© Gloria Rodriguez
La tecnología tiene sus trampas. No les estoy descubriendo ninguna novedad, y tampoco lo hago si les revelo que caemos en ellas con una facilidad y frecuencia inusitada. Lo he pensado cuando he leído que desde q pedimos que nos traigan la pizza a casa a través de una Web o de una app comemos mucho más y experimentamos más con el menú que cuando lo hacíamos por teléfono o íbamos directamente al mostrador del Pizza Hut.
Aunque esta vez no hay un estudio académico que avale estas conclusiones, son los propios gerentes de sitios de venta de comida a domicilio los que reconocen cierto sesgo del diseño y la usabilidad que les favorece.
Al parecer cuando pedimos comida por teléfono lo hacemos casi de memoria, tenemos nuestro menú de siempre en la cabeza y no arriesgamos mucho más. Además, queremos quitarnos la llamada de en medio cuanto antes. Los que no piden de memoria se ayudan con esos flyers minúsculos que dejan los restaurantes en el buzón, unos papelillos con una letra diminuta y millones de caracteres difíciles de leer. Así que va uno a lo de siempre.
Sin embargo, cuando nos sentamos en el ordenador a pedir comida lo normal es que nos encontremos una Web razonablemente bien diseñada donde se muestra el menú entero, a veces con fotos y ofertas que saltan ante los ojos. El asunto es que parece que leemos más o las fotos nos abren el apetito. Lo que cuentan a la revista FastCompany los encargados de sitios tan populares como Domino Pizza es que nos ponemos creativos y pedimos entrantes o platos de los que no sabemos ni el nombre. Claro, los estamos leyendo en la Web.
Si el pedido se hace desde un dispositivo con pantalla táctil la gula nos domina: mejores diseños, mejores fotos ... en fin que nos ponemos las botas. "Las pantallas animan a la gente a probar platos nuevos del menú, y a pedir mucho más", asegura a la revista Joe Sheetz, CEO de Sheetz, una cadena estadounidense de comida a domicilio con más de 450 establecimientos.
Además, apunta que los pedidos digitales disminuyen los errores en la cocina, y por tanto las quejas y devoluciones de los clientes. Algo parecido apuntan desde otras cadenas que dicen que los pedidos por teléfono son poco fiables porque o el cliente no habla bien, o el dependiente no escucha, o hay mucho ruido en el momento de la llamada.
Sheetz, cuya clientela es rural (sus franquicias suelen estar en muchas estaciones de servicio), tuvo su prueba de fuego cuando introdujo en el menú varias bebidas cuya base era el café expreso. Según cuenta Sheetz muchos de sus clientes no habían sucumbido a las especialidades del Starbucks. Así que era todo un desafío. Para seducir a su clientela conservadora colocaron las nuevas bebidas en sitios prominentes de la pantalla con descripciones cortas, claras y fáciles de leer. Lo mismo hicieron con los nuevos ingredientes y acompañantes de sus sándwiches tradicionales. "Los primeros sorprendidos al ver cómo aquella gente mezclaba sabores y pedía cosas hasta entonces desconocidas para ellos fuimos nosotros".
Por su parte, el servicio de comida a domicilio on line Eat24 con sede en San Francisco también tiene la misma percepción. Amir Eisenstein, su director de marketing asegura a FastCompany que las diferencias entre ordenar comida on line y off line son enormes. "Por ejemplo, si ordenas una pizza por teléfono seguramente pedirás una pizza familiar y un refresco. Pero cuando vas a la Web tienes delante el menú entero, entonces la gente se deja tentar por los aperitivos, las ensaladas y otros platos que normalmente no suelen pedirse por teléfono. Los clientes pasan más tiempo viendo el menú cuando van a la Web y como resultado piden más comida que si llaman por teléfono".
En Eat24 también han segmentado el consumo por dispositivo, y aseguran que los que hacen su petición a través de una app del móvil gastan más que los que piden desde el ordenador, y que todo el que ordena a través de su app pide más comida que los que se quedan en la Web.
Desde Dominó Pizza aseguran que el 40% de sus pedidos se hacen desde ordenadores, teléfonos inteligentes y tabletas. Y sus argumentos son similares a las de otras cadenas de venta de comida on line. La gente tiene acceso al menú completo y se anima a salirse del camino trillado. "Antes lo único que se necesitaba era el número de teléfono y pensar qué pizza te apetecía, ahora la gente ve otras opciones y pide sándwiches o pizzas especiales y más elaboradas", dijo un portavoz de la compañía que también ha visto incrementar sus pedidos on line.
En resumen, parece que ordenar de memoria y por teléfono ayuda a ahorrar y a comer menos, mientras que pedir con el menú desplegado ante los ojos en cualquier pantalla y haciendo click en las opciones apetecibles abre el petito, activa la memoria y por todo ello, bastante más caro.
Conclusión: si usted está a régimen conserve el método tradicional de pedir la pizza por teléfono, rápido y apenas sin articular, y cuelgue inmediatamente.
Hay 2 Comentarios
Esto también vale para el sexo? Por si acaso os recomiendo que me sigais virtualmente y disfruteis: http://goo.gl/mnr57Z
Publicado por: LUCÍA LAPIEDRA | 09/05/2014 11:40:23
Pues me siento identificado, desde q veo las fotos x internet varío mucho mas el pedido.
http://areaestudiantis.com
Publicado por: AreaEstudiantis | 09/05/2014 9:05:39