Apuntes científicos desde el MIT

Apuntes científicos desde el MIT

Este Blog empezó gracias a una beca para periodistas científicos en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Boston, donde pasé un año aprendiendo ciencia con el objetivo de contarla después. Ahora continúa desde Nueva York buscando reflexiones científicas en otras instituciones, laboratorios, conferencias, y conversando con cualquier investigador que se preste a compartir su conocimiento.

Sobre el autor

Pere Estupinya

. Soy químico, bioquímico, y un omnívoro de la ciencia, que ya lleva cierto tiempo contándola como excusa para poder aprenderla.
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Libros

S=EX2 S=EX2
En esta nueva aventura científica que recorre desde laboratorios y congresos de medicina sexual hasta clubs de sadomasoquismo o de swingers, Pere Estupinyà nos ofrece la obra más original y completa que ningún autor hispanohablante haya escrito nunca sobre la ciencia de la sexualidad humana.

El ladrón de cerebros La ciencia es la aventura más apasionante que puedas emprender.
En El Ladrón de Cerebros, Pere Estupinyà se infiltra en los principales laboratorios y centros de investigación del mundo con el objetivo de robar el conocimiento de los verdaderos héroes del siglo XXI —los científicos— y compartirlo con sus lectores. El Ladrón de Cerebros

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Si pones una rata macho en una celda con cuatro hembras en celo, copulará con todas ellas hasta quedarse exhausto sin ganas de más. Las hembras pasarán por delante de él y le irán mostrando su espalda arqueada, pero durante un tiempo el saciado macho no les hará ni caso.

Screen Shot 2013-04-27 at 11.42.59 AMSin embargo, si de repente introduces una hembra nueva en la caja, se tirará de golpe sobre ella. Esta renovación instantánea de interés sexual se denomina Coolidge effect, y es el efecto de que el período refractario (tiempo necesario para sentir excitación sexual y tener una erección tras eyacular) se acorta ante la aparición de parejas nuevas. Una rata macho prefiere copular con dos hembras diferentes que dos veces con la misma, y observaciones de comportamiento animal indican que es muy frecuente en otras especies. Ningún comité de ética ha aprobado experimentos parecidos en humanos, pero estudios indirectos indican que el Coolidge effect puede mantenerse.

Significado evolutivo del Coolidge effect

El nombre de Cooldige effect proviene de una anécdota muy graciosa: cuentan que a finales de los años veinte la esposa del entonces presidente de los Estados Unidos, Calvin Coolidge, estaba paseando por los jardines de su casa de campo, y cuando vio a una pareja de gansos en plena acción preguntó al granjero que la acompañaba: “¿Cuántas veces al día se aparean?”. “Docenas!”, respondió el granjero, a lo que la sorprendida Sra. Coolidge  interpeló “¿Ah sí? ¿Podría ir a informar de este hecho al Sr. Coolidge por favor?”. Cuando el granjero se lo comunicó al presidente éste le preguntó “¿Siempre copulan con la misma hembra?”. “No señor; van cambiando”. “¿Ah, sí?… ¿Podría ir a informar de este hecho a la Sra Coolidge, por favor?”, replicó con sorna el presidente.

Desde entonces se denomina Coolidge effect a esta disminución del período refractario ante la presencia de nuevas parejas sexuales, que tiene mucho sentido evolutivo. Se especula que evolutivamente la pérdida de interés sexual y erección tras la eyaculación masculina es un mecanismo para evitar gastar energías y reservas espermáticas con una hembra con la que acabas de copular. Para maximizar las posibilidades de reproducción es “mejor” tener período refractario, pero al mismo tiempo, que se acorte de inmediato si aparece una nueva hembra en celo.  Evolutivamente tiene mucha lógica, las observaciones de etología animal lo confirman, y los científicos están buscando mecanismos para explicarlo.

Hombres sin período refractario

Sin duda las hormonas deben estar implicadas. Sabiendo que los antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina disminuyen la excitación sexual y extienden el tiempo requerido para llegar al orgasmo, los investigadores disminuyen los niveles de serotonina en ratas y ven cómo se acorta el período refractario.

También sabemos que la adrenalina excita de manera general el organismo, y que la dopamina (hormona de la motivación ante nuevos estímulos) facilita las reacciones sexuales: inyectar en ratas adrenalina y dopamina también acorta el período refractario.

Pero la hormona más sospechosa es la prolactina, claramente asociada a una disminución de deseo sexual, y que se segrega en grandes cantidades tras el orgasmo. Sospechando que podría ser la clave neuroquímica del período refractario, investigadores alemanes decidieron hacer pruebas con un chico de 25 años que no perdía la erección tras la eyaculación.

Porque sí, esto ocurre: hay hombres sin período refractario. Son hombres que pueden tener una relación sexual convencional, llegar al orgasmo, eyacular, y si quieren pueden continuar sin problema. No sienten hipersensibilidad en el pene ni pierden un ápice de erección. Si deciden parar, a los segundos baja. Pero si se sienten todavía estimulados, pueden retirarse tranquilamente, quitarse el preservativo, poderse otro, y proseguir como si nada. Durante la escritura de S=EX2 conocí a un chico de 30 años al que le ocurría, y varias mujeres que explican haberse encontrado con algún caso. Pero qué mayor evidencia, que el estudio alemán.

Los investigadores de la University of Essen convocaron a su laboratorio al chico alemán y nueve voluntarios de su misma edad, y con la ayuda de películas pornográficas les pidieron que se fueran masturbando. Ellos registrarían los tiempos e irían tomando muestras de prolactina. Los resultados fueron muy significativos: el chico sin período refractario se masturbó bastantes más veces (llegó a tener dos orgasmos con eyaculación separados sólo por dos minutos), y sus niveles de prolactina en sangre no se vieron alterados. En cambio en los otros voluntarios los valores de prolactina subieron sustancialmente tras el primer orgasmo, no pudieron repetir la estimulación, bajaron un poquito a los 20 minutos, y volvieron a subir después del segundo orgasmo. Junto con otros datos experimentales, los científicos alemanes publicaron una revisión concluyendo que la segregación de prolactina inducida por el orgasmo era uno de los mecanismos involucrados en el período refractario.

Screen Shot 2013-04-27 at 10.57.13 AMEstos resultados han sido matizados, y en una extensa y más actual revisión de bibliografía científica sobre el período refractario publicada en The Journal of Sexual Medicine, el grane experto en fisiología de la sexualidad Roy Levin argumenta que la hyperprolactinemia no siempre provoca falta de deseo, y que no es el principal factor. Levin cree que el rol de la oxitocina no ha sido todavía investigado, y que al modelo le falta incorporar la pérdida de actividad en algunas zonas del cerebro como la amígdala.

Mujeres con período refractario

¡Claro que las mujeres también tienen período refractario! Obvio que ellas tras el orgasmo pueden continuar con penetración vaginal, y llegar a tener más orgasmos, pero en muchas ocasiones su clítoris también pierde flujo sanguíneo y se vuelve hipersensible, pidiendo a sus parejas que eviten la estimulación directa. Hay muy pocos estudios sobre período refractario en mujeres, pero uno canadiense publicado en 2009 pasó un cuestionario a 174 estudiantes universitarias (media de 25 años) preguntando (entre otras cuestiones):

1) “¿Tu clítoris se vuelve más sensible cuando tienes un orgasmo? (A-Si, en el momento del orgasmo; B-Sí, pero no hasta después del orgasmo; C-No)”.

2) ”Después de tener un orgasmo, ¿deseas continuar con la estimulación clitoriana directa? (A-Si, en seguida; B-Sí, pero me concentro en mi pareja; C-Si, pero necesito algún tiempo; D-No)”.

Screen Shot 2013-04-27 at 11.06.07 AMAnte la primera pregunta el 96% de las chicas respondieron la opción B y el 4% restante la C.

A la segunda pregunta sobre el deseo de continuar la excitación clitoriana el 86.2% de las chicas respondieron “D-No”. El 11,5% “C-Sí, pero necesito tiempo”, el 1.7% la “B-Sí pero me centro en él”, y sólo el 0.6% “A-Sí, en seguida”.

La hipersensibilidad del clítoris tras el orgasmo es muy frecuente en mujeres, cosa que no implica que no puedan continuar el coito y tener más orgasmos. De hecho una de las preguntas del cuestionario era “¿Cuán a menudo tienes múltiples orgasmos?”. El 6.9% respondió “siempre”; el 10.3%, “sólo con masturbación”; el 8.6%, “sólo durante el coito”; el 25.3%, “ocasionalmente”; el 21,8%, “raras veces” y el 27%, “nunca”. Sobre la pregunta “¿Cuántos orgasmos sueles tener durante el coito?” el 50,6% dijo “uno”; el 13.8%, “más de uno” y el 29.9% respondió “ninguno”. Conclusión: al menos entre las estudiantes universitarias canadienses, la anorgasmia durante el coito es más frecuente que la multiorgasmia.

De entre todas las participantes las investigadoras seleccionaron un grupo de 11 voluntarias para hacer un seguimiento más exhaustivo sobre la hipersensibilidad del clítoris, y comprobaron que la hipersensibilidad puede durar desde unos segundos a varios minutos, que en la mayoría la punta del clítoris es la que está más hipersensible, y que en masturbación la molestia es menor que en pareja porque ellas pueden regular la estimulación mejor que el amante. 

La ciencia te puede explicar muchísimas cosas sobre la sexualidad humana, algunas tan o más interesantes que las encontradas en novelas eróticas. Si las fotos de títulos de artículos científicos te despiertan tanta curiosidad como las típicas de hombres o mujeres en actitud sensual, S=EX2 te va a encantar. 

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Tú también tendrías sexo en público

Por: | 13 de abril de 2013

 

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Frame de la entrevista "El orgasmo es como el ataque de un león", por @aberron y Javier Álvarez (lainformación.com)

Ayer hice la prueba durante la presentación de S=EX2 en el Fnac de Madrid. Pregunté a los asistentes: ¿Cuántos de vosotros creéis que –si entrarais en un club de intercambio de parejas- os atreveríais a desnudaros y tener sexo con vuestro/a acompañante en frente de otras personas haciendo lo mismo? De los 60 o 80 asistentes, sólo 3 manos se levantaron.

Luego pregunté cuántos obedecerían la instrucción de infringir dolorosas descargas eléctricas a alguien sólo porque fallara preguntas en un test, y nadie alzó el brazo.

No me estoy yendo del todo por las ramas. Algo que la psicología ha demostrado reiteradamente es que “en frío” somos incapaces de predecir cómo nos comportaremos en situaciones o estados emocionalmente muy intensos. La experiencia en un club swinger (de intercambio de parejas) tiene fuertes analogías con los experimentos en psicología social de Stanley Milgram de obediencia a la autoridad, o el de la prisión de Stanford de Philip Zimbardo

Milgram reclutó a personas convencionales como las que ayer asistían a mi presentación, y les dijo: “vamos a hacer un experimento: yo iré realizando preguntas a un sujeto que verás frente a ti detrás de un cristal, y cada vez que se equivoque, le darás una descarga eléctrica, que además irá subiendo de intensidad”. Inicialmente la gente decía que no quería hacer daño a esa persona (no sabían que era un actor y fingía el dolor), pero una vez empezado el experimento, a petición del director del estudio todos iban dándole fortísimas descargas eléctricas a pesar de los gritos de dolor, peticiones de piedad y casi desmayos del actor detrás del cristal. La gente superaba fácilmente los límites que ellos creían que tenían.

Zimbardo cogió a varios estudiantes de la universidad de Stanford y los puso en una prisión abandonada, pidiéndoles a unos que se comportaran como guardianes y a otros como reclusos. Al estilo "gran hermano", quería analizar cómo se comportaban. A los pocos días tuvo que detener el experimento porque los guardianes se volvieron sumamente autoritarios, abusivos y hasta torturadores, y los reclusos empezaron a sentir fuertes crisis y estados depresivos. Todos se mimetizaron en la situación a un extremo que nadie (ni los investigadores ni los propios estudiantes) habían imaginado. Eran capaces de sentir y hacer actos que antes del experimento hubieran asegurado que nunca realizarían.

Para S=EX2 yo he estado en clubs swingers, y estoy convencido que una vez dentro, a muchos de vosotros os pasaría como a los estudiantes de Stanford y –en un estado emocional diferente al que estáis ahora-tendríais reacciones y comportamientos sexuales que quizá ahora pensáis imposibles. Es muy interesante ponerse a prueba. El deseo sexual es un impulso irracional, más condicionado por la emoción que por la razón.

En otro experimento que participé para el libro, esta vez en el Kindsey Institute de la Universidad de Indiana, me dijeron: “te vamos a pasar fotografías de mujeres más o menos atractivas, y tú nos tienes que responder cuan posible sería –del 1 al 4- que tuvieras sexo con ellas si te lo propusieran una noche tras acabaros de conocer en un bar. También verás un número indicando con cuántos hombres diferentes han tenido relaciones sin protección en los últimos 2 meses”. Después de explicarme esto, pensé convencido: “fácil; ni que yo sí utilizara preservativo, de ninguna manera tendría sexo con una desconocida, por atractiva que fuera, si ha tenido relaciones sin protección con varios otros chicos en un período tan corto de tiempo”. Empieza el experimento y sale una chica normal con un “2” y dices “2!”, una guapa con un “0” y dices “4!”, una que no te gusta mucho con un “5” y dices “1”… hasta que aparece una realmente atractiva, con un “10” en la pantalla, y a los pocos segundos de bloqueo aparece el mensaje “responda por favor”.

Screen Shot 2013-04-13 at 4.13.55 PMPreguntado minutos antes y sin foto hubiera respondido que no me acostaría con esa chica, pero teniendo esa mirada y labios delante, algo empezó a decirle a mi mente que seguro escogía muy bien a sus amantes, o que se la veía muy sana… todo para justificar mi deseo emocional de intimar con esa mujer. Seguro que nuestra capacidad de autocontrol lo hubiera evitado, pero en el Kinsey institute repiten el experimento con voluntarios habiendo tomado o no alcohol, o tras haberles mostrado primero imágenes eróticas, o diferentes tipos de mensajes de prevención de HIV. Es una manera de evaluar efectividad. Pero una conclusión fue idéntica: el deseo sexual es irracional, y estando “en frío” somos incapaces de predecir racionalmente nuestras reacciones. Ayer tras una comilona me prometí convencido que no volvería a atiborrarme en el buffet del hotel, y hoy lo hice de nuevo. 

Todo lo que los psicólogos trabajando en economía conductual (behavioral economics) nos explican sobre el poder de las emociones, de las primeras impresiones, de las distorsiones cognitivas… aplica perfectamente a nuestro comportamiento sexual. Sin embargo lo estudian poco, por el tabú que como actividad social que es, la ciencia también tiene respecto al sexo (el humano, porque con el de animalitos o antepasados evolutivos sí se atreven los muy cobardes).

Y es una lástima (o ventaja para mi), porque interpretar el sexo bajo la mirada de la ciencia, sin pretender en absoluto reducirlo a ello, es extraordinariamente novedoso, original, y fascinante. Da un juego tremendo.

Volviendo a los intercambios de pareja, en S=EX2 yo utilizo mis visitas a clubes y conversaciones con swingers para discutir aspectos como la monogamia social vs sexual en la naturaleza (cuando decimos que en el reino animal hay especies monógamas es inexacto: hay animales que forman parejas estables para colaborar en el cuidado de las crías –especialmente las aves-, pero todos son absolutamente infieles, tanto ellos como ellas. La monogamia social existe en la naturaleza, la sexual no). Hablo de la interesantísima relación entre los celos y la atracción (reflexionad sobre esta pregunta: ¿Podemos desear algo que ya tenemos?), de estudios analizando niveles de testosterona (relacionada con el deseo) y cortisol (estrés) en swingers y poliamorosos (personas que tienen varias relaciones románticas de manera simultánea bajo total sinceridad y aceptación por todas las partes), de estudios hechos por sociólogos analizando –de manera mucho más rigurosa de la que te puede contar una pareja swinger aislada y condicionada en un documental de televisión- cómo afectan estas prácticas a la estabilidad de la relación (altos índices de fracaso en poliamorosos, bastante menos en swingers), de predisposición innata a la infidelidad (no hay “genes de la infidelidad”, pero sí polimorfismos en genes asociados al metabolismo de la dopamina que hacen tener personalidades más o menos aventureras –o técnicamente llamada “novelty seeking”; buscador de novedades- convirtiéndose el deseo de affairs con nuevas personas en una característica de esta personalidad aventurera), y reflexiono hasta de la falacia naturalista: que algo sea más o menos coherente con la evolución no indica en absoluto que sea mejor o peor -ni más o menos deseable- desde el aspecto sociocultural. Ya iré desarrollando estos y otros temas en el blog (están en el libro también ;) ). Pero de momento el principal mensaje era éste: no conocemos nuestros límites. Ni ante experiencias emocionalmente intensas que todavía no habremos vivido, ni ante situaciones nuevas en momentos de excitación sexual. Muchos que ya se han puesto a prueba, lo pueden corroborar.

La ciencia del sexo, cuando es seria, rigurosa, y multidisciplinar con enfoque biopsicosociológico, nos ofrece infinidad de reflexiones y una magnífica excusa para aprender cómo funciona nuestro cuerpo y nuestra mente, y para intentar provocar algunas pícaras dudas sobre si seríais capaces de tener sexo en público. De verdad; puede haber reacciones imprevisibles, tanto hacia un lado, como hacia otro. La mente da sorpresas, y el cuerpo también. ;)

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BANNER-S=EX2-BLOG-PAIS_estret
Por fin puedo desvelar en este blog –y con una megailusión infinita- en qué peripecias he estado inmerso durante los últimos 18 meses. Hoy 4 de Abril es la publicación oficial de mi nuevo libro "S=EX2 – La Ciencia del Sexo"

Que no os suene a frívolo. Es una obra amena y llena de anécdotas pero tremendamente rigurosa. He asistido a congresos de medicina sexual, visitado centros de investigación como el Kinsey Institute, participado en experimentos sobre excitación y deseo, entrevistado a los principales científicos en el estudio de la sexualidad humana, conversado con infinidad de sociólogos, psicólogos y terapeutas, leído ya no sé cuantos artículos científicos publicados en revistas de referencia, recopilado desde los testimonios y experiencias más cotidianos a los más peculiares, y cómo no, acudido a clubs de sadomasoquismo, de intercambios de parejas, o a talleres de sexo tántrico. Siempre con una mirada científica, desde luego. ;)

 

El conocimiento no-excluyente siempre suma, nunca resta. En este sentido añadir ciencia a algo tan cotidiano como el sexo le multiplica el interés, nos muestra una visión de la sexualidad que no conocíamos, y lo convierte en una herramienta fabulosa para divulgar cómo funciona el cuerpo y la mente humana.

Prometo ir desgranando mensajes y aventuras cientificosexuales de manera más concreta en este blog. Pero de momento permitidme que os anticipe que empezando por la parte más biológica y avanzando hacia la más sociocultural, en el capítulo 1-“Sexo en tus células” aprenderemos sobre hormonas, genes y desarrollo embrionario. En el 2-“Sexo en tu cuerpo” hablaremos del sistema nervioso, flujos sanguíneos, erecciones, fisiología genital, las razones de los gatillazos, y de si la distancia del clítoris a la vagina influye en los orgasmos femeninos durante el coito. En el 3-“Sexo en tu cerebro” conoceremos al primer hombre que se masturbó bajo un fMRI y abordamos lo que la neurociencia nos puede explicar sobre el placer sexual. El 4-“Sexo en tu mente” versa sobre psicología, la diferencia entre deseo y excitación, la historia de la sexología, y cómo el aprendizaje condicionado influye en comportamiento sexual adulto. En el extenso 5-“Sexo en tu cama” hablaremos del multiorgasmo, de las razones fisiológicas y evolutivas del período refractario, o de las sonografías y experimentos científicos para conocer el punto-G y la eyaculación femenina. En el 6-“Sexo en la consulta médica” revisamos las principales disfunciones sexuales de hombres y mujeres, los trastornos psicológicos más comunes, las enfermedades de transmisión sexual, y analizaremos lo delicado de la inminente farmacología del deseo. En el surrealista 7-“Sexo en la naturaleza” empezaremos describiendo los primeros intercambios de genes bacterianos, la aparición de gametos, y nos ensimismaremos con la diversidad del sexo animal y vegetal. El 8- “Sexo en la evolución” nos dará una perspectiva para entender algunos predeterminantes biológicos de nuestro comportamiento, y comprenderemos hasta qué punto somos monógamos sociales, sexuales, o emocionales. En el 9-“Sexo en los bares” discutiremos sobre el poder del subconsciente en la atracción, hablaremos con sociólogos que nos contarán la evolución del sexo casual y el impacto de internet, y aprenderemos a interpretar el lenguaje no verbal de la seducción.

Foto relleuY de allí hasta el capítulo 18-“Congeniando monogamia social y sexual en clubs de swingers” conoceremos a asexuales, hipersexuales, poliamorosos, fetichistas, e intersexuales, junto a los científicos que investigan su comportamiento. Escucharemos a un reconocido psiquiatra que empezó su carrera intentando -sin éxito- cambiar la orientación de homosexuales. Conoceremos a directoras porno, recibiremos lecciones de sensualidad por parte de discapacitados, sabremos por qué el yoga mejora la respuesta sexual, conoceremos diferentes modelos de pareja, analizaremos la relación entre placer y dolor gracias a los sadomasoquistas, presenciaremos una operación de cambio de sexo desde el mismo quirófano, desterraremos viejos mitos entre el sexo y la salud, probaremos técnicas de tantra para acumular energía sexual y tener un orgasmo con la mente, nos sobrecogeremos con los límites a que pueden llegar las obsesiones y las parafilias, sabremos qué nos pueden revelar las fantasías sexuales, conoceremos diferentes tipos de terapia de pareja, discutiremos estudios sobre la infidelidad y la relación entre el sexo y el amor, y muchísimas más historias, reflexiones, curiosidades, estudios, referencias históricas, contenidos sesudos, y algunos que otros disimulados consejos condensados en 480 paginotas que (lo se, me volví a exceder) espero os entusiasmen en caso de leerlas. Yo, como podéis imaginar, me he divertido mucho investigando y escribiendo S=EX2

Y pensar que la idea nació en este mismo blog a consecuencia de un post sobre la estimulación clitoriana de las ratas… ;)

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