Siempre de actualidad, sobretodo después de habérsele otorgado el Premio Nobel, la obra de Mario Vargas Llosa frecuentemente ofrece ángulos novedosos para interpretar en complicado mundos contemporáneo y no pocos capítulos de la historia del continente americano. En las primeras páginas de una de sus mejores novelas, Conversación en ‘La Catedral’“, un personaje secundario, pero crucial, de nombre Zavalita, se pregunta enigmáticamente: “¿En qué momento se jodió el Perú?”
Con esta indagación pretende desentrañar el origen del deterioro de de la historia del país andino que desembocó poco tiempo más tarde en el establecimiento de la dictadura (una más en el país) de Fujimori. Quizá para desentrañar la respuesta a esa pregunta, el mismo Vargas Llosa se presentó como candidato a la elección presidencial y fue derrotado estrepitosamente el mandatario de origen japonés. El escritor se arrepentiría más tarde de su error y quizá fuera el último intento de un intelectual en capturar el poder en América Latina. Pero la pregunta de Zavalita sirvió para indagar acerca de numerosos misterios del continente.
En las últimas décadas, similar búsqueda se ha hecho sobre la potencia hegemónica del norte: ¿en qué momento se jodió Estados Unidos? ¿Cuándo lo que estaba destinado a convertirse en punto de referencia y modelo para el resto de la humanidad, según Tocqueville en la perspectiva europea y Sarmiento den la latinoamericana, se había descarriado? Se dirá que ya en los albores del imperialismo norteamericano que llevó a tragarse más de la mitad del territorio mexicano y luego causando el “Desastre” de España en el 1898, Washington había dado suficientes señales de peligrosidad en poner en práctica el destino manifiesto y la “doctrina Monroe”. Lo cierto es que a lo largo de la primera parte del siglo XX, a Estados Unidos se le podían perdonar algunos pecados por insistir tenazmente en implantar su modelo de desarrollo capitalista y democracia liberal al resto del planeta, especialmente en el propio continente americano y en Europa. Si el Senado norteamericano no le permitió a Wilson sublimar su plan de la Sociedad de Naciones, la segunda oportunidad la tuvo Estados Unidos en Europa y el Lejano Oriente al domar contundentemente al nazismo y aplastar, nuclearmente, al Japón.
Pero casi a renglón seguido Estados Unidos dio muestras incómodas de deterioro en su fibra político-moral. Por decirlo crudamente, se comenzó a j. al adoptar la estrategia de enfrentarse a amenaza soviética a cualquier precio. Paradójicamente, la base teórica de ese error está ya presente en el famoso discurso de Kennedy en su toma de posesión. Prometió enfrentarse a cualquier enemigo, aliarse con cualquier amigo, pagar cualquier precio, para logar el triunfo de la libertad. Pagar cualquier precio incluía formar contubernios con dictadores de toda clase y apoyar a “nuestros hijos de p.”, según la frase atribuida a F. D. Roosevelt para justificar su respaldo a Anastasio Somoza. En esos momentos, se representó el primer acto de la decadencia moral de Estados Unidos, pagada de forma carísima en Vietnam, aunque tenuamente justificada en Corea.
Pero el segundo capítulo de esta violación de los principios se produjo en plena presidencia de Richard Nixon. La mentira se aposentó en la Casa Blanca. Eran las primeras horas del 17 de junio de 1972, hace cuatro décadas. Un guardia de seguridad del complejo de oficinas y residencias llamado Watergate, sito en pleno corazón del poder político de Washington, con vistas privilegiadas al Potomac, a un tiro de piedra del flamante Kennedy Center, sede de conciertos, detectó que se había producido una entrada ilegal en el edificio. Raudo, en lugar de tirar del hilo por su cuenta, llamó a la policía y una cuadrilla de cinco intrusos fue pillada in fraganti en el interior de la oficina nada menos que del Comité Nacional del Partido Demócrata, que se enfrentaba a los republicanos presididos por Richard Nixon.
El grupo estaba compuesto por agentes del FBI y la CIA. Algunos tenían vínculos directos en el núcleo duro del exilio cubano en Miami, que nunca le perdonó a Kennedy el abandono en Bahía Cochinos. En un hotelito de Dupond Circle de la urbe floridiana se tramó lo que luego se planeó cuidadosamente en una habitación de otro hotel, un Howard Johnson entonces (hoy residencia de la Universidad George Washington), al otro lado de la Avenida Virginia, frente al Watergate.
El resto es historia bien conocida. Dos reporteros del Washington Post, Carl Berstein y Bob Woodward, se empeñaron en investigar lo que desde la Casa Blanca se justificó como un robo de tercera categoría. Los periodistas fueron arropados por un personaje enigmático que ha hecho historia de su nombre ficticio “ Deep Throat”, curiosamente el título de una película porno que causó furor en esos tiempos. Años después, la identidad del informante fue revelada: se trataba de un ex director adjunto del agente del FBI, Mark Fell, que de esa forma se vengaba de lo que consideraba tropelías del régimen, abusando de los mecanismos del poder que se debían emplear para su función primordial: garantizar la seguridad pública.
Uno a uno, “todos los hombres del Presidente”, según el título del libro de los reporteros y la película subsiguiente, los cómplices del desaguisado que protegían a su jefe máximo, fueron cayendo en desgracia, acusados de diversos delitos. Pero la violación mayor fue la de Richard Nixon: mintió desde el principio. Ya acorralado en 1974, dimitió de forma vergonzosa en un comunicado televisivo en el que mencionó a su madre (como pidiéndole perdón). En esos momentos, comenzó a j. Estados Unidos por segunda vez. Queda el recuerdo y el lugar exacto del crimen. Se recomienda como parte de los recorridos turísticos, a poca distancia del monumento a Abraham Lincoln, quien se debe estar preguntando todavía que para eso no hizo la Guerra Civil y ofreció un gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo. Lo contrario de la mentira de Nixon.
Hay 6 Comentarios
¡Qué pobreza de análisis! y ¡Cuánta subjetividad!
Lo más triste es que sea "catedrático" con tan pésima redacción escrita.
Publicado por: Susurro | 17/06/2012 23:46:52
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Publicado por: Lucky Luck | 17/06/2012 22:03:40
A mi me gusto el comienzo de la nota. En que momento se jodio los EUA? Pregunta que todos los ciudadanos de más de 40 años de edad nos hacemos. Somos una generacion que crecio viendo los EUA como una gran potencia. Lo tenia todo: ciencia, dinero, capital humano. La instigante pregunta prometia una buena análisis. Mas por alguna razon, los argumentos se perdieron en el camino. El punto de partida era bueno. Principios éticos y morales de los gobernantes se corrompen. La riqueza baseada en el trabajo árduo tan caracteristico de la cultura anglo-sajona se hace añicos. No es necesario ser adivino lo que vendria despues Mas, el análisis del autor se resume a describir el gobierno Nixon. Y....?
Publicado por: Patty | 17/06/2012 21:09:27
A mi me gusto el comienzo de la nota. En que momento se jodio los EUA? Pregunta que todos los ciudadanos de más de 40 años de edad nos hacemos. Somos una generacion que crecio viendo los EUA como una gran potencia. Lo tenia todo: ciencia, dinero, capital humano. La instigante pregunta prometia una buena análisis. Mas por alguna razon, los argumentos se perdieron en el camino. El punto de partida era bueno. Principios éticos y morales de los gobernantes se corrompen. La riqueza baseada en el trabajo árduo tan caracteristico de la cultura anglo-sajona se hace añicos. No es necesario ser adivino lo que vendria despues Mas, el análisis del autor se resume a describir el gobierno Nixon. Y....?
Publicado por: Patty | 17/06/2012 21:08:42
El Watergate debe ser recordado para que los ciudadanos no olvidemos el poder de los medios y de la investigación periodística para que los miserables que usan de malos modos el poder democrático salgan al descubierto.
http://casaquerida.com/2012/06/17/holocausto-en-honor-al-futbol/
Publicado por: Tinejo | 17/06/2012 21:04:01
Mr. Roy, no sé a qué va su nota: desde “se jodio el Perú”, M. V. Llosa, Nixon y la tragadura de México, Watergate, Kennedy, y el EEUU de ahora… ¿Qué busca decir? Si quiere decir que los EEUU se hunde, dígalo directo al punto. Los EEUU, como imperio vino para quedarse, para remilgo de hombres libres de ataduras ideológicas. Ese país de abejas no muere ni por viejo ni por obamiano. Se queda ahí para ejemplo prosélito, para que lo sigan y le rindan culto los amantes de las verdaderas democracias, hombres libres de euros que se hunde ahora como el Titanic…. Ese euro sí se va y pronto no quedará nada de esa arcadia que supusieron hace diez años como parangón socialistoide; nada! Se desmorona como la muralla de Berlín, el bloque socialista y ex Rusia. Comprenda que su nota destila algo que no pude poseer, a menos que sea norteamericano de fe y de convicciones. El primer pedazo de pan desgranado por añejo y podrido será Grecia, luego vendrán los otros mendrugos… ya lo verá.
Publicado por: Jordi | 17/06/2012 19:23:28