© Gloria Rodríguez
El espíritu iconoclasta y antigurú de este blog no salvará a sus lectores de la lista resumen de año.
Y he aquí lo que desde este sitio vaticinamos para el nuevo año. Para empezar, en lugar de los usuarios sofisticados y avanzados de las redes sociales en que deberíamos habernos convertido se confirma un año más que somos, la mayoría de nosotros, gente práctica y un poco infantil cada vez que nos movemos por Internet, un sitio donde dicho sea de paso, pasamos cada vez más tiempo, unos más a gusto que otros.
1. Ya no querremos compartir nuestras cosas con cualquiera. Lo que realmente nos apasiona es pasarnos fotos y vídeos en privado, como en una sociedad secreta. Nos encanta pensar que pertenecemos a una tribu exclusiva. Se estima que en Noviembre de 2013 ya compartíamos 350 millones de fotos al día. Imposible calcular lo que se nos vendrá encima en 2014, pero no es casual que Instagram y Twitter nos hayan regalado la prestación de compartir vídeos, en privado si así lo decidimos. Preparese para recibir una avalancha de fotos, memes y videos. Y no se queje, usted lo ha querido así. El mercado solo se ha adivinado sus deseos.
2. Ya no queremos dejar huellas. Este año hemos aprendido el valor de lo efímero. Hagas lo que hagas no queremos dejar rastro de nuestro comportamiento digital, siempre que eso sea posible. Lo hemos aprendido de Snapchat, la red social para compartir mensajes y vídeos que se autodestruyen una vez que el destinario los ha recibido, y que tienen la vida que su creador quiera darles. Los adolescentes, early adopters donde los haya, han salido en tromba de donde estuvieran (Facebook, Twitter o Instagram) y se han hecho fuertes en Snapchat. Google y Facebook le hacen ojitos pero Snapchat se deja querer.
3. Protestaremos, pero pagaremos por Whatsapp (si antes no aparece otra app de mensajería instantánea que nos seduzca). Es solo una intuición antigurú que carece de evidencia científica o estudio serio que la sustente. Lo de protestar está más que garantizado viendo la que se montó en Twitter en marzo de este año ante la posibilidad de pagar 0,89 euros al año por conservar la plataforma donde transcurre buena parte de nuestra vida social. Al final, me temo que si no queda más remedio pagaremos porque:1.Nos podemos permitir pagar menos de un euro al año, y 2. porque, como diría la antropóloga de la Universidad de California Mimi Ito, los chats en tiempo real como Whatsapp no destacan porque sirvan para hablar de cosas importantes, ni siquiera de temas muy concretos, sino porque proporcionan una sensación de "compañía virtual" a la que estamos ya muy acostumbrados. La principal prestación de un grupo de Whatsapp es saber que no estamos solos.
4. No hay adultos en Internet. La red es un sitio para jugar, literal o metafóricamente. El que pretenda pontificar o ponerse demasiado serio no va a ningún sitio. Quien pretenda alzarse como voz institucional, mucho menos. Fue algo que escuché decir en una charla a un gurú de Silicon Valley cuyo nombre ya no recuerdo (había tantos ...). Lo que decía era que quien pretendiera poner un negocio de éxito en Internet debía tratar a su audiencia como a adolescentes porque todos, independientemente de la edad, nos comportábamos en Internet como niños grandes y no queríamos cambiar. El selfie de Cameron, Obama y Helle Thorning Schmidt en los funerales de Nelson Mandela podría ser un buen ejemplo. El fotógrafo que pilló el incidente reconoció que los líderes "se estaban comportando como seres humanos".
5. Solteros pero geolocalizados. La tecnología de geolocalización que en sus orígenes fue exclusiva de la NASA y los ejércitos de los países ricos está ahora al servicio de los solteros del mundo. Entre Grindr y Tinder anda el juego. Al menos pruebe la experiencia de comprobar cuántos solteros disponibles quedan en su manzana. Dicho esto, este estudio asegura que aunque no encuentre pareja por Internet, usted debe permanecer allí, al menos se divertirá, su vida sexual se animará y podrá espiar a su ex. ¿Quién da más por menos?
Pd. La geolocalización solo garantiza cercanía geográfica, todo lo demás sigue funcionando igual de mal, o igual de bien. No lo sabemos.
6. La nueva esclavitud es la batería del teléfono. Una batería que se apaga nos causa ansiedad, un sitio sin enchufes a la vista nos produce claustrofia y sudores fríos. Un teléfono apagado nos deja fuera de juego. Tener una batería extra (aunque nos doble los kilos del teléfono) alivia como una dosis de Orfidal. Según una encuesta de CEETA, el 53% de los usuarios españoles tiene síntomas de ansiedad cuando languidece la batería de su movil. Y me parecen conservadores los resultados.
7. Nos iremos de Facebook pero aún no sabemos dónde. La red de Zuckerberg se ha convertido en esa novia (o) que todo el mundo sabe que será abandonada en cuanto aparezca una opción más apetecible.
Hay 4 Comentarios
Estoy con Warp. Nunca he entendido la lógica de los mensajes que se autodestruyen cuando todo puede ser copiado de una forma u otra. Me gusta la expresión "la única forma de no dejar...". Y sí, lo de protestar por 0.89 euros es de una imbecilidad suprema, cuando luego te cobran mucho más de mil maneras diferentes en toda clase de facturas mensuales o en meros productos y nadie se queja.
Yo esto lo tengo comparado con la gente que se desvive por cambiar las cuatro bombillas incandescentes que tiene en casa por otras de bajo consumo, cuando el verdadero consumo de la factura eléctrica lo provocan los calefactores, radiadores eléctricos, aires acondicionados y secadoras. Si la gente supiese lo que les sablan por una caja de magdalenas o por la ropa que se compra, se quedaría de piedra.
Ninguna economía se derrumba por 0.89 euros al año y, por el contrario, sería absurdo renunciar a algo que te gusta, que es útil y que incluso necesitas (aquí cada uno sabrá cómo de adicto es) por semejante cantidad ínfima.
Por no decir que implica destruir una red de amigos para tener que volver a reconstruirla (ponte a convencer a todos tus amigos para que se cambien) y tener que empezar con una interfaz nueva.
Ah, y, por supuesto, al ser un producto nuevo tendrá también fallos nuevos. Vamos, que montas un follón de narices cuando sólo en la bombona de butano te están sacando mucho más de 0.89 euros por la cara.
Y ni me molesto en citar el hecho tan obvio y justo de pagar por algo que te resulta útil. Aunque sólo fuese como mero agradecimiento. La gente es tan gilipollas y se ha acostumbrado a la gratuidad de forma tan intensa, que pierde la cabeza por subnormalidades sin ninguna importancia, pero luego se queda de brazos cruzados cuando les sacan cientos de euros al año por otras vías. A veces creo que la gente tiene lo que se merece.
Publicado por: Julio_55555 | 15/01/2014 14:48:41
Protestar por pagar 0.89€ por tener un año entero de mensajes es tan ridículo e inútil como todo Twitter. Por otro lado, lo de Snapchat es una soplapollez como un piano: basta con capturar la pantalla del mensaje para que quede constancia. La única forma de no dejar huella es no pisar. Todo lo que se reproduce en una pantalla o altavoz puede capturarse. Mucha tecnología y red social pero esta simple, antigua y rotunda ley es ignorada por todos, sean gurús o usuarios.
Publicado por: Warp | 30/12/2013 13:20:46
Bullshit. Banal. Nada moderno. Adocenado. Vanitas vanitatum et omnia vanitas.
Publicado por: Teresa | 28/12/2013 23:32:20
El selfie Obama-Thorning-Cameron fue el mas bello tributo a Mandela durante su funeral. Dos razas gozando juntas un momento feliz y espontaneo. Viva Mandela!
Publicado por: acydo | 28/12/2013 16:38:57