El chascarrillo se iba difundiendo como un mantra entre el público que abarrotaba la Xpo Gallery de París el día de la inauguración de FULL SCREEN, la más reciente provocación del artista, activista y comisario alemán Aram Bartholl: una exposición colectiva que plantea el fin de la pantalla como la hemos conocida hasta ahora.
Vídeos, animaciones y proyectos de net.art, en total 12 obras de artistas tan célebres como el mismísimo Ai Weiwei y jóvenes creadores reconocidos como Evan Roth y Rafaël Rozendaal, se exponen simultáneamente en una pantalla desmesuradamente grande y en unos relojes inteligentes (smartwatch) que los visitantes puede llevar en la muñeca.
“Cada obra se presenta de forma independiente en un reloj de pulsera y al mismo tiempo todas las 12 piezas se alternan por dos minutos en una pantalla de grandes dimensiones”, explica al Silicio Aram Bartholl, para justificar su bizarra puesta en escena. La protagonizan unos relojes que han perdido su función originaria y que pese a ser de última generación, parecen anticuados por su tamaño y una pantalla gigante de diez metros de largo, apoyada en el suelo de la Xpo Gallery, que con sus dimensiones exageradas llega a crear un efecto pixelado en el que prácticamente se pierde la calidad y la definición de la imagen.
“Las pantallas desaparecerán pronto como objetos físicos para ser reemplazadas por una luz láser proyectada directamente en la retina del ojo. Los píxeles hacinados en un rectángulo serán historia igual como la pintura al óleo es historia al día de hoy”, indica Bartholl, que ha realizado una selección de obras audiovisuales originariamente concebidas para soportes y presentaciones distintas de la pantalla tradicional.
Entre los 12 participantes de FULL SCREEN, la estrella internacional es el artista y disidente chino Ai Weiwei, un creador que se ha enfrentado al silencio y la censura que le imponía gobierno chino armado del enorme eco que le podía ofrecer una plataforma como Internet. Una cuenta en Twitter con más de 240.000 seguidores y sendos proyectos en la red como la WeiweiCam o Moon, realizados con la colaboración de Ólafur Elíasson, demuestran hasta qué punto Ai Weiwei utiliza la red. En la Xpo Gallery el artista presenta Dumbass, un vídeo musical de cinco minutos de duración que ha tenido una fuerte repercusión en YouTube, creado en colaboración con el músico Zuoxiao Zuzhou. Dumbass es uno de los temas que componen el álbum The Divine Comedy, que se publicó para celebrar el segundo aniversario de la liberación de Weiwei después de 81 días de reclusión.
Entre las demás obras, todas más estrechamente relacionadas con el medio digital, destacan propuestas muy logradas como el reloj de arena digital de Vincent Broquaire. Minute after minute escenifica unas animaciones digitales que cuestionan como nos enfrentamos a los dispositivos electrónicos y el significado del tiempo y la materia cuando se trabaja con soportes digitales. Es un reloj también Sémantique du présent non exhaustif de Paul Souviron, donde la manecillas han sido sustituidas por símbolos religiosos y emblemas de sociedades secretas.
Conocida por sus performances en la red, delante de una webcam, que recuerdan los trabajos de Alex Bag y Pipilotti Rist, la californiana Petra Cortright presenta Buggin out, un vídeo de solo dos minutos, “porque –afirma ella– nadie aguanta más que eso”. En Buggin out como de costumbre, actúa dejándose mirar, coqueteando con el espectador y manipulando su imagen modificando el tamaño de sus ojos en tiempo real como si fuera un dibujo manga o un lienzo de Margaret Keane.
El net.artista francés Constant Dullart participa con una animación inspirada en su proyecto para la web The Sleeping Internet, donde el buscador de Google oscura rítmicamente la navegación simulando el proceso de pausa de un ordenador Apple. En The Sleeping Sunset sucede lo mismo a partir de una imagen que ha circulado en las redes sociales y los medios de comunicación el pasado mes de enero y que finalmente ha resultado ser falsa. Esta imagen logró dar a conocer de manera viral que el gobierno chino hacía frente a la espesa capa de contaminación de Pekín permitiendo ver a sus ciudadanos los amaneceres en una pantalla gigante en la plaza Tiananmen.
“La reciente evolución de las tecnologías informáticas sugiere una inminente extinción de las tradicionales pantallas físicas, poniendo de relieve la necesidad de dar una respuesta a cómo se presentarán en el futuro las obras concebidas para ser proyectadas”, reflexiona Bartholl, un artista que lleva ya una década rompiendo esquemas con sus exposiciones alternativas. Desde que descubrió lo interesante que podía ser empotrar una memoria USB en una pared, se ha dado a conocer por curiosas iniciativas como los DVD Dead Drop, exposiciones para llevar que el público podía conseguir introduciendo un DVD virgen en una grabadora empotrada en una pared del Museum of the Moving Image de Nueva York o los Speed Show, exhibiciones extemporáneas de net.art en cibercafés que duraban menos de un día o la controvertida muestra de 2013 con obras de net.art offline, en la misma Xpo Gallery de París.
Entre los artistas más conocidos de FULL SCREEN no podía faltar el ubicuo Rafaël Rozendaal con everything always everywhere.com, una de sus típicas páginas web abstractas y coloreadas. Falta poco para que Rozendaal alcance los 100 ejemplares de su numerosa y afortunada serie de piezas sencillas y eficaces, que luego vende como si se tratara de lienzos digitales en la red.
Evan Roth regresa con un nuevo proyecto de net.art, que cuestiona las leyes estadounidenses creadas para proteger el derecho de autor hasta 70 años después de la muerte de un creador. En christopher-george-latore-wallace.com, Roth presenta un reloj de cuenta atrás del tiempo, para poner en evidencia que el trabajo artístico del rapero Christopher George Latore Wallace, conocido como The Notorious BIG, no será del dominio público antes de 2067. Este proyecto pone en tela de juicio las leyes del derecho de copia, que protegen exclusivamente la industria musical y al día de hoy resultan obsoletas, aún más teniendo en cuenta que la cultura de la remezcla fue inventada por la propia escena rap.
La selección se completa con propuestas de Jennifer Chan, Oliver Laric, Sara Ludy, Raquel Meyers y Addie Wagenknecht, que sorprenden por su puesta en escena, ya que no suele ser habitual ver el público mirar una obra en un reloj de pulsera. “Vamos a celebrar las buenas y viejas pantallas mientras aún las tenemos. Perdone, pero ¿sabe qué hora es?”, concluye Bartholl.
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Hay 2 Comentarios
Arte es la voz cálida de esta chiquilla. http://www.youtube.com/watch?v=G-JZJvcT2Q0
Publicado por: Vibrimar | 24/03/2014 14:02:29
El arte en todas sus líneas, tiende a mostrar la incomprensión y las posibilidades sin explorar. Las formas modernas con sus performances, o expresiones digitales, reflejan las mismas inquietudes de siempre. Pienso que todas son compatibles y convivirán en el futuro.
Publicado por: Nely García | 24/03/2014 8:53:13