Se veía venir. El formato 4/3 nunca llegó a cuajar plenamente. Y eso que Olympus lo ponía más fácil y barato cada vez. Todo parece indicar que la cámara E-5 será la última réflex de formato cuatro tercios. De los objetivos ya nos despedimos en la Photokina y, ahora, tocaban las cámaras.
Aunque, como cuentan en Quesabesde, aún hay quien no quiere creérselo y ha empezado a recoger firmas para solicitarle a Olympus que no cese la producción de este sistema. Si alguien quiere apuntarse, la iniciativa se llama “Tour Thirds alive petition” y está en el foro italiano qTq. Hasta este momento han recogido 1.858 firmas, pero serán más por que hay tiempo hasta el miércoles 15 de diciembre.
El sistema 4/3, fue un intento de crear un estándar que redujese el tamaño de las cámaras y por lo tanto su peso, pero también, la posibilidad de unificar al mayor número posible de marcas en la construcción del sensor, de las ópticas y de su compatibilidad con las cámaras y los accesorios. La apuesta inicial la realizaron Olympus y Kodak, aunque de esta última poco más se supo. Más tarde, se sumaron al proyecto marcas como Panasonic (la más activa junto con Olympus), Leica y Sigma (ópticas), y Fujifilm y Sanyo que realmente no hicieron mucho.
El implacable mercado ha dejado las cosas claras, los cuatro tercios no pueden competir en el segmento profesional. No es fácil desbancar a los grandes, como Canon o Nikon, en el mundo de las cámaras réflex. El intento era realmente arriesgado y posiblemente triunfó más entre los aficionados con poder adquisitivo y entre algún profesional del BBBC, bodas, bautizos, banquetes y comuniones, unos fotógrafos que suelen ir muy cargados de material y que agradecen aliviar su bolsa.
La apuesta está ahora en su siguiente invento, el llamado micro cuatro tercios, con el mismo sensor que su hermano mayor pero con una diferencia fundamental, desaparece el concepto réflex, y con ello el espejo y el prisma del característico visor. Y parece que funciona. Las cámaras EVIL (Electronic Viewfinder Interchangeable Lenses), compactas con objetivos intercambiables, triunfan cada día más, aunque es la Sony A55 la que sale victoriosa de esta nueva carrera.
Olympus y Panasonic mantienen el sensor cuatro tercios (la mitad de tamaño de uno de formato completo), pero el resto de EVIL utilizan los sensores tipo APS. Y todas tienen presente la posibilidad de grabar vídeo en alta definición en sus cámaras, un atractivo más para animar un mercado que no tiene un futuro claro. O dejan de hacer cámaras de vídeo tradicionales o las convierten en cámaras fotográficas también. Lo mismo se podría decir de las cámaras fotográficas, si siguen ampliando las opciones de hacer vídeo de calidad, llegará un momento que se confundirán con las videocámaras. Los híbridos siempre son un riesgo, pero algo hay que hacer para animar las ventas.
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