Ayer sábado 19 de marzo de 2011, nuestra Luna se convirtió en superluna. O lo que es lo mismo, estaba en su punto más cercano a la Tierra y, además, era luna llena. Así es como se llama a la unión de las dos circunstancias, la que transcurre durante el perigeo -máxima aproximación de su órbita a la Tierra- y la coincidencia de que esté en fase de luna llena.
En cualquier caso, el momento más fotogénico, empezó a partir de las 19,30 en Barcelona, donde vivo. Es cuando empieza a aparecer por el horizonte e inicia su ascensión. El efecto de mayor tamaño se produce por comparación con los edificios, o de cualquier otro puntode referencia. Además, el color rojizo es más intenso al principio, cuando los rayos del Sol que refleja son los más extremos, los que deja pasar la Tierra al atrdecer. Mientras que, conforme se eleva, el efecto espejo de reflexión se hace más evidente y la luz es más intensa, luz día como decimos en fotografía.
Yo opté por ir a la montaña de Montjuich para ver el fenómeno, concretamente desde la zona de Miramar, y la vi aparecer muy cerca del Hotel Vela. Ahí tenéis el resultado.
Es fundamental llevar un trípode y utilizar exposiciones largas pero no demasiado, con 1/4, 1/8, ó 1/15 puede que sea suficiente. La fotografía digital nos da la ventaja de ver el resultado de inmediato y corregir sobre la marcha. Hay que tener en cuenta que tanto la Tierra como la Luna se mueven, y cuanto más larga es la distancia focal que se utilice, más apreciable será cualquier movimiento, el propio de la cámara (a pesar del trípode) y el relativo de la Tierra y la Luna. Es aconsejable buscar un buen punto de referencia cercano, el teleobjetivo más largo, la sensibilidad más baja posible y un disparador de cable (o usar el temporizador de la cámara) para evitar movimientos indeseables. Hay tiempo suficiente para mover unos metros el encuadre durante el primer cuarto de hora, luego el ascenso es rápido y el color anaranjado se pierde muy rápido.
Otro efecto a tener en cuenta son las mareas. La proximidad de la Luna produce una bajada del agua muy vistosa, debido a la fuerza gravitacional que ejerce. En sitios como Cádiz están disfrutando de unas vistas del fondo del mar y de sus plantas que no se podían ver al descubierto desde hacía mucho tiempo.
Ánimo que esta noche también será posible.
La luna de Valencia del sábado se engalanó de "cremà fallera". Y aunque uno crea que la Luna puede ejercer un efecto conciliador de la relación de las personas con su paisaje, lo cierto es que por muy espléndida que esté, el compromiso con el entorno acaba siendo fagocitado por el despropósito colectivo. Un goce tan primario y evanescente que cuando se disuelve sólo deja el retrogusto de la precariedad cultural
Publicado por: CONCIERTA | 21/03/2011 5:58:55