Los periodistas científicos estamos suscritos a Eurekalert , un servicio que diariamente envía por mail un listado con los estudios que las principales revistas científicas publicarán en dos o tres días. Estas noticias están “embargadas”, eso significa que el periodista puede documentarse, preparar el artículo, hacer entrevistas… pero tiene prohibido publicarlo hasta un día y hora determinado. La verdad es que las notas de prensa presentan el tema muy bien mascadito. Si os habéis preguntado porqué ciertas investigaciones atemporales aparecen el mismo día en varios medios a la vez y planteados de forma tan similar, éste es el motivo. Haced la prueba. Por ejemplo el viernes quedaba libre de embargo una noticia con el titular “Kids with pets grow up to be snorers” (Los niños con mascotas tienen más posibilidades de roncar de mayores). Si escribes eso mismo en el google, mirad lo que ocurre . Todos son estudios publicados en revistas científicas de referencia, cuyo estricto sistema de revisión avala en principio que la investigación es rigurosa: El científico envía el artículo a la revista. Si al editor no le encaja puede descartarlo directamente, pero si le gusta, lo distribuye a una serie de expertos en ese campo de investigación que de forma anónima darán su opinión acerca de ese trabajo. Estos “referees” pueden vetar el artículo a la primera de cambio, pero lo normal es que pidan correcciones, más experimentos, aclaraciones… Entonces el editor se lo comunica al autor, que regresará al laboratorio para completar los datos o experimentos solicitados. Cuando los tiene, vuelve a enviar el artículo al editor, y éste a los referees. Si no quedan satisfechos vuelta a empezar. Pero si dan su visto bueno, la revista acepta el artículo y lo prepara para su publicación. Cuando consideran que es muy relevante, o puede ser interesante para el público, distribuye notas de prensa anunciándolo. Eurekalert es uno de los servicios que las aglutina y envía a los periodistas. Yo consulto sus titulares cada día. Es una buena forma de ir siguiendo la actualidad, y siempre hay algún estudio que te llama la atención. Por ejemplo, hace un par de semanas me dejó intrigadísimo una nota de prensa diciendo que “desayunar dos huevos cada día ayuda a peder peso”. En la investigación se comparó un grupo de personas cuyo desayuno incluía 2 huevos cada día, y otro que ingerían la misma cantidad de calorías en bagels . Ambos grupos sufrían sobrepeso y estaban siguiendo una dieta de restricción calórica, pero el que consumía huevos perdió un 65% más de peso durante los 2 meses que duró el estudio. La hipótesis es que al tener proteínas y otro tipo de grasas, los huevos son más saciantes que el bagel y resulta más fácil adherirse a la dieta y comer menos en el almuerzo. Tiene sentido, no digo que no. Pero lo que me dejó mosqueado era otra frase del artículo: “los niveles de colesterol y triglicéridos no variaron entre los individuos que consumieron huevos o bagels. Este resultado es consistente con los más de 30 años de investigaciones concluyendo que los adultos sanos pueden comer huevos sin que esto impacte su riesgo de enfermedad cardiaca”. Confieso tener cierta apatía por los asuntos de nutrición. El programa de doctorado que cursé justo antes de abandonar la ciencia de laboratorio era “nutrición y metabolismo”. Soy consciente de la importancia de comer sano, de la trascendencia de la nutrición en ciertas enfermedades concretas, y de los buenos estudios que hacen avanzar esta ciencia. No hay duda. Pero me chirría ver cómo por el camino entre el laboratorio y la opinión pública se exageran (a veces por culpa de los medios, y otras por los propios científicos) los mil beneficios del aceite de oliva, los “milagros” de la soja, las propiedades anticancerígenas del te, la absoluta necesidad de comer frutos secos… y sobretodo los mensajes contradictorios que en ocasiones hacen que no sepas a ciencia cierta cuál es el consejo a seguir. Por ejemplo, los huevos. Me sonaba que no eran tan malos para el colesterol como se había dicho en un principio, pero no tenía entendido que estando sano pudieras comer dos huevos cada día sin preocuparte. Entonces… y aquí viene la parte que más me interesa, ¿Cómo podemos contrastar si esto es cierto o no? Hay diversas maneras. La peor es fiarte de lo que un post como éste pueda decir. Hay 2 métodos mucho mejores: 1ª opción: Preguntar a un experto. No conozco a nadie que investigue directamente en huevos (si conocéis a alguien, reenviadle este mensaje y que nos de su opinión), pero he contactado con 3 nutricionistas y un médico de entre mis conocidos, y ninguno me ha dicho que pueda comer 2 huevos al día tranquilamente. Uno sí sabía que la ingesta de colesterol estaba poco relacionado con los niveles en sangre, pero afirmó que él no comería 2 huevos cada día. Una me dijo que ella no recomendaba más de 4 a la semana, y proponía hacer tortillas sólo con las claras (era estadounidense). Otra también citó que el “consenso científico” son 4, y lo importante es el equilibrio en lo que comas. Insisto: mi muestra es pobre y azarosa, y ninguno de los consultados era especialista en huevos, pero sí tienen pacientes a los que aconsejan. 2ª opción: Buscar en la literatura científica. Pubmed es el motor de búsqueda donde puedes encontrar cualquier artículo en el ámbito de la medicina. Si pones “egg” y “cholesterol" te aparecen 2495 artículos y 100 revisiones (piezas más largas que repasan el estado de la cuestión). Ordené las revisiones por fecha, busqué en los resúmenes las que hablaban directamente de la relación entre comer huevos y niveles de colesterol en sangre, imprimí los 7 más recientes, y miré las conclusiones. Sorpresa: salvo en personas con cierta predisposición, hay unanimidad en la poca relación entre ingesta de huevos y colesterol en sangre. Tal afirmación nació hace años cuando “por lógica” se pensó que las cantidades tan elevadas de colesterol en la yema del huevo debían aumentar el colesterol sanguíneo. Los 7 estudios que he revisado dicen que no es así, que esto es un mito. Aseguran que las grasas saturadas son el problema real, y que el huevo es muy beneficioso y no debe restringirse. Esto me genera un par de dudas que querría compartir con vosotros. La primera: ¿a quien creemos? A la persona que nos aconseja o a los estudios? Una de las grandes lecciones que la ciencia nos ofrece para implantar en nuestra vida cotidiana es la toma de decisiones basadas en la evidencia. Éste es el factor clave del progreso científico, el corregir constantemente las creencias cuando las evidencias de la experimentación lo sugieren. Hacer caso a los hechos y no a las personas. El principio de autoridad y el sentido común no se lleva muy bien con la ciencia. Por tanto yo (pero que cada uno haga lo que quiera, claro) me inclino a confiar más en el Pubmed que en mis consultados. Y la segunda duda: Si realmente los investigadores llevan tantos años diciendo que comer huevos no aumenta el colesterol, qué pasa con la gente a quien he preguntado? Acaso no se creen tales publicaciones? O no han actualizado los conocimientos que alguien les dio en su momento? Por favor, que nadie se enfade. No pretendo promover el consumo de huevos, ni contradecir a nadie, simplemente trasladar unas reflexiones. Insisto: he cogido 4 personas al azar, que quizás no representan a la mayoría de expertos. Lo que sí parece claro es que la opinión pública tiene inculcado que debe moderarse ante algo tan exquisito como un huevo frito y la tortilla de patatas., con su cebollita… el asunto no es trivial en absoluto! Nota: Como dijo algún sabio, este post es tan largo porque no he tenido tiempo de hacerlo más corto. Nota2: los primeros autores de los artículos revisados son Kratz M, Novello D, Fernadez ML, Schärer M, Butarbutar TB, McDonald BE y Kritchevsky SB