La imagen de arriba fue tomada el pasado 15 de febrero en el campamento gitano de Ris-Orangis, a media hora de París. Los inmigrantes rumanos recibieron ese día al artista sevillano Israel Galván y a sus compañeros Bobote y Caracafé (en la imagen), que bailaron para ellos en solidaridad por el apartheid que sufrían 13 de los niños que vivían en el campamento, obligados por el alcalde socialista a dar sus clases en un anejo del gimnasio del colegio municipal, separados de los alumnos franceses -o no gitanos-.
Gracias a la generosa mediación del periodista de la revista Mouvement Jean-Marc Adolphe, bloguero de la web Mediapart, el Teatro de la Ville donde actuaba Galván invitó a algunas mujeres del campo a ver el espectáculo Lo Real, una mirada del bailaor al exterminio de los gitanos -Porraimos- y un homenaje nada complaciente a la alegría vital que ayuda a los romaníes a soportar sus fatigas. Un par de días después, EL PAÍS publicó un reportaje titulado "Apartheid gitano cerca de París", en el que se contaba la historia y la fiesta que organizaron los espléndidos voluntarios de la Asociación Perou, que habían construido una iglesia-escuela de madera en el campo para ayudar a integrarse a los gitanos.
El 1 de abril, al amanecer, la policía derribó el campo de Ris-Orangis con su iglesia-escuela incluida, y desalojó a sus más de 200 habitantes, incluidos 40 niños. Muchos de ellos tuvieron que buscar refugio en una iglesia cercana ante la negativa del ministerio del Interior a facilitarles un alojamiento alternativo. Así quedó el campamento tras la visita de la policía, que invocó razones sanitarias para desmantelar las chabolas, que a diferencia de otros lugares tenían agua y luz (foto Mouvement).
El desalojo no es casual ni mucho menos un hecho aislado. Ris-Orangis era un lugar simbólico, un proyecto de integración que funcionaba con la ayuda de la sociedad civil. Tras la visita de Galván, los niños apartados fueron inscritos en el colegio gracias a la presión del ministerio de Educación. Pero en las últimas semanas, el ministro del Interior, Manuel Valls, ha ordenado aumentar la intensidad de las políticas represivas contra los gitanos, y ha habido numerosos desalojos forzosos seguidos de un aumento de las expulsiones forzadas.
En el primer trimestre del año, más de 4.000 gitanos han tenido que abandonar ya sus lugares de residencia, y de ellos más de un millar lo ha hecho después de que sus campamentos fueran atacados o incendiados, según los datos de la Asociación Europea por los Derechos Humanos.
Como pasó en Nápoles hace unos años, el trabajo se lo reparten entre los ciudadanos (1.007 desplazados por ataques), la policía (2.873) y las repatriaciones (272). En 2014 los rumanos podrán trabajar legalmente en Francia y al parecer muchos tiene prisa por echarlos antes de que eso suceda.
Los bomberos, durante el incendio de un campo Rom, el 7 de febrero en Bobigny. AFP/ Pascal Raymond
Como pasa desde hace siglos, la minoría rom y sinti es el chivo expiatorio preferido de los gobernantes, se consideren estos a ellos mismos progresistas y socialistas o no, sobre todo cuando las cosas vienen mal dadas. En este caso, el ministro que más presume de defender los valores de la República ha ordenado, al revés, la violación institucional de los más elementales derechos humanos de los niños, mujeres y hombres gitanos que vinieron hasta Francia -y en algunos casos, nacieron aquí- buscando un trato mejor que el que reciben en sus países.
Este recurrente olvido de los valores republicanos -igualdad, libertad, fraternidad- tampoco es nuevo en la segunda economía de la zona euro, que lleva décadas mostrándose incapaz de encontrar una solución decente a un problema de integración que la Unión Europea financia con fondos nada desdeñables desde hace décadas. Pese a las condenas del Consejo de Europa, Francia prefiere pagar el precio de sufrir ese -pequeño- escarnio público que ponerse a trabajar seriamente en hallar una solución civilizada al "problema".
Israel Galván saluda a un niño en Ris-Orangis. Foto: MEHDI FEDOUACH (AFP).
Quizá por cálculo político, quizá por convicción ideológica, o tal vez por ambas cosas, la fórmula elegida por Valls calca la adoptada por Nicolas Sarkozy en 2010, cuando empezaba su declive final. Pero ahora resulta especialmente llamativa -y dolorosa- porque la decisión lleva el sello del presidente socialista François Hollande, que siempre prometió que su Gobierno no haría explusiones de masa, sino caso por caso, y jamás repetiría la estigmatización de las minorías a la que se entregó sin filtros su antecesor. Claro que, hace unos días, Hollande dijo en televisión que ya no era un presidente socialista sino "el presidente de todos los franceses" (olvidó añadir payos).
Con los sondeos batiendo uno tras otro récords del descontento social, la "solución gitana" siempre resulta provechosa y rentable, sobre todo si la ejecuta la supuesta izquierda. Da una -falsa y patética- imagen de autoridad y seguridad; tiene asegurado de antemano el aplauso de la derecha; calma y colma la vena populista de los exasperados alcaldes, sean estos del signo que sean, y desvía la atención de la realidad que viven los restantes 65 millones de habitantes.
Que la solución resulte indigna de un país avanzado, próspero y democrático, que recuerde mucho al peor fantasma de la segregación racial que precedió al exterminio organizado de los años treinta, y que constituya una vergüenza y una ignominia para Europa entera, todo eso a los gobernantes parece importarles menos. Al fin y al cabo, el más débil, si es extranjero y más aun gitano, no vota ni votará nunca.
Para los que quieran saber más, resulta muy revelador el último informe de Amnistía Internacional Francia, que se puede leer en línea aquí.
Y para los que vivan en París y no tengan estómago para soportar esta barbarie, el sábado a las 14.30 AIF ha convocado una manifestación en la plaza de Bastilla para protestar por el maltrato a la comunidad romaní y decir basta a las expulsiones forzosas. Estarán la actiz Fanny Ardant, el actor Yvan Le Bolloc'h, la violonista Sarah Nemtanu y la fanfarria balcánica Haidouti Orkestar.
Que suene la música, que se muevan las caderas. Como decía Lorca, lo que importa es el espíritu. Y los políticos incompetentes no podrán jamás con el espíritu.
Hay 7 Comentarios
arriba todos los gitanos
Publicado por: Dípticos A6 Grande | 15/04/2013 18:24:26
Yo pienso que son los de fuera los que molestan no son los gitanos nativos de aquí, ellos vienen aquí a vivir mal y a molestar a la gente.
Publicado por: addmeet | 08/04/2013 18:35:28
Ciertamente es una vergüenza que las autoridades francesas procedan de este modo con esta minoría que, lleva siglos viviendo en Europa. En países sudamericanos viven gitanos la mayoría procedentes de la ex Yugoslavia,que llegaron quizás al término de la 2GM. Se han integrado en estos países, envían los niños a la escuela, la mayoría de ellos son comerciantes del rubro automotor, y han prosperado en base a una conducta ejemplar.¿Por qué no puede darse esto mismo en Francia? Porque estamos llenos de PREJUICIOS y nos creemos los campeones de la Igualdad, la Fraternidad, la Libertad. Pero no lo practicamos ni en el váter.
Publicado por: Beatriz Basenji | 06/04/2013 2:27:45
Ya que este corresponsal es tan fino y sabe francés, por lo menos podría escribir "République" correctamente, ¿no?
Atentamente.
Publicado por: RAUL | 05/04/2013 21:53:37
Ah,ya, que queda muy !cool !eso de ir de flamenquito desde París. Imagino que presumiendo de paisanaje con Picasso y Enrique Gran,¿no?. !Venga ya...!
Publicado por: Visentini | 05/04/2013 21:38:31
Señor Mora, le dejo que venga un par de semanas de vacaciones a mi barrio. Podrá "disfrutar " del savoir faire gitano. Con tablaos improvisados hasta las 3. Inmundicia en la calle descontrolada y faltas de respeto continuas al vecindario. Bienvenido.
Publicado por: Visentini | 05/04/2013 21:36:37
Que lastima, esto no para...Como siempre Editor, el dedo en la llaga, es en verdad triste leer la cronica, pero alegra el corazon que aunque por muy jodidos no estan solos, y alguien todavia baila para ellos, aunque lo que necesiten son sentido comun y solidaridad de esos gavachos sajones..que miedo me da esta Europa, empieza a parecerse demasiado a la de nuestros abuelos, y aqui ya estamos todos avisados..Grande Miguel, sus cronicas son siempre bien recibidas y leidas!
animo
Publicado por: will | 05/04/2013 13:58:10