Ayuda al Estudiante

Ayuda al Estudiante

El ecosistema educativo tiene un triángulo esencial: estudiantes, padres y profesores. Lo demás es contexto. Si este se sitúa en el centro de gravedad, algo va mal. Los análisis sobre educación tienen un peligro casi invisible: la paralización fascinada por lo mal que estamos. Descalificar sin analizar es injusto y analizar sin proponer alternativas, estéril. Así que el propósito de este blog es claro: ayudar a estudiantes, padres y profesores a encontrar alternativas de mejora.

Gracias

Por: | 17 de junio de 2014

Querido lector:

Todo llega a su fin y este blog no es la excepción.

Lo primero que quiero es darte las gracias muy cariñosamente por haberme permitido colarme en tu vida durante 501 días, desde el 12 de febrero de 2013. Han sido desde entonces 136 artículos, de los cuales 63 han estado a cargo de autores invitados. Como no puedo adivinar qué huella te hayan podido dejar, espero y deseo que al menos te hayan reconfirmado un principio básico: que todos debemos esforzarnos, de forma específica y sostenida, para educar a nuestros niños y jóvenes. No solo el resto del mundo, sino cada uno de nosotros, en primer lugar, nos toque el papel que nos toque. Solo así estaremos en condiciones morales de exigir a los demás, empezando por nuestros propios hijos e hijas. Eso es algo que no siempre cumplimos.

Supongo que algunos os preguntaréis por qué termino aquí. Evitaré suspicacias asegurando que se ha debido estrictamente a mi propia decisión, que tomé in pectore a principios de año (si bien es cierto que unos meses después de tomarla conocí que el periódico estaba replanteando el tema general de los blogs). Desde que Vicente Jiménez, ex director adjunto, me ofreció publicar el blog en EL PAÍS, la acogida ha sido espléndida en todo momento, incluyendo a Lola Huete, responsable de blogs durante ese tiempo, y a Natalia Marcos, siempre dispuesta a sacarme de apuros técnicos. Si Ayuda al Estudiante ha podido llegar a miles de lectores ha sido gracias al periódico (que hace tiempo fue mi casa durante una década). Así que solo tengo palabras de agradecimiento, porque no es nada fácil (y seguirá sin serlo) que los medios acojan propuestas educativas en las que el ingrediente político está tan en segundo o tercer plano como lo ha estado en este blog.

He decidido abordar nuevos proyectos que no me dejarían dedicarle al blog el tiempo que requiere. Prefiero dejarlo con dignidad antes que hacerlo de cualquier manera y provocar su degradación o su prolongación en vida vegetativa. De hecho, en la última frase de este post, que iniciaba hace más de cuatro meses la serie sobre el método de estudio, ya anticipaba un poco crípticamente que se acercaba el final.

Aprendí de niño que es de bien nacidos ser agradecidos. Así que dejo constancia, una vez más, de mi extraordinario agradecimiento a los lectores, especialmente a los reincidentes. No imaginaba que serían tantos, porque siempre he sospechado que en la sociedad y en el entorno político se habla de la importancia de la educación más como proclamación retórica que por interés real. De ahí mi sincera sorpresa por la buena acogida que tuvo el blog entre los lectores. Tenía mis serias dudas.

Muchas gracias a los centenares de lectores que se molestaron en dejar comentarios semana a semana. En todos ellos se observaba un interés sincero, cuando no una auténtica pasión por la educación, y me enorgullece haberlos tenido como lectores. Algunos de ellos provocaron incluso que les pidiera un artículo para publicar en el blog. A estos, gracias por partida doble.

En cuanto a los autores invitados, a quienes se debe el 46% de los artículos publicados a lo largo de este casi año y medio, mi nivel de agradecimiento se dispara. Algunos tenían gran prestigio y experiencia en publicación de artículos y libros, y otros no. Pero todos ellos reaccionaron encantadísimos a mis propuestas de publicación. Como es complicado hacerlo individualmente, quiero expresarles desde aquí mi admiración, e incluso mi más entusiasta envidia intelectual: me hubiera gustado ser yo quien escribiera sus artículos. Pero me alegro mucho de que hayan sido ellos.

Quiero dar las gracias a todos mis profesores, especialmente a la mayor fuente de inspiración en toda mi vida educativa, Joaquín Plans, ya fallecido, a quien dediqué un artículo hace un año, y a la maestra que me enseñó a leer en su pequeña aula, doña Ramona. Aún vive, y me acuerdo inexorablemente de ella cada día, cada vez que tengo un libro entre las manos. También gracias a muchísimos de mis compañeros, singularmente los maestros de la educación pública Juana Madrid y Abilio Ruiz, de quienes tanto he aprendido.

Mi madre, Paula Jiménez, maestra de Infantil recientemente fallecida, me enseñó día a día, año a año, que el verdadero termómetro de las sociedades (y las personas) civilizadas es el respeto y agradecimiento a sus profesores. Así lo pienso, más allá de los muchos errores que puedan cometer cada día en su trabajo, por los que, naturalmente, no están libres de cualquier crítica profesional, por profunda que sea. Es más, por mi cuenta y riesgo he llegado al convencimiento de que, sobre la valoración que cada sociedad hace en el fondo de sí misma, no es fácil encontrar mejores indicadores que el aprecio y la valoración que otorga a sus profesores. Gran parte de las demás ostentaciones patrióticas son meros juegos florales.

Por último, no puedo dejar de dar las gracias a todos esos chicos y chicas a los que, en alguna medida, he contribuido a educar. Creo que, en realidad, ellos me han educado a mí.

 

NOTA DE LOCALIZACIÓN

Quizá parezca algo a contracorriente, y lo es, sobre todo después de la ejemplar exhibición de poderío realizada por Podemos en las pasadas elecciones, pero he decidido suspender mi presencia activa en las redes sociales. Ello, a pesar de lo muchísimo que agradezco su interés a quienes me han seguido hasta aquí. Ahora, mi dirección de contacto pasa a ser solo [email protected].

 

 

Los exámenes en 40 pautas

Por: | 16 de junio de 2014

Examen 1
EL MÉTODO DE ESTUDIO (y XIII)

Los exámenes no deberían ser lo más importante del proceso educativo, pero lo son. Es el papel que le conceden la Administración, la mayoría de los profesores y la sociedad en general. En consecuencia, eso acaban pensando las familias de los estudiantes y ellos mismos. Pero, salvo en microentornos de excelencia estudiantil, la educación suele derrapar cuando los exámenes son lo único que importa. Y es que tienen el mismo problema que los venenos: la dosis.

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El repaso, una herramienta definitiva contra el olvido

Por: | 09 de junio de 2014

Repasos 2

EL MÉTODO DE ESTUDIO XII

A los repasos les ocurre como a los documentales de La 2, que todo el mundo dice que son buenos, pero casi nadie los frecuenta. O al menos no salen las cuentas. Eso quiere decir tres cosas, centrándonos ya en los repasos: que son esenciales para el éxito académico, que la mayoría de los estudiantes sabéis que lo son, y que, a pesar de todo, no muchos de vosotros estáis dispuestos a darles el papel que merecen en la preparación de los exámenes (básicamente es cuestión de planificación y acumulación de horas). Siempre me ha hecho gracia el candor de quienes creen que sin repasar se pueden sacar buenas notas de forma estable. Diría más, me llama la atención que alguien piense que es posible estudiar sin repasar. Sería algo parecido a preparar la tanda de penaltis para el Mundial de Brasil ensayando una sola vez en un solo entrenamiento.

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La memorización y la "burocracia del aprobado"

Por: | 02 de junio de 2014

Memoria 1
EL MÉTODO DE ESTUDIO XI

Asunto delicado el de la memorización, objeto de continuos malentendidos y controversias. Para empezar, solo esa docena de palabras quizá haya suscitado alguna suspicacia. ¡Qué le vamos a hacer! Vivimos en un mundo complejo que huye de lo complejo y luego corre a refugiarse bajo el paraguas de la lógica binaria (bueno / malo, sí / no, a favor / en contra). Así que, como esta es una serie sobre el método de estudio, imaginemos que fuera posible quitar de en medio las etiquetas de progresista o retrógrado, que en materia educativa solemos aplicar, con su buena dosis de veneno, en cuanto sale el tema de la memorización como materialización del aprendizaje. Y vayamos al grano.

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Uno para todos y todos para uno

Por: | 29 de mayo de 2014

Reunión de madres y padres en el centro
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO ENTRE PROFESORES

AUTOR INVITADO: JAVIER MARTÍNEZ ALDANONDO, gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria (Chile).

Poca gente sabe que la frase popularizada por Los tres mosqueteros en la inmortal obra de Alejandro Dumas es también el lema no oficial de un país como Suiza. Lo preocupante es que esa consigna, que representa el máximo paradigma del compromiso colectivo, se cumpla tan esporádicamente en una civilización como la nuestra que goza de tantos recursos y conocimiento que compartir.

Diariamente, en todos los ámbitos de la vida, ya sea laboral o privada, somos testigos atónitos, pero también protagonistas de comportamientos que persiguen a toda costa el interés personal. Sin ir más lejos, los abundantes episodios de corrupción y fraude que inundan los medios de comunicación no son más que la punta del iceberg de esa fiebre de egoísmo y egocentrismo a la que los anglosajones se refieren como “Me, myself and I”.

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Sobre el autor

Carlos Arroyo

ha navegado profesionalmente entre las cuatro paredes de un aula, la redacción de EL PAÍS y la dirección del Instituto Universitario de Posgrado. Esa travesía le ha convencido de que educar bien a los hijos es saldar buena parte de la deuda con la vida. Es autor de Libro de Estilo Universitario y diversos libros de ayuda al estudiante.

Web: www.ayudaalestudiante.com
Correo: [email protected]

Libros

Soy estudiante y necesito ayuda

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100 cosas que debes hacer para mejorar como estudiante

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