Apuntes científicos desde el MIT

Apuntes científicos desde el MIT

Este Blog empezó gracias a una beca para periodistas científicos en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Boston, donde pasé un año aprendiendo ciencia con el objetivo de contarla después. Ahora continúa desde Nueva York buscando reflexiones científicas en otras instituciones, laboratorios, conferencias, y conversando con cualquier investigador que se preste a compartir su conocimiento.

Sobre el autor

Pere Estupinya

. Soy químico, bioquímico, y un omnívoro de la ciencia, que ya lleva cierto tiempo contándola como excusa para poder aprenderla.
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Libros

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En esta nueva aventura científica que recorre desde laboratorios y congresos de medicina sexual hasta clubs de sadomasoquismo o de swingers, Pere Estupinyà nos ofrece la obra más original y completa que ningún autor hispanohablante haya escrito nunca sobre la ciencia de la sexualidad humana.

El ladrón de cerebros La ciencia es la aventura más apasionante que puedas emprender.
En El Ladrón de Cerebros, Pere Estupinyà se infiltra en los principales laboratorios y centros de investigación del mundo con el objetivo de robar el conocimiento de los verdaderos héroes del siglo XXI —los científicos— y compartirlo con sus lectores. El Ladrón de Cerebros

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Ciencia y el próximo presidente de los USA

Por: | 16 de enero de 2008

Sería inocente pensar que la política científica decantará significativamente el voto hacia demócratas o republicanos en las elecciones presidenciales del próximo noviembre en US. Pero para escoger a su candidato en las primarias, quizás un votante republicano preocupado por el cambio climático prefiera elegir a McCain en lugar de a Romney. O evitar a Giuliani si considera gravemente inmoral la investigación con células madre embrionarias. La revista Science ha publicado un artículo donde a partir de los programas electorales, declaraciones en público, decisiones políticas anteriores, y opiniones de expertos que han estado en contacto estrecho con los principales candidatos, analiza sus posiciones en temas como el futuro energético, las células madre, la educación científica, el programa espacial de la NASA, la financiación del sistema sanitario, y el cambio climático. En Estados Unidos los debates pueden ser muy directos, y preguntar: “células madre embrionarias: sí o no?”, mostrar una Biblia y decir “Crees literalmente lo que aquí está escrito?”, o “cuanto te vas a gastar para frenar el cambio climático?” Y no valen respuestas a medias… si dudas, es que no tienes las ideas claras, o no estás bien preparado. Partido Demócrata Hillary Clinton apuesta por la ciencia. Es el único candidato que ha impartido un discurso específico sobre política científica. Cuenta con gran parte de la red de asesores de su marido, pero se esfuerza en matizar que los retos del 2008 son diferentes a los del 2002. Propone una inversión de 50 mil millones de dólares y un plan de trabajo concreto sobre energías renovables dirigido a eliminar el 80% de las emisiones de CO2 de aquí al 2050. También pretende doblar los 30 mil millones anuales del presupuesto de los Institutos Nacionales de la Salud, y aumentar los programas de la NASA. Es la que promete más. Tanto, que algunos dudan que pueda cumplir sus propuestas. Una de sus bazas más fuertes es el prestigio de los expertos en política científica que la rodean. Uno de los objetivos de Barack Obama también es rebajar el 80% de las emisiones hasta el 2050. Pretende invertir 150 mil millones de dólares en el desarrollo de biocombustibles, algo por lo que ha sufrido algunas críticas. Los que han trabajado con él aseguran que siempre toma sus decisiones en función de “evidencias y hechos”, y una de sus máximas es “utilizar la investigación científica para hacer política pública inteligente” Quiere doblar el presupuesto dirigido a investigación básica, mejorar el acceso de Internet en zonas remotas, e invertir 18 mil millones de dólares en educación científica. Fue valiente al anunciar que este dinero lo sacará retrasando la exploración de Marte, y el programa de la NASA que pretende enviar una nave tripulada a la luna. Defiende la investigación en células madre y la aplicación de la ciencia en los retos de salud pública. John Edwards propone terminar con la “anticiencia” que ha practicado G.W. Bush. También incrementará los presupuestos para la investigación científica. Trabajará para conseguir una Internet universal de bajo coste, defiende sin miedo la inversión pública en células madre que incluya transferencia nuclear, y habla de un sistema de salud universal respaldado por el gobierno. En temas energéticos se opone tanto a la energía nuclear como a cualquier combustible fósil. Financiará la investigación en nuevas tecnologías solares, eólicas y biocombustibles. Partido Republicano Rudolph Giuliani tiene fama de pragmático y de ser un enamorado de las estadísticas. En Nueva York creó un sistema para analizar estadísticamente los crímenes de la ciudad y tomar decisiones policiales a partir de ellos. Propone diseñar nuevos modelos para temas de salud, energía y educación. Paradójicamente, se le acusa de cometer un grave error durante su campaña en la interpretación de las estadísticas sobre cáncer de próstata. En temas energéticos propone potenciar las fuentes internas de US como el carbón, energía nuclear, etanol y renovables. Opina que el calentamiento global es real, pero no tiene propuestas concretas al respecto. Se muestra abierto a la posibilidad de investigar con células madre embrionarias. Durante un debate nacional Mike Huckabee afirmó sin reparos que él no creía en la teoría de la evolución. Se opone a la investigación con células madre embrionarias, y defiende la enseñanza de los 10 mandamientos en la escuela. Ha prometido que realizará enmiendas constitucionales para prohibir el aborto y el matrimonio homosexual. Durante su pasado político hizo una destacable labor expandiendo la cobertura de salud pública y educación entre las clases más pobres. Los temas sanitarios son importantes para él, y es un ferviente defensor de la prevención. Sí que se muestra preocupado por temas medioambientales, ya que “nuestra responsabilidad frente a Dios es ser buenos guardianes de esta Tierra”. Para John McCain el cambio climático es, junto a la inmigración y la guerra de Irak, uno de los tres problemas más urgentes a abordar. Lo equipara a una cuestión de seguridad nacional, y considera vergonzosa la política de Bush en este aspecto. Según las personas que le han conocido, es alguien que se rodea de expertos, les escucha atentamente, y confía en su opinión. Se opone al aborto. Deja la puerta abierta a la investigación en células madre embrionarias siempre que no impliquen transferencia nuclear. En 2005 manifestó que no consideraba negativo enseñar en colegios las diferentes teorías sobre la creación del mundo, pero el año pasado dijo que “probablemente” el creacionismo no debería impartirse en las escuelas. Mitt Romney se opone a la investigación en células madre embrionarias y duda del papel que ejercemos los humanos en el cambio climático. A pesar de eso, es un claro impulsor de la investigación científica y aprecia los beneficios que ésta aporta a la sociedad, sobre todo en cuanto a desarrollo económico. Promete incrementar el presupuesto en educación y estimular la enseñanza de matemáticas y ciencia en las escuelas, donde considera que no debe constar el diseño inteligente. La economía está muy por delante que el “controvertido “cambio climático. En temas energéticos habla de alguna iniciativa valiente y a largo plazo que signifique una revolución en nuestra era, equivalente a la llegada del hombre a la luna o el Manhattan Project. A Fred Thompson la ciencia le interesa poco. No sabe nada de ella ni le importa. Son famosas sus metidas de pata en asuntos científicos. Según él, la reprogramación de células madre epiteliales se consiguió gracias a no investigar con células madre embrionarias. Considera que mientras no estemos seguros de por qué hay un cambio climático, no tienen sentido reducir el CO2. En un programa de radio dijo: “pocos planetas de nuestro sistema solar se están calentando. Y ni Marte ni Júpiter firmaron Kyoto”. Gracias a sus comentarios ha recibido calificativos que van desde desde “desinformado” a “ridículo”. Lo que os he presentado es un resumen del resumen publicado por la revista Science, que no pretende ser un análisis exhaustivo sino dar pistas sobre las principales propuestas y visiones científicas de cada candidato. Cumplan o no sus promesas, indican la línea que tomará el futuro presidente de los Estados Unidos en algunos temas que no sólo afectarán a su país.

Sensores que imitan tu inconsciente

Por: | 14 de enero de 2008

- Hola, ¿qué tal? - Bien Es casi una respuesta automática… Pero todos sabemos que el significado real de ese “bien” está en el tono de voz, la expresión de cara, posición del cuerpo, la mirada… y sin saber muy bien cómo, intuimos en seguida si quiere decir “mal”, “alegre”, “cansado”, “tenso”, o “enamorado de la vida”. Es la comunicación no verbal. Algunas de estas señales son fáciles de interpretar, cómo una sonrisa o un tono agresivo. Pero de manera inconsciente desciframos también gran cantidad de mensajes subliminales que nos indican si esa sonrisa es sincera o no, o si los gritos indicaban enfado o nerviosismo. En muchas ocasiones, cuando alguien nos pregunta “en qué lo has notado?”, o “por qué dices que esa pareja no tiene futuro?”, respondemos con un simple “no se, hay algo que…”. No sabemos identificar el rasgo concreto que nos ha dado esa información. Y sin embargo, nuestras predicciones suelen ser bastante acertadas. ¿Podría hacer lo mismo un aparato electrónico? Parece demasiado complejo, pero algo parecido es lo que intentan en el Grupo de Dinámica Humana del MIT - Media Lab, dirigido por Alex Pentland . Vayamos por partes… La primera intención es la que cuenta La psicología social lleva décadas estudiando el poder de las primeras impresiones, el trascendental papel que ejerce el lenguaje no verbal en cualquier acto comunicativo, cómo afectan a nuestras decisiones, y cómo nos permiten anticipar eventos futuros. Se han realizado infinidad de estudios al respecto: Tan sólo observando a un matrimonio conversando durante 15 minutos, psicólogos experimentados predijeron con un 90 % de aciertos si la pareja se divorciaría o no. Mostrando videos silenciados de profesores dando clase, se podía predecir qué valoración les darían los alumnos. Analizando entrevistas de trabajo averiguaban, sin necesidad de oír la conversación, si los candidatos serían elegidos. Además, se observó que los entrevistadores sacaban una primera conclusión en los primeros instantes, y tendían a mantenerla durante todo el proceso. Incluso en algo tan aparentemente racional como las decisiones judiciales están influidas por el poder de las primeras impresiones. Pero algunos psicólogos ya no se conforman con describir este fenómeno. Ya está claro que nuestro inconsciente emite juicios instantáneos a partir de señales subliminales, y que muchas veces la razón simplemente se encarga de confirmarlos. El siguiente paso es desgranar estas señales, medirlas utilizando sensores cuando sea posible, extraer información lo más objetiva posible, y mirar de sacarle provecho. Medir señales subliminales Durante la visita que hicimos al Media Lab del MIT, Alex Pentland nos mostró los sensores que su equipo ha diseñado para medir movimientos, detalles del lenguaje corporal, expresiones faciales, tonos de voz, y dinámicas de una conversación. El año pasado el equipo de Pentland realizó un estudio con los operadores de una de las compañías de venta telefónica más importantes del mundo. Los aparatos no capturaban las palabras específicas de la conversación, sino sólo las señales físicas de voz, variaciones en el tono, y movimientos de cabeza. Sólo con eso, ya podían predecir con bastante acierto si la venta iba a ser fructífera o no. La compañía está pensando establecer un sistema que indique cuando un cliente debe ser redirigido a un nuevo operador. En otra investigación siguieron a un buen número de estudiantes mientras jugaban al póquer apostando dinero real. Los sensores medían los movimientos del cuerpo, conductividad de la piel, ritmo cardiaco… y vieron que aunque los jugadores intentaban disimularlo, los sensores podían identificar sus momentos de estrés con un 80% de acierto. Se ve que detectaron el 70% de los faroles. En uno de sus últimos estudios examinaron aspectos muy concretos de dinámicas de conversación durante los primeros 5 minutos de una negociación. Analizaron la actividad (tiempo que cada persona hablaba), implicación (pausas, interrupciones entre ellos…), énfasis (estrés, entonación, ritmo…), la empatía (expresiones faciales, mimetismo de la voz, movimientos corporales…). A pesar de ignorar el significado de las palabras y la estrategia, pudieron deducir con bastante acierto los resultados de la negociación. También concluyeron que quien más hablaba al principio lograba imponer su criterio al final, que una prosodia exagerada era contraproducente, mostrar empatía era positivo… datos con los que van afinando la capacidad predictiva de su metodología. Curioso…. ¿y? Según Pentland el principal beneficiado de estos sensores será el mundo de la empresa . Con ellos se puede obtener una cantidad abismal de datos sobre ritmos de trabajo, tiempo que se invierte en ciertas tareas, patrones de comunicación dentro de la compañía, quien se reúne con quién, observar dinámicas de grupos… una información que generalmente permanece oculta, y que es de vital importancia para el gobierno de organizaciones. Además Pentland asegura que podría representar una verdadera revolución en el mundo del management empresarial y la gestión de equipos, cuyas as teorías se suelen establecer a partir de opiniones de expertos en lugar de datos científicos. Siempre que aparece una gran cantidad de nueva información científica, descubrimos novedades y lo falible que es nuestro sentido común. No se… yo no soy un gran apasionado de los gadgets. Pero sí que me interesó este tema cuando nos lo presentaron en el Media Lab. Por una parte, habla de un asunto tan apasionante como la toma de decisiones con información no consciente (lo he tratado muy por encima, si os interesa recomiendo el libro “blink: Inteligencia Intuitiva. ¿por qué sabemos la verdad en dos segundos?”, de Malcolm Gladwell ). Y por otra, me pareció visualizar, muy grosso modo, las diferentes etapas del proceso científico: Primero se observa un fenómeno, se intenta comprender, y se crean hipótesis. Luego, cuando la tecnología nos brinda la capacidad de medir, se ponen a prueba las hipótesis y se establecen teorías. Estas teorías pueden llegar a predecir hechos, que refinan la teoría. Después, la ciencia le devuelve el favor a la tecnología regalándole nuevas aplicaciones. Y al final, se buscan aplicaciones prácticas a partir de todo el conocimiento que se ha ido acumulando. Y también es cierto que cuando la ciencia irrumpe en algún campo suele regalar conclusiones inesperadas. Quien sabe si realmente estos sensores llegarán a influir de alguna manera en cómo trabajamos… Hoy tenía una segunda cita con Alex Pentland para hablar con más profundidad de estos temas, esclarecer algunas de mis dudas, saber en qué estado real se encuentran estos sensores, jugar con ellos, y completar este post. Pero lo que veis en la foto lo ha impedido. Me reuniré con él más adelante, si creéis que queda algún punto pendiente, tomo nota. Sí, sí… muy bonita la nieve… pero me han dicho que ya no desaparece hasta marzo…

Pasando un poco de los creacionistas

Por: | 10 de enero de 2008

La visión que puedo tener desde Cambridge de algunos aspectos de la cultura estadounidense es poco representativa. Nadie me ha confesado todavía que no cree en la evolución. Y sin embargo, según algunas encuestas la mitad de la población adulta de este país no acepta la teoría de Darwin. Me cuesta horrores asimilarlo, pero son datos que aparecen hoy en una editorial de Nature, y que también nos ha mostrado el director del Museo del MIT John Durant, durante un curso que analiza el fenómeno del creacionismo en Estados Unidos desde un punto de vista histórico, científico y social. No es mi intención entrar en el debate light entre Ciencia y Religión. Para muchas personas son compatibles; o al menos ocupan aspectos diferentes de sus vidas y no permiten que una interfiera demasiado en la otra. Cuestión de creencias, más que de ciencia. Pero otra historia es el creacionismo duro modelo US y el falaz diseño inteligente (ID), que reniega absolutamente de la teoría de la evolución. Esto sí que es una barbaridad. El principal objetivo de estos fundamentalistas religiosos es disfrazar de científicas sus creencias para poder introducirlas en los programas curriculares de las escuelas públicas (las privadas que quieren ya lo hacen). Lo intentaron primero con el “Creacionismo científico”. Fracasaron. En la versión para las escuelas de su obra de referencia eliminaron todas las citas directas a Dios, pero no coló: En los ochenta un juez dictaminó que era obvio que el mensaje no era científico sino religioso. Luego se inventaron el diseño inteligente, parecido al creacionismo científico pero evitando cualquier dato que pudiera recordar al génesis bíblico. Nuevo fracaso. En la ciudad de Dover (Pennsylvania) varios padres de alumnos denunciaron al consejo de la escuela porque había incluido enseñanzas de ID. En 2005 el juez volvió a dar la razón a la biología. El ID no era parte de la ciencia, sino ideología religiosa. (el pasado noviembre la cadena NOVA estrenó un fantástico documental sobre el proceso, que se puede ver online aquí) De todas formas, es un tema muy vivo en US. Hay libros, artículos, webs, candidatos presidenciales que no creen tener un ancestro común con los otros primates, y aparece en las conversaciones a la menor oportunidad. Sin ir más lejos, el martes asistí a la presentación del libro “La mente en los mercados” de Michael Shermer, editor de la revista Skeptic y fundador de la Sociedad Escéptica que denuncia la pseudociencia y las explicaciones sobrenaturales. Su libro versaba sobre psicología en el mundo de la economía, pero durante la mitad de la charla habló sólo de creacionismo. A mi este asunto me interesa desde un punto de vista sociológico, ya que es probablemente la mayor controversia actual entre la ciencia y un sector amplio de la opinión pública. Pero sinceramente, no tenía pensado escribir un post acerca del creacionismo. No quiero dar publicidad gratuita a algo tan nocivo, sobre todo cuando pensaba que en España no teníamos riesgo de infectarnos. De hecho, cuando le dije a Boyce (mi director en el Fellowship) que asistiría a este curso, me contestó mostrando cierta resignación sobre lo que ocurre su propio país: “no te será muy útil en España…”. Sin embargo, me he enterado que en algunas ciudades españolas se están preparando charlas contrarias al Darwinismo, impartidas por líderes del ID. Se lo comenté ayer a John Durant, y no le extrañó. Tanto él como el editorial del Nature advierten que el creacionismo se empieza a expandir también fuera de US. Yo tengo la impresión (es sólo una impresión) que este creacionismo extremo contrario a la evolución no cuajará en Europa. De todas formas me quedé pensando qué podríamos tener en cuenta de la experiencia en US, para frenarlo desde el principio. Entre otras cosas recordé un artículo leído hace unos meses, que sugería a los biólogos no debatir con creacionistas. Muchos científicos que han analizado este problema, entre ellos Richard Dawkins, mantienen esta postura. Dicen que se debe hablar con políticos, educadores, universidades, periodistas, y explicar a la sociedad los fundamentos básicos de la evolución… pero no caer en la trampa de los creacionistas y evitar discusiones con ellos, sobre todo en los medios de comunicación. Motivos:

  • A veces los científicos pecan de ingenuos: creen que la razón es lo que se impone en un debate. Falso. En los debates públicos la capacidad oratoria es mucho más importante que las argumentaciones científicas. Y en eso, los creacionistas están muy bien entrenados.
  • Aceptar un debate puede dar la sensación que existe cierta controversia entre los científicos. No es cierto. Evidentemente quedan aspectos todavía no resueltos en la teoría de la evolución, pero para la comunidad científica el proceso evolutivo por selección natural es un hecho tan aceptado como que la Tierra da vueltas alrededor del Sol.
  • En 5 minutos un creacionista es capaz de dar una cantidad de desinformación que ningún científico podrá rebatir en 1 hora. Y en un programa de televisión van a disponer del mismo tiempo. Explicar bien la evolución requiere unas condiciones que no se suelen dar en la mayoría de programas.
  • Indirectamente se les está dando publicidad y ayudando a transmitir su mensaje. Para ellos el debate siempre termina en victoria, y con nuevos adeptos.
Se trata de no darles cancha. A veces es mejor no citar nombres, ni asociaciones, ni museos, ni flagelos. Ni tan sólo vale la pena entrar en su juego intentando rebatir sus argumentos. Puede parecer una actitud arrogante, de presunción de certeza por parte de la ciencia. No lo consideréis así. Ya hemos dicho varias veces que la verdad tiene fecha de caducidad, y que la ciencia debe ser más humilde. No puede demostrar que algo sea cierto, sino sólo que sea falso. Pero tampoco es cuestión de ser tan inocentes y permitir que retrocedamos culturalmente sin oponer resistencia.

¿Qué has desaprendido gracias a la ciencia?

Por: | 08 de enero de 2008

Cuando una reflexión cambia tu forma de pensar, eso es filosofía. Cuando dios cambia tu forma de pensar, eso es religión. Cuando un hecho cambia tu forma de pensar, eso es ciencia. Este es el planteamiento inicial con el que el portal edge.org introduce la siguiente pregunta a su comunidad de científicos: ¿Qué ha hecho cambiar tu forma de pensar, y por qué? Cada año la web dirigida por el editor John Brockman lanza una pregunta lo más abierta posible a su exquisita red de científicos y escritores. En esta ocasión les propuso que confesaran qué creencias han modificado a partir de los resultados de investigaciones científicas. El neurólogo y primatólogo Robert Sapolsky recuerda la gran revolución que supuso demostrar que en el cerebro adulto sí nacían nuevas neuronas, contrariamente al dogma que imperó durante gran parte del siglo XX. También le sorprendió un dato de sus propias investigaciones con babuínos en África: lo más importante para ser el macho dominante no es la lucha, sino la inteligencia social y el control de los impulsos. A el periodista científico Tor Norretranders, asimilar que el 98 % de sus átomos se habían reemplazado en sólo un año y sin embargo él seguía siendo él, le forzó a concebir el cuerpo humano como un software en lugar de un hardware estático sobre el que actuaba la mente. Ni un sólo átomo nos acompaña durante toda nuestra vida. El premio Nobel Richard Feynman dijo en 1955 “Las patatas que comiste la semana pasada ahora pueden recordar qué ocurría en tu mente hace un año” La antropóloga Helen Fisher, basándose en sus estudios sobre divorcios en 58 sociedades diferentes de todo el planeta, cree que los humanos hemos evolucionado como monógamos sucesivos. Hay una cierta tendencia biológica, relacionada con el período necesario para la reproducción y el cuidado de los hijos, para que las parejas permanezcan enamoradas y unidas durante 4 años. Un climatólogo confiesa que hace algunos años dudaba sobre el calentamiento global, pero que con los datos actuales ya no tiene dudas. Otro científico cree ahora mucho menos en la psicología evolucionista como explicación de la conducta humana. Otro ha cambiado su noción sobre el origen de la orientación sexual y si realmente se puede elegir. A otro la ciencia le ha hecho perder su fe religiosa, otro reflexiona sobre el inicio del Universo… Hay muchísimas contribuciones muy bien explicadas, pero no os descubro más porque me gustaría que en este post hiciéramos algo parecido, y no quiero dar pistas. Reconozco que no es muy original plagiar la pregunta de Edge…, pero es que me encanta. Estimula la reflexión, ahonda en esa renovación constante de la ciencia, y es ideal para que participe todo el mundo. Los que estéis dentro de la profesión científica nos podéis confesar cuál ha sido el descubrimiento más revolucionario durante el aprendizaje de vuestra disciplina. Ese concepto o dato que cuando lo explicáis a vuestros amigos, todavía no se lo creen. Y los que disfrutéis de la ciencia con un poquito más de distancia, intentad recordad qué rompió vuestros esquemas en algún momento, cuál fue aquel “Aha! moment” que quizás hizo enamoraros de la ciencia. Evidentemente, hablad con total libertad de lo que os apetezca. Pero en principio no me refiero a nuevos conocimientos que simplemente acumulen información, por interesantes que sean, sino a verdaderos cambios en la forma de pensar. Incluso en este blog podríamos encontrar ejemplos. En posts anteriores, Aurora hubiera apostado por profesores extra en lugar del desparasitamiento para mejorar la educación en el tercer mundo. Durante el fabuloso debate que se produjo sobre si explorar el espacio con humanos tenía sentido pudiéndolo hacer con robots, Ana cambió su posición tras escuchar las opiniones de otros participantes. Y las lecciones de Miquel sobre las bases neurológicas de la memoria todavía sorprenden a más de uno. A título universal son de sobra conocidos los grandes cambios de paradigma provocados por el conocimiento científico. Todo el mundo creía que el sol daba vueltas a la Tierra hasta Galileo, o que el tiempo pasaba siempre igual de rápido hasta que llegó Einstein con su tan antiintuitiva y aparentemente aberrante teoría de la relatividad... Pero a nivel individual la ciencia también nos regala pequeñas sorpresas que no son obvias según nuestras experiencias, observaciones, enseñanzas de las personas que nos rodean, o lo que nos habían enseñado en la escuela. Lo verdaderamente difícil y que puede representar un crecimiento personal no es aprender un nuevo conocimiento, sino luchar contra los instintos y esforzarse en desaprender las convicciones antiguas. Yo también participaré en el debate, dentro de los comentarios, pero empecemos si os parece: ¿qué datos científicos han cambiado vuestra forma de pensar, y por qué?

Ciencia contra la pobreza

Por: | 02 de enero de 2008

- ¿Es positivo dar libros a los niños de países en vías de desarrollo para mejorar su educación? - Sí, claro! - ¿Cómo lo sabes? - Hombre, me imagino que… - No imagines nada. ¿Es más efectivo que proporcionarles un profesor adicional, o darles desayuno gratuito? - No lo se… Una cosa no quita la otra… - Si tienes un presupuesto ajustado sí. - Pero mejor tener libros que no tenerlos. Yo creo que…. - No creas nada. Es un tema demasiado serio para abordarlo según lo que “creas”. Si tu objetivo es mejorar la educación en un país como Kenia, y dispones de unos recursos limitados, deberías tener muy claro cuál es la forma más eficiente de gastarlos. - ¿Y cómo puedo averiguarlo? - Selecciona un buen número de escuelas con características similares en una misma región. A unas les das libros, a otras les suministras profesores, a otras das comida gratis a los alumnos que acudan a clase, en otras regalas uniformes, en otras desparasitas a los niños regularmente, y en otras no haces nada de momento. Intenta controlar todos los factores que puedas, sigue el desarrollo de los alumnos durante uno o dos años, y al final analiza qué impacto real ha tenido cada medida, y cuánto te ha costado. - ¿Esto me recuerda a los estudios sobre salud, no? Para ver si el aceite de oliva es bueno para el corazón, y todo eso… - Exacto! Se llama un “randomized trial”, y es una metodología propia de los estudios epidemiológicos. - Me parece un poco exagerado… esto se debe hacer en cada caso? - No. Si quieres solucionar problemas concretos que ya tienes bien identificados, o cuentas con mucha experiencia sobre el terreno, quizás no es necesario. Pero si pretendes abordar una situación nueva, o tienes dudas sobre si ciertos programas ya implantados son efectivos o no, estos estudios pueden resultar de gran ayuda. - De todas formas, es un proceso un poco lento, no? - Piensa a medio plazo. - Entonces… ¿Cuál es la mejor forma de mejorar la educación? Éste es el tipo de preguntas que intentan resolver en el “Poverty Action Lab” del Departamento de Economía del MIT. Ellos mismos definen su objetivo global como: “luchar contra la pobreza asegurando que las decisiones políticas se basan en evidencias científicas”. Para ello trabajan en colaboración con ONG’s y gobiernos, evaluando mediante “randomized trials” el impacto de sus programas sociales contra la pobreza. El ejemplo citado en el diálogo anterior es real. Una serie de estudios en Kenia e India concluyeron que: los libros que suministraba una ONG causaban un ligero impacto sólo en el 5% de los niños. El profesor adicional era una medida un poco más efectiva, pero con diferencia la más cara. Regalar uniformes al inicio del curso aumentaba la escolarización en un 15%. Las escuelas que servían desayunos gratuitos reducían el absentismo en un 30%. Pero los resultados más notorios los obtuvo el programa de desparasitamiento. Además de ser la acción más barata, los niños sin gusanos intestinales perdían menos días de clase y tenían un rendimiento escolar muchísimo mejor. Claramente desparasitar a los niños es la medida con mejor relación “coste-efecto”, y según el Poverty Action Lab debería convertirse en una de las acciones prioritarias a implementarse a gran escala en las escuelas de países pobres. Conocí este estudio y al Poverty Action Lab (J-PAL) durante un seminario impartido por su directora, la economista Esther Duflo, en el departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad del MIT. Una de mis obsesiones es que la ciencia impregne cada vez más la toma de decisiones políticas. El planteamiento de que la metodología científica podía ser aplicada en la lucha contra la pobreza me resultó tan interesante, que posteriormente me reuní con otros miembros del J-PAL y les pedí más información sobre sus evaluaciones. Quizás uno de sus trabajos más destacables es sobre los programas de conducta sexual y prevención del SIDA en adolescentes. Un tema que en demasiadas ocasiones se suele tratar desde posiciones ideológicas en lugar de evidencias objetivas. El J-PAL, en colaboración con el gobierno de Kenia, una ONG, y instituciones académicas locales, evaluó cuatro diferentes estrategias en 328 escuelas de una provincia de Kenia. Los resultados indicaron que: el programa oficial de educación sobre el HIV tiene muy poco impacto. Los debates entre estudiantes fomentando el uso del preservativo y otras medidas de prevención son más prometedores, pero necesitan mayor seguimiento. Tomar medidas para evitar el absentismo escolar redujo claramente los embarazos en adolescentes. Y la advertencia específica a las estudiantes de los altos índices de HIV entre hombres mayores, y el elevado riesgo que supone tener relaciones sexuales con ellos, disminuyó en un 65% los embarazos de niñas con hombres adultos. El J-PAL no son los únicos ni los primeros en hacer evaluaciones de impacto sobre programas sociales, pero sí son los pioneros en aplicar un planteamiento tan científico como los “Randomized Trials”. Con ellos están obteniendo información muy útil para gobiernos, ONG’s, o el propio Banco Mundial, organizaciones conscientes que en algunas ocasiones están invirtiendo muchos esfuerzos y los resultados no son todo lo buenos que desearían. Hablaremos más de esta y otras iniciativas del MIT dirigidas específicamente a solucionar problemas en los países pobres. Para mi es un tema trascendental. La ciencia tiene mucho que aportar al tercer mundo, no sólo con aplicaciones tecnológicas o medicina, sino ofreciendo su propia metodología para inspirar la toma de decisiones políticas.

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