Enganchados a ... los puntos suspensivos

Por: | 18 de septiembre de 2013

Puntossuspensivos

Vivimos en una hemorragia de puntos suspensivos. No exagero. Entre los emails, los estados de Facebook, los tuits y los WhatsApps, este signo vive su gran revolución. Nunca antes lo habíamos necesitado tanto.

Para empezar, digamos que son tres los puntos suspensivos. Ni dos ni cuatro. Se escriben así: ...

Lo digo porque nos consta que ha habido intercambios de SMS entre la élite de este país -el presidente de Gobierno y el señor Luis Bárcenas sin ir más lejos- en los que se han tecleado cuatro puntos suspensivos. Pero hoy nos ocupa la popularidad de los puntos suspensivos en la cháchara digital sin fin en la que vivimos casi todos. 

Este artículo de la revista Slate se preguntaba las razones por nuestra repentina pasión por escribir cosas como: Hola ...  y quedarse tan ancho esperando una respuesta. 

Según el autor, hemos adquirido definitivamente "el mal hábito de los puntos suspensivos".

Antes de escribir este post me he sometido al productivo ejercicio de revisar los últimos whatsapps enviados y recibidos y, efectivamente, la profusión de puntos (también de signos de exclamación, que será asunto de otro post) es impresionante. En el caso del periodista de Slate contó 48 puntos suspensivos en sus últimos chats con un saldo de cero oración finalizada.

Todo queda en suspenso después de unos puntos suspensivos. 

Y al parecer de eso se trata, y no por otra cosa nos hemos aficionado a estos puntitos. Es mucho mejor insinuar nuestras posturas con una cómoda indefinición que dejar las ideas claras y cerradas con un contundente punto final. De repente la expresión "y punto" ha perdido todo su significado. 

Como segunda parte de su experimento el redactor de Slate, que por cierto se llama Matthew J.X. Maladyse dedicó a enviar mensajes a sus contactos usando puntos suspensivos sin orden ni concierto. Mensajes absurdos  que terminaba con unos aún más absurdos puntos suspensivos. Envió mensajes a su madre, a su mujer y a varios amigos. Para su sorpresa nadie mencionó el sin sentido de los signos, y todos se sintieron obligados a hacer como que entendían el críptico significado que supuestamente se escondía tras los puntos suspensivos.  

"Nadie me replicó: '¿De qué estás hablando?', 'No entiendo nada' ó '¿Podrías darme más información?'. Por supuesto, no hicieron niguna mención a los puntos suspensivos. Parecería que cuando nos comunicamos entre amigos o gente de confianza todos asumen que tienen suficiente contexto para entender nuestros enrevesados pensamientos y lo que queremos dar a entender con unos puntos suspensivos. Los receptores de los mensajes tienden a hacer como que todo está bien".

Es decir, nadie quiere aparentar que no está en el ajo. Y unos puntos suspensivos son como un guiño cómplice, un "tú y yo sabemos de lo que hablo".

Pero mi versión es que los puntos suspensivos han triunfado en la era digital porque como dicen en Slate, "ofrecen la atmósfera totalmente opuesta a la claridad". Son los reyes de la ambigüedad y la indefinición

Para Clay Shirky, una mente preclara de los efectos de Internet en la sociedad, profesor adjunto de la Universidad de Nueva York y todo un gurú digital, cree que la abundacia de puntos suspensivos marca "un momento único e  interesante del lenguaje escrito": el que estamos viviendo. Shirky opina que usamos los puntos suspensivos para reemplazar sonidos y gestos que supondrían una pausa en una conversación. Decir por ejemplo: hmm.

"La gente se comunica por los chats como si estuviera hablando y utiliza los signos del lenguaje escrito para sustituir códigos de la conversación". "El lenguaje oral se caraceriza por un flujo continuo con muchas pausas, repeticiones, arrancadas en falsos, cambios de rumbo (...) Estamos intentando usar el alfabeto y los signos de puntuación para reproducir una conversación, y eso es difícil, así que tenemos que echar mano de los puntos suspensivos"

Hablo con Miri Rodríguez, filóloga, perfeccionista de la gramática y gran amante de los puntos suspensivos en sus chats, seimpre que solo sean tres. "Tengo dos grandes razones para adorarlos. Por un lado son la grafía del lenguaje no verbal (uff, anja, ains, suspiros, miradas, abrazos), un intento de escribir lo coloquial, lo informal, lo cercano, lo cómplice. Por otro, los uso en lugar de la coma porque es más cómodo, para usar la coma hay que cambiar el teclado del móvil". 

Efectivamente esos tres puntos imprimen más drama a la conversación, más intriga, más movimiento. Algo que no siempre se puede conseguir con las palabras escritas. Además, ¿quién tiene tiempo de poner por escrito todo lo que siente? 

Hay que añadir al argumento del señor Shirky que el lenguaje escrito se creó para leer con una mínima concentración, mientras que estos signos ahora se están empleando en una conversación que tiene lugar al tiempo que pasan otras muchas cosas. La gente casi nunca chatea exclusivamente. Con o sin puntos suspensivos, la vida es eso que pasa mientras uno habla por Whatsapp

En estas circunstancias surge con fuerza otro argumento a favor de los puntos suspensivos: Sirven para saltarse a la torera todas las reglas de la gramática y la sintáxis y hacerse entender. Evitar comas, puntos, letras mayúsculas ... Los tres puntos suspensivos son abiertos y ambiguos y nos liberan de dar demasiados detalles y aclaraciones. Si encima, el otro se va a dar por enterado para no romper la complicidad, estamos ante el signo de puntuación perfecto para la era digital. 

"Las conversaciones virtuales suelen ser breves e informales, por lo que nuestra e-adicción a los puntos supensivos refleja la tendencia global a la informalidad: los emails se responden como promedio en seis segundos y en los trabajos cada empleado cambia de tarea cada tres minutos. No parece que haya mucho tiempo para explicaciones completas o conversaciones complejas  que exijan mucha concentración". Así lo explica a la revista Slate Maggie Jackson, autora de Distracted: The Erosion of Attention and the Coming Dark Age.

Mientras que Nicholas Carr, finalista del Pulitzer por su libro The Shallows: What the Internet is doing to our brains, cree que los puntos suspensivos triunfan no tanto por la pereza de escribir como por por la presión de ser conciso y rápido en enviar un mensaje que va a ser leído con toda seguridad a toda prisa en un teléfono o cualquier otro dispositivo móvil". 

Como vemos abundan las teorías para explicar nuestra querencia por los puntos suspensivos. He comprobado que Yahoo Answer está repleto de consultas al respecto y una rápida búsqueda en Googlele llevará a disfrutar de tutoriales de variado nivel sobre cómo usar los puntos suspensivos a su favor.

El teólogo Michael Sacasas que ahora termina su doctorado en Textos y Tecnología en la Universidad Central de La Florida ha escrito en su blog The Frailest Things una especie de Manual de uso de los puntos suspensivos. Aquí va lo que he aprendido leyéndolo: 

Los puntos suspensivos en Internet sirven para

  • Indicar que seguimos esperando algo más o que no está todo dicho en una conversación
  • Sustituir el silencio incómodo que tendría lugar en una conversación cara a cara
  • Sustituir el "bla bla bla", que indica aburrimiento e indiferencia
  • Como pausa dramática, incluso con una intención de hacer reír al otro
  • Para señalar un giro en la conversación o en el modo de pensar
  • Como un salvavidas para pasar por encima de cosas que no queremos comentar
  • Para comunicar vaguedad, vacilación, indefinición
  • Para expresar ironía y "cierto desapego cercano al cinismo" 
  • Para evadir situaciones en las que uno tendría que definirse
  • Para expresar "una atmósfera apática que no comprometa demasiado", típica de las relaciones virtuales
  • Para protegerse uno mismo de parecer un viejuno que se toma la vida demasiado en serio

Para resumir: los puntos suspensivos valen para un roto y para un descosido. Abuse de ellos. Disfrútelos. Pero siempre de tres en tres.

Hay 29 Comentarios

Lo reconozco soy de las que peca con los puntos suspensivos jeje, pero hay que reconocer que en ocasiones decimos más al callar que al escribir : )

Un besito !

Quizá sea la música lo que descifre mejor el lenguaje escrito, de ahí significar que los puntos-uno-detrás-de-otro -¿suspensivos?- sean lo más parecido al pedal de resonancia de un piano: significan que la nota se alarga (no es igual un Hola. que un Hola..., así, muy pegados a la palabra que hacen 'resonar'). No se trata de un eco. Si uno quiere 'hacer que resuene' la palabra o frase de una forma más larga, más puntos (Hola.......). Quizá hemos equivocado los puntos suspensivos de-toda-la-vida con esta resonancia y critiquemos sin motivo al teclista. La interpretación de estos puntos resulta infinita... como la sensación que produce una nota de piano (a través del pedal de resonancia pisado con fuerza).

Y después, harías bien en ocuparte de la semántica del punto y seguido, o del punto y aparte incluso, por qué no; asimismo, de los suspensivos seguidos de coma, ¡ese hallazgo!, muy socorridos también, y a saber por qué, quizá el hacer una pausa cortita tras la larga nos salve a todos, aunque difícilmente alguien fuera capaz de poner en escena el juego de pausas cualitativas, no importa, habría que intentarlo como fuera, nos va la vida en ello, por fuerza han de aportar riqueza musical al análisis de la metafísica de la Interrupción de la fonación humana. En síntesis, ¿puedes imaginar un mundo en el que quienes no tuvieran nada que decir se callaran, ese paraíso advenido a modo de regalo de la pobreza de los feroces mercados financieros a los cerebros que puedan latir aún? ¿Regresar, entre tanto a lo que se podría, a la prensa, por ejemplo, la prensa limpita de polvo y paja, pero, esencialmente, al lenguaje humano común que nos fue arrebatado y que servía para comunicarnos, decidora de puntos suspensivos, tres, cuatro, cinco, infinitos, más el SOS añadido que los redondea? ¡Qué erial tan hermoso donde pastar la juventud más preparada que nunca!

Pues yo siempre los he utilizado y viene bien para expesar ciertas cosa. Es como todo, hay que utilizarlo en contexto.
http://dispositivos-moviles.com

Yo últimamente ando enganchado a los dos puntos: tomo aire para explicar todo.

escribiendo...

«Somos puntos suspensivos, / nuestra misión es callar, / y decir con el silencio / más de lo que es regular. / Tenemos mucha malicia, / pero la tienen también / los que en las líneas de puntos / la intención de un toro ven [...] Nuestra picardía / hace presumir / lo que no se atreve / la pluma a escribir» (I, 161). Coro de los puntos suspensivos - Ortografía, música de Chapí y letra de Arniches

Es que a veces son tan socorridos...

adoro los ... porque representan gráficamente la pausa exacta que estoy ordenando para que me lean..................como una partitura..................y siento que esta representación del tiempo...................hace atractivo el escrito......................................ODIO LA ESCRCITURA TIPO BLOQUE DE CEMENTO......................me enamoran los puntos infinitos........pues son como follaje o arboledas...................................ESCRITURA PAISAJISTICA

Gracias por la información y por la reflexión.

... y punto.

Me ha encantado, gracias por el artículo.

Karelia vete a tu país a dar lecciones...te pagan por esta bazofia?

Falta un concepto entre los propuestos de para que sirven los puntos suspensivos puestos sin ton ni son:
-Como demostración palpable de que quien los utiliza mal no sabe escribir ni expresarse por escrito.

Pues si ...

Buen artículo. Un apunte: si van detrás de una abreviatura, sí que son cuatro :-P

se utilizan cuando hablas con amigos, en plan informal, por querer dar un toque informal a la charla, pues no estas hablando con el ministro, por asi decirlo. tambien por indefinicion, espera de respuesta. Tambien para dar una pausa, pues leer todo seguido por internet se hace pesado, y se intenta imitar una conversacion, y en las conversaciones se hacen pausas. Tambien como un sobre entendido, se dice algo y para dar un sobreentendido y no dar la chachara se ponen, e n plan y tal y tal, sin acabar l a oracion, como un etc ...

Sin duda son una de las alternativas del momento. Muchas connotaciones, mucho sentido,no saber que decir...

La guía del teólogo parece bastante acertada. Ciertamente, el (ab)uso actual de los puntos suspensivos creo que sí tene que ver con la indefinición (pretendida o no) del mensaje, la espera de una respuesta o, simplemente, el desconocimiento de su uso. A mí, la verdad, me carga bastante que se utilice sin ton ni son. Como ejemplo, en este mensaje no he puesto ninguno. Otro signo de puntuación que se utiliza sin nigún concierto ni conocimiento son los dos puntos. Totalmente marginado está el punto y coma.

Los periodistas deberían hacer un ejercicio de responsablidad cuando dan lecciones sobre gramática y ortografía, e incluso cuando escriben cualquier tipo de artículo. La prensa escrita es referente de estas disciplinas para mucha gente y es importante escribir bien para no extender fallos, como el que aparece en el titular. Es una pena que el fondo del artículo sea acertado, pero que se diluya en los errores que aparecen en él. Completamente de acuerdo con el comentario de @César.

...un artículo muy... interesante. Es verdad que nos estamos... hmmm... cargando el lenguaje... o quizá sólo estamos... contribuyendo a su evolución. Al menos en la forma escrita... Claro que eso... influye en la forma en que se habla, ¿verdad? (De tres en tres...)

Es cierto que nos estamos cargando el lenguaje, y precisamente en la era de la comunicación se comunica mucho pero se degrada el mensaje.
Habría estado bien meter algunos ejemplos, seguro que dan mucho juego.
@lector, si querias hacer la gracia con los puntitos te ha quedado un truño de comentario, sin contenido, poco original y bastante desagradable.

!...

Ah, pues no sabía que eran 3. Esto va por modas, antes se llevaba el Messenger y ahora se lleva el "guasap". Lo mejor es que mejoran las relaciones sociales, aunque sean virtuales. Os dejo un tema muy interesante: http://xurl.es/idud3

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Antigurú

Sobre el blog

Agotada de la alta concentración por metro cuadrado de gurús de las redes sociales, en este sitio se levanta un muro de contención: Todos somos torpes y primerizos en la jungla digital. No hay expertos. Eso, al menos, es lo que enseñan en la Universidad de Stanford, donde se ha inventado casi todo y nadie se proclama gurú de nada. Este es, pues, un lugar para reírse de los tropezones en Internet. El viernes abrimos consultorio. Pregunte sin piedad, porque más temprano que tarde todos tendremos nuestro minuto de miseria digital.

Sobre la autora

Karelia Vázquez

es periodista. Escribe en El País Semanal desde 2002, y en Marie Claire, desde 2005. Es la primera española que obtiene una beca J. S. Knight en la Universidad de Stanford (California), que le permitió, entre otras cosas, vivir una temporada en Palo Alto, el Dorado de las nuevas tecnologías, comprar en el mismo supermercado que Mark Zuckerberg y compartir plaza de garaje con los chicos de Facebook. También ir a clases de Clifford Nass, Clay Shirky, Evgeny Morozov y otros -esta vez sí- gurús de la era digital. Es autora del blog “Vivo entre Google y Facebook”, porque así era literalmente. Ha sido cobaya de variados experimentos extremos en Internet, y este blog no pretende ser ni más ni menos, que eso: Un sitio para radicales.

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