Apuntes científicos desde el MIT

Apuntes científicos desde el MIT

Este Blog empezó gracias a una beca para periodistas científicos en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Boston, donde pasé un año aprendiendo ciencia con el objetivo de contarla después. Ahora continúa desde Nueva York buscando reflexiones científicas en otras instituciones, laboratorios, conferencias, y conversando con cualquier investigador que se preste a compartir su conocimiento.

Tanorexia

Por: | 24 de mayo de 2008

En Boston empieza ahora a hacer calorcito… Supongo que en España ya llevaréis semanas de primavera-casi-verano, y las playas empezarán a coparse en busca del primer bronceado. Pues cuidado! Que tomar el sol puede causar adicción! Lo se, lo se… exagero… pero algo hay... Quizás vosotros ya conocíais el término, pero a mi me ha sorprendido encontrar esta semana un artículo sobre tanorexia (tan= moreno en inglés). En él se describen a jóvenes adolescentes estadounidenses enganchadas (la mayoría son chicas) a los aparatos de UV. Las tanoréxicas confiesan que nunca se ven suficientemente morenas, que cuando pierden color disminuye su seguridad, y que sus sesiones se han convertido en una obsesión. Dependencia física y/o psicológica Los expertos se ponen las manos a la cabeza cuando oyen hablar de estas nuevas “adicciones” al trabajo, a los gimnasios, o a tomar el sol... Para ellos el término adicción es algo muy serio, y requiere una clara “pérdida de control sobre el consumo de una sustancia que conduce a su búsqueda y toma compulsiva a pesar de los efectos negativos de la misma”. No se limitan sólo a sustancias químicas, claro que el juego también es considerado una conducta adictiva. Pero lo que cotidianamente llamamos “adicción” al café no pasaría de una dependencia, y la “adicción” a los gimnasios sería una conducta compulsiva. Nada comparado con un heroinómano, o alguien enganchado al tabaco. Pues si este es el consenso, digamos entonces que la tanorexia es una conducta compulsiva. Pero indagando un poco he encontrado estudios recientes que sugieren la posibilidad de una dependencia física a la luz UV. En 2005 , los investigadores Wagner y Warthan realizaron una extensa encuesta entre personas que pasaban mucho tiempo en la playa. Vieron que algunas se mostraban obsesionadas con tomar el sol cuantas más horas posibles, a pesar de ser conscientes de los efectos negativos que eso comportaba. Concluyeron que se trataba de una conducta adictiva, y nació el término tanorexia. En ese momento ya se conocía que la luz UV incrementaba los niveles de unas placenteras endorfinas que refuerzan el sistema placer-recompensa en el cerebro. Fue en 2006 cuando Steven Feldman de la Wake Forest University realizó otro estudio en el comprobó que esto podría conducir a una cierta dependencia física. Los investigadores bloquearon los receptores opiáceos de usuarios frecuentes de salas de bronceado, y vieron que la mitad de ellos experimentaba un síndrome de abstinencia. Medidas al respecto Por descontado que no voy a entrar al trapo en el aspecto serio del tema, ni otorgarle una relevancia que no se si merece, pero según el artículo de Newsweek, los dermatólogos están preocupadísimos con el aumento de melanomas entre la población joven que abusa de las salas de UV. Aseguran que “el bronceado seguro no existe”, y sugieren que si aparece la palabra adicción, entonces los organismos de salud pública no se deben limitar a informar, sino a ser más estrictos con la legislación que regula estas prácticas. En el artículo se dice que la industria alrededor de los rayos UV centra sus campañas publicitarias diciendo que esta radiación ayuda a sintetizar vitamina D, cuyas propiedades para la salud son muy beneficiosas. Sin embargo, el subdirector de la sociedad Americana del Cáncer Len Lichtenfeld opina que “promocionar sólo los beneficios de los rayos UV es como recomendar fumar para rebajar el estrés”. La lógica indica que como el café, el vino, o tantas otras cosas… es cuestión de medida (algo que quizás se pierde más fácilmente en EEUU que en Europa). Pero como os decía, aunque seguro que hay aspectos sociales y psicológicos muy interesantes a considerar además del médico, yo aquí no pretendo ir mucho más lejos de la simple curiosidad. La semana que viene, cuando aparezca el típico amig@ tostado al sol y os diga todo satisfecho ... “¿yo moreno? Qué va! Sólo un poquito…” le podéis incordiar diciendo “estás enfermo! eres es un tanorexic@!”

Hay 7 Comentarios

Soy la de antes, pero con nombre :)

Hola! Me ha impresionado seriamente tu perfil. En primer lugar pareces bastante joven en la foto. En segundo lugar... creo que la evidencia lo argumenta por sí sola: conversaciones con científicos del MIT, Harvard y Cambridge; vives en EE.UU.; eres químico y BIOQUíMICO (Oh, my God)... Sinceramente, te admiro! Cuál es tu secreto? Puf... yo, a mis 17 años, solo puedo soñar una vida así... Tanorexia? Qué de cosas se descubren... Un saludo!

No me sorprende. El circuito neuronal de la motivación, del placer, nos ayuda a realizar actividades beneficiosas que son desagradables. Tomar el sol es necesario por cuestiones de vitamina (hormona) D, que tiene un papel fundamental en la inmunidad y, además, en el metabolismo del calcio. Y tomar el sol la cantidad de tiempo suficiente puede ser muy desagradable. Tienes que salir a campo abierto, donde estás expuesto a depredadores, te quema al cabo de un rato... Lo que ocurre es que el circuito neuronal de recompensa se desvía de su objetivo con frecuencia. Somos animales que funcionamos con un barniz de racionalidad y un fondo de endorfinas. Y, lo normal, es engancharnos a algo. Era inevitable que existiera tanorexia, como es inevitable que existan drogas, workholics, internet compulsivo, amantes del riesgo... ¡Que jodías las endorfinas! Y nosotros pensando que somos libres.

Nos obsesionamos con algo o alguien con cierta facilidad. ¿Será que obsesionarse es una tendencia innata relacionada con la capacidad de aprender?. Hay que centrar la atención en algo para aprender al igual que para obsesionarse. Saludos.

"Los investigadores bloquearon los receptores opiáceos de usuarios frecuentes de salas de bronceado, y vieron que la mitad de ellos experimentaba un síndrome de abstinencia." Ostia, a mi me los bloquean y me pilla algo más fuerte que sindrome de abstinencia. Supongo que serian unos especificos. Por cierto, no hará falta esperar a la semana que viene, ya conozco un@s cuant@s!

Je, je: "La semana que viene, cuando aparezca el típico amig@ tostado al sol y os diga todo satisfecho ... “¿yo moreno? Qué va! Sólo un poquito…” le podéis incordiar diciendo “estás enfermo! eres es un tanorexic@!” ", o un fantasma con falsa modestia[;)]

Pere, ni me lo imaginaba. Esto explica mi teoría de los guiris-cangrejo que vienen a España.

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Sobre el autor

Pere Estupinya

. Soy químico, bioquímico, y un omnívoro de la ciencia, que ya lleva cierto tiempo contándola como excusa para poder aprenderla.
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