Joaquin Roy

Siria, delenda est

Por: | 07 de septiembre de 2013

El abandono del titubeo de Barack Obama, para pasar a la acción contra el dictador sirio Bashar El Assad, tras el ridículo del primer ministro británico David Cameron al ser rechazado por su Parlamento para unirse a la estrategia de Estados Unidos, ha colocado al líder norteamericano en la recta final –en realidad un callejón sin salida. “Cartago, delenda est”, dice la historia que fueron las palabras proferidas por Catón Marcus_Porcius_Cato[1]el Viejo, senador romano, ante el persistente reto cartaginés. Expresaba el agotamiento de la paciencia de Roma por la tozudez de los cartagineses en competir por la hegemonía mediterránea al Imperio nacido a orillas del Tíber. Cartago rastreaba su origen al territorio de la antigua Fenicia, coincidente en sus dimensiones con parte de la actual Siria. Phoenicia_map-es.svg[1]

En las tres largas guerras “púnicas”, desde 264 a 146 a. C., Cartago se había burlado de los que insistían en capturar y mantener el monopolio del “Mare Nostrum”. Ese mar era un escenario natural para ejercitar el “destino manifiesto” del mayor imperio que haya existido en los aledaños de Europa. “Cartago, delenda est”: “Cartago, debe ser destruida”, según una de las traducciones más generalizadas, era el eco de las palabras de Catón.

            El resultado de ese decreto imperialista fue el cerco más descomunal que haya sufrido un enemigo de Roma. Liderado por Publio Cornelio Escipión Emiliano, el largo asedio del año 150 a.C., se ejecutó reforzado por fosos, empalizadas, innovadoras armas de todo tipo, y tras el ataque final, llegó el cumplimiento de la venganza advertida. Los desgraciados que no se pasaron a las filas romanas y que sobrevivieron los combates, y se rindieron bajo falsas promesas, fueron esclavizados o aniquilados. Por si acaso, para evitar la resurrección del antiguo competidor, la leyenda dice que los romanos sembraron el territorio circundante con sal, con el objeto de que la naturaleza no le jugara una mala pasada a los vencedores y facilitara el surgimiento de otra potencia adversaria.

            Los cartagineses habían incomodado a los romanos, no solamente inmiscuirse en territorios exteriores objeto de disputas, sino que se habían atrevido, liderados por Aníbal, a incursionarse en tierras de la península itálica, aunque no había podido penetrar la capital. Pero en esa segunda Guerra Púnica, el travieso estratega recorrió gran parte de la Península Ibérica, sur de Galia y media Italia actual montado en elefantes, 520px-Hannibal3[1]con los que cruzó, todavia en la actualidad para asombro mundial, los Alpes. Fue en cierta manera el paso de una línea roja, pero poco pudo hacer Roma para someter definitivamente a Cartago, y debió esperar a una nueva contienda.

            las huellas de esta estretegia son detectables para los visitantes a Túnez. Al dirigirse a los aledaños de la antigua Cartago desde el puerto de La Goulette, se sienten decepcionados. De la capital cartaginesa no queda nada, y solamente los restos de las construcciones romanas son prueba fehaciente del devenir histórico. Ruinas de termas y residencias nobles, un anfiteatro, algunas columnas identificables, son apenas las anclas para el fanático de la historia. Todo se halla a un tiro de piedra del actual palacio presidencial y las viviendas exclusivas de la nueva élite. Pareciera que nada ha cambiado desde la “revolución del jazmín”, que detonó lo que exageradamente se llamó “primavera árabe”. Siguen mandando una minoría y el resto anhelando por la emigración… a Roma y capitales del viejo imperio. Cartage-ruins

Por eso quizá los guías turísticos encaminan a los visitantes, luego de una escala rauda en un museo de modestas dimensiones, con cierta insistencia, a dos lugares emblemáticos, cercanos entre sí. Uno es un cementerio fenicio y el segundo son los restos del semicírculo del puerto militar de la antigua notable marina cartaginesa. En el cementerio se recuerda la insólita y cruel costumbre cartaginesa de ofrecer en sacrificio a los primogénitos varones. Quizá esa cruel tradición expresara la comodidad púnica en reclutar las necesarias fuerzas terrestres entre mercenarios externos. La marina, en cambio, era fundamentalmente indígena y constituía la mágica ancla del predominio en el resto del Mediterráneo gracias al comercio, más que a la ocupación de territorio.  El resto queda para la imaginación. Se da de esta manera la razón a los defensores de la leyenda de la siembra de sal.  Tunez-cement 

Obama cometió el error lógico de haber advertido que la manipulación y uso de armas químicas se considerarían como el límite que no estaría dispuesto a tolerar. Creyó que la admonición sería suficiente. Pero El Assad apostó que precisamente por pasar la raya y le haría pensar a Obama sobre las consecuencias de una acción drástica, que en el fondo el sirio creía que el presidente norteamericano no quería en realidad ejecutar. La pusilanimidad de los aliados durante más de un año ayudó a la continuación de la ambigüedad. El apoyo material y moral de Rusia, Irán y otros hicieron el resto.

Ahora, Obama y Kerry han insistido que no están en realidad repitiendo la amenaza de Catón y la estrategia consiguiente en terminar con el régimen sirio. No se trata –dicen- de la destrucción de Siria como estado, sino solamente en disminuir su capacidad, en primer lugar, de seguir produciendo armas químicas y luego usarlas irresponsablemente.

Hay que “degradar” la capacidad bélica de Assad, dicen desde el Pentágono, en un vocabulario de resonancias militares que no se entiende bien en las aulas de West Point y que MacArthur y Patton no firmarían. Pocos observadores sinceros, dentro y fuera de Estados Unidos, creen en la efectividad de esa promesa.

“Siria, delenda est”, en fin, se lee en los polvorientos caminos del país, navega en el Mediterráneo sobre las banderas de los destructores norteamericanos, y esas palabras en latín se escuchan claramente en Moscú, por muy difícil que sea la traducción. En Riad, Jerusalén y Estambul nadie lloraría por la caída del moderno régimen cartaginés entronizado en Damasco. Pero nadie lo dirá en público.

  El único obstáculo para que Obama no llegue a decidir la aniquilación del régimen de El Assad es que, sin sembrar la sal, en ese territorio surgirían como vencedoras las nuevas fuerzas que ahora se oponen al dictador. A renglón seguido se convertirían en enemigos quizá más letales de Washington y sus aliados, porque, en el fondo poco tienen que perder (ahora no tienen casi nada), en contraste con El Assad, que solamente le quedaría la (improbable) negociación.                             

Hay 8 Comentarios

Me imagino al autor del abyecto texto de cabecera llorando desde que empezó a ser evidente que sus anhelos de destrucción tardarán en materializarse...

Para quien anhele otras cosas, la paz y la verdad, recomiendo lo que sigue:

Verdades y mentiras sobre Siria: Las claves

http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/2013/9/26/verdades-y-mentiras-sobre-siria-i-claves-

Saludos cordiales.

Te imaginas a Obama emprendiendo su cruzada contra Franco ? que mundo es ese ? Tal vez habria sido bueno para España. Seria acosejable que se hiciera asesorar por un psiquiatra, En siria no hay mas que mercenarios luchando contra al Asad.

¿Mentiras Imperiales En Siria? ¿Cómo En Irak?

roberto dante - Lanús, Argentina

Al Assad acierta al expresar que una intervención directa del eje imperialista en Siria provocaría reacciones en cadena en el mundo antiimperialista. Lo cual, pondría al mundo todo en una situación apocalíptica de incierto futuro. Esto último lo saben las corporaciones que hegemonizan el poder económico internacional. Son nítidos sus contradictorios movimientos de los últimos meses.

Pero, no olvidemos que la tarea del imperialismo de turno es profunda en lo que se refiere a destruir las culturas, políticas y economías que se le oponen. Hablan de defender la libertad y la democracia, mientras asesinan, torturan con descaro y falta de humanidad. Por supuesto. Son defensores del libre comercio; mientras sostuvieron, sostienen o imponen las peores dictaduras en Latinoamérica, África, Medio Oriente que son obsecuentes con los actuales intereses del neoliberalismo. Siempre contra las necesidades y libertades de los pueblos.

¿De qué democracia hablan? ¿Sobre qué libre comercio mienten?

Estamos frente una coalición de los nuevos nazis del siglo XXI; pero sobre esto nada se difundirá por los Medios Oligopólicos de Comunicación. Sólo la mentira y la desinformación nos esperan. Es fundacional ampliar las cadenas alternativas de información y sostenerlas.

No quedan dudas que la reciente penetración imperial en Noráfrica se basa en un nuevo paradigma: “El derecho internacional de establecer Democracias” donde estén estacionadas “Las Dictaduras”. Pero, ¿quién estipula donde hay democracias y/o dictaduras?

No estoy hablando de “manos sucias”. Sino de seres –que se dicen humanos- hundidos en el barro más fétido.

A pesar de lo anteriormente desarrollado el horizonte no es tan negro. El Multiculturalismo del siglo XXI es un hecho irreversible -positivo-.
Es imprescindible trabajar aprendiendo a tomar lo mejor de cada cultura, y lograr la síntesis durante los caminos (diversos) para la recuperación del poder por los pueblos, que renacen, aunque intenten aniquilarlos al calificarlos como "daños colaterales".

OBAMA, RETURN NOBEL PEACE PRIZE!
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…”¡Obama, devuelve el premio Nobel de la Paz!”, es lo que estos días le están pidiendo, indignados, la mayoría de los ciudadanos norteamericanos a su presidente demócrata, Barack Obama, ante la insistencia de éste de atacar militarmente Siria. Y no les falta razón. Ya que Obama llegó al poder en EEUU, aprovechándose de los errores de Bush y de su guerra contra Irak. Una guerra en la que murió mucha gente inocente y en donde nunca se encontraron las armas de destrucción masiva que lo habían justificado todo.
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…Obama se presentó entonces como la antítesis de Bush, como el supuesto adalid de la paz mundial, como el defensor de los Derechos Humanos, como el inminente protector de la capa de Ozono, el valedor de la igualdad racial en EEUU y de los derechos de la comunidad latina, etc… Nada de esto ha cumplido. Pero lo que no puede permitir el ciudadano norteamericano es que su presidente traicione de nuevo la sensibilidad de un país con secuelas del pasado, defendiendo una nueva guerra injusta. Como todas las guerras.
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…Y el señor Obama está siguiendo por el mismo camino que siguió el pistolero George W. Bush en 2003. 1º) Trata de manipular al Congreso norteamericano llamando a su proyecto militar: “intervención militar limitada” en Siria y usando las palabras “prevenir” y “disuadir”, com si eso no ocasionara muertes; 2º) Intenta desacreditar a los organismos internacionales cuando éstos no le dan la razón: “Si utilizamos el Consejo de Seguridad de la ONU como una barrera, entonces la gente se convertirá en escéptica del sistema y dejará de creer”, ha afirmado recientemente, ante el muy posible veto de Rusia y China a la intervención militar; 3º) Está adoptando la misma actitud mesiánica de Bush: “Fui elegido para poner fin a las guerras, no para comenzarlas, pero el mundo no puede permanecer con los brazos cruzados”, ha afirmado estos días.
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…Por último, el señor Obama trata de engañar a la Comunidad Internacional difundiendo imágenes de población civil gaseada en Siria, cuya autoría podría provenir de los propios opositores al régimen de Bashar Al Assad, a fin de forzar la propia intervención internacional y la caída del gobierno sirio.
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…En definitiva, el gobierno demócrata estadounidense no es ese jardín florido que nos regalaba los oídos hace unos años y, más bien, sigue llevando en las venas el aire imperialista y destructor de sus predecesores. Que tenga que ser Vladimir Putin quien pida calma y diálogo para resolver el problema sirio –y no este premio nobel de pacotilla- ya manda güevos, como diría aquel.

En Siria hay un pueblo que lucha para defenderse y los suyos de la muerte,vencerá el pueblo al final del túnel, el pueblo Sirio quiere libertad ,democracia,justicia,dignidad e igualdad como todos los pueblos y no quiere hacer enemigos sino quiere más amigos,parece ser cuando un musulmán se mueve por sus derechos empiezan asonar los tambores de las cruzadas por la otra orilla cristiana;el pontífice (Ex) dijo:¡ armar al pueblo Sirio es un pecado! y al actual dice no a la guerra contra el Assad ,pero ninguno dice nada respeto a 12.000 niños masacrados por el régimen antes con machetes,cohetes y después con armas químicas.

El pueblo Sirio,su única arma es la verdad y en la realidad la temen sólo los fariseos .
Un Saludo

Excelente enfoque, maestro !

Yo fui a Siria y luego no podía salir, mire usted: http://www.losmundosdehachero.com/viaje-a-siria-atrapado-en-la-frontera-mientras-el-ejercito-libre-de-siria-toma-ras-el-ain-1/ Me temo que a los norteamericanos les va a pasar lo mismo....

Los artículos de los periodistas españoles cipayos, chupamedias, serviles DAN ASCO.

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Sobre el autor

Joaquín Roy es Catedrático Jean Monnet “ad personam” de Integración Europea y Director del Centro de la Unión Europea de la Universidad de Miami. Es Licenciado en Derecho (Universidad de Barcelona) y Doctor por la Georgetown University (Washington DC). Nacido en Barcelona, reside en Estados Unidos desde la administración Johnson.

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