Estás viajando en avión y aburrido empiezas a hojear el variopinto catálogo de productos que te ofrece la revista Sky Mall. Resulta la mar de entretenido. Puedes comprar los diseños más curiosos de muebles ergonómicos para tu hogar, aparatejos que desinfectan con rayos “nano-ultravioleta”, camisas estampadas de última moda estilo turista sin complejos, controlarores de ladridos ultrasónicos y todo lo que te puedas imaginar para el bienestar de tu perrito, láseres para frenar la caída del cabello, una gran diversidad de reposacuellos, centenares de accesorios para tu teléfono, más tipos de plantillas para el zapado de las que nunca verás en tu vida, cinturones que muscular tus abdominales, duendes, jirafas, pavos reales o monstruos de película en tamaño real para ambientar tu jardín… y un jueguecito realmente sorprendente: “La carrera de obstáculos telequinésicos!”.
Textualmente: “Este es el juego que usa tus ondas cerebrales focalizadas para dirigir una bola a través de una carrera de obstáculos. Un casco y dos clips en los lóbulos de tus orejas registran la actividad de las ondas Theta producidas por tu cerebro mientras te concentras, y envían una señal inalámbrica basada en tus instrucciones cerebrales para acelerar o desacelerar un pequeño ventilador que mantiene suspendida y mueve una bola de espuma por aros, canastas, barreras , balancines o toboganes”.
Me entra la risa, y quedo preguntándome dónde está el truco de esta nueva versión del supuesto poder telequinésico de mover objetos con la mente.
La sonrisa desaparece dos páginas después cuando te ofrecen la posibilidad de detectar y curar por ti mismo cientos de enfermedades con el Aculife; un kit constituido por: un mapa de la palma de tu mano con todos los órganos de tu cuerpo dibujados en él, y una especie de aguja para convertirte tú en tu propio auto-acupunturista. “Se ha utilizado hasta para tratar la impotencia sin fármacos. Simplemente estimula el qi en el sistema corporal que más necesites”.
Aparece el alma escéptica que intento mantener bien escondida, y decido explorar las lagunas científicas que contienen ambos productos. Le envío un mail con la foto del juego telequinésico a la neurocientífica del MIT y colaboradora habitual de este blog, Ma Victoria Puig, y me responde: “El juego no es muy sofisticado, pero no se trata de ninguna tontería. Simplemente miden las ondas cerebrales con eeg y hacen unos cálculos matemáticos… no es muy novedoso científicamente. Quizá se ponga de moda”.
Anda! Yo tomándomelo a broma, y realmente la telequinesia –mover objetos con "el poder" de la mente- no es ninguna entelequia. La ciencia es lo más sorprendente que existe.
Casualidades de la vida, pocos días más tarde me encuentro con una charla TED titulada “Un casco que lee tus ondas cerebrales”. En ella una investigadora presenta un casco que registra actividad cerebral y transmite instrucciones a un ordenador. En el mismo escenario de la charla, Tan Le hace subir a un voluntario que nunca antes había utilizado el casco, le pide que se relaje durante 8 segundos para que el sistema registre señales neutras de fondo, y luego que se concentre, focalice su atención en el cuadrado naranja que está viendo en la pantalla de un ordenador, y piense en aproximarlo. “Milagrosamente”, el cuadrado se aproxima. Luego le pide que lo haga desaparecer, y poco a poco el cuadrado se va desvaneciendo. Sin ningún entrenamiento. Tan Le despide al voluntario explicando que además del movimiento de sillas de ruedas, o modificar la luz o cortinas de tu casa con sólo pensar en ello, esto tendrá un gran impacto en juegos electrónicos y mundos virtuales, ya que además de la sensación mágica de controlar el mundo con tu mente, el casco puede registrar estados emocionales y modificar tu avatar y entorno para intensificar y hacer más real la experiencia que están viviendo.
Envío de nuevo el link de la charla a Vicky Puig preguntándole su opinión y me responde: “Wow! Esto es una pasada. Porque es preciso, wireless y no requiere entrenamiento. Pronto controlaremos el ordenador con las ondas cerebrales. La ciencia da miedo de lo rápido que avanza”.
Como mi hemisferio izquierdo todavía está de semi-vacaciones, y pensando más en los próximos días en Madrid, San Sebastián, Pamplona, Barcelona y Tortosa, le envío un tercer mail a Vicky pidiéndole que nos cuente cómo funciona esta tecnología, y qué la hace más especial respecto el casco vendido en el avión.
Explicaciones de la neurocientífica Mª Victoria Puig:
“Se trata de un conjunto de 16 detectores de ondas cerebrales EEGs
Los detectores registran el conjunto de ondas cerebrales en tiempo real mientras el sujeto está pensando en una tarea sencilla a realizar con el ordenador. Por ejemplo, mover un cubo en un entorno 3D, hacer desaparecer objetos en la pantalla, etc.
Después el ordenador, a través de un algoritmo matemático, es capaz de
¿Por qué es muy novedoso? En primer lugar el algoritmo matemático utilizado por esta tecnología es mucho más preciso a la hora de interpretar la combinación de señales que los desarrollados anteriormente. Por experimentos de resonancia magnética funcional sabemos que las zonas del cerebro que se activan durante muchas tareas cognitivas son las mismas en distintas personas. El problema
En segundo lugar, los detectores están distribuidos de tal manera que pueden registrar simultáneamente ondas cerebrales asociadas a procesos cognitivos, cambios en la expresión facial y cambios en las emociones. Esta información puede ser muy útil para gran número de aplicaciones. Por ejemplo, conocer tu nivel de frustración o emoción en tiempo real mientras juegas a un videojuego”.
Gracias Vicky. Lo que nos viene encima… y yo desconfiando de las profecías del Sky Mall. Aquí podéis ver la charla de Tan Le en TED: