¿Quiere usted disfrutar de una nube real en su habitación? El artista holandés Berndnaut Smilde (Groningen, 1978), puede proporcionarle la asombrosa experiencia. Asombrosa porque evidentemente no se trata de humo ni de niebla o parecidos, sino de una verdadera nube con todas las de la ley, que Smilde crea al instante mediante una reacción química, descubierta tras meses de investigaciones y controlando atentamente factores como temperatura y humedad.
Quizás el proyecto no se adapte del todo a lo que solemos definir new media art, arte de los nuevos medios, pero tampoco procede de las disciplinas artísticas tradicionales y sin duda su originalidad y su naturaleza efímera le acercan muchos más al talante experimental de las nuevas tecnologías.
Hasta el 4 de julio los que se encuentren en Bari (Italia) tendrán la posibilidad de ver Berndnaut Smilde en acción en la Sala Murat, en el marco de la exposición A chaos theory. “Hemos seleccionados las obras con el objetivo de analizar la continuidad entre estática y movimiento, entropía y serialidad, orden y tumulto, arquitecturas visivas y geometrías sonoras”, aseguran Fausta Bolettieri y Roberto Lacarbonara, comisarios de A chaos theory. Junto al trabajo de Smilde, la muestra reúne una estructura modular en equilibrio precario de Daniela Corbascio, unas grandes telas monocromáticas y tres instalaciones de Luigi Giandonato y una de las celebres instalaciones sonoras del artista suizo Zimoun, del que ya escribimos en el Silicio.
“Las nubes de Smilde son obras efímeras compuestas por partículas de agua mezcladas con pequeños cristales de hielo que surgen de la nada, en un proceso de desmaterialización de los elementos físicos y visuales”, explican los comisarios. Las nubes tienen una vida extremadamente breve, tan sólo duran unos diez segundos, durante los cuales el artista capta unas fotografías y graba un vídeo que luego se quedan en el espacio expositivo. De ese modo, por un lado constituyen la memoria poética de una acción minimalista y fugaz y por el otro permiten apreciar con todo detalle el proceso de formación y disolución de la nube.
“Puedes interpretar una nube como un signo de mala suerte, pero puedes también verlas como un elemento imprescindible del paisaje de las pinturas holandesas clásicas convertido en un objeto efímero para una sala expositiva tradicional”, comenta el artista.
Sus creaciones fugaces constituyen el apogeo y a la vez el punto de partida de un proceso creativo, que se despliega en fotografías y vídeos. Fascinado por las habitaciones y los espacios cerrados vacíos, Smilde bautizó Nimbus su primera serie meteorológica, una secuencia de instantáneas en una habitación de paredes azules con nubes que evocan los cielos de Magritte.
El segundo de los dos vídeos que hemos colgado recoge la documentación de la acción que tuvo lugar el pasado febrero en el Hotel MariaKapel (HMK), un centro de residencia para artistas cerca de Ámsterdam. Las fotografías, que se captaron en esta ciudad holandesa, pertenecen a la serie Nimbus II y se exponen hasta el 22 de julio en la célebre galería Saatchi de Londres, reunidas en Out of Focus: Photography, una colectiva dedicada a la fotografía de autor.
Pero Smilde no es el único artista que trabaja con nubes. En el ámbito digital nos acordamos de otros ‘artistas en las nubes’ ¿Cómo olvidarse de Cory Arcangel y su célebre Super Mario Clouds? Era 2002, la web 2.0 estaba aún en pañales y Arcangel, ahora reconocido artista de la nueva vanguardia americana, experimentaba jugando con metáforas y modificaciones de juegos comerciales. En Super Mario Clouds, que más adelante se convirtió en una instalación audiovisual y se expuso en la Bienal del Whitney Museum de 2004, Arcangel modificó un cartucho de Super Mario para la consola NES, transformándolo en una secuencia animada en la que todos los detalles del juego original habían sido eliminados, menos las nubes. El vídeo en Internet todavía no había irrumpido en las plataformas de la época y su obra se convirtió en una gif animada en la que las nubes originales del juego de Mario se desplazaban hipnótica e inexorablemente en la pantalla, algo así como un homenaje a la era de los videojuegos en 8-bits y a la estética de las videoconsolas.
Lo más reciente llega de Nueva Zelanda. Se trata de The Cloud Project o Aotearoa, que en el lenguaje maori se puede traducir como “la tierra de la larga y blanca nube”, una instalación del colectivo estadounidense SWAMP, que consiste en una maleta misteriosa. Cuando alguien se acerca y la abre, de su interior sale una nube que se levanta y por sí sola va ganando altura.
Las nubes se producen mediante una mezcla de surfactante, helio y aire comprimido, que al abrirse la maleta, generan pequeñas masas de espuma, que se dispersan en la atmósfera tomando altura. El colectivo SWAMP (Studies of Work Atmosphere and Mass Production), formado por Matt Kenyon y Douglas Easterly, trabaja temáticas que abarcan de la vida artificial al activismo, criticando el impacto ecológico de las actividades industriales y los intereses de las corporaciones multinacionales a través de proyectos que, como The Cloud Project, implican una crítica al calentamiento global y a la contaminación.
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Publicado por: Paloma Ctrl | 26/06/2012 18:13:10