22 nov 2010

Fallos de concurso y concurso de fallos.

Por: Antonio Espejo

Yo soy un gran defensor de los concursos de fotografía y de cualquier tipo de reconocimiento de la fotografía. Da igual que se den unos premios apetecibles, o simplemente que sirvan para que cuatro amigos de un mismo club, discutan cual es la mejor de sus imágenes de un mismo tema. En todos los casos hay que agudizar el ingenio, afinar la puntería y manejar una cámara con más o menos soltura. El resultado siempre es una cuantas fotografías para el disfrute de los ojos que las ven. De eso se trata.

Ocurre, que cuanto más grande es el premio, más miradas tiene y más discutido será el fallo que haga el jurado de turno. Y ya sabemos lo difícil que es eso de dejar a todo el mundo contento. Pero hay cosas que claman al cielo. Por ejemplo, el Ministerio de Cultura ha concedido el Premio Nacional de Fotografía 2010 (dotado con 30.000 euros), a José Manuel Ballester, un polifacético creador, pintor, escultor, fotógrafo y vídeoartista. Según el jurado “por su trayectoria personal, procedente de las artes plásticas y cristalizada con rigor en el campo de la fotografía, por su singular interpretación del espacio arquitectónico y la luz, y por su aportación destacada a la renovación de las técnicas fotográficas.”

 

Es cierto que como fotógrafo de arquitectura su obra es muy personal. Simétrica, luminosa, siempre sin ninguna persona, extrañamente vacía. Unas fotografías muy rigurosas, un trabajo muy profesional, un control exquisito de la luz, sin discusión en este sentido. Una obra que podía haber sido premiada más por un colegio de arquitectos, una escuela de arte, una revista especializada, incluso por una galería de arte. Pero creo que el Premio Nacional de Fotografía se debería de reservar para otra cosa, o mejor dicho, para otro tipo de fotografía y de fotógrafos españoles. Y hay muchos, por suerte, que aún no lo han recibido.

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El fallo puede que esté en el propio planteamiento del Ministerio de Cultura: “La concesión del Premio Nacional de la Fotografía es el reconocimiento de la sociedad a las personas como recompensa a la meritoria labor de los galardonados, que con su creación artística contribuyen al enriquecimiento del patrimonio cultural de España“. “Los candidatos serán presentados por los miembros del jurado o por las entidades relacionadas con la actividad artística“.  

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Si son los propios miembros del jurado los que proponen a quien a de premiarse y en el jurado sólo hay un fotógrafo, la elección puede dar estas sorpresas.

Este año, el jurado estaba presidido por la directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales,  Ángeles Albert, y lo compusieron Gervasio Sánchez, Premio Nacional de Fotografía de 2009; Cristina Fontaneda, directora del Museo Patio Herreriano de Valladolid, designada por el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC); Óscar Muñoz, conservador del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Luis Feás, por la Unión de Asociaciones de Artistas Visuales (UAAV); Marta Dahó, por la Asociación de Directores de Arte Contemporáneo de España (ADACE); y Lorena Martínez de Corral, por la revista de fotografía Matador.

 

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Otro ejemplo. La asociación alemana de fotógrafos de naturaleza, la GDT (Gesellschaft Deutscher Tierfotografen), también ha emitido un fallo de concurso, cuando menos, polémico. La décima edición del concurso European Wildlife Photographer of the Year, ha sido para Britta Jaschinski con una fotografía tomada con una Nikon F2, un objetivo de 200 milímetros y una película Kodak Tri-X negativa en blanco y negro, de las de toda la vida. Hasta aquí, todo normal. El problema está cuando se ve la fotografía, un guepardo en blanco y negro movido, sobre un fondo indefinido también movido. ¿Es una fotografía artística? Pues sí, puede que así sea. Es más, cuando se visita la página de la autora, se descubre todo un mundo animal en blanco y negro, y efectivamente, algunas de las fotografías están movidas, lo que demuestra la intencionalidad expresa de ese efecto. Jaschinski es una experta fotógrafa alemana de animales y así queda reflejado en el resto de obra que se puede ver en su página web. En el mismo concurso, hay otros premiados -algunos  españoles-, que muy bien podían haberse llevado el máximo galardón. Pero el fallo fue así. 

 

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Y para  acabar, otro fallo polémico, el del premio Taylor Wessing  (Reino Unido), en este caso dedicado al retrato. El primer premio de 12.000 libras fue para David Chancellor y su fotografía "Huntress with Buck", un retrato al atardecer a una joven amazona de 14 años en su primer día de caza. Correcto.

El problema apareció en el segundo premio dotado con 3.000 libras, y que fue a parar a Panayiotis Lamprou por "Portrait of my British wife" (retrato de mi mujer británica). En la que efectivamente, es una fotografía yo diría que bastante vulgar, en la que aparece su mujer sentada en una posición provocativa, mostrando su sexo explicitamente. Un jurado con un gusto un poco extraño.

Otro fallo más.

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Hay 9 Comentarios

Bueno... el mundo del arte se mueve por tendencias y la fotografia no puede ser menos. Lo que nos has enseñado es lo "actual" y que no puede hacer cualquiera... se supone que lo que no ha ganado no aporta nada y que todos somos capaces de hacer.

A ver si revisamos un poco antes de publicar. Exquisito y guepardo.

Genial Antonio coincido contigo casi al 100%...los ejemplos que pones claman al cielo...y lo que nos queda por ver.

Desde hace unos años a esta parte, el Premio Nacional de Fotografía ( salvo la excepción de Gervasio Sánchez ), no para de desprestigiarse, demasiados "artistas" y pocos fotógrafos.¿ Para cuando Juan Manuel Castro Prieto?

Yo me inicié en la fotografía por 2 motivos, el 1º para escaquearme de la mili y el 2º porque gané un concurso de fotografía, con las 10000 pesetas que gané mas un préstamo de mis padres me compré una minolta x-300 y me apunté a un curso de fotografía impartido por el gran Vicente López Tofiño,desde entonces no he vuelto a ganar ningún concurso más, ni falta que me hace,gané el que necesitaba ganar.

Desde hace un tiempo parece que la fotografía solo puede ser fría y "científica", se buscan series de imágenes sobre un mismo tema sufientemente posmoderno como para dejarte igual que antes de verlas. Parece que las fotografías tuvieran prohibida la emoción.

Camara de fotos Reflex, 1000 €..., objetivo 500€... Mostrar a todo el mundo que tu mujer tiene más paquete que tú... ¡NO TIENE PRECIO!

bueno, lo que pasó con el Veolia del año pasado es una razon para que los españoles hayan perddo algo de credito en fotografia de animales en medio natural...

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SOBRE EL BLOG

Yo usaba carretes de los de antes, los que se llamaban Tri X y Kodachrome, aunque me encantó la llegada de los TMax y la Velvia. Paralelamente empecé a darle al Spectrum, y me engancharon los bits. Del escáner al sensor sólo era cuestión de tiempo y fe en la tecnología. Y siempre la tuve, la defendí y ahí sigo, con un dedo en el teclado del ordenador y otro en el disparador de la cámara. De eso hablaré en este rincón, de fotografía y de fotografía digital.

Sobre el autor

Antonio Espejo

Antonio Espejo (Murcia, 1952) es periodista licenciado en la Universidad Autónoma de Barcelona; y más tarde profesor de la misma y en escuelas de fotografía. Fotógrafo de diarios, revistas y agencias, hasta 1982 que entró en El País, donde permanece aunque ahora dedicado al Ciberp@ís

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