Algo tiene que haberse cruzado en la cabeza del actor estadounidense Vincent Gallo. Quizás impulsado por la actual decadencia de la industria cinematográfica tradicional, Gallo ha enviado una amenaza de demanda a través de sus abogados, no sólo a la artista canadiense Jillian Mcdonald, culpable de haber creado una obra que le involucra, sino al mismísimo Whitney Museum de Nueva York.
La obra incriminada es un antiguo proyecto que Jillian Mcdonald realizó para el Artport, el portal online dedicado al media art del célebre museo americano, comisariado por Christiane Paul, que tras muchos años de intensa actividad, debido a la crisis económica, ha tenido que reducir sus producciones.
To Vincent, with Love, realizada por Mcdonald en 2004, es un vídeo collage, que se puede exponer también como instalación audiovisual, en el cual la artista aparece integrada en cuatro breves secuencias sacadas de Buffalo ‘66, una célebre película protagonizada por Vicent Gallo. No es la primera vez que Mcdonald utiliza esta estrategia creativa. Ya lo hizo en 2003 con Me and Billy Bob, un proyecto centrado en su obsesión por el actor americano Billy Bob Thornton y en 2005 con Screen Kiss, un vídeo donde a raíz del desinterés de Billy Bob Thornton por su anterior proyecto, pretendía suscitarle irónicamente celo besando Vicent Gallo, Daniel Day Lewis, Johnny Depp y Angelina Jolie entre otras celebridades.
Hace unos días la artista añadió a su sitio web una página (ahora inactiva...), donde denunciaba el ataque de un actor que se proclama “independiente y socialmente comprometido” contra su trabajo artístico con estas palabras: “I just received a cease and desist letter from Vincent Gallo’s attorney suggesting I added no creative material in making my video, which took me 8 months to make in 2004”. Mcdonald asegura que en la carta, los abogados detallan como To Vincent, with Love ha causado daños personales a Gallo y la instan tratar el asunto de manera confidencial y de paso a encontrar una manera para resarcir el actor por los “perjuicios” subidos.
Actualmente tanto esta página como la obra incriminada han desaparecido de la web de la artista, mientras la pieza sigue online en el Artport del Museo Whitney.
Lo más sorprendente y casi ridículo es que este conflicto haya surgido ahora por una obra que lleva casi diez años en la red. Quizás la única explicación se encuentra en la inminente Bienal del Whitney, que se inaugura el 1 de marzo e incluye Promises Written in Water, un drama cinematográfico escrito, directo, editado y producido por Vincent Gallo, que ya lo estrenó en la última edición de la Muestra del Cine de Venecia.
Parece increíble que un actor como Gallo haya visto en el asunto una manera de promover con polémica su participación en la célebre bienal, así que quizás simplemente no le gusta el media art.
Hay 1 Comentarios
A nosotros SI que nos gusta ;-)
Publicado por: Paloma G. Díaz | 20/02/2012 12:39:47