les han buscado un nombre más atractivo. En lugar de selftrackers (autorrastreadores), una etiqueta que no acaba de venderse muy bien, los llaman datasexuales

No sabemos si Juan Pablo Puerta, nuestro guía espiritual de cada viernes lo es. Solo nos ha confesado que como propósito de año nuevo de 2012 se propuso "medir cada acto de su vida". Así se quedó ojiplático con el dinero que se dejaba cada año en Amazon.com, que duerme seis horas y 20 minutos (él creía que dormía muchísimo más), y que cada día se mueve muchísimo mientras duerme durante veinte minutos, en torno a las seis de la mañana, justo cuando se levanta su mujer. 

A continuación cuenta cómo lo hace: 

En el momento que llevamos un móvil encendido encima, generamos una cantidad de datos que generan un perfil muy específico de quienes somos. Cosas cómo por dónde vamos y con quién(dos móviles que caminan juntos), a qué hora nos despertamos, cuál es nuestro domicilio exacto y cuál nuestro lugar de trabajo, cuánto tiempo pasamos currando y cuánto en el bar ... son datos que rutinariamente se analizan y se utilizan para adaptar servicios a nuestras preferencias de localización, edad y modelo de teléfono.

La idea del Quantified self es recolectar esta información, visualizarla y buscar posibles mejoras en nuestros hábitos. Algún que otro software empieza a hacerlo por nosotros mismos (Google Now me avisa automáticamente de lo que debo visitar cuando estoy de viaje, y me informa cuándo un paquete de Amazon ha llegado a casa solo con leer mi dirección y acceder él solito al sistema de tracking de Correos.

La tecnlogía empieza a ser tan barata y ubicua, que en Estados Unidos ya hay inhaladores para asmáticos con GPS que ayudan a los enfermos a determinar dónde y a qué horas tienen más ataques. Productos cómo Quantimodo nos dan todas las herramientas con la promesa de “perfeccionar nuestros niveles de felicidad”.

Personalmente, desde que tuve un Iphone 1, tengo un pequeño programa que en intervalos de pocos segundos manda mis coordenadas a un servidor central. Una de las primeras conclusiones que saqué, es que casi siempre (80% del tiempo) estoy en zona de cobertura gratis wifi, lo que me hizo decidir quitar mi plan de voz en el móvil y usar solo un plan de datos y voz por ip (ojo, esto es inmensamente más fácil de hacer en EEUU) con el ahorro sustancial que eso me supone mes a mes. Además, empecé a medir mis horas de sueño usando el wakemate (ya difunto), que me avisaba de cuántas horas dormía y cuántas estaba en vigilia. La app me despertaba a la hora en la que (teóricamente) tenía el sueño más ligero. Así he conseguido controlar mi odio a los despertadores.

Empecé a usar last.fm para identificar lo que escuchaba automáticamente, goodreads para lo que leía, Nike fuelband para los kilometros que corría y mint.com para el dinero que gastaba. Pensé que de esa forma podría encontrar ineficiencias (vicios, patrones, molestias) en mi vida y arreglarlas.

Pensé que me asomaría a la ventana de una vida llena de variedad para encontrar que, al final, desgraciadamente cada día que vivimos es horriblemente parecido al anterior. Habrá que buscar una tecnología para solucionar eso.

Hay 4 Comentarios

Y en cuantos buenos restaurantes las habéis bebido?. Nosotros os recomendamos los mejores sitios con los mejores precios de españa y del mundo. http://www.capitanfood.com

Cerveza!!! concido con Homero Simpson!

“Es difícil hablar con alguien que la lleve y resistir la tentación de mirar la barra para comprobar qué día ha tenido, desde el punto de vista energético”. estimar

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Antigurú

Sobre el blog

Agotada de la alta concentración por metro cuadrado de gurús de las redes sociales, en este sitio se levanta un muro de contención: Todos somos torpes y primerizos en la jungla digital. No hay expertos. Eso, al menos, es lo que enseñan en la Universidad de Stanford, donde se ha inventado casi todo y nadie se proclama gurú de nada. Este es, pues, un lugar para reírse de los tropezones en Internet. El viernes abrimos consultorio. Pregunte sin piedad, porque más temprano que tarde todos tendremos nuestro minuto de miseria digital.

Sobre la autora

Karelia Vázquez

es periodista. Escribe en El País Semanal desde 2002, y en Marie Claire, desde 2005. Es la primera española que obtiene una beca J. S. Knight en la Universidad de Stanford (California), que le permitió, entre otras cosas, vivir una temporada en Palo Alto, el Dorado de las nuevas tecnologías, comprar en el mismo supermercado que Mark Zuckerberg y compartir plaza de garaje con los chicos de Facebook. También ir a clases de Clifford Nass, Clay Shirky, Evgeny Morozov y otros -esta vez sí- gurús de la era digital. Es autora del blog “Vivo entre Google y Facebook”, porque así era literalmente. Ha sido cobaya de variados experimentos extremos en Internet, y este blog no pretende ser ni más ni menos, que eso: Un sitio para radicales.

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