Niños de los 90, estáis de enhorabuena. La nostalgia vende. Dos juegos clásicos de hace dos décadas vuelven a la vida en forma de aplicación.
El tamagotchi, con su pantalla en blanco y negro, de píxeles similares a los relojes Casio, reaparece en el móvil. Bandai lo saca de nuevo. Está lejos de las 3.500 pesetas que costaba entonces. De hecho, es gratis, pero solo se puede instalar en móviles Android de Estados Unidos y Canadá. Es tan pesado como el orginal, tan simple y, sí, tan adictivo como siempre.
La fórmula es sencilla: cuidarlo desde que sale del huevo. Con sus vacunas, higiene, horas de comer... Cuidadito con abusar de los snacks y caramelos... A medida que crece conviene dedicarle tiempo a jugar a algo tan simple como una adaptación de 'piedra, papel o tijera' y esperar.
Si no le ha faltado cariño, saldrá un pollito perfecto. Si se ha fallado en algo, toca prepararse a ver sus deformidades y mal comportamiento. Alguno hasta se despertaba de madrugada.
En aquellos tiempos superar los 18 días era una proeza. A partir del día 16 el nivel de exigencia del tamagotchi era tal que no se podía soltar el juguete durante más de 30 horas. De lo contrario, las mascota emigra a su planeta. (En eufemismo para evitar mencionar la muerte).
En todo caso, significó un hito en programación de inteligencia artifical.
El otro resucitado es algo más complejo y peludo. ¿Quién no recuerda aquella mirada del Furby? ¿Y quién no lo quiso matar cuando se volvía rebelde y llamaba desesperado a deshoras? ¿Alguien supo a ciencia cierta qué significaban los sonidos? Bien, la aplicación incluye traductor. Adiós a ese misterio.
En el caso de este sofisticado búho la propuesta es algo más compleja que con el tamagotchi. Como en el caso del Monopoly, se combina un objeto físico, el Furby, con el software en el móvil. Funciona tanto con Android como con iPhone. La combinación de ambos amplia las acciones que tenía el juguete de siempre: se puede saber qué dice, darle de comer 60 comidas distintas, acariciarlo y saber mejor la reacción. Se trata de una vuelta de tuerca aprovechando las posibilidades del móvil en un viejo conocido.
Dos aplicaciones perfectas para aquellos dispuestos a retomar sensaciones pasadas (y con ganas de perder el rato).