Una mujer me acaba de explicar que muy a menudo siente excitación genital espontánea sin estar viviendo ninguna situación morbosa ni pensamientos eróticos. Dice que su libido despierta fácilmente ante fantasías o la mínima caricia de su pareja, pero que más allá de este “origen normal”, varias veces durante el día y especialmente si está enfadada o tensa en el trabajo, empieza a notar como un “calor” muy localizado en la zona genital que le provoca necesidad de satisfacción física. De hecho asegura que en ocasiones debe ir al baño a tocarse.
Ella se define como hipersexual pero no lo ve como ningún problema. Dicha excitación repentina no es constante, lo puede controlar fácilmente, y tampoco le genera mayores inconvenientes más allá de algún que otro imprevisto.
No es el primer caso de chica que me explica algo parecido, y no puedo evitar pensar que podría ser un grado menor (y de ninguna manera patológico) del misterioso Desorden de Excitación Genital Permanente o Persistent Genital Arousal Disorder (PGAD), que el investigador Barry Komisaruk está quizás a punto de comprender.
Excitadas por un quiste en la columna
La Excitación Genital Permanente es un desorden muy poco frecuente, pero de efectos tormentosos. Las mujeres que lo sufren notan una excitación constante en los genitales, casi al borde del orgasmo, que sólo pueden aplacar durante algunos minutos mediante la masturbación. En realidad es una sensación absolutamente molesta y nada placentera que puede durar horas, días, semanas o años en los casos más extremos, y que ha llegado a provocar suicidios entre las desesperadas afectadas.No es ninguna broma ni desde luego un mito. Su existencia está muy bien demostrada, pero aunque se ha estudiado bastante, la etiología del PGAD continúa sin conocerse. Se han propuesto causas psicológicas, consumo de fármacos, hipersensibilidad nerviosa… sin embargo se han bloqueado los nervios sensoriales del clítoris y la excitación genital se mantiene. Era un completo enigma, hasta el reciente trabajo de Komisaruk.
Cuando el pasado febrero visité a Barry en su laboratorio de la Rutgers University me explicó que meses antes había conocido un mujer con PGDA que tenía unos quistes benignos llamados de Tarlov en la zona sacra de la espina dorsal, justo desde donde sale el nervio pudendo, que es el nervio que recibe la sensibilidad de los genitales.
“Inmediatamente pensé que estos quistes podrían irritar o pinzar la raíz del nervio pudendo, y estar hiper-activándolo de manera que estuviera enviando información constante al cerebro”, me dijo Barry.
Komisaruk contactó con una asociación de afectadas por PGAD, les explicó su hipótesis, y les pidió que quienes pudieran le enviaran resonancias magnéticas de esa área de la columna vertebral. 18 de ellas respondieron, y para gran sorpresa de Barry, 12 tenían ente 1 y 3 de estos quistes benignos.
Los quistes de Tarlov son relativamente comunes. Generalmente no causan ningún problema, y se calcula que los tienen entre un 1-9% de la población. Sin embargo entre las mujeres con PGAD analizadas por Komisaruk la presencia de quistes era del 66.7%. La muestra del estudio es pequeña y no se puede obviar que había 6 mujeres con PGAD sin ningún rastro de quistes de Tarlov. Pero los resultados son muy notables y sí refuerzan la hipótesis de Barry, que fue publicada el pasado setiembre en la revista científica Journal of Sexual Medicine.
Barry me explicó que en estos momentos algunas de estas mujeres se están sometiendo a una operación para quitar sus quistes, y que si tras la cirugía desaparece la excitación sexual permanente, será la prueba definitiva de que en realidad sí estaban asociados al trastorno.
Eso no querrá decir que los quistes sean la única causa del PGAD, pero sí dará mucho peso a la hipótesis de que la Excitación Genital Permanente se produce por una hiperactivación de nervios en la zona genital, que puede tener diferentes orígenes, pero que poco tendrá que ver con causas “psicológicas”.Quien sabe si la mujer hipersexual que cuando está tensa o enfadada siente excitación genital involuntaria, tiene también un pequeño quiste de Tarlov o simplemente la alteración nerviosa general le hace sobre-activar este nervio pudendo. Y quien sabe si algo contrario ocurre en algunas personas anorgásmicas o con problemas de excitación física. Quizás en algunos pocos casos, las diferencias podrían tener un origen más físico que psicosocial.
No hay la más mínima duda de que la mente y factores socioculturales influyen de manera determinante sobre nuestra sexualidad. Muchísimo. Lo que más. Por descontado. Pero quizás se ha abusado un poco en esto de que “en el sexo todo está en la mente”. No sólo, y por suerte la nueva medicina sexual está ampliando su visión hacia una perspectiva biopsicosociológica, que de ninguna manera subestima los aspectos psicológicos y emocionales, pero contempla también la fisiología de nuestro cuerpo e intenta por fin utilizar una aproximción científica al estudio de algo tan importante y complejo como es la sexualidad humana. La ciencia no está aquí para sustituir (nunca lo lograría), sino para complementar. El conocimiento siempre suma, nunca resta.
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Hay 8 Comentarios
Primer articulo que me encuentro que es escrito con tanta seriedad y profecionalismo y la la vez con informacion difernte por que en todo copian lo mismo. y lo hacen de la forma mas cruel por que quitan todo esperanza y dicen no tiene cura y ya en este se habla de estudios, y gente calificada.. los felicito me dio mucha paz y esperanzas para quiza un futuro.
Publicado por: rubdy | 20/05/2014 22:00:18
Dejando de un lado que puedan existir algunas disfunciones como las que se expone en el texto, lo que sí está claro es que hombres y mujeres somos potencialmente multiorgásmicos por naturaleza, lo único que hay que hacer es reeducarse y reaprender nuevos hábitos. Por lo tanto, sí soy partidario de la frase que dice que "el sexo está todo en la mente"...
Visita: http://sexomultiorgasmico.blogspot.com.es/
Publicado por: Mml82 | 03/06/2013 12:30:06
Muy bien explicado y argumentado.
Enhorabuena por su trabajo
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 01/06/2013 17:28:04
Exacto Paco, es el sindrome Ana Botellon, una excitacion no se sabe si sexual o asexuada, que invade a esta señora.
Publicado por: juanito caminante | 01/06/2013 1:32:32
De casualidad acabe aqui, y agradezco que haya sido para leer un articulo interesante, por haberbaprendido y conocido cosas sobre una enfermedad tan desconocida para mi y por la frescura y originalidad en el texto... estamos ya cansados de leer paro, crisis, chorizos, terroristas y derroche.
Un 10
Publicado por: Ismail Haddouche | 01/06/2013 0:56:22
Entonces ¿esto es lo que le pasa a Ana Botella?
Publicado por: Paco | 31/05/2013 23:27:43
Excitación permanente con Analicia, la mulata, en la pestaña de "La chica de WyQ" (a la derecha del todo)
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Publicado por: Warrants_1X2 | 31/05/2013 23:12:14
Podríamos intentar traducir bien los términos médicos sin ir a lo fácil? Disorder no es desorden, es trastorno o enfermedad.
Publicado por: nacho | 31/05/2013 22:52:53