Joaquin Roy

¿Transición en Cuba?

Por: | 04 de marzo de 2013

Unos detalles, algunos insignificantes y otros dignos de meditación, del acontecer cubano merecen atención con el objetivo de evaluar si se está a las puertas de una transición. En rigor, Cuba está ya en transición desde la enfermedad de Fidel Castro que le obligó a abandonar el poder en su vertiente constitucional y jurídica, aunque no en la faceta efectiva. De una manera u otra, la sombra de Fidel es todavía muy alargada. Pero algo se mueve en Cuba. Lo que no se sabe exactamente es hacia donde y con qué velocidad, porque de momento la ralentización parece ser la norma. La ocultación de las fichas de dominó, juego muy cubano, es notoria. Pero incluso las fichas son finitas en número.

            La más reciente señal de lo que pudiera ser el principio de la transición es el relevo en la dirigencia de la Asamblea del Poder Popular, con la jubilación de Ricardo Alarcón, y el nombramiento de Miguel Díaz-Canel, de solamente 52 años, Migue-diaz-canel-cuba[1] como vicepresidente del Consejo. Al mismo tiempo, conviene reparar en el anuncio insólito de autolimitación del mandato de líder máximo que se ha impuesto el propio Raúl, anunciando su jubilación en el 2018, a cinco años vista. Aparte de que el plazo que se concede es optimista, por lo menos se compromete a un calendario y a un compromiso de que sus potenciales sucesores no rebasen la década en el poder.

            La otra notoria señal de que algo se mueve ostensiblemente es la autorización de viaje, dentro de un orden, para los cubanos que disfruten de un pasaporte. El resultado más espectacular de esta medida es que la bloguera Yoani Sánchez ha iniciado un periplo de conferencias y apariciones mediáticas en América y Europa. Teniendo en cuenta que sus escritos no tienen desperdicio y son extremadamente críticos del régimen, la tolerancia del gobierno cubano (o la impotencia para impedirlo) es digna de estudio. Nada se deja fuera de un guión.

Al mismo tiempo dos globos sonda fueron lanzados desde Europa y desde Washington. La UE se había adelantado a finales del año anterior al anunciar que acometería una serie de encuentros sin condiciones previas que pudieran desembocar en desencallar el espinoso tema de la Posición Común impuesta en 1996. Esta medida se tomó a renglón seguido de que Estados Unidos aprobara la ley Helms-Burton que codificaba el embargo, cuyo levantamiento se condiciona al final efectivo del régimen cubano.

Desde los aledaños de la Casa Blanca y el Departamento de Estado se filtraron rumores de la eliminación progresiva del embargo mediante la ampliación del comercio y el trasvase de ciudadanos. Teniendo en cuenta que Estados Unidos ya es el cuarto socio comercial de Cuba, la erosión producida por unas condiciones más favorables para comprar mercancía IMG_1324 terminaría por convertir la ley condicionante en meramente simbólica, dependiente de una decisión presidencial y el mutis del Congreso (esquema no fácil).

Pero si el plan europeo se edulcoró anunciando un mediano plazo de meditación, el paso decisivo de Estados Unidos se frenó mediante la alianza clásica formada por el núcleo duro del exilio cubano y la intransigencia del régimen de La Habana. Este reclama el todo o nada; el exilio exigía la condición final: el final del castrismo.

Obsérvese que si en los momentos álgidos los dos extremos están de acuerdo en mantener la tensión y conseguir la continuación del condicionamiento del embargo (que políticamente beneficia al régimen, como ya ha señalado la propia Yoani), en el entorno geográfico de Cuba, que se extiende desde México y Caracas hasta la Casa Blanca, el status quo parece ser la solución más conveniente, de momento. Cuba se ha insertado cómodamente en el nuevo y variopinto entramado político latinoamericano. Ha heredado la dirigencia de la CELAC, el invento pan-latinoamericano/caribeño para que todo estén presentes (menos Estados Unidos y Canadá) de nadie nada menos que el conservador presidente chileno Sebastián Piñera. La Habana no manda guerrillas a la liberación del continente. Por el contrario coopera en el proceso de paz colombiano. No se inmiscuye en el narcotráfico, al menos en el plano estatal. Garantiza la seguridad de Guantánamo. Sus vecinos están encantados con la ausencia de fuerte competencia real en turismo e inversiones. IMG_1337

En Washington este impasse es bienvenido con alivio y una buena dosis de hipocresía. Una Cuba en incierta convulsión por una transición apresurada es lo que menos desean los responsables del Pentágono.  Lamentablemente, si el genio pidiera elegir entre democracia y seguridad, la elección sería la estabilidad que solamente el régimen actual puede garantizar. Quizá Fidel haya desaparecido totalmente en el próximo lustro y una verdadera transición tenga lugar en Venezuela. De momento, para lamento de los que comprensiblemente exijan la ejecución del proceso, todo puede quedar fundamentalmente como en los últimos años. Raúl sabe que abrir excesivamente la espita económica, los reclamos se pueden derramar a la política, ya con la iniciativa de los ciudadanos, que hasta la fecha no han tenido la oportunidad de expresarse

Hay 6 Comentarios

Y cual es el modelo viable: el español? el americano? el sueco? cual es el modelo viable? que es un modelo viable? sabes?

Sociologicamente hablando el modelo social cubano es potencialmente una bomba que puede estallar en todo momento. Fidel mismo lo dijo: ese modelo no es bueno ni para Cuba. Fue un momento de lucidez y no de chochez, como algunos lo piensan.
La creación de riquezas en vistas de la satisfacción de las necesidades sociales, no es una perversión como lo creyó Carlos Marx. Y ese modelo, como lo comprendieron los soviéticos, es un desastre total. ahora los Castros tratan de deshacerse de la bomba. El problema es de saber si Miguel Diaz-Canel es tan listo como Teng Tsio Ping. Y si puede encontrar el camino que no tenga que llevar a la plutocracia y a la dictadura perfecta que esta construyendo el Partido Comunista Chino.

Sería interesante que Joaquin Roy escribiese sobre las relaciones China-Estados Unidos y verá la gigantesca hipocresía que corroe la política estaunidense. La diferencia con Cuba es evidente. China es una potencia nuclear y además con derecho a veto en el Consejo de Segruidad de la ONU. Luego, el bla bla democrático es solo eso, un eterno bla bla.

De que transicion habla este señor? los cubanos no necesitan ninguna transicion, al menos no mas que los españoles.

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Sobre el autor

Joaquín Roy es Catedrático Jean Monnet “ad personam” de Integración Europea y Director del Centro de la Unión Europea de la Universidad de Miami. Es Licenciado en Derecho (Universidad de Barcelona) y Doctor por la Georgetown University (Washington DC). Nacido en Barcelona, reside en Estados Unidos desde la administración Johnson.

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